La copa de whisky agitándose en la mano, de pie frente al enorme ventanal de su despacho, mirando sin mirar realmente la oscuridad de la noche, el reflejo de los cristales le devolvían la imagen de un hombre joven con un traje negro moderno, pálido, esbelto, con mirada sombría y unas ojeras muy marcadas, en nada parecido al muchacho que asistía hace tiempo al Host club. De espaldas a él se encontraba una visita perturbadora, no por su identidad, llevaban años conociéndose, sino por el motivo que lo había traído esa noche ahí. Seguía agitando la copa, en espera de saber qué hacer con la oportunidad que se le presentaba.
Era raro ver el paso del tiempo reflejado en el cristal, queriendo encontrar solución a su problema se abstrajo en sus pensamientos, no pudo evitar traer a su memoria una época más feliz, la más feliz de su vida. Quien iba a decir que aceptar la loca idea de Tamaki de un host club lo llevaría a la persona que derribo sus muros internos y se coló en su corazón.
Aun podía escuchar su risa, su voz; la melodía que bailaron por primera vez como novios seguía repitiéndose incesantemente en su mente. ¿Cómo poder olvidarse de ella?, si en esa casa todo se la recordaba, en cada esquina que doblara se encontraba su recuerdo, con sus miradas perdidas y sus sonrisas distantes, con su cálido abrazo. En su habitación estaban los momentos de intensa pasión compartida, su aroma flotaba en el ambiente, aun llegaba a sentir la calidez que despedía su cuerpo entre sus brazos.
Y de repente todo termino, hacia 6 meses que había perdido su vida, su alma; porque a pesar de respirar el se sentía muerto en vida, sin deseos de despertar por las mañanas, es más, ahora todos los días eran interminables noches sin fin, una prolongada existencia de su sufrimiento. Y es que como reponerte de un golpe así.
Lo recordaba como si fuera ayer, la primera vez que bailaron juntos-una sonrisa asomo a su rostro,- fue en un baile de graduación, precisamente la graduación de Kyouya y Tamaki, la cual era en un salón del instituto. Ellos habían sido invitados por los chicos, y él había sido el encargado de pasar por Haruhi a su casa, cuando la vio salir se quedo pasmado, llevaba un lindísimo vestido blanco, adornado con unas rosas rojas. Galante le ofreció el brazo y partieron al baile.
Flash Back
Al llegar Haruhi se separo de él para acercarse a Tamaki, el rubio estaba despampanante con un traje negro, en la solapa traía una rosa blanca y parecía estar esperando a alguien, Haruhi llego hasta él, y le dedico una enorme sonrisa.
-Hola Tamaki-Sempai, esperabas por mí- el rubio le sonrió.
-Es agradable verte hija mía, te ves preciosa- tomando una de sus manos para besarla, sonrió galante.
-Sempai yo no soy una de tus clientas.
-Lo sé Haru-chan, será extraño dejarlo atrás.
-Pero no estés triste Sempai, hay cosas más interesantes que puedes hacer ahora-dijo acercándose sutilmente a Tamaki, el cual incomodo por el acercamiento, buscaba ayuda en los más cercanos.
-Oh Hikaru, que bueno verte- el gemelo lucia desganado, se acerco con tristeza a ellos- me encantaría que le hicieras compañía a esta bella dama-sonrió a Haruhi que le contemplaba entre sorprendida y molesta- me tengo que ausentar un momento.
-Sempai ¿a dónde vas?-Hikaru la retuvo, ella molesta solo atino a devolverle la sonrisa al gemelo, buscando entre la multitud de estudiantes al King. El baile siguió su curso, para irritación de Haruhi Tamaki no se encontraba por ningún lado. Por fin horas después apareció el rubio al lado de Kyouya, ella segura de que no se le escapara dejo atrás a Hikaru. Sin ningún reparo le pidió una pieza de baile. La cual mas por cortesía que por gusto le fue concedida, se acomodaron en el centro de la pista, pero minutos después la abandonaron rumbo al jardín.
