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Tristes Consecuencias por Mitsuki_neko_huchiha

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Notas del fanfic:

Es un fic que se me ocurrio de repente en uno de mis momentos de triztesa asi que espero disfruten mi sufrimiento TTwTT

 MxN, MxM implicito

 


El albino se encontraba sentado en el marco de la gran ventana de la biblioteca, su mirada estaba fija en los jardines donde se veían los niños jugar del orfanato donde él vivía, pero entre todos esos niños solo le importaban dos, un pelirrojo de nombre Matt y un rubio de nombre Mello, o por lo menos con esos nombres él les conocía. De pronto una mano se poso en su hombro lo que provocó que se girara.


-Near, ¿mes estabas buscando?- Erubiel, mejor conocido solamente como Eru se sentaba junto a él, era un chico de apenas 14 años, alto y de cabellos negros que con la luz daba la impresión de ser un verde obscuro. Casi nadie lo sabía, pero aparte de Mello y Matt, Near guardaba una estrecha relación con este joven, el de ojos grises se acomodo mejor para poder hablar con su amigo.


-Si, necesito pedirte un favor…- Callo un momento, momento en el cual bajo la mirada, Eru le tomo de la barbilla obligándolo a mirarlo a los ojos. –Solo que no se si aceptaras- volvió a mirar por la ventana, al parecer ya habían terminado de jugar y Mello, como se lo había prometido al terminar las clases, iría verlo.


-Te ayudare, haré lo que sea para evitar que estés triste- Se despidió con un beso en los labios, como ellos acostumbraban despedirse, el pequeño le sonrió tristemente.


-Te diré todo esta noche ¿si?- El mayor asintió y se levanto y salió del recinto que estaba lleno de estantes y estos a su vez repletos de libros. Comenzó a escuchar las voces de los niños y entre ellas las de Mello, todos entraron a la biblioteca, tomaron algunos libros pues tenían que hacer la tarea de los diferentes clases que les impartían, algunos se quedaron y otros se fueron a la paz de sus habitaciones. El rubio se sentó a un lado del de ojos grises y le saludo con un dulce beso en los labios, el cual fue correspondido, no era un secreto que ellos dos tenían una relación desde hace tiempo y por ello no les importaba que los miraran, ni siquiera Roger o el mismísimo L, de hecho, L ya lo sabía todo, pero esperaba a que los dos menores se lo dijeran personalmente. Pero el rubio noto algo en la manera en la que le correspondía el beso, se separo de él y lo miro, ese tierno sonrojo aparecía en las mejillas del otro, con el paso del tiempo había disminuido pero si había algo que el sabia era que jamás iba a desaparecer.


-¿Cómo estuvo tu día, pequeño?- Pregunto Mello tratando de descubrir que era lo que le sucedía.


-Bien- Le sonrió dulcemente, una sonrisa a la cual Mello no pudo resistirse y le dio un beso en la mejilla. Lo atrajo un poco a él y logro que se levantara de donde estaba sentado, lo tomo de la mano y lo saco de la biblioteca donde supuso llevaba mucho tiempo, cuando iban a dar vuelta en uno de las pasillos se encontraron con un pelirrojo de dulce sonrisa que les saludo alegremente.


-Hola Mello, hola pelusita, hace mucho que no te veo pequeño- Bromeo el mayor poniendo su mano sobre los cabellos blancos y revolviéndolos un poco.


-“¿Como puede fingir así?”- Pensó Near fingiendo un falsa sonrisa, nuevamente el rubio pudo notar algo, algo extraño mientras los otros dos hablaban. –“¿Podría ser que…?”- Paso por la mente del que sostenía su mano, apretándola un poco, cosa que noto el menor y lo miro, sus ojos grises mostraban algo, pero por más que busco no encontró ni rastro del sentimiento que buscaba en esas bellas orbes obscuras.


-Bueno me marcho…aun me queda un centenar de tarea por hacer- Se paso una mano por los cabellos y se fue, permitiendo que la pareja continuara su camino, y aunque Near no supiera cual era el destino de su caminata suponía que se dirigían a la habitación del Mello, y así fue. Tan pronto llegaron a la habitación del susodicho se dejaron caer en la cama, el mayor recargo su cabeza entre la parte del cuello y el hombro, abrazándose con fuerza a su cintura, pensando mientras sentía una suave mano acariciar sus cabellos. –“¿Qué hare si el ya sabe?”- Levanto la vista, el albino miraba el techo con expresión seria, beso su barbilla consiguiendo que el otro lo mirara después de una leve sacudida como si hubiera despertado de un sueño. Se sentó sobre él y beso posesivamente sus labios, introduciendo lentamente su lengua, como si jamás se fuera aburrir del delicioso sabor que guardaba la boca de su amante y en medio de ese beso se fue recostando levemente sobre el cuerpo del menor, bajando los besos de su boca hasta su cuello deleitándose con los leves gemidos de placer que daba el que estaba debajo de el, se detuvo y se acerco a su oído.


