Su mente, su alma, su cuerpo…cruel jugada del destino había desgarrado su ser a la corta edad de 18 años, que lo había dejado varado en el tiempo, sin la posibilidad de amar, de aprender y de crea a un ser de sus entrañas.
Por eso esa noche debía llorar, si no fuera por su tonta curiosidad de probar esos labios tan masculinos de ese joven no hubiera sentido, si no fuera por sentir aquella felicidad, aquella deliciosa experiencia que no sentía desde hacia tanto, no hubiera recordado el dolor, aquel dolor enterrado hacia tanto tiempo bajo una mascara sin sentimientos excepto una compasión y ternura hacia sus pequeños “hermanos” a los cuales había acogido tiempo atrás.
- Elle…-la voz suave lo llamo desde la puerta, sintió sus pasos lentos pero firmes acercándose hacia el y aroma a tabaco para pipa y hierba buena inundo sus fosas nasales – Elle… que ha ocurrido?
- Watari…- murmuro con voz queda aforrándose aquel hombre que vio como un padre y a través de los siglos lo protegió – por que?? Watari por que tenia que pasar?? por que???
Su sollozo ahogado recayó en el anciano hombre, después de tanto tiempo, después de haber sufrido tanto porque tenia que aparecer alguien que rompiera esa mascara de cristal que tanto se había esforzado por fabricar??.
Se acurruco contra el cuerpo mayor, buscando protección, aquella protección tan frágil e indestructible que le brindaban las suaves sabanas y el calido cuerpo de ese hombre que lo hacían sentir un niño a salvo en los brazos de un padre.
0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0
Los rayos del alba jugaban espiando en las ventanas, despertando levemente a los ocupantes de la habitación los cuales se encontraban aun jugando por debajo de las sabanas.
Unas pequeñas y blancas manos recorrieron el pecho tostado de un joven de cabellera rubia, antes de detenerse súbitamente para apretarse a el temblando con un pequeño quejido
-¿¿Qué ocurre Near??- pregunto el rubio acariciando el pequeño cuerpo de su acompañante, este seguía temblando entre sus brazos murmurando frases inconexas.
Maldito el destino le había entregado esa habilidad de ver el porvenir, maldita suerte de hacerle sufrir con imágenes que no entendía; un bebe recién nacido llorando, caras de dolor y felicidad, el olor metálico de la sangre y luego nada…
- Mello…- se habían acostumbrado a estos “ataques” del pequeño, a este lo acurruco cubriéndole su desnuda piel con las suaves sabanas del seda desparramadas en la alborotada cama – creo que Kira traerá vida y muerte…
El niño escondió su pequeña cabeza blanca en el pecho del rubio tratando de recuperarse del susto que aquella visión, tan llena de sangre y dolor como de vida y un extraño sentimiento de felicidad de antaño, le había dejado, el rubio acaricio su cabeza un poco antes de iniciar su tarea de dejar pequeños besos a lo largo de todo el rostro, acariciando firmemente pero delicadamente las curvadas caderas de SU niño, pues a decir verdad era suyo, el lo había amado y cuidado, el lo había convertido y ahora se contentaban eternamente danzando el baile de la pasión y la lujuria sintiendo emociones mucho mas fuertes que las normales humanas, ya no debian contenerse para no dañarse, una pequeña risa acudio a la boca del mayor, cuantas camas destruidas, cuantas casa tiradas abajo por la fueza de su pasion.
Con tortuosa lentitud acaricio la garganta con sus diente, rozándolos suavemente en la piel del niño, llegando a la unión del cuello y el hombro, mordiendo en un suave movimiento la blanca piel provocando que los borbotones sangrientos se deslizaran libremente como caminos rojizos sobre la nieve salvaje del monte, porque la nieve de monte si es salvaje va a donde ella desee y es blanca pura, el era como esa nieve pura e incontrolable
Besos ahogados, caricias rebeldes, el dolor que se volvía placer, todo encaramado a una sola dirección, la única posible para ellos dos, y al termino de un beso errante el edén se hizo presente acabando con sus ultimas fuerzas.
0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0 // 0
Suavemente entro a su a habitación procurando no hacer ruido, había visto a Watari salir de la misma minutos atrás. Se encamino al bulto sobre las sabanas, se recostó a su lado colocando su frente sobre la de él aun separado por la sabana
- Elle…- murmuro quedamente y al no ir respuesta prosiguió – No debes llorar…debes ser fuerte porque si tu llegases a romperte…todos nosotros caeríamos y…y debes saber que aunque duela debes afrontar lo que sentiste y no enterrarlo
El cuerpo se movió aun cubierto por la tela buscando el calor del compañero fuera de ellas
- gracias…Matt- murmuro para quedar completamente dormido protegido por el calor de aquel que el había visto como un hermano, un igual, un despechado errante de corazón roto y alma despedazada con una sonrisa falsa, tan falsa como la vida que los otros creían que era llevada por aquel contenedor de sangre y vísceras, desposeído ya de todo amor y vida libre de ese lugar, el no podía irse ya que se lo debia a Kira por haberle dado una nueva vida, el no era libre pero…su mente podría serlo?...
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español