Naruto se sentía muy confundido. Sasuke actuaba de una manera muy extraña al igual que su hermano Itachi. Lo trataban como si estuviera enfermo. Por un lado, Sasuke lo trataba con una peculiar galantería, Itachi era diferente, con un toque tierno. Iruka cuidaba de Naruto con mucho recelo. En su interior, no confiaba en los hermanos Uchihas.
- ¿Qué hora es?
Preguntó Sasuke. Itachi le respondió sarcástico.
- Deben ser las mismas de ayer.
- ¿No me digas? Mira que si no lo mencionas ni me entero.
- Lo se, no me lo agradezcas.
Sasuke tenía un aura asesina alrededor y solo deseaba destazar a su hermano itachi.
- ¡Comadreja!
- Cacatúa.
Dijo con simpleza. Sasuke estaba furioso.
- ¡No me llames cacatúa! Estoy arto que me digan así, no soy una estúpida ave.
En otro lugar, en un árbol, en una rama… estaba una cacatúa.
- No soy una estúpida ave ¿Por qué insisten en compararme con un emo?
Regresando con el emo… es decir, Sasuke.
- Odio que me den apodos. No soy ni cacatúa, ni emo ni nada.
- No, solo eres un maniaco depresivo con tendencias vengativas.
Ya para esas alturas, Sasuke estaba afilando su espada. La sangre iba a correr, literalmente.
- Ya fue suficiente, niños. Lo mejor ahora es que unamos fuerzas para poder salir de aquí, por que si no lo han notado parece que nos hemos perdido.
- Sasuke Uchiha jamás se pierde.
- No lo parecía aquella vez cuando…
- ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate!
- ¿Qué pasó?
Fue la inocente pregunta del rubio Kitsune. Todos lo miraron. Itachi carraspeo su garganta para contar la anécdota.
- Fue hace tiempo, cuando SaSuke era solo un niño bobo.
- ¡Hey!
- Como decía… estábamos caminando por el bosque cuando de pronto el muy tonto dio una vuelta equivocada en nuestro camino y terminó muy lejos de la civilización. Cuando lo encontré prácticamente era una versión de Mowgli el niño de la selva.
Sasuke se sentía humillado. Aún recordaba aquello. Aunque solo pasaron un par de horas el sentía que había estado perdido ahí desde hace años, ya prácticamente estaba comenzando a aceptar su destino de vivir como un niño salvaje, hasta que llegó su hermano.
Naruto se rió a carcajada limpia.
- Eso es lo más gracioso que he escuchado. Sasuke, que vergonzoso debió ser eso, jajajajajaja.
- Si, dobe. Ríete. Pronto dejarás de hacerlo. Además, que yo recuerde, Itachim tu pasaste por un evento más ridículo que el mío. Recuerdo que durante la fiesta de cumpleaños de uno de tus amigos, te tropezaste con un perro que iba pasando y caíste directo al pastel y tu rostro quedó embarrado del dulce.
- Si, bueno, al menos cuando yo nací, mis padres no me confundieron con una niña.
- ¿Qué dices?
- Que cuando naciste nuestros padres creyeron que eras niña, y aunque después se enteraron de que eras niño igual te vestían de niña. O ¿ya no te acuerdas cuando te pusieron vestido para tu cuarto cumpleaños?
- Tenía cuatro, no lo recuerdo.
Mentira. Si lo recordaba. Fue el momento más ridículo de su corta vida. Deseaba con todas sus fuerzas destrozar todo cuanto se le pusiera enfrente.
Naruto no paraba de reír. Iruka hacía un enorme esfuerzo para no reírse de las anécdotas tan ridículas que pasaron los hermano y que ahora se estaban ventilando.
Durante mucho tiempo, los Uchihas se estaban ventilando los momentos más ridículos que vivió el otro. Después de un rato, estaban ya todos tranquilos. Por una parte, itachi y Sasuke estaban enojados por todas las cosas vergonzosas que contaron. Naruto estaba más aburrido que una ostra e Iruka solo pensaba en la inmortalidad del cangrejo.
Cuando ya todos estaban durmiendo, itachi era el único que seguñia despierto. La verdad era, que no podía quitarse de la cabeza todo lo que dijo aquella extraña mujer. ¿Lo que más deseaba en la vida? ¿A qué se refería? ¿Acaso era…?
Un ruido lo alertó. Iruka había despertado. Caminó hasta el pelinegro.
- Itachi, dime una cosa ¿Qué es lo que sientes por Naruto?
- Para ser sincero. Es un chico dulce y tierno… me encanta su ingenuidad para algunas cosas y su tenacidad… su energía, pero sobre todo… su corazón.
- Comprendo. Si en verdad sientes algo sincero por el entonces gánate su corazón.
- Lo intentaré.
- Bien, solo una cosa más. Si no eres del afecto de Naruto entonces deja de insistir y déjale ser feliz con quien ame de verdad.
Itachi no respondió a aquel comentario. Si bien, amaba a Naruto, dejarlo ir con otro sería muy difícil, si no es que imposible.
Sauke había escuchado la conversación. El también amaba a Naruto por todas esas cosas pero más por…
Naruto soñaba muy a gusto, hasta que una sombra muy peculiar apareció. No podía verle la cara, pero le parecía muy conocido. Cuando aquella sombra se acercó más, sorprendió a Naruto con un abrazo al cual no se resistió. Se sentía muy cálido y protegido.
- Te amo…
Aquellas palabras le sonaron tan dulces y verdaderas, la voz… no la podía reconocer, pero sabía que le era familiar.
Cuando despertó, aquella imagen aún vagaba en su cabeza. ¿Quién era esa persona? ¿Por qué se sentía tan a gusto en aquellos brazos fuertes y cálidos?