Fueron seguidos por dos pares de miradas, las cuales esperaron impacientes hasta que la pareja regreso, pero algo en el ambiente entre esos dos había cambiado, Haruhi paso directa a bailar con Hikaru y Tamaki se acerco a hablar con Kyouya, quien molesto se retiro del lugar siendo seguido por el rubio.
-¿Qué le pasa a Kyouya-kun?- decía Hikaru bailando con Haruhi, mientras está molesta, se fijaba en como el pelinegro era alcanzado por Tamaki.
-No sé y francamente no me interesa- la cara sorprendida del gemelo, hizo que la chica añadiera- hay mejores cosas que hacer Hikaru y ellos saben sus problemas.
-Tienes razón, Haruhi, tal vez no sea el momento pero me gustaría decirte algo- el rostro del gemelo era del color de las amapolas.
-Si, Hikaru-
-Verás Haruhi hace mucho que yo siento algo muy fuerte por ti, y quisiera que aceptaras mis sentimientos- hablaba con un poco de inseguridad pero tomo fuerza para decir lo siguiente- ¿quieres ser mi novia?
-Bueno yo- Hikaru volteo a ver a Haruhi esta parecía indecisa- está bien Hikaru yo también siento algo por ti.- fue un beso corto el que se dieron, no era bien visto en bailes de gala como lo era ese, pero la ocasión lo ameritaba. Otro persona miraba triste la escena, había sido testigo de todos los acontecimientos entre esos 4, y algo en la actitud de Haruhi no le cuadraba, ojala su hermano estuviera bien y la chica no jugara con él, se dijo que los mantendría vigilados.
Fin Flash Back
Después de eso se dijo el gemelo, vinieron años de enorme alegría, Haruhi y él siguieron sus carreras, ella era una abogada exitosa y él había llevado a la cima, junto con Kaoru, su imperio de modas. Mori y Honey eran ahora líderes en seguridad privada y se veían frecuentemente. Kyouya fue uno de los que se alejo, el suponía que era porque Haruhi nunca había terminado de caerle bien, la chica tampoco parecía tragarlo y se evitaban, aunque él nunca supo realmente la razón. Pronto llego la hora de comprometerse y en una cena muy romántica Haruhi acepto ser su esposa, desde luego los preparativos empezaron inmediatamente. Fue en esas fechas que Tamaki regreso, se había ido a E.U.A. por 8 años para prepararse como heredero de la familia Suou, como iba a imaginar que su regreso solo le traería desgracias.
Empezó unos meses antes del día de la boda. Haruhi siempre estaba ocupada, pero se hacía espacio para preparar la boda, Ranka-sama le ayudaba con algunos de los preparativos, pero era mayormente ella quien contrataba y descontrataba. Fue esta la excusa que muchas veces ocupo ella para no llegar a comer, o a sus cenas, también se volvió distante e irritable. El claro lo adjudico a los nervios de la boda, al estrés del trabajo que era mucho, y cuando ella llegaba tarde cansada, le creía ciegamente sus explicaciones.
Fue un tonto al no relacionar los cambios en Haruhi con la llegada de Tamaki, solo hasta después del día cero, como él llamaba ahora al día en que murió su novia, pudo ser consciente de ello. Ese día abrazando la tumba de la joven recordó las veces que se encontraron al rubio y como este los evitaba, como Haruhi rehuía su mirada para que él no se diera cuenta que minutos antes se encontraba cruzando miradas con el rubio. El temblor que la invadía al ver a Tamaki con otras chicas, antiguas clientas del Host, como no vio esas señales tan claras, era obvio que Tamaki acosaba a su prometida y él lo había permitido. ¿Cómo era posible que la justicia lo hubiera dejado en libertad?, ¿Como si él era el asesino de Haruhi?
