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I Can See the Wind por katzel

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Notas del fanfic:

* Basada en la película anime "The Boy who Saw the Wind" para su idea original pero no reproduce ni sus personajes ni las acciones del argumento.

Admiraba el color intensamente rojo de las manzanas que colgaban balanceándose en una fila de pequeños arbustos.

En mi ciudad era difícil ver un espectáculo así.

Los árboles que daban fruto no solían estar plantados al alcance de cualquiera y esas manzanas tenían un color más vivo que la sangre.

Escuché una risa ligera que parecía nacer de las hojas o los tallos llenos de brotes verdes, era como jugar al escondite con un espíritu del bosque. Cada vez que lograba rodear un tronco la escuchaba mucho más allá...

- Cuánta persistencia... en verdad quieres atraparme - dijo por fin una voz clara y pura con acento del sur.

- ¿Quién eres? - pregunté sujetando mi pequeña maleta y retrocediendo apenas unos pasos.

- Eso no es importante. Lo importante aquí es quién eres tú y lo que serás a partir de ahora... si es que tomas la decisión correcta...

- ¿Por qué no puedo verte?

- De hecho sí puedes hacerlo, sólo que no estás mirando al lugar adecuado...

- ¿No podrías aparecer frente a mí para saber cómo eres?

- Imposible, si no me ves tu mismo no podrás hacerlo nunca... tú y yo sabemos que no vas a abandonar un misterio a la mitad... nunca lo haces.

- ¿Cómo lo sabes?

- Pura observación... como también sé que tu fruta favorita es la manzana... que vas a la secundaria que está a tres cuadras de aquí y que vives sólo con tu padre...

La helada sensación de estar expuesto hizo que me abrazara a mí mismo.

- Eres... algún tipo de acosador...

- ¿Tú crees? ¿Te parece que soy un vulgar maniático?... oh... entonces realmente te asustarías si te digo que nunca te he visto hablar con nadie de tu clase, que escribes largas historias en cuadernos azules y que siempre has llorado con el final de la película "el joven manos de tijera", que cuando caminas sientes alas en la espalda y ufanamente piensas que nadie más puede verlas y que te gusta una persona para la cual eres absolutamente invisible por que es una completa estrella en el instituto.

- ¡Cómo... eso es...!

- ¿Quieres que continúe o ya es suficiente?... soy muy buen observador así que puedo agregar algunas cosas más... como tus pensamientos suicidas en la separación de tus padres, o la forma en que te encolerizan las cosas fuera de lugar o tu pasión por el dibujo manga...

- ¡Basta! ¡Basta!

¿Quién era esta persona que conocía todo de mí? ¿Había un sólo pensamiento que no le hubiera sido revelado?

- ¿Sigues pensando que soy un ser humano?

- No... no puedes ser... entonces...

- Te he escogido... he visto la marca del viento que sopla en tu rastro y he venido al darme cuenta de que ha llegado la hora... sólo eso.

- ¿Yo?... ¿para qué? no tengo...

- ¿Nada en especial?... eso es lo que tú crees... pero incluso ahora en ese estado puedes sentir también mi viento, la prueba es que puedes escucharme, quizás aún no te des cuenta dónde estoy descansando, pero eres muy perceptivo... no puedo escoger a cualquiera... podría crear algo inútil o potencialmente peligroso para este mundo, pero en tu caso no será así...

- No lo entiendo...

- Porque es aún un poco temprano... pero según lo que el viento dice... sucederá muy pronto... y tendrás que decidirte ahora.

- Decidir...

- Los caminantes del viento no tenemos hijos... es imposible para nosotros dar vida puesto que ya no la poseemos, por eso elegimos a los humanos que necesitamos para proseguir nuestra carrera por los cielos... después de todo provenimos también de aquella carne, sin embargo, este es un nivel un poco diferente... así que preguntamos amablemente antes de tomar a alguien si está dispuesto...

- Pero mi casa, mi padre... la escuela...

- Vamos... cierra los ojos... escucha el viento...

Obedecí.

- ¿Aceptas venir conmigo?, ¿le darías tu vida al extraño que tus ojos aún no han podido atrapar?

