Yuki estaba cómodamente sentado en el mejor sillón de su living, leyendo un libro, disfrutando de la paz que lo rodeaba. Sabia que o iba a durar mucho y por eso quería aprovechar todo lo que pudiera. Cada tanto miraba el reloj. A las nueve en punto de la noche se terminaría su relax…
A las nueve menos cinco sonó un profundo timbrazo que resonó en sus oídos como un gong.
-¡Yuki, yo abro!- gritó una voz desde arriba.
El rubio alzo la vista y vio a Shuichi bajar como un rayo y abrir la puerta de un golpe
-¡Bienvenido, Tatsuha-san! ¡Adelante!
-¡Cuñado, al fin llegó nuestro momento!
Yuki suspiró y dejó su libro. Tatsuha y Shuichi se abrazaron y empezaron a parlotear como dos loros, emocionados como colegiales. A las nueve transmitirían el concierto de Nittle Grasper en vivo desde Londres, y habían convenido en verlo juntos allí; ambos llevaban las remeras y bandas con el logo de la gira, y Tatsuha había llevado varias cajas de pizza para la cena, que acomodó sobre la mesita baja del living. Cuando entró a la cocina a buscar cervezas y demás, Yuki agarró a su novio del brazo.
-Si estaban tan decididos a ver ese concierto, ¿Por qué tenían que hacerlo aquí?
-¡Pero si te lo expliqué ayer!- dijo Shuichi, sorprendido- a Tatsuha le cortaron la electricidad por falta de pago. Además tu tienes una televisión de plasma, por eso decidimos venir aquí. Vamos, Yuki- añadió de pronto, mimoso- ¿No te molesta que tu hermano y yo ocupemos el living por una noche, no?
-Si se comportaran como personas adultas no me molestaría, pero ya los conozco. Van a estar gritando “¡Ryuichi te amo, Ryuichi te amo!” todo el tiempo como quinceañeras, van a dejarme la casa hecha un asco y probablemente después de la tercera cerveza Tatsuha intente violarte o algo así.
-Yuki… ¡me encanta que te preocupes por mi!- exclamó Shuichi besándolo en la mejilla. Yuki enrojeció ligeramente y fue a encerrarse a su dormitorio, pensando en lo fácil que seria ponerse orejeras esponjosas para no escucharlos más. Pero si lo hacia y esos dos se emborrachaban eran capaces de confundir la realidad y hacerse cosas el uno al otro, creyendo que eran Ryuichi o el mismo. Suspiró.
-¿Mph? ¿Y mí querido hermano donde está?
-Se fue para no tener que oír nuestros gritos. No importa. ¡Prende ya el televisor, el concierto debe estar por empezar!- Tatsuha obedeció presuroso. El Estadio de Londres se veía bañado en luces, los integrantes de Nittle Grasper recién aparecían de entre las sombras
-¡Es el, es el!- chilló Tatsuha- ¡es Ryuichi! ¡Oh, por Dios, que hermoso está!
Ryuichi Sakuma (en opinión de los aquí presentes, el mejor Idol del mundo) lucia unos ajustados pantalones negros y una camisa rosa de seda que iba muy en consonancia con su angelical carita. Tatsuha abrazó la tele y besó el rostro de Sakuma en la pantalla.
-¡Kyaaaaaaaa, te amoooooo!
-¡Quítate y déjame verlo!- exclamó Shuichi arrojándole un almohadón por la cabeza. Tatsuha retrocedió, abrió una de las cajas y destapó la primer cerveza. El pelirosa le subió el volumen y comió sin ver que comía, mirando hipnotizado a su ídolo, que cantaba Sleepless Beauty. Antes que terminara la canción los dos ya estaban lloriqueando y balbuceando incoherencias.
-Ryuichi me hace tan feliz… amo este tema…
-¡El tiene la voz de un ángel!- corroboró Tatsuha- ¡Es perfecto!
Así en ese tono durante dos canciones más. Tatsuha no podía apartar la vista de su adoración y por tanto no se dio cuenta como su pedazo de pizza chorreaba queso hasta la alfombra. Antes de cantar el cuarto tema, Ryuichi se lo dedicó a sus amigos en Japón. Al pelirosa se le escapo una lata de cerveza de entre las manos.