Flash Back
El día era perfecto para una boda, claro, fresco y bello. La mansión estaba inmaculada, arreglos de claveles blancos inundaban el lugar, Kaoru contemplaba con desaprobación las flores, era sabido que ahí pegaban más las rosas blancas, pero que falta de estilo tenía su cuñada. Era innegable que antes le tenía cariño, pero ahora no había un solo día en que no se arrepintiera de haberla conocido, y para su mala suerte seria permanentemente de su familia, lo cual lo sumía en una profunda tristeza el amaba a su hermano y sabia que Haruhi jamás lo haría feliz.
-Vamos quita esa cara, esto no es un funeral, ¿acaso no estás feliz por mi?, Kaoru- sumido en sus pensamientos así había encontrado a su hermano.
-Claro que estoy feliz, solo veo que mi cuñis no tiene nada de estilo, ¿Por qué no rosas blancas?
-Deja en paz a Haru-chan Kaoru, además no sé, es solo que siempre las ha odiado y no las quería aquí, hasta tuve que quitarlas del jardín- La boda seria en la capilla de la mansión Hiitachin la cual ya estaba lista y aguardaba a los novios.
Los invitados llegaban uno a uno, entre ellos sus más queridos amigos, Kyouya que era su padrino y Kaoru que lo era de Haruhi ya estaban junto a él esperando en la iglesia. Honey y Mori, sentados en primera fila, el único que no había llegado era Tamaki. Los minutos pasaron y el nerviosismo era palpable en el ambiente, la novia no llegaba aun y el padre de esta ya la estaba esperando en la entrada, lo que hacía que Hikaru estuviera más y más nervioso. El tiempo seguía corriendo, y el ambiente tensándose, la desesperación del novio era evidente y parecía a punto de salir, lo cual sucedió segundos después, el novio ya se encaminaba a la puerta, cuando un grito de horror puro lleno el lugar.
Todos los invitados se sobresaltaron, pero mas Hikaru y Kaoru que reconocieron la voz de Haruhi, ni que decir que salieron a prisa a ver qué había pasado, cuando el grito volvió a repetirse segundos después de que los gemelos salieran, los ex miembros restantes del Host club fueron tras ellos, seguidos de todos los invitados, que en realidad no eran muchos. Nadie estaba preparado para lo que iban a encontrar.
Dentro de la mansión, en la escalera del vestíbulo, se encontraba la flamante novia luchando con un despampanante rubio, desde la entrada Hikaru y Kaoru, que estaban petrificados viendo la escena, podían ver que Tamaki lastimaba a Haruhi, esta parecía querer soltarse de él, y este trataba de retenerla, la chica gritaba mas y mas, y el rubio le rogaba que se calmara, fue durante el último forcejeo que Haruhi se aventó con fuerza, para poder soltársele definitivamente al rubio, pero como se encontraba en lo alto de la escalera, perdió el equilibrio, Kaoru pudo ver que Tamaki trato de agarrar su mano, de hecho lo hizo, pero el peso de Haruhi hizo que no pudiera sostenerla, y esta cayo finalmente por las escaleras.
Todos los presentes observaron en cámara lenta como rodo por los escalones, los cuales eran enormes, ni siquiera el impresionante traje blanco logro aminorar la caída, pues cuando la chica finalmente llego al pie de la escalera, una buena parte de este estaba manchado con su sangre. Hikaru vio con profundo dolor como a su prometida, casi su esposa, se le escapaba la vida; corrió a abrazarla, a rogarle que no se fuera que no lo dejara.
-Haruhi, por favor resiste, ¡una ambulancia!, ¡ Kaoru llama a una ambulancia rápido muévete deja de verme como idiota! ¡Llámala!- Lloraba, no era posible que a minutos de casarse con la mujer que amaba esta muriera, no eso no era posible no lo seria. En ese momento el grito de Ranka-san acompaño a los desesperados de Hikaru, pero no le permitieron acercarse ya que el gemelo no soltaba a su prometida.
-Hi... kaa…ru… a...yu...da…-de la boca de Haruhi salió un poco de sangre, todos los presentes conmocionados, miraban con consternación a la pareja, ver al gemelo abrazando a su prometida era desgarrador y ver a su padre a punto del desmayo era consternante. La caída había sido impresionante era obvio que la chica no iba a sobrevivir.