-¿Qué tienes angelito?- Pregunto y su aliento cálido hizo que un escalofrió recorriera la espalda del otro, sin embargo aun en esa condiciones en las que se encontraba logro crear un excusa pues sabía que el más alto había notado su comportamiento y después de besarlo pues sabía que eso atontaba al ojiverde le contesto:


-Solo me siento un poco mal, es todo-


-¿seguro?- Contradijo Mello después de darle otro beso en el cuello.


-Muy seguro- Tomo el rostro del rubio entre sus manos y lo acerco para poder besarlo apasionadamente y así, poco a poco, se dejaron ganar por la pasión y la necesidad que comenzaron a sentir sus cuerpos, a partir de esos momentos, no hubo más palabras ni preguntas que no fueran necesarias solo al momento del éxtasis o donde no pudieran controlar las sensaciones de sus cuerpos y que claro, según ellos, decían la verdad de sus sentimientos.









Ahora se encontraba solo, Mello se había ido a estudiar, porque aun cuando se amaran demasiado, el seguía con el objetivo de superarlo, o por lo menos, eso es lo que decía cuando se desaparecía.


En el interior de Near se debatía una lucha entre sus sentimientos y su lógica, ¿Realmente valía la pena todo es para comprobar si todo era cierto?, algo en su pecho le dolía, desde hace ya tiempo, era una especie de opresión en el pecho cuyo dolor no sabía describir, solo sabía que dolía demasiado, pero no estaba enfermo. Una vez le pregunto a Linda si ella sabia el origen de ese dolor tan horrible, pero lo único que ella había logrado responder fue “Quizás te duela el corazón, no físicamente pero ¿No has pensado que más bien te duela por algún sentimiento de tristeza o el alma? Aun no lograba entender esas palabras ¿El alma? Se le hacía difícil comprender que era realmente el alma y el, aunque nadie lo creyera, se sentiría tonto d preguntarle algo como eso a L. cada que podía trataba de enlazar esas palabras con lo que sentía, miro por la ventana, el cielo mostraba ya unos colores hermosos, dignos de una pintura. El naranja se combinaba con el azul obscuro y si mirabas bien, a lo lejos, como si delineara la silueta de las copas de los arboles, una leve luz amarillenta, que eran los residuos de los rayos del sol, se distinguían, ya muy pronto se aria de noche.


-Near… ¿Puedo pasar?- Dijo Eru al otro lado de la puerta después de haberla golpeado con los nudillos, se dirigió a la puerta y la abrió permitiéndole el acceso a su amigo a la habitación. Le pidió que se sentara en la cama y nuevamente con voz dudosa le pregunto si estaba seguro de hacer cualquier cosa con tal de ayudarle con ese favor que le estaba pidiendo.


-Te dije que si…pero, comienzas a asustarme- y así fue, su rostro mostraba una expresión de preocupación, normalmente era decidido pues pensaba muy bien las cosas y las probabilidades de que algo saliera mal, pero ahora, lo notaba dudoso por lo que hacía, desconfiado.


-Es solo que temo el equivocarme-


-¿Equivocarte en qué?-


-En las sospechas que tengo de Mello- Su rostro se mostro afligido y una vez más sintió ese punzante dolor en su pecho, no le prestó mucha atención a ese detalle y noto la mirada curiosa de Erubiel.


-¿A qué sospechas te refieres?-


-Yo creo que Mello ya no me quiere tanto como dice- Sintió como sus ojos se humedecían y haciendo acopio de sus fuerzas pudo mantener la cordura.


-¿Acaso te ha hecho algo?- En su voz se escucho claramente el enojo, si, se preocupaba y mucho, para el Near era como un hermano menor y por tanto trataba de cuidarlo en toda ocasión y por él no le molestaba hacer cosas horribles para poder ayudarlo, además, quería pasar todo el tiempo posible con él, pues muy pronto cumpliría los quince años y tendría que marcharse del Wammi’s.