En otras circunstancias habría dejado plantada a la voz imaginaria, pero no tenía miedo y este misterio que me envolvía captaba toda mi atención y deseaba dilucidarlo de una vez.

Azul... el viento también podía ser azul. En mis pensamientos el viento tomaba cuerpo y forma...

- ¡Ya sé dónde estas! - dije muy alegre y aparté algunas ramas antes de intentar cogerle por el brazo.

Al abrir los ojos me di cuenta de que continuaba solo.

- ¿Y por qué no puedo verte?

- Muy bien... incluso has podido encontrarme... ahora dime - parecía ansioso - ... ¿aceptas por propia voluntad venir conmigo? Necesito tu palabra...

- Yo...

Pasaron muchas imágenes por mi mente... yo era un cero a la izquierda y un estorbo para todo el mundo...

- Ven conmigo... ven...

- Acepto - dije aún dudando si era la mejor opción.

Iba a decirme algo pero se contuvo.

Entonces escuché el sonido fuerte de una motocicleta que giraba la calle y sobre ella iba un hombre herido en el hombro apretando fuertemente un paquete forrado de negro. Tras él, desde el carro de lunas polarizadas, emergieron brazos con armas letales que dispararon cubriendo el cielo.

Una bala cortó el aire.

La pude escuchar claramente... se dirigía a mí.

El camino del aire me lo dijo.

Sentí el golpe cuando se internó directamente en mi corazón.

Caí hacia atrás y quedé con los ojos abiertos, ni siquiera tuve tiempo de lanzar un grito.

Luego las sirenas de policía empezaron a sonar y pude ver las luces rojas y azules prendiéndose y apagándose intermitentemente.

- ¡Un herido!

- ¡Señor, el chico está muerto!

- Santo Dios...

Muchos hombres de uniforme iban y venían.

- ¿Cuánto tiempo pretendes estar allí echado? - me pregunto el hombre del manzano.

Era de tamaño mediano y llevaba una casaca de tela negra cerrada hasta el cuello de donde escapaba a duras penas el borde de una camisa blanca. El pantalón oscuro y las zapatillas de vestir completaban su indumentaria. Los cabellos en mechones desordenados le daban un aire despreocupadamente gentil y el color de sus ojos era nebulosamente oscuro e indescifrable. Me sorprendió porque no imaginaba que existiese alguien que luciera así de verdad. Le hubiera creído si me hubiera dicho que se trataba de un ángel.

Extendió la mano.

- Ven, si permaneces más tiempo, puede que tu cuerpo te arrastre y ya no podré hacerme cargo de ti.

Tomé su mano que era muy fría y al ponerme en pie me sentí increiblemente ligero.

- ¿Así está mejor? - me preguntó tocándome la frente.

- Um...

- Será mejor que no te gires a ver tu cadáver... no es algo muy agradable que digamos.

Hice lo que cualquiera que escuchara semejante frase hubiera hecho.

La única bala que había visto fue la que se dirigió a mi corazón, pero mi cuerpo estaba lleno de ellas.

- Estoy...

- Así es... te dije que no éramos humanos...

- Tengo...

- Miles de preguntas, y te responderé todo lo que quieras si está a mi alcance pero antes debo saber cómo te llamas...

- Yo soy...

Busqué en las telarañas de la memoria y no tenía idea de mi nombre.

- No, eso no, todos nos olvidamos de cuál es nuesto nombre mortal, me refiero al nombre que tienes ahora al que te ha sido dado. Por ejemplo - se apartó el mechón que cubría su ojo derecho - ... ¿puedes ver mi frente? ¿Qué hay allí?

Dibujado con tinta negra estaba el número 7.

- Siete...

- ¿Ya ves?, soy 7 (seven) , así de sencillo.

- Entonces ¿qué me han colocado a mí?

- Hum... no lo sé... aún no está del todo claro... pero es el primer número que ves cuando estás a punto de morir. ¿recuerdas cuál fue el número en que pensaste?

- Cero...

- Ya aparecerá con el tiempo... mucho gusto Cero... te llamaré Zero, me encanta cómo suena la Z.

