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Ese gran demonio interno por chibiichigo

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Notas del fanfic:

Disclaimer: La marca Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, y yo no recibo ningún beneficio económico por mis alucinaciones

Notas del capitulo:

Espero que lo disfruten. De momento estoy en el colegio y espero a que un amigo salga de examen, por eso escribí esto que está cortito pero va de corazón. No tiene lemon ni mucha acción, pero simboliza un momento de reflexión...

Kissus,

c.

 

 

Contemplaba el bosque sin mucho interés, finalmente, todo se mantenía igual que ayer, y que el día anterior a eso y sucesivamente durante varios siglos. Sin embargo, esa mañana notó  por vez primera algo diferente. Quizá una rama o algún árbol caído que lograba cambiar por completo todo el panorama que tenía del lugar que recorría día con día y asumiendo que todo se mantendría de la misma forma para siempre.

No.

Le tomó algunos momentos definir qué era aquello que sentía diferente a los demás días, pero cuando por fin lo hizo descubrió que nada en su exterior había cambiado, pero su interior percibía todo de manera distinta: había cambiado de la noche a la mañana y no comprendía por qué.

Sin dar mucha importancia a ese hecho, se marchó a su guarida, que compartía con otros sujetos. Quería pensