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Caminaron por un largo sendero, en realidad no supieron cuanto fue. El sol comenzaba a ocultarse y el frío se hacía sentir. Llegaron a lo que era al fin el estanque. Los tonos rojos y naranjas le daban un brillo casi dorado al agua cristalina. Naruto se sentía un poco temeroso. El lugar era tan silencioso. No había ningún animal cerca, ni pájaros que cantaran… nada, estaba completamente silencioso.
El sol al fin se fue y la luna salió en su lugar. El viento se hizo más gélido y había algo en el ambiente que ponía los pelos de punta a cualquiera. Frente a ellos, algo maravilloso y a la vez aterrador comenzó a suceder. Del mismo estante, un resplandeciente halo de luz comenzó a surgir. Aquel destello era blanco intenso pasando por un incandescente azul parecido a un relámpago.
De aquella luz, surgió una forma femenina. ¡Era ella! Si, no había duda. La encontraron… nuevamente. Esta vez no la dejarían ir sin dar respuestas y una solución al problema “amoroso” de Naruto.
La mujer los miró. Sus ojos eran fríos y penetrantes. Su cabello al igual que sus prendas, flotaban con ligereza por el aire que la rodeaba. El viento se hizo más violento y parecía emerger de ella misma, como si les ordenara que se volviera agresivo. Levantó sus brazos a los lados y sus ojos comenzaron a brillar de un tono casi plateado.
- Les aplaudo, ninjas de Konoha. Me han encontrado en mi dominio. Lamentablemente, debo decirles que eso conlleva un enorme sacrificio. Mi guardián, como verán, esta deseoso de acabar con ustedes.
¿Qué podían hacer? Aquella enorme criatura regresó y ahora se veía más grande y más feroz que antes.
Sasuke se preparó para atacar, al igual que Itachi. Iruka trataba de mantener un ojo al monstruo y otro a Naruto para protegerlo de ser necesario. Naruto buscaba la forma de acercarse a esa mujer sin que aquella bestia interfiriera.
- GRRRRRRRRR!
Un fuerte gruñido proveniente de la garganta de la bestia. Después de eso, atacó tratando de derivar a los ninjas. La tierra tembló ante sus pies. Naruto cayó al suelo, miró al animal que se acercaba a el con sus fuertes fauces. Sasuke trató de impedirlo, interponiéndose entre Naruto y la bestia. Con su espada, estaba dispuesto a luchar.
- No te acercarás a el. Antes primero tendrás que matarme.
- ¡Sasuke!
El rubio estaba muy sorprendido. La criatura estaba por atacar por sorpresa al pelinegro pero Itachi se lo impidió.
- ¡No te atrevas!
Gritó y con su espada trató de acertarle un golpe a la criatura. Sasuke lo miró con reproche.
- No necesito tu ayuda.
- No seas idiota. Mejor pon más atención.
Iruka trataba de esquivar a la vez que intentaba atacar, pero le era muy difícil. Cuando creyó ver un punto débil en el monstruo, trató de esperar el momento oportuno para atacar. Naruto vio a la mujer y trató de correr hacia ella mientras los Uchihas luchaban contra el guardián. La pelea parecía muy nivelada hasta que ambos hermanos comenzaron a agotarse, no tanto así el enorme ser que parecía apenas cansado. Sasuke respiraba con dificultad, estaba muy cansado. Un nuevo ataque lo derivó y Sasuke quedó tendido en el piso. Al ver esto, Itachi dejó de atacar para mostrar una cara preocupada.
- ¿Sasuke!
El animal lo atacó, golpeándolo contra una roca y dejándolo inconsciente. Al reincorporarse, Sasuke vio aquello con horror. Naruto había dejado de correr y miró la escena. La criatura entonces acertó un golpe a Sasuke que fue a dar al piso, pero se levantó de nuevo, muy agotado y maltratado. La criatura golpeo de nuevo, otra y otra vez. Sasuke ya no podía defenderse. Naruto se horrorizó ante aquello.
- ¡Sasuke! ¡No!
La bestia iba a atacar ahora a Naruto pero un shuriken había acertado en su frente, donde apenas entre el abundante pelaje se divisaba una especie de piedra roja que se comenzó a fragmentar. La criatura soltó un bramido y un extraño resplandor amarillo lo rodeó y su cuerpo comenzó a encoger hasta que fue muy pequeño y cuando su cuerpo dejó de brillar, solo había un indefenso conejo blanco.
Naruto corrió hasta donde estaba Sasuke muy malherido. Se colocó a su lado y sus ojos comenzaron a lagrimear.
- Sasuke… no puede ser… ¡Respóndeme! Por favor, no me hagas esto. Tu no te puedes morir… no…
Iruka caminaba a su lado. Trató de tranquilizar a Naruto. El rubio se giró para ver a la mujer. La miraba con tanto odio en sus ojos.
- Esto es tu culpa, tu lo mataste.
La gitana caminó hasta el, con su semblante siempre serio. Miró a Naruto y luego dijo, con voz pasiva.
- No esta muerto. Fíjate bien.
- ¿Eh!
