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MI VERSION DE LOS HECHOS por Shiru

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Notas del fanfic:

Escribí este fanfic antes de enterarme de cualquier otra cosa, como que la panda de chicas eran de francia y toda esa maña. Es más, incluso me enteré mal y en vez de Hamburgo escribí Munich xD.

Porfavor, haganme las críticas constructivas correspondientes en gramática y redacción en vez de estar corrigiendo el capitulo que sé que está incompleto y con faltas de información que, a mi juicio, no son relevantes para escribir una historia de amor con ciertos hechos de realidad.

En fin, espero que les guste, pues el primer fic de TH que escribo n.n

Notas del capitulo:

Si, a veces uso palabras muy superdotadas para decir lo obvio ._. .

recuerden!! Casi nada de lo que aparece en esta historia es real!! sólo es un cuento de mi retorcida imaginación mezclados con los nombres de los artistas y algunos hechos que ocurren!

y ojalá les guste!!  ºwº

Salió del estudio de grabación. Había sido un día muy duro y lo único que quería era descansar, ni siquiera llegar al departamento que compartía con su hermano y sus compañeros. Sólo quería un momento de silencio y soledad para aclarar sus pensamientos. Había sentido cosas así antes, un cosquilleo incansable en la boca del estómago, pero la última vez que lo sintió fue cuando veía a una niña del colegio, que en ese entonces le gustaba mucho. Pero no podía entender por qué ahora, y hace dos meses, ese cosquilleo lo sentía cuando miraba a Bill.

Sus pensamientos estaban totalmente fuera de lugar.

-"Vamos."
–Repetía una y otra vez en su cabeza. – "Es tu hermano. ¡¡Tu hermano!!" – Tanto quería sacarse esa idea del cosquilleo, que cuando entró a su auto buscando escaparse un poco de la sociedad, casi empieza a darse cabezazos contra el manubrio. Pero descartó esa idea al notar que todo el equipo salía del estudio después de un duro día de trabajo.

Los vio salir uno a uno por la puerta hasta que salió Bill con expresión de molestia sobándose la garganta con la mano hasta que vio a su hermano mirándole fijamente y le sonrió. Tom entró en pánico al sentir ese cosquilleo una vez más y arrancó el auto, dejando algo sorprendidos a todos los allí presentes.

--

-¿Lo viste? –Preguntó emocionada una voz femenina viendo como el auto de Tom Kaulitz se alejaba por la calle.

-Si, lo vi. – Respondió otra chica con voz ahogada encendiendo el auto y poniéndose en marcha, siguiendo desde cierta distancia el automóvil negro de Tom.

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No supo exactamente cuanto tiempo estuvo conduciendo. Debieron ser unas tres horas, porque cuando se quiso dar cuenta ya estaba en la carretera a unos cuantos
kilómetros de Hamburgo, con casi nada de gasolina y era de noche.

Manejó hasta una gasolinera y esperó a que se llenara el tanque y volvió a entrar al auto. Se alejó unos metros de la bomba, se quedó en el estacionamiento y encendió un cigarrillo. Estaba ya por terminarlo cuando un flash de cámara fotográfica le encegueció por un momento.

Giró la cabeza para encontrarse con un par de chicas mirando emocionadas la foto que acababan de tomar.

-"Están ebrias."- Pensó dándole otra calada al cigarrillo ignorándolas, por completo.

-Ey, Tom… - Dijo la que sostenía la cámara. - Hazte una foto con nosotras. – Agitando suavemente la cámara.

El aludido seguía pasándolas por alto tomando más en cuenta su cigarro que a ellas.

-No me voy a hacer una foto con ustedes. – Dijo escupiendo veneno con cada palabra, pero al mismo tiempo cubriendo su tono de irritación con uno de total calma. – Hay horas de trabajo, para dedicarnos a la fans y firmar autógrafos y cosas por el estilo. – Caló su cigarrillo por última vez. – Ésta no es una de ellas. – Finalizó tirando la colilla a un punto incierto que resultó ser cerca de los pies de la segunda chica.

Ella recogió la colilla y caminó bamboleante  hasta el auto de Tom. Cuando llegó a su lado, estampó la colilla aún encendida contra el vidrio del asiento trasero al conductor. Ahora Tom la miraba, irritado.

-¿Que? Vamos, incluso nos molestamos en seguirte. – Ella sonreía de manera boba. – ¿Por qué crees que no seguimos a ese par de idiotas incompetentes e inútiles(shiru: G’s! i love you! sorry!)… – Tom frunció el ceño aún más. –… o al maldito marica de tu hermano Bill?

Eso ya fue la gota que derramó el vaso. Le pegó un fuerte puñetazo en la mejilla por las siguientes razones: quería estar solo y le jodía que lo molestaran mientras meditaba, estaba agotado por la grabación esa tarde y eso lo jodía más… pero simplemente no aguantaba que cualquiera se atreviera a juzgar mal a su hermano.