Lucía muy tranquilo a pesar del hecho de que yo acababa de morir ante sus ojos. Pero yo no lucía muy diferente. Me asombraba mi propia impasibilidad, creí que habría más dolor y sufrimiento y que la muerte era algo plenamente traumático. Pero buena parte de mi seguridad se la debía a él. Saber que no estaba solo y mi incesante curiosidad entorno a él y lo que significaba, llenaba en ese momento todo mi mundo.

Desde el cielo, como las cintas de una caja de regalos, vi descender diferentes lazos nebulosos de color gris.

- ¿Qué es eso? - pregunté.

- El viento, ahora puedes verlo claramente, aunque demorarás un poco en cogerle el truco a las corrientes, ya te acostumbrarás a convivir con esa imagen.

- Seven... ¿Qué somos nosotros?

- Ven, sígueme, no estoy muy acostumbrado a caminar pero hagámoslo para buscar el lugar adecuado. En el camino iremos conversando. Nos pusimos a andar hacia el centro de la ciudad, donde se veían los edificios más altos. Él, con las manos en los bolsillos, casi no dejaba de mirar las corrientes calculando su longitud y distancia.

- Hey.... Seven aún no me has respondido...

- Oh, lo siento, ya sabes, la gente que cruzamos hace que pierda la concentración... sus pensamientos, se agolpan en molestosos susurros.

Efectivamente había muchas personas en la vía pero no parecían poder vernos ni oírnos. Sólo algunos niños sentían escalofríos y extendían las manos casualmente hacia donde estábamos.

- No te preocupes por ellos, no hay nadie capaz de captar nuestra presencia... y en cuanto a qué somos, pues no lo sé, nos llaman "el eco de la muerte" una vida que se ha extinguido no se vuelve a encender, simplemente tiene un cierto remanente, digamos un "rastro" o "energía" que queda flotando en el infinito, eso somos nosotros, no somos inmortales sino que en algún momento, cuando nuestro rastro se pierda definitivamente, desapareceremos.

- Entonces cuál es el sentido de permanecer...

- Tenemos mucho más tiempo... no me digas que esto no es mejor que estar muerto...

- Um... es como una oportunidad...

Involuntariamente pensé que era la oportunidad de estar cerca de seres tan bellos como él.

- Por eso los que vemos el viento estamos tratando de encontrar la razón por la cual aún estamos aquí... quizás descubriéndola podríamos prolongar mucho más nuestra precaria existencia... cada uno es maestro de otro, te dije que somos incapaces de procrear pero elegimos a un "hijo" que sea capaz de sentirnos y tenga un buen futuro potencial de convertirse en uno de nosotros, así al dejar la existencia tenemos quien continúe con nuestra búsqueda y nuestro número no descenderá, por otro lado todos los conocimientos que logremos abarcar serán pasados a nuestro sucesor.

Continuamos por las calles y los callejones oscuros cuando una duda me asaltó.

- Entonces... ¿yo he sido asesinado por que dije que sí? Si no habría aceptado... entonces...

Seven lanzó una carcajada y me palmeó la espalda.

- ¿Siempre sacas conclusiones tan apresuradas? Yo había visto ya la línea de tu vida... es algo que requiere mucha concentración y por ahora imposible para ti, pero para un aguila como yo es algo sencillo. Vi el color del viento que te rodeaba y estaba oscureciéndose, por eso permanecí en la ciudad e interrumpí mi marcha al noreste, ya te había visto antes, es más, pensaba que eras ideal, pero no esperaba que fueras a morir tan pronto. Esta mañana los vientos de tu espíritu estaban completamente negros y me di cuenta de que no pasarías de hoy, por eso te llamé entre los manzanos.

- Si no aceptaba tu oferta...

- Hubieras muerto como cualquier ser humano normal, común y corriente y habrías desaparecido de la vía del universo. Yo hubiera tenido que buscar otra persona para que me suceda... sería un viaje mucho más triste...

Eso me dolió por un momento. Pensaba ser mucho más especial. Apreté los puños y empecé a caminar más rápido.

