Otra vez podía ver aquellos colores tan lindos, tan brillantes, también podía oír aquellos sonidos tan bellos, tan lindos. De seguro eran producidos por ángeles. Claro que el sabia que era la pastilla que habia ingerido.
Alzo su mano, y fue la cosa mas interesante que vio, la forma que tenia los 5 dedos alargados y blancos, los movió un poco, y empezó a reír
-Que simpático ja ja ja- alzo la otra y la movió de igual manera, también era muy interesante.
Empezó a mover las manos intentando tocar los colores, o tomar esos sonidos, quería guárdalos, antes de que se fueran, antes de volviera la oscuridad antes de que todo quedara en silencio. Eso nunca le había gustado, pero sabia que al final siempre llegaba.
Empezó a ver que los colores se desvanecían , y los sonidos se hacían cada vez mas bajos, hasta el punto de no oírse, se hizo ovillo en su cama, sentía que la oscuridad y la soledad caían sobre el y cerro fuertemente los ojos.
Podía oir un sonido, pero no era tan bello como los de hace rato, le dolía la cabeza y aquel sonido no le ayudaba, mucho, abrió lentamente los ojos, y vio que la noche había cubierto la cuidad, se acomodo sobre la cama viendo hacia arriba, y despejo su mente, tenia que saber de donde venia aquel sonido.
-Sebastián,- se oía como un pequeño susurro y el sonido que tanto le molestaba era el golpe que daban a la puerta, al pronunciar su nombre.
-hmmmmm- fue lo único que pudo articular
-abre por favor- sonó mas como una suplica, sabia que era su hermano, menor Andrés, sabia que el estaba preocupado, y eso le causo una punzada de dolor en el pecho
-largo!- dijo con la poca voz que tenia
-Pero Sebastián - se oía su voz preocupada, por eso fue que le dolió más sabia que su hermano era unas de las personas que mas se preocupaba por el, o si no la única.
-te dije que largo- pudo oír como su hermano se iba. Entonces fue cuando comenzó a llorar, por que le estaba pasando esto. Lloro todo lo que sus ojos azules le permitieron.
Se paro de la cama con lentitud, se sentó en la orilla, apoyando sus codos en sus rodillas, y tomando en su cara, entre sus manos, la presiono fuertemente tal vez así pasara el dolor que tenia, poco funciono pero sabia que después pasaría, o eso esperaba. Se puso de pie con cuidado pero en mareo lo ataco, sintió que el cuerpo se iba de lado, y pudo recargarse en la cabecera de la cama evitando así la dura caída.
- Maldición - espero unos segundos para poder recuperarse del mareo, cuando sintió que por fin podía caminar sin caerse se soltó, camino directo al espejo, y vio aquella figura que tanto le desagradaba la de el mismo, tenia la piel pálida, el pelo negro y últimamente había perdido mucho peso, estiro la mano tocando las grandes ojeras que había bajo sus ojos azules, sonrió un poco para animarse, el mismo. Tomo lo primero que tenia a la mano, que fueron unos jeans, desgastados , una playera negra, tomos sus tenis rojos. Intento peinarse un poco pero su pelo se lo negó, soltó un bufido en modote queja, y tomo su gorra
-al menos así no darás molestias- Tomo su mochila y salio de su cuarto intentando no hacer ruido.
Salio de la casa y camino a la esquina, ahí saco su celular y marco la tecla de remarcado, espero que el tono de llama terminara para que le contestaran
-hey hola! Donde estas?- aunque ya sabia la respuesta. Quería confírmalo antes.
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