Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dolor con sabor a Chocolate por Dei_gazerock

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hiii! hace mucho que no subía verdad?

Notas del capitulo: Ninguno de los personajes nombrados es de mi propiedad.
 

En un día como hoy hace un año, ¿recuerdas? Nos confesamos cuanto nos queríamos...

 

-Neee, ¿Por qué me invitaste?

 

-Tenía ganas de hacerlo.

 

Era un día frío, traías tu bufanda tapándote hasta la nariz, mientras que casi irónicamente traíamos vasos de helados, el mío era de pistacho mientras que el tuyo era de chocolate...

 

-Te amo... - me susurraste, después que te abrazara y te sintiera temblar entre mis brazos que cubrieron los tuyos. Me encantaba tu olor. Aspiré en ese momento, y se paralizó mi corazón conjunto a ello. No sabes cuánto tiempo había anhelado que me lo dijeras.

 

-Yo más... - te contesté lo más tranquilo posible, besé tu frente y volví a apoyar mi mentón en tu cabeza. Aspiré el aire nuevamente, paulatinamente, intentando hacer latir de nuevo a mi órgano vital. - No... no esperaba que tú también, bueno...

 

-Siempre pensé que me veías tan sólo como un amigo. - complementaste mirándome a los ojos. Lo pensé dos veces antes de besarte, tus labios me tentaban y tu tierna figura, abrigada a más no poder y con ese mechón cayendo por tu ojo izquierdo me tranquilizaban, al momento que pensaba que nuevamente estaba soñando.

 

Cuando posé mis labios sobre los tuyo, olvidé en ese momento que estábamos en la calle pública, exactamente en un paradero esperando el bus a casa. Tus labios carnosos eran sabrosos, con aún el sabor a chocolate en ellos y los movías de una forma única.

 

Ese fue nuestro primer beso

 

Al separarnos, nuestros fríos alientos chocaron, y sonreímos estúpidamente.

 

-T-te amo... ¡¡Te amo más que nada!! - grité y un grupo de gente me quedó viendo de forma extraña. Tiré mi helado y no sé donde cayó al igual que el tuyo, al estrecharte más a mi cuerpo y levantarte con ganas desde el piso. Eufórico, atrapé tus labios con los míos entrometiéndome en ellos con mi lengua. La sonrisa perfecta que dibujaste en tu rostro no la olvidé jamás. El sonrojo subió a tu cara al verte acorralado contra una pared mientras que seguía degustándome del sabor a chocolate en tu boca. Noté el calor de tus mejillas al rozarlas con mis manos. - Te amo... - repetí mirando tus ojos entreabiertos. Nuevamente tu aliento era cubierto por el frío viento que corría entre nuestros cuerpos, en la diminuta distancia que mantenía entre tú y yo.

 

Recorrí tu cintura con mis manos, grabando tu silueta en mi mente. Susurraste entonces en mi oído que debías volver a casa.

 

-Por favor no ahora... un rato más...

 

-No puedo, de verdad.

 

-Cinco minutos más.

 

Sonreíste de forma iluminada, como si no pudiese hacer nada más que sonreírme a mí.

 

A quien más te ha amado, y quien más te amó.

 

Y en ese momento, ese día cambió.

 

Te despediste de mí, con un beso en la mejilla, pero me encargué de saborearte hasta el último rincón de tu rostro, no tenía ganas de dejarte y no debí haberlo hecho.

 

-Te amo... - suspiré luego de rozar tu nariz. Me sonreíste una última vez antes de encaminarte a la esquina de la calle. Te despediste de mí con tu mano y una permanente sonrisa en tu rostro.

 

Esa fue la última vez que te ví con vida, y sonriente.

 

Un hijo de puta que iba a toda velocidad en su vehículo, golpeó tu cuerpo mientras cruzabas con luz verde la calle. De que ibas con luz verde lo recuerdo perfectamente, porque en el color se reflejaba en tu albino rostro.

