La luz... de ese sol brillante de la mañana, dando sus primeros rayos, comenzaron a entrar por la ventana y cayeron sobre su rostro blanco, cayó sobre sus ojos, que se han matenido cerrados por mucho tiempo, cayó sobre los tubos que salían de su muñeca, y llegaban a unas bolsas que colgaban de unos fierros, y además cayeron sobre una cabeza, cubriendola por completa, haciendo brillar sus cabellos rubios, estaba con los brazos apoyados a un costado de la camilla, en la camilla deonde "él" estaba recostadom estuvo toda la noche así, sobre sus rodillas, con el molestoso pitito de la máquina que avisa las pulsaciones del corazón, estuvo despierto hasta que sus ojos no pudieron más y se cerraron cansados, pero aun así él mantiene la esperanza de que "él" despierte, en eso, mientras estaba en sus sueños, se sintió abrir la puerta, y la cabeza rubia se levantó de esa incomoda posición en que estaba de inmediato para ver quien se introducía en la habitación, y vio a una enfermera, era de cabellos castaños muy claros, y ojos del color de la miel.
-¿Cómo dormiste?- le preguntó, con una sonrisa muy hermosa
-no dormí mucho, además me duele el cuello- el chico mostró bien sus ojos azules como el cielo y también le sonrió a ella, luego la enfermera comenzó con la rutina del día anterior, a revisarlo a "él" -¿Cómo está?- preguntó, bajando la vista hacia el suelo
-un poco mejor- volvió a sonreir- pero sigue inconsciente- aunque el rubio esperaba esa respuesta no pudo evitar volver a ponerse triste
-"él" va a despertar, ¿cierto?- preguntó tratando de animarse a si mismo
-¿eh?- la enfermera se puso a la altura de su rostro- ¡claro que lo hara! Por eso necesita que tu lo ayudes, y lo tienes que ayudar con sonrisas, "él" siente tu estas bien o mal, y creo que si te siente bien y feliz, va a querer estar contigo, así que vamos, muéstrame esa sonrisa linda
-jejejeje...- sonrió lo mejor que pudo, si era cierto que debía sonreír solo para que "él" despertara, no dejaría de hacerlo
-Muy bien- tocó la nariz en señar de cariño- ¿hm? vaya, tú también estás herido, y no me había dado cuenta, soy tan despistada a veces- lo dijo refiriendose a un corte que el chico tenía en su mejilla, pero no eran esas marquitas tan llamativas que tenía, sino que era un corte muy grande
-Si, pero no es nada... ¡Ay!- se quejo, porque ella le había tocado la herida
-Es profunda, la curare de inmediato-
-No, no es necesario-
-No creo que quieras que se infecte, además es mi trabajo, espérame aquí-
-Está bien- la enfermera abrió la puerta y salió de la habitación
El chico de cabellos rubios, luego de quedar mirando la puerta, se dio vuelta a mirarlo a "él", no le gustaba verlo en la camilla, estaba más palido de lo normal, sus cabellos negros desordenados, no sentía el aura que siempre emanaba de "él", un aura de superioridad, de fuerza, que al chico rubio le molestaba, pero en este momento extrañaba... al contrario, ahí tendido se veía tan indefenso como un bebé. tan débil como una pluma, sintió la necesidad de abrazarlo, y lo hubiece hecho, sino fuera ¡por los tubos!, si, esos tontos tubos, o por esa máquina que tenía para poder respirar, o la cinta que tenía en su cabeza, o simplemente por las tantas heridas en su cuerpo...
-Ya estoy aquí- era la voz de la enfermera que había entrado, la voz lo hizo reaccionar de su sueño, y el volteo a verla- siéntate ahí- le indico una silla junto a la camilla, y el chico lo hizo de inmediato, luego ella procedió a curar la herida con las cosas que tenía en su botiquín-¿"él" es solo tu amigo?-
-sí, es mi amigo, pero a que se refiere con... ¿SOlO?- preguntó curioso, aunque bien sabia a lo que ella se refería
-Je, pues tu sabes, pensé que eran novios-
-¡¿Qué?!- gritó desesperado y muy sonrojado
-shh, no grites-
-Dis-discúlpeme- dijo tranquilo, pero aun sonrojado- pero no entiendo, ¿Cómo?, "él" es un hombre al igual que yo
-Nada está escrito en el amor, pero discúlpame fui demasiado lejos con esa pregunta, bueno ahí está- le colocó un parche sobre la herida, luedo de limpiarla y todo
-Gracias, y no se preocupe-
-Bueno te dejo, y si quieres comer algo, ve al casino, y pregunta por mí, Naruko, yo te puedo dar algo, porque por lo que veo no llevas mucho dinero
-¿Yo?, jeje, pues no, he estado dos días aquí sin nada- dijo sonrojándose de nuevo- a si, mi nombre es Naruto
-Bueno un gusto Naruto, cuídate, yo me voy, y ya sabes, sonrie- ella se retiró
-¡Je! ¿Novios?, ¿Qué opinas Sasuke?- miró al chico de la camilla- bueno en unos minutos me voy a comer, que de antenoche no como algo, em... oye,- se refirió a Sasuke- ¿Tendrás hambre?- se rió nostalgicamente- ¡qué idiota soy! Como vas a contestarme si estás durmiendo- dio un suspiro para luego sonreír tristemente -de todas formas te traeré algo, porque sé que vas a tener hambre cuando despiertes, y cuando tienes hambre te pones gruñon, ¡Espérame aquí! y no te vayas mover-
Naruto salió de la habitación, para Naruto era imposible perder la esperanza, no lo iba a hacer..........
Continuara....