- Fetiche: Cuello
Dulce. Suave. Tibio.
Su cuello era dulce, suave y tibio. Dulce al lamerlo. Suave al apretarlo con sus manos mas parecidas a garras, provocando el corte de la respiración del exquisito muchacho que sufría sus atenciones. Tibio al aspirar su esencia y calor corporal, como robando a cada aspiración un poco de la vitalidad del muchacho.
Su cuello. Su pálido, níveo y frágil cuello.
Un cuello que el podía marcar a su antojo, mancillándolo eternamente, por que si había una parte que le perteneciera del adorable Kamui, era definitivamente el cuello que había probado por primera vez aquel día que le robo la esperanza de una vida con su insoportable hermana Kotori.
Pero ella ya estaba muerta. Muerta por sus propias manos fraticidas, y no iba a volver. Se iba a quedar hundida por siempre en el infierno, donde sus manos de porcelana no llegarían nunca a rozar siquiera el pálido cuello de su contrario.
Si, se trataba de una fijación con el cuello de su amigo querido, de su Némesis. De SU Kamui.
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(Repeticion para que se llene n.n)
Fetiche: Cuello
Dulce. Suave. Tibio.
Su cuello era dulce, suave y tibio. Dulce al lamerlo. Suave al apretarlo con sus manos mas parecidas a garras, provocando el corte de la respiración del exquisito muchacho que sufría sus atenciones. Tibio al aspirar su esencia y calor corporal, como robando a cada aspiración un poco de la vitalidad del muchacho.
Su cuello. Su pálido, níveo y frágil cuello.
Un cuello que el podía marcar a su antojo, mancillándolo eternamente, por que si había una parte que le perteneciera del adorable Kamui, era definitivamente el cuello que había probado por primera vez aquel día que le robo la esperanza de una vida con su insoportable hermana Kotori.
Pero ella ya estaba muerta. Muerta por sus propias manos fraticidas, y no iba a volver. Se iba a quedar hundida por siempre en el infierno, donde sus manos de porcelana no llegarían nunca a rozar siquiera el pálido cuello de su contrario.
Si, se trataba de una fijación con el cuello de su amigo querido, de su Némesis. De SU Kamui.
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(una más para que llene ^^)
Fetiche: Cuello
Dulce. Suave. Tibio.
Su cuello era dulce, suave y tibio. Dulce al lamerlo. Suave al apretarlo con sus manos mas parecidas a garras, provocando el corte de la respiración del exquisito muchacho que sufría sus atenciones. Tibio al aspirar su esencia y calor corporal, como robando a cada aspiración un poco de la vitalidad del muchacho.
Su cuello. Su pálido, níveo y frágil cuello.
Un cuello que el podía marcar a su antojo, mancillándolo eternamente, por que si había una parte que le perteneciera del adorable Kamui, era definitivamente el cuello que había probado por primera vez aquel día que le robo la esperanza de una vida con su insoportable hermana Kotori.
Pero ella ya estaba muerta. Muerta por sus propias manos fraticidas, y no iba a volver. Se iba a quedar hundida por siempre en el infierno, donde sus manos de porcelana no llegarían nunca a rozar siquiera el pálido cuello de su contrario.
Si, se trataba de una fijación con el cuello de su amigo querido, de su Némesis. De SU Kamui.