-no, o quizás si, pero Mello no lo sabe-


-¿Pero que te ha hecho?...- Se pego más al delicado cuerpo, abrazándolo dulcemente protegiéndolo y al mismo tiempo consolándolo. –Seria un estúpido al rechazar y herir a algo tan lindo como tu-


-Pues lo hizo- Su voz se quebró y se escuchaba más como un susurro, un hilillo de tristeza callo de sus ojos que no podían contener más la cristalina agua. Las lagrimas bajaban lentamente por sus mejillas, tenía miedo, tenía mucho miedo de que lo que hacía Mello fuera verdad y que él solo hubiera sido un juguete.


-Basta, no llores- Lo apretó más contra su pecho. –Pero dime, ¿Qué te ha hecho?- Near no levanto la cara, no quería que Eru lo viera llorar, se acomodo mejor y espero a que su respiración se normalizara.


-Lo vi Erubiel…lo vi…- Hizo una pausa pues las lagrimas hacían acto de aparición nuevamente al igual que el dolor en su pecho. -…besándose con Matt…- De nuevo comenzó a sollozar, le dolía demasiado. –Le dijo que lo quería… ¿y yo? ¿Qué podía hacer? Nada, solo ver como desaparecían por el pasillo que conducía a la habitación de Matt- Dijo como podía pues el llanto le robaba el aire de manera dolorosa impidiendo que pudiera hablar con claridad.


-Near, me dijiste que no estaba seguro…pero lo por lo que viste, es más que obvio que Mello te ha estado engañando- Se maldijo cuando le contesto eso, además que el albino digiera que no estaba seguro era la prueba de que estaba enamorado del rubio y también las lagrimas que derramaba sin parar. Internamente se juro que Mello iba a pagar por el daño que le había hecho al albino, a su “hermanito”, y no solo él, si no también Matt, si tanto se querían esos dos que compartieran juntos en castigo. –Pequeño… ¿Para que querías mi ayuda?- Pregunto al recordar la razón por la que estaba ahí con él.


-yo…yo no soy lo suficientemente fuerte para enfrentar a Mello, por eso quiero decírselo de otra manera-


-¿Otra manera?-


-¿Tu crees…?- Un ligero sonrojo apareció en las mejillas húmedas. -¿…que podrías besarme, no de la manera de la que te despides de mi…?- El sonrojo aumento considerablemente. – ¿…si no de otra manera?- Termino la frase haciendo énfasis en la palabra “otra” cosa que Erubiel entendió muy bien.


-Ya entendí, yo por ti, mi querido hermanito, aria cualquier cosa- Por fin una sonrisa sincera salía de los labios del de cabellos nevados, el pelinegro acaricio esos cabellos y se levanto en dirección a la puerta. -¿Cuándo?-


-Mañana, si no te importa, después de clases-


-Entendido, buenas noches-


-Buenas noches- La puerta se cerro, el se sentó en el marco de la ventana, miraba la luna, sin saber por qué, el siempre encontraba consuelo en la luna. Miro los jardines, completamente en la oscuridad, solamente aluzado levemente por las luces de las ventanas del edificio que muy pronto se encontrarían apagadas, solo uno que otro niño se encontraba caminando por ahí muy tranquilamente, cerro las cortinas y se metió entre las sabanas y cerro sus ojos en busca de paz en lo profundo de sus sueños.








-Mello, ¡MELLO!- un niño, o más bien joven iba corriendo por los pasillos buscando al rubio, el estaba afuera recostado plácidamente contra un árbol, con los ojos cerrados, pensando, seguía pensando en el extraño comportamiento que había estado teniendo su novio el día anterior. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando el joven llego a su lado. -¡Mello, a que no imaginas el chisme que corre por ahí!-


-¿Chisme?- Contesto sin mucho interés.


-Si, sobre Near- Mello inmediatamente lo miro y le prestó atención. –Bueno, dicen por ahí que lo vieron muy abrazadito con Eru- Dijo el chico abrazándose a si mismo.


-¡¿Qué?!- Los ojos de Mello se abrieron con sorpresa e inmediatamente salió corriendo en busca de Near. Busco en la sala común, en la biblioteca, en el techo donde a veces se reunían pero no lo encontró. El último lugar donde se le ocurrió que podía estar era su habitación. Se fue corriendo en dirección a los aposentos del peliblanco gritándole a cualquiera que se interpusiera en su camino, cuando llego al pasillo que daba hasta la habitación de Near no pudo evitar gritar el nombre de su amante. Entro sin permiso al habitación y encontró acorralado al albino entre la pared y el cuerpo de Erubiel en el beso más apasionado que jamás había visto en su vida. Los gritos que había estado dando fueron la señal que el necesitaba para llevar a cabo su plan y estaba más que claro que había dado resultado. Sin poder contener la fuerza que la ira le daba los separo de un solo movimiento y saco a Erubiel casi a patadas, cerrando la puerta tras dicha acción.