- Zero... no te enfades, no creas que eres cualquier cosa para mí... yo sé mucho de ti... he estado mirándote sin que te des cuenta y eres ideal... lamento mis modales, entiende que no hubiera sido igual con otra persona y que tampoco quería arriesgarme a convertirte en un monstruo... Zero... no tienes idea de cuánto he esperado por ti... de cuanto he rogado que fueras tú... no ha sido al azar... pero tenía que estar seguro de tu corazón para no hacerte daño...

Me detuve. A pesar de que no parecía mayor que yo se notaba fatigado y un poco triste con una carga más grande que yo recién empezaba a comprender.

- Seven... - yo había enrojecido o por lo menos presentaba un sentimiento parecido - ... no estoy enfadado... todo es tan nuevo para mí...

- Lo siento, he sonado patético... - dijo sonriente - perdóname, un águila vieja como yo asustando a un pequeño pichón de paloma con convertirlo en un monstruo, no tengo remedio...

- ¿Águila? ¿Monstruo?

- Con respecto a lo primero - se subió a la parte superior de una banca y descendió como si flotara -... así solemos llamarnos con respecto a la experiencia que tenemos, yo he volado mucho, demasiado, diría... y bueno tú aún no, pero en breves instantes haremos realidad tu primer vuelo. Con respecto a lo segundo... hum... veamos... cómo decirlo: si alguno de nosotros desea convertir a alguien, digamos a un ser amado nuestro de forma arbitraria, aunque no tuviese aptitudes ni lo necesario, si de todas maneras nos encaprichamos y vamos al momento de su muerte y le convertimos entonces... surge de él una extraña abominación, un ente amorfo que tenemos que destruir pues si se llega a escapar de nuestro control, se afincaría en la oscuridad y poco a poco devoraría el mundo. Esos seres tienen un apetito voraz y fenomenal. Hace tiempo, nuestros Primeros Padres, se dedicaron a traer de manera indiscriminada a otros y hubo una época de masacres en este universo, por eso sólo aprobamos a los que pueden venir sin provocar problemas en el orden de las cosas.

- Pero cómo sabes quiénes se convertirán en monstruos y quiénes no...

- Pues nuestra única medida es la sensibilidad con la naturaleza... hasta ahora es el único método que no nos ha fallado. Si una persona se impresiona con la música y la plástica, gusta de las bellas historias y la soledad, es gentil, humana y cálida, por lo general es potencialmente disponible, pero son una serie de cualidades combinadas las que nos llevan al candidato ideal, el color de su aire, su compatibilidad con el fuego, el aire, el agua, la atmósfera, la densidad de su aura... en fin, creo que ha sido demasiado para el primer día. Mañana podremos seguir, antes es necesario que aprendas lo básico.

Estábamos en la base del antiguo edificio de conferencias que iba a ser destruido en unos días.

- La terraza es perfecta para tu primer vuelo...

- ¡Yo!

- Por supuesto. ¿Crees que nos dicen los caminantes del viento sólo por decir? Sígueme.

Subimos atropelladamente ya arriba teníamos toda la azotea a nuestra disposición.

- Abre los brazos, Zero.

Obedecí.

- Mira las líneas del viento y elige una... síguela hasta que se pierda entre las nubes... esa es la vía que te guiará al cielo... corre a su lado y luego déjate atrapar. No creas que no somos capaces de herirnos, así que hazlo con prudencia, alas y buen viento...

- Pero... eso no es suficiente... cómo me elevaré...

- Bla, bla, bla sólo entrégate, es instintivo... como caminar... te mostraré.

Casi no realizó ningún movimiento, siemplemente fue hacia adelante, abrió los brazos y se disparó hacia arriba a gran velocidad.

- ¡Seven! ¡Espera!

Temeroso de quedarme solo fui tras él.

Mis pies seguían tocando el suelo.

- ¡Olvida el miedo! ¡eso no tiene nada que ver aquí! ¡Sólo hazlo! - gritó desde algún punto lejano.

- ¡Seven!

- ¡Vamos Zero, te estoy esperando! ¡Confía en mí!

Había una banda verdaderamente ancha de color celeste extendida y ondeante, pronto, terminando el espacio de la azotea y ante el inmenso vacío, me atreví a lanzarme en su interior y fui elevado por la fuerte corriente directamente sobre las nubes.

- Woaaaaaaaaaaaaaa

- ¡Eso es, Zero, genial!

