CAPITULO1- ¡¡Alastor Moody!!
En un lugar de Hogwarts, de cuyo nombre no quiero acordarme, se podía observar una de las múltiples y numerosas discusiones entre Draco Malfoy Y Harry Potter. Como de costumbre nuestro rubio particular era el que metía cizaña e intentaba sacar de quicio a nuestro Harry, que por supuesto no se amedrentaba ante el arrogante Malfoy. Pero al final Harry daba por terminada la discusión con una última palabra y dándole la espalda a ese rubio que no merecía , según él , ni siquiera su desprecio.
Draco Malfoy dirigió en ese momento un hechizo a Harry aprovechando que éste se había dado la vuelta dispuesto a dirigirse hacia Howarts. Pero gracias a la destreza y atención de Alastor Moody, éste pudo evitarlo. Draco se quedó estupefacto al darse cuenta que su profesor le había pillado con las manos en la masa o mejor dicho con las manos en la varita. En ese momento Alastor se dirigió a Draco de manera furiosa.
-Maldito cobarde!- y le dirigió un hechizo convirtiéndole en un hurón completamente blanco como la cal. –serpiente venenosa, escoria, traidor, ¿no sabes que eso de atacar por la espalda es lo mas ruin que existe?.-decía mientras lo volteaba con su varita de arriba a bajo.
-Alastor Moody!!-llamó con una voz exageradamente chillona (Ved Harry Potter en ingles, nos entendereis) McGonagall.-por favor, deje a ese alumno en paz. ¿Sabe que esta prohibido castigar a los alumnos echándoles hechizos transformadores?.
-Disculpe profesora Minerva-contestó mientras la miraba de arriba abajo-pero hay algunos cobardes que se lo merecen.
Minerva lanzó un contrahechizo que volvió a la normalidad a Draco y éste salió despavorido como si lo persiguiera el mismo diablo.
-Vaya Minerva...ese sombrero es nuevo verdad?. Estás preciosa, je,je.
-Oh, pues sí-contestó McGonagall colocándose su nuevo sombrero escocés de cuadros negros y rojos, y bueno también toda ella.- es mi nuevo sombrero escocés que me compré la semana pasada. Pero solo me he decidido estrenarlo hoy por primera vez. A que es cuco?. Ji,ji,ji.
-Mira que eres coqueta eh? Pero me encanta.-dijo mientras se acercaba peligrosamente a McGonagall.
-Alastor! Por favor, para. Por cierto me encanta ese bastón tuyo, siempre me ha parecido de lo mas varonil- intentó decir para distraer a Alastor y mantenerlo quietecito en su lugar.
- Sí, bueno. No está mal, aunque....yo tengo otro con el que podrías jugar con él. Je,je,je. Qué te parece si quedamos esta noche y te lo enseño?-le dijo Alastor guiñándole un ojo.
-No se, no se....-decía McGonagall con cara pilla y algo dudosa. Pero después contestó-Bueno vale, pero que conste que todo esto ha sido cosa tuya, no vaya a ser que luego Albus me eche la culpa a mí.
-Tranquila mi rosa de pitiminí, yo responderé de todo lo que ocurra esta noche. Por cierto, quedamos en los pasillos de las mazmorras.
-¿En las mazmorras? ¡Pero que dices! Para qué quieres ir a las mazmorras? Con el frío que hace....y además ahí está el profesor Snape que nunca duerme y no quiero que nos pregunte si nos ve. A saber lo que pensará ji,ji,ji- reía bajito mientras se tapaba la boca con la mano y su cara empezaba a ruborizarse.
-Te he dicho que estés tranquila. Confía en mi. Además cuando te vea esta noche...ya te diré por qué quiero ir a las mazmorras......-y se despidió con un guiño y lanzándole un beso con la mano.