-¡Near ¿Qué significa esto?!- Estaba rojo de la rabia, pero algo en su interior se quebraba, los ojos grises del menor mostraban una frialdad absoluta.


-¿Qué significa qué?- Dijo haciéndose el desentendido.


-Esto, el estar besándote con el-


-Nada realmente-


Al rubio le entraron unas ganas enormes de darle un golpe al albino, levanto su mano y cuando su palma estuvo punto de tocar su mejilla se detuvo de golpe, bajándola lentamente, se hallaba oculto tras su fleco, ocultando sus ojos, todo lo que le había contestado Near lo había dicho en un tono neutral, como si no le importara. -¿Desde hace cuando lo haces?- Aun no levantaba la cabeza, pero su timbre de voz hacia clara su tristeza. -¿Desde hace cuando me engañas con él?-


-No lo sé…- Se detuvo un momento para mirar al rubio. –Creo desde que tú me engañas con Matt-


-¡¡Tanto tiempo!!- Grito con sorpresa pero se callo inmediatamente, se dio cuenta del enorme error que hizo al ver el cambio de expresión de Near de seria a una profunda tristeza, comenzó a ver lagrimas, lagrimas producto de haberse enterado de la verdad, no, el ya lo sabía, el ya sabía que lo engañaba con Matt, por eso había estado teniendo ese extraño comportamiento, tratando de ocultar su tristeza, pero Mello se dio cuenta demasiado tarde. Near camino en dirección a la puerta a paso lento, como si no quisiera hacerlo. –Near, yo…-


-Mello, vete por favor- Dijo abriendo la puerta, el ojiverde se le acerco y coloco su mano en su mejilla, estaba fría y húmeda a causa de los ríos de lagrimas que seguían bajando, pero Near inmediatamente la retiro con un golpe, el rubio se quedo sorprendido, busco una caricia siendo rechazado nuevamente, tomo sus dos manos sujetándolas con las propias se coloco un a la altura, no, más abajo, pues el avino tenía la cabeza gacha, le dio un ferviente beso que en los primeros segundos fue rechazado, pero unos instantes más fue correspondido lentamente, pero, cuando redujo la fuerza de su agarre, Near le dio una fuerte bofetada dejando la piel blanca roja por el duro golpe. -¡¡¡No me vuelvas a tocar!!!- Grito enfurecido, como Mello jamás lo había visto en su vida, por fin el albino le dejaba ver otra parte de él, una parte que lamentablemente no quería ver, una dolida y… ¿rencorosa?


-Near…por favor, tu y yo tenemos que hablar- El albino solo negó con la cabeza, más lagrimas cayeron al piso y empujo al rubio fuera de la habitación, no supo como, pero lo saco. Maldijo su mortalidad ¿Cómo no darse cuenta de lo que planeaba Near? ¿Cómo no darse cuenta de que estaba sufriendo? Giro su cabeza, había unos cuantos curiosos al final del pasillo que seguramente habían escuchado la discusión al igual que los de las habitaciones vecinas, se dio media vuelta y se fue a su habitación propia. Estando ahí se sentó en la cama y luego se recostó sobre las sabanas donde tan solo el día anterior Near se había recostado.


-¿Qué haré ahora que ya lo sabe?- Se hizo una pregunta parecida el día anterior, extrañamente también sobre esa cama y antes y después de que Near se durmiera en sus brazos. Se pregunto si Matt se iba a enterar, también si los curiosos del orfanato se enterarían, lo más probable era que si, sobre todo Linda, había veces en que esa chica no le agradaba, se metía en la vida de los demás como si no tuviera una propia y ¿Erubiel? ¿Near se lo habría pedido o había tenido otras intenciones? La imagen de Near besándolo no salía de su cabeza, él era el único que podía besar esos suaves labios, aunque quizás Near también pensaba lo mismo, pero Mello sabía bien que Near era incapaz de meterse con otros, pero… -¿yo si puedo?- se cuestiono con ironía, arto de pensar en todo eso, cerro sus ojos con fuerza con la esperanza de despertar de ese mal sueño que pasa en su vida, pero no despertó.


Pasaron las horas, las horas se hicieron días y los días semanas, pero nada cambio, Near volvió a ser distante, varias veces Mello trato de habar con el pero este lo rechazaba una y otra vez. Debido a que ambos eran los principales sucesores a L seguidamente les encargaban trabajos especiales solo a ellos dos donde tenían que reunirse varias horas al día pero el albino solo hablaba lo necesario y después se retiraba.