Mi estabilidad era un desastre pero podía ver cómo todo se empequeñecía y allá en lo alto, la luz del sol antes del atardecer.

- ¡Estoy volando, Seven! ¡Estoy volando!

- ¡Más rápido, Zero... tú puedes!

Mis ropas se agitaban, mis cabellos no me dejaban ver.

Seven atravesaba los cielos como una saeta y su expresión era de angelical complacencia. La forma que tenía de desplazarse era maravillosa dominaba por completo todo su cuerpo y podía subir alto, muy alto.

- Toma mi mano, Zero... te mostraré.

Le sujeté y disfruté de la brisa de la tarde, estaba impresionado, cruzamos toda la ciudad y luego se volvió a mí dijo:

- Ahora te mostraré por qué me dicen águila...

Nos lanzamos en un vertiginoso picado, las imágenes pasaban rápidamente y se disolvían en una fiesta de color. Justo antes de chocar contra el piso volvimos a elevarnos sobre el firmamento mientras estaba a punto de perder la consciencia si eso era posible en mi nuevo estado.

No me soltó entonces sino que preocupado por mi expresión me hizo descender en la plaza central.

- ¿Te encuentras bien?

- Creo que si...

- Lo siento. Me extralimitado... llevo un tiempo solo y hace tiempo que nadie se impresiona así por mis habilidades... no soy tan fascinante como puedas pensar.

- ¡Por supuesto que sí lo eres!... una verdadera águila... esa manera de volar, definitivamente quiero aprenderla... eres maravilloso...

- Entonces ahora busquemos dónde pasar la noche, si lo deseas podemos caminar hasta el amanecer, no tengo inconveniente, nuestro cansancio no es igual al de los humanos y no necesitamos alimentarnos de nada.

- ¿Por qué no continuamos volando?

- Oh... aún no lo he mencionado, pero qué cabeza la mía, nosotros no podemos volar de noche. Ignoro la razón pero así es...

- Um... entiendo...

- Aquí tenemos nuestras limitaciones... por ejemplo... a mí me encantaría saber qué hay más allá de la muerte... pero me temo que nadie puede responder a eso todavía.

- ... Seven... ¿vamos a permanecer en la ciudad?

- No... mañana nos iremos. Si deseas ir a despedirte puedes hacerlo ahora... pero si lo haces no podrás recordarlos nunca más... si les ves ahora y derramas lágrimas en su presencia, les olvidarás.

- Entonces no iré... y no lloraré por ellos... quiero tenerlos siempre... siempre cerca de mí...

En verdad quería llorar... quería hacerlo... pero si era fuerte entonces aún conservaría la memoria de mi familia y de las personas que eran importantes para mí.

Se acomodó tranquilamente en uno de los sillones del hall del edificio. Daba igual dónde durmiésemos, no estábamos completamente exhaustos pero era un hábito imposible de borrar debido a nuestra vida anterior y lo conservábamos conscientemente. Yo me tendí en el mismo lugar en el sitio que él hizo para mí.

- Seven...

- ¿Si?

- ¿A donde iremos?

- Lejos, muy lejos, más allá del mar. Debemos prepararnos porque es un viaje largo... vamos a casa...

- Seven...

- ¿Si, Zero?

- Trata de quedarte a mi lado hasta que desaparezcamos... ¿si?

- Está bien...

- Promételo. No tendré miedo si vas conmigo... pero de otra manera estaré verdaderamente aterrorizado... así que inténtalo con toda tu alma.

- Hum...

Notas finales:

Estoy muerto y sin embargo duermo tranquilamente.

He descubierto que quienes caminan por el cielo no tienen sueños cuando cierran los ojos sino que sólo escuchan el sonido del aire esperando volver a recorrerlo a la mañana siguiente.

Temprano con el primer rayo de luz subiré otra vez y seré acariciado velozmente por él.

No sé qué hay mas adelante ni cómo es el lugar al cual Seven llama hogar.

Yo ya he encontrado el mío... está justamente a mi lado...

Se llama Seven y en algún momento se desvanecerá como un deseo inconcluso... pero ha prometido estar a mi lado todo el tiempo posible.


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