 

Me paralicé y no pude hacer nada, mientras te veía caer al suelo, inconsciente. Mi garganta se apretó y mis pies pesaban una tonelada cada uno, no me podía mover. La gente se agolpaba a tu lado, preguntándose que te pasó, uno que se suponía sabía primeros auxilios te preguntaba pero tú ya no contestabas siquiera.

 

Una lágrima recorrió mi rostro, y aun no me movía. Más gente se concentraba allí, amontonándose, curiosos de mierda.

 

Entonces recién reaccioné. Corrí golpeando a las personas a mi lado mientras las lágrimas me recorrían por el cuello. Te miré así, más pálido de lo normal, con la sangre recorriendo tu rostro.

 

-Taka... - solté, mientras me tiraba de rodillas ante ti. Te tomé desde los hombros, con tu cabeza lacia. - No me dejes... por favor, reacciona, ¿Si? Vamos, debes quedarte, aquí conmigo, con Uru, Taka... - mis lágrimas aumentaban y mi mano limpiaba la sangre con la manga de mi polerón.  - Ruu... por favor... no te vayas, te necesito.

 

Un gemido de dolor dejaste escapar, y una leve sonrisa apareció.

 

¿Por qué diablos siempre sonreías?

 

-Te amo... no, no hagas nada, quédate quieto e intenta solo respirar. - limpié las marcas de sangre de tu frente y deposité mis labios allí. Un "Aki-chan"  me dedicaste despacio como si no lo hubieses dicho.

 

La ambulancia llegó entonces y te quitaron de mis manos bruscamente. Te llevaron y yo sabía que no había esperanza si quiera.

 

¿Por qué cuando se suponía que comenzaría a ser feliz, me arrebatan lo que más quiero?

 

Los intrusos se fueron lentamente y yo quedé solo allí, llorando como idiota y sin hacer nada por ti.

 

En menos de una hora después de ello, Shima me llamó llorando.

 

Un hijo de puta te arrebató de mis brazos.

 

Aún... aún cuando recorro aquella calle, lloro. Es imposible evitarlo. A cada minuto recuerdo tu rostro siempre sonriente, tu voz, tus labios, que tan solo unos instantes fueron míos.

 

Ahora está nevando ¿sabes? Recuerdo cuanto amabas la nieve, verla caer, su blanquecino manto que luego dejaba. Yo la amo por qué se parece al color de tu tez.

 

Todos los días, intento mentirme diciéndome que aún estarás con Shima y yo, que bromearas con nosotros o simplemente nos acompañaras cuando tomamos. Corrección: tomábamos.

 

Uruha, se enfadó conmigo luego de que le contase que yo estaba contigo cuando todo ello sucedió, no me ha vuelto a hablar desde entonces...

 

Quiero estar contigo... abrazarte y darte un helado de chocolate.

 

Hoy visité el cementerio. Oh diablos... odio hacerlo, pero es la única forma física en donde te pueda ver.

 

-Te amo... Taka chan.

 

¿Te volveré a ver alguna vez?

 

Abrigado como aquel día, con la bufanda hasta la nariz, con un helado de pistacho en mano, tarareaba una canción que oí en la radio de mi auto.


Mañana sentirás la lejanía
(por favor yo solo te quiero ver)
de alguna forma esta mano te dejara ir
caminare junto
al futuro no prometido
seguiré caminando junto
al futuro en el cual tu estas.

 

Es la canción que te dedicaré el resto de mi vida. Es la canción que siempre será tuya y mía, aún quizás no la escuchaste jamás, será nuestra canción.

 

Caminé nuevamente por esa calle, esperé a que la luz roja se reflejase en mí. Esta vez no sería lo mismo. Esta vez, llegaría un vehículo a alta velocidad también, pero esta vez sería mi culpa y quien muriese esta vez sería yo. Nadie se enojaría por mi ausencia, nadie se paralizaría esta vez siendo que pudo haberme salvado.

 

Sé que de esta forma te volveré a ver... hasta luego mi pequeño.

 

Te amo, mi Taka chan.

Notas finales: Review !

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).