Los rumores de Eru había comenzado una relación con el de ojos grises se hicieron más grandes, pero este siempre los desmentía diciendo que Near para él era solo un hermanito. ¿Cómo olvidar todo lo que les dijo a Mello y a Matt? El rubio jamás se había sentido tan humillado, pero, ¿Qué decir de Matt? Este no se atrevía a levantar la cabeza cuando Near estaba cerca y mucho menos le dirigía la palabra, no tenía la valentía para hacerlo. Cuando por fin se atrevió a hablar con él, se quedo helado y sin saber que decir exactamente, pues aun los ojos del menor mostraban una completa tristeza, pero jamás vio rencor en esa última mirada que recibió sinceramente de su parte. Cuando por fin él y la “pelusita” como le había dado por decirle, había comenzado una bonita amistad juntos, donde le permitía ver sus sonrisas que ahí era casi un privilegio, pues él se mostraba serio ante todos, el había comenzado a verse con Mello y como consecuencia arruinado todo, la amistad que tanto le había costado conseguir.


Las semanas se hicieron meses, pronto todo el escándalo quedo en el olvido, todo quedo en el pasado, Mello ocultaba sus verdaderos sentimientos tras una máscara de odio hacia Near, como antes de que comenzaran su relación, a este no parecía importarle, pero el dolor de su pecho seguía ahí, cada que recordaba todo, pero cuál fue su sorpresa al creer que eso dolor no podía aumentar y enterarse de la muerte de L. Trato de ocultarlo, trato de ocultar su sentimiento de tristeza y las ganas de llorar, pues él quería a L, era su ejemplo a seguir y una de sus razones para seguir existiendo. Mello también sintió dolor pero él no se molesto en ocultarlo y lo expreso a la perfección en sus palabras.


Cuando Roger les ofreció trabajar juntos al menor no le importo pues sabía que juntos podían superar al ahora difunto detective, pero con el rubio, con el fue algo totalmente diferente, el estar con Near lo volvía débil, si estaba junto a él sabía que los deseos de abrazarlo y besarlo volverían y los rechazos también, incluso había veces en las que le constaba controlarse pues creía que si el albino se alejaba un poco más se iba a volver loco. No es que el otro no sintiera esos deseos pero él se juro no perdonarlo. Si lo hizo una vez ¿Quién le aseguraba que no lo repetiría? Sufrir una vez era más que suficiente. Solo se limito a escuchar a Mello, como decía que se iría pues pronto iba a cumplir los quince años, levanto la cabeza solo para ver cómo como salía y cerraba la puerta de la oficina de golpe.


Los meses se hicieron años, Near formo el SPK del cual era líder y comenzó a hacer las investigaciones necesarias para atrapar a Kira, el acecino que se hacía llamar dios, en cambio Mello se unió a la mafia con el mismo propósito del albino, atrapar a Kira. El rubio jamás supo si los sentimientos de Near hacia él habían cambiado, si había dejado de amarlo como él lo hacía, incluso cuando fue por la fotografía que Near poseía de él, siguió comportándose de manera fría, distante, se llevo esa duda a la tumba, junto con Matt, Mello no quería que el muriera pues el solo lo había seguido fielmente, el pelirrojo jamás supo si el albino lo había perdonado por el error que había cometido antes, del cual estaba completamente arrepentido.


El rubio, justo cuando sintió que su corazón se detenía aquel pensamiento volvió a él y espero, rogo a dios que no fuera pronto, que después de la muerte se reencontraran, y pudieran ser por fin felices.


“Hay veces que siento que el alma se me parte, hay veces que siento que el error que cometí fue demasiado grande y hubo tantas veces en las que creí no soportarlo y pensé en la muerte, hacer mi propia muerte, pero en ese momento pensaba en mi ángel, en los besos y caricias que me entrego a mi ese ángel. Hay veces que siento que esos besos no han desaparecido, hay veces en que aun siento su suave piel rosándose con la mía y hay veces en que le agradezco al destino que aun le de aliento, para que el, ese ángel, siga viviendo y quizás, alguien que realmente sea merecedor de él pueda compartir el sentimiento que yo sentí, siento y seguiré sintiendo aun después de la muerte.”
Notas finales: Son doce paginas de Word, soy mala, deci hacerlo mas largo, pero no queria seguir deprimida, asi que dejenme un review para animarme.

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