Se bajó del auto y golpeó a esa zorra (según él) una vez más en la cara hasta que cayó al suelo. La chica con la cámara fue a auxiliar a su amiga, aterrada de lo que Tom acababa de hacer y pudiera hacerle a ella también. Las miró con odio y salió de allí tomando la carretera de vuelta a Hamburgo.

En ese momento sólo quería dormir.

--

Dos días después.

La banda estaba en el estudio volviendo a grabar una canción en la que Bill había desafinado anteriormente. David entró furioso al estudio y esperó a que terminaran esa canción. Miró fijamente a Tom y le hizo una seña para que lo acompañara afuera, dejando en un mesón del estudio un diario de esa misma mañana.

-Pero…

-Nada de ‘peros’ – Interrumpió David a Georg, quien iba a protestar.

Bill miraba sin comprender. David estaba enojado y Tom tenía cara de culpa. Eso no presagiaba nada bueno. Tom se sacó la guitarra y fue donde su manager como un niño que sabe que lo van a regañar.

Caminaron fuera del estudio a tomar aire fresco y David le exigió una explicación a lo que salía en los diarios.

--

Mientras tanto, dentro del estudio, Gustav y Georg discutían en qué problemas se había metido el guitarrista esta vez, y Bill buscaba una manera de enterarse de lo que su hermano y su manager estaban hablando. No podría ir a espiarlos desde la puerta, sería demasiado obvio, y con esta, su única idea, prefirió quedarse quieto dando vueltas al estudio de grabación con la mirada hasta encontrarse con el diario que había dejado ahí David.

Se levantó de la butaca y agarró el diario, que era de farándula, y leyó las letras grandes de la primera plana:

‘Tom Kaulitz golpea una fan’

--

-Dime lo que sucedió hace dos noches, Tom.- Dijo el manager de la banda mirando con reproche y desaprobación a Tom, quien estaba con la cabeza gacha apoyado en la pared del estudio. – Ahora.

Suspiró resignado. – Salí del estudio y conducí sin rumbo hasta que se hizo de noche y como se me acababa la gasolina, pasé a una gasolinera. – David seguía mirándolo feo, ahora con una ceja en alto y cruzado de brazos. – Al terminar, me estacioné y me estaba fumando un cigarrillo cuando me encegueció el flash de una cámara. Resultaron ser un par de chicas ebrias que, según ellas, me habían seguido desde el estudio.

-Bueno, pero esa no es razón para noquear a una de ellas. – Dijo con enojo David.

-Si, bueno, luego de eso…

--

¿Su hermano? ¿Golpeando una chica? ¿Una fan? Era información difícil de procesar. Aún más con una fotografía borrosa y de mala calidad de alguien rubio con rastas como que acababa de golpear a una chica. Pero por mala que fuera la foto, que seguramente habían rescatado del video de seguridad, no lo podía negar. Aquel era el auto de Tom, y dudaba seriamente que alguien tuviera rastas tan largas como las de su hermano. Y encima, rubias.
Siguió leyendo.

Tom Kaulitz, guitarrista de la famosa banda Tokio Hotel, tuvo un encuentro inesperado con dos fanáticas que por casualidad se habían encontrado con él en una estación de gasolina a las afueras de Hamburgo. Unas de las chicas tomó una fotografía del guitarrista y la otra le pidió un autógrafo, lo que tuvo como resultado que Tom se enfureciera de repente dándole a la chica que se había acercado a su auto dos puñetazos en la cara, dejándola en el suelo. Él guitarrista huyó después de dejar a la chica en el suelo. Las dos jóvenes llamaron a la policía y dieron los siguientes testimonios: ‘Sólo queríamos una foto con él…’, ‘…reaccionó así de repente y casi me destroza la oreja…’.

No podía creerlo. Dejó el diario en donde lo había encontrado y se dirigió a la puerta que salía del estudio. Antes de poder abrirla, escuchó la voz de Tom.

--

-Esas zorras insultaron a los demás de la banda. – Miraba el suelo Tom, enfadado, explicándole a su manager, quien todavía no le creía del todo a Tom.

-Ok… pero no creo que haya sido eso por lo que estallaste. – David comprendía poco a poco. Las chicas estaban ebrias, y habían dicho que los demás de la banda eran idiotas. Cualquier otro diría que un borracho no está en uso de razón, pero él pensaba todo lo contrario; no hay persona más honesta que aquella que está pasada de copas.

Tom suspiró pesadamente. ¿Qué más daba? Lo había estado pensando esos últimos días, y aunque no estuviera del todo seguro, sabía que sentía algo por su hermano más que simple amor fraternal, y por la manera en que lo había estado tratando esos últimos dos meses antes de darse cuenta dos días atrás, intuía que David también se había dado cuenta.