-¡Dios existe!- grito, eufórico- ¡Gracias, Dios mío, gracias por dejarme vivir para oír esto!
-¡No es justo, seguro lo dice por ti! ¡Pero su fan numero uno soy yo!
-¡Ja! ¡Sigue soñando, el numero uno soy yo!- Tatsuha lo miró con odio y se arrojó sobre el.
-¿Quieres apostar a eso? ¡Sakuma-san es mío!
-Y Shuichi es mío, así que quítale las manos de encima- advirtió Yuki. Había aparecido junto a ellos como un fantasma, y miraba como su hermano soltaba a su novio.- ¿Qué les dije sobre hacer escándalo
-¡Pero Sakuma-san me acaba de dedicar una canción! Mira, mira…
Shuichi y Tatsuha se abrazaron felices y Yuki meneó la cabeza, sin entender a ese par de locos. Ni bien se fue los otros retomaron su ritmo de fanáticos desesperados. Cuando terminaron de comer, Tatsuha pateó las cajas vacías de pizza y se puso a bailar torpemente, pues el alcohol no le dejaba coordinar sus movimientos. Shuichi se le unió al poco rato.
Mas tarde entró a cantar una banda de soporte, mientras los integrantes de Nittle Grasper se cambiaban de vestuario. Shuichi y Tatsuha se dejaron caer contra el borde del sillón, ansiosos.
-Quiero verlo otra vez enseguida- dijo Tatsuha lloriqueando- quiero verlo, quiero… ¿Por qué no fui a Londres, si total aquí no tengo nada que hacer?- saltó de repente- Si era para verlo de cerca debí sacrificarme.
-Paciencia, cuñado, paciencia- aconsejó el pelirosa con voz aguda- recuerda que la gira termina en Londres, y luego regresarán a Japón. Entonces podrás verlo.
-Tú lo conoces. ¡Que envidia! Yo mataría por verlo a solas aunque sea una vez.
-Tal vez podría ayudarte- reflexionó Shuichi- a ver a Sakuma-san en persona…
-¿Lo dices en serio? ¡Shuichi, si lo lograras te estaría eternamente agradecido!- exclamó Tatsuha abrazándolo por la cintura. De repente perdió la euforia de borracho al reconocer el aroma sensual del champú de Sakuma que el menor utilizaba también. Lo estrechó un poco más.
-Tatsuha-san, ¿Por qué me abrazas así? ¿Tatsuha-san?
-Ay Shuichi, te pareces tanto a el, hasta tienes su olor. No puedo evitar excitarme contigo.
-Estás un poco confundido, ¿Por qué no me sueltas antes que Yuki aparezca de nuevo y…?
-Olvídate de el, haz de cuenta que yo soy Yuki- propuso- dejaría que me besaras y fingiré que eres mi Sakuma…
-Gracias, pero no- rechazó el pelirosa- es cierto que te pareces a Yuki, y eres mas simpático que el, pero no eres el. Yo solo le pertenezco a Yuki-san.
Tatsuha se largó a llorar.- ¡Eres admirable, Shuichi!
¡Ojalá mi hermano te apreciara más!
-Snif, snif… ¡Mira, ya regresaron!
-Ahh… ¡Ryuichi, mi amor!- gritó Tatsuha pegándose a la pantalla de nuevo. La cámara enfocó a Ryuichi guiñándole un ojo a su público.- Dios, voy a desmayarme… ¡QUE LINDO ES!
Yuki, que los espiaba desde la escalera, se resignó a tener que soportar aquellos gritos histéricos por un largo rato más. Pero, por lo menos ahora podía ponerse sus orejeras y dormir tranquilo: Shuichi no iba a besarse con su hermano, ni siquiera ebrio. Sonrió para si. Parecía que, después de todo, tenia un buen novio. (…)
Cuando Shuichi se despertó estaba sobre el sillón, con una manta que lo cubría hasta la cintura. Se irguió un poco, bostezando, y vio a Tatsuha acurrucado en el suelo, aun dormido y con la respiración sibilante. Como oyó ruidos en la cocina allí fue y encontró a Yuki haciendo café.