-Calma Haru-chan, ya viene la ambulancia, ¡Kaoru!, ¿Dónde está esa ambulancia?, que se dé prisa, por favor- El seguía abrazando a su novia, rogándole con su mirada que no se rindiera- ¿Qué paso Haru? Dime que paso
-Tama… el… lo… hizo…-palabras entrecortadas salían de su boca, fue en ese momento que la ambulancia llego, los paramédicos entraron a prisa por la paciente, separaron a Hikaru de ella y la colocaron en la camilla, posteriormente subieron a una ambulancia que los trasladaría al prestigioso hospital Ootori. Junto a los paramédicos llego la policía, en su prisa por irse del lugar con su amada, Hikaru no pudo ver como Tamaki era esposado y conducido a una patrulla, arrestado como sospechoso de homicidio, instado por el papa de Haruhi que deseaba que el rubio idiota pagara.
Fin Flash Back
No llegaron al hospital Haruhi murió en el camino, aun ahora no podía procesar el enorme dolor que lo invadió, ¿Por qué? Fue la pregunta constante desde que bajo de la ambulancia y que aun no lo dejaba. El sepelio fue discreto y rápido. Seguido del juicio más polémico de la historia de Japón, los Hiitachin contra los Suou, ese fue el encabezado de los periódicos, fueron 2 meses de interminable dolor, de presentar pruebas contra su ahora ex-amigo, de escuchar la defensa del rubio, de saber la sentencia de inocencia.
La última vez que habían hablado había sido en el funeral de Haruhi, debido al poder de su familia Tamaki ni siquiera pasó una noche en la cárcel. Verlo en el funeral desencadeno un odio que lo estaba consumiendo. Le grito de todo y solo lo vio de lejos en el juicio, el rubio no se percato de su presencia. Fue días después frente a la tumba de Haruhi, que decidió vengarse, si la ley no le había hecho justicia él se encargaría de obtenerla.
-No entiendo, ¿en que te beneficia mi apoyo contra los Suou?, ¿acaso no vas a casarte con Tamaki?- pregunto bebiéndose por fin su whisky
-Bueno si, pero las condiciones de su abuela son que se preserve la fortuna y el apellido de los Suou, y eso no me conviene.
-No entiendo ¿por qué haces esto?- el pelinegro medio sonrió
-Bueno tus motivos y los míos son parecidos. Digamos que te estoy dando la oportunidad de que ese mestizo pague sus crímenes.
-¿Crímenes? No entiendo, bueno lo de Haruhi es suficiente para mí, pero ¿Que pudo hacerte para que lo odies tanto?
-Solo digamos que me traiciono y eso no se lo perdono a nadie.
-No me parece razón suficiente.
-Es lógico que me reservo el resto, puedo contar con tu ayuda ¿si o no?
-Está bien, te ayudare. Aunque no sepa tus motivos…
-Pareces querer evitarle el sufrimiento- sonrisa- deberías aplicar eso a tu hermanito.
-Eso no es asunto tuyo-encogiéndose de hombros observo a Kyouya ponerse en pie.
-Bien nos vemos Hikaru, el trato esta hecho, que pases una buena noche- el pelinegro abandono el despacho rumbo a la salida.
Subió a su habitación, quitándole el seguro, dentro todas las luces estaban apagadas. El murmullo de una respiración era lo único que rompía el silencio. Se acerco lentamente a la cama. En ella recostado se encontraba un ángel, dormía, su desnudez solo era cubierta por una fina sabana. El reflejo de la luna se colaba por la ventana, permitiéndole observar la blancura de esa piel, se deleito al ver los leves moretones que se encontraban en sus muslos, visibles pues la sabana se había corrido. Encontró en sus mejillas las huellas de las lágrimas vertidas. Hikaru solo pudo sonreír era cierto le esperaba una muy buena noche, en compañía de su querido hermanito.