Naruto regresó la vista al azabache. Se acercó más para notar una leve respiración. No estaba muerto. Una mano lo sorprendió y lo acercó al rostro se Sasuke, que ahora lo estaba besando. Naruto se estaba ahogando, pero al mismo tiempo, le gustaba esa sensación tan agradable. Relajó su cuerpo y dejó que Sasuke continuara con elbeso. Pronto comenzaron las caricias y una de las manos del pelinegro comenzó a descender más de lo debido. Naruto se sobresaltó.
- ¡Sasuke-teme! ¿Qué te estas creyendo? ¡No toques ahí!
Sasuke le sonrió. Naruto también lo hizo.
- Teme, creí que te perdería.
- Baka, hace falta mucho más que unos cuantos golpes para acabar conmigo.
- Eres muy terco.
Se sonrieron. Iruka también lo hizo. La voz de la mujer rompió el silencio que se había formado.
- El hechizo terminó.
Todos la miraron confundidos. Naruto se levantó para preguntarle alterado.
- ¿Qué se supone que fue todo eso? ¿Una prueba acaso?
- En realidad… ustedes crearon todo esto.
Ahora si que estaban por demás confundidos. ¿Cómo que ellos mismos lo crearon? Sasuke habló de manera agresiva.
- Explíquese, vieja loca.
- A que todo fue causa de la consecuencia y la coincidencia.
Naruto no entendía.
- Leí tu corazón y lo que más deseabas en el mundo, el frasco que te regalé no era más que una mera herramienta para que tu mismo descubrieras tu propio deseo… cuando lo descubriste, el efecto desapareció, por que ya no tenía ninguna función que cumplir.
Naruto seguía sin entender.
- Es decir… que… mi deseo… era…
Miró a Sasuke y su rostro se sonrojó.
- ¿Cuál era tu deseo?
Le preguntó la mujer a Naruto.
- Yo… solo se que cuando vi a Sasuke a punto de morir, yo…
- ¿Si?
Sasuke miraba al rubio al igual que Iruka que estaba confundido y ansioso.
- Yo solo quería… decirle lo mucho que significaba para mí… temí perderlo por que eso significaría… no verlo más y eso… me entristeció.
Miró a Sasuke y éste lo vio a el.
- ¿Sasuke?
- ¿Eso es lo que pensaste?
- Si…
Sasuke no dijo nada. después preguntó.
- ¿Por qué?
- Yo…
Naruto lo miró de nuevo… sus ojos retornaron decididos y sin vacilar, le dijo.
- Por que te amo.
Sasuke no dijo nada y no apartó su mirada de la del rubio. Sonrió entonces, muy quedamente, apenas siendo unas sombra de una sonrisa.
- Yo también, baka.
Naruto sonrió. Entonces, recordó a Itachi.
- ¡Itachi!
Lo buscó con la mirada pero había desaparecido. Eso lo descolocó un poco.
- Se ha ido.
Sasuke miró por donde minutos antes estaba tendido su hermano mayor.
- Después de todo…
Cortó la última frase. Entre Naruto e Iruka, trataron de levantar a Sasuke. La gitana los observaba marcharse mientras en sus brazos tenía a aquel indefenso conejo.
- Creo que cumplimos con nuestro trabajo.
- Si, mi señora.
Afirmó el conejo.
- Es momento de regresar a casa.
- Si, nuestro hogar…
- Pero antes…
En otro lugar… Itachi caminaba medio cojeando. Se detuvo al sentir una presencia. Era aquella mujer.
- ¿Qué desea?
- Tu oportunidad de cumplir tu deseo…
- No hace falta.
- Diste el primer paso. Si te esfuerzas en verdad…
- No tiene sentido.
- Solo si tu así lo crees. Nada es imposible mientras estemos determinados a lograrlo. Nuestra negativa es el obstáculo mayor.
- ¿Y?
- Que ya diste el primer paso, ya te lo dije.
Ella sonrió entonces.
- Seguro te puedes llevar una gran sorpresa. Ahora… solo te resta volver.
Itachi se dio la vuelta pero la mujer se había ido. Había regresado al estanque y entonces un rayo de luz blanca la iluminó junto con el conejo y desaparecieron en un delgado hilo de luz que viajó hasta la luna resplandeciente.
Itachi pensó en sus palabras. Caminó de regreso.
- Quizás… más adelante... Sasuke y yo volveremos a ser nuevamente hermanos…
****************
El sol salía y a lo lejos, se lograron ver tres siluetas, dos de ellas sosteniendo a la tercera. Habían regresado. Sasuke fue atendido para curar sus heridas. Días después, cuando estuvieron solos Naruto y Sasuke, el ultimo le había propuesto al rubio tener descendencia juntos. Naruto se sonrojó ante la idea pero le agradó. Traer al mundo los hijos de su amado teme, sería algo tan bonito.
Esa noche, ambos estuvieron muy ocupados procreando sus futuros descendientes.
- Sasuke… espera, no seas tan brusco… mm…
- Naru… te amo…
- Yo también… teme…
Tuvieron toda una noche de pasión. Un año después, tuvieron trillizos, dos muy parecidos a Sasuke y el tercero, una niña, muy parecida a Naruto. Y así, fue como el deseo de Naruto se hizo realidad, y el de Sasuke…
Fin.