-B… buenos días, Yuki…- saludó el pelirosa con otro bostezo. El rubio se volvió a verlo, se le acercó y le pasó una mano por los despeinados cabellos.
-Deberías ir al baño y mojarte la cara. Te ves horrible.
-Gracias- contestó con una sonrisa irónica. De repente se recostó contra su pecho y dijo:- gracias también por preocuparte que no tenga frío en la noche. Fue algo tierno de tu parte.
Yuki le pasó un brazo por la cintura por un momento y le susurró:- no quería que te enfermaras, porque en cuanto Tatsuha se vaya te voy a cobrar el desastre que me hicieron.
-Ah, Yuki- dijo Shuichi totalmente colorado- ¿Qué me vas a hacer?
El rubio lo cercó contra una pared. -Algo que desde hace rato me muero por probar contigo, y que creo que te gustará. No te va a doler… mucho.
-Buen… oh… gomen, no quería interrumpirlos chicos…
Tatsuha había aparecido en el marco de la puerta y los miraba con aire divertido. Shuichi salió corriendo al baño, avergonzado, y Yuki le lanzó un claro reproche a su hermano.
-Nunca dejas de ser inoportuno, ¿sabias?
-¿Estás enojado porque te robé a tu chico toda la noche y ahora no los dejo manosearse? Tranquilo. Después del desayuno me voy. Solo necesito hablar de una ultima cosa con ese hermoso novio que tienes y que desearía… ¡es broma, es broma!- añadió al notar la mirada asesina de Yuki.
Mas tarde el rubio se escondió tras un diario matutino, mientras Shuichi y Tatsuha comentaban con apasionado interés sobre el concierto de Nittle Grasper. Para Tatsuha todo se reducía a la belleza etérea de Sakuma, y exhortó a su cuñado a que llevara adelante su propuesta.
-Anoche me dijiste que me ayudarías a ver a Sakuma-san en persona- señaló- te ruego por lo que mas quieras que lo hagas, háblale de mi, ¡el sentido de mi vida es salir con el aunque sea una vez!
-Te comprendo- asintió Shuichi con aire soñador- cuando yo lo vi la primera vez casi me muero. Fue tan amable, me presentó a Kumagoro y todo. Ah, si, nunca olvidaré ese día.
-¡No es justo, yo también quiero ser bendecido con la presencia de Kumagoro!- gimoteó Tatsuha- Shuichi, ahora hablando en serio. Esto es un problema existencial para mí: sino consigo al menos una cita con Sakuma-san daré mi vida por desperdiciada. Lo necesito más que al aire.
-Eres tan patético- comentó Yuki al pasar.
-Ellos volverán mañana a primera hora- señaló Shuichi, pensativo- yo podría ir a su hotel a saludarlo y luego lo invito a almorzar o algo así. Le hablo…
-¿En serio?- interrumpió Tatsuha emocionado.
-… le hablo sobre un gran fan que desea conocerlo y que es amigo mío. Bueno, no te preocupes, Tatsuha, déjalo en mis manos, yo te conseguiré esa cita o dejo de llamarme Shuichi Shindou.
-¿Tu no tenias que estar en la disquera mañana a esa hora?- preguntó Yuki.
-No importa, hablaré con K-san y le diré que es un asunto de vida o muerte. El entenderá.
-¿Seguro? Mejor pregúntaselo hoy con mucho cuidado, antes que practique tiro con tu cabeza.
Yuki no comentó nada más, pero tomaba nota del tiempo. Detestaba que alguien que no fuera el acapara la atención del pelirosa, y sinceramente los problemas existenciales/amorosos de su hermano lo tenían sin cuidado. Por eso, cuando por fin se fue y mientras Shuichi lo despedía, fue hacia el menor y lo abrazó por atrás, echándole el seguro a la puerta.
-¿Ahora si estás libre?- preguntó despacio, respirándole sobre el cuello para excitarlo.
-Reconozco que tengo una deuda contigo, Yuki. Pídeme lo que quieras.
-Ven conmigo que te lo explico en la habitación.
Shuichi se dejó llevar, ansioso por mostrarle al rubio su agradecimiento.