-¿Dijeron algo en especial sobre Bill? – se atrevió a preguntar David, estando casi seguro de que había sido eso lo que causó todo éste alboroto. – ¿Algo malo?

Tom se tensó y apretó los puños hasta que sus nudillos se tornaron blancos.

--

-"¿Algo malo sobre mí?" – Bill, detrás de la puerta, escuchaba atentamente, empezando a odiar a esas zorras que clamaron ante la prensa ser unas santas cuando fueron ellas quienes provocaron a su hermano. Bill supuso que habría reaccionado de manera similar, sólo que sin golpes y más insultos.

-Las putas ésas dijeron que Bill era un maldito marica. – Dijo al fin Tom, con desgana. –Lamento haber causado todo éste alboroto. Ni siquiera me importa lo que dicen los diarios de mí, ni lo que ellas afirmaron que pasó, lo que seguramente terminará poniéndolas a ellas como víctimas, lo único que me importa es que nadie juzgará mal a la persona a quien más amo en esta tierra. Y menos unas zorras ebrias.

A Bill se le paralizó el corazón. ¿Había escuchado bien? ¿Significaba que sus incestuosos y, en su mente, incorrectos sentimientos eran correspondidos? Debía serlo, aunque nunca se imaginó que se enteraría de ellos a causa de un pleito de su hermano con un par de fans. A decir verdad, ni siquiera se le pasó por la cabeza que sería correspondido.

Ahora David comprendía. Sus sospechas eran ciertas, pero no significaba que lo iría a reñir por eso. Sólo suspiró y le hizo prometer a Tom que no causaría otro alboroto como aquel.

-Bill. – Llamó David. El cantante por acto reflejo se asomó por la puerta, olvidando que se suponía que nadie sabía que estaba ahí escondido, escuchando. –Tú tampoco causes alboroto por que alguien insulte a Tom o a nadie, ¿Ok? – Bill asintió tímidamente, yendo a abrazar a su hermano, quién procesaba el mensaje de su manager, que de alguna forma le dijo que Bill sentía lo mismo que él. – Y en cuanto su relación actual… - Ambos se tensaron y esperaron la negativa. David suspiró. – Quiéranse mucho, pero en la privacidad de un cuarto. No se lastimen. – Dijo lo último con una sonrisa antes de entrar al estudio y cerrar la puerta.

--

David entró agotado al set de grabación en donde los G’s esperaban impacientes.

-¿Ya salieron del closet? – preguntó emocionado Gustav casi al borde de su asiento, mirando expectante a David, quien volvió a suspirar por enésima vez en el día.

-Si… espero que les vaya bien. – Admitió, rascándose la nuca con expresión casada en la cara.

-Me alegro. – Sonrió Gustav apoyándose en el respaldo del sofá. Georg le pasó el brazo por los hombros y Gustav se acurrucó en su pecho. David los miraba con cara de: “what?” con la boca completamente abierta, apuntándoles con el dedo índice. Luego se pasó la mano por el pelo, resignado. El 90% de las fans maniáticas y juradas se morirían de la pena, el asco o la rabia si las relaciones del grupo que  representaba salían a la luz. Pero siempre existiría ese 10% de leales fans que se alegraría simplemente porque sus ídolos estuvieran felices. En cualquier caso, deberían siempre mantener su amor en el lado privado.

Bill y Tom ya entraban al set con las caras rojas y sonrisas en los labios, hinchados por, seguramente, estarse besando desde que David entró.

-¿Qué hay, banda? – saludó felizmente Tom, quien abrazaba con un brazo suavemente a Bill por el cuello. Bill se reía. Ambos ensancharos sus sonrisas al ver en la posición en la que se encontraban los G’s, dándoles a conocer su relación.

-Bien, Tom. – Dijo Georg apretando su abrazo a Gustav, quien reía. - ¿Qué vas a hacer con eso de las fans? Leí el periódico y te podrían meter a la cárcel cinco años.
– Se puso más serio.

-Haré que me muestren el video de seguridad y les diré detalladamente lo que me dijeron esas tipas sin gracia. A ver qué hacen ellas. – Sonrío malicioso.

-Me parece bien. – dijo Bill pasando a besar en los labios a su hermano por un buen rato.

-Consíganse un cuarto. – dijo Gustav. – Vamos a seguir con la grabación. Me siento inspirado hoy. – miró a Georg y le robó un beso antes de ir a sentarse frente a su batería.

-Ok. – David detrás del vidrio ordenaba un par de palancas de sonido y una vez que todos estuvieron en sus lugares, les hacía una cuenta regresiva con los dedos.

Todo se veía bien ahora.

Fin.

Notas finales:

Les gusto? No les gustó? Tuve faltas ortográficas? les cuesta trabajo entender lo que escribo? tuve mal la localización de los hechos?
si es así, háganmelo saber!! :3 plizz!!
ESTO ES PARA TI, TOM!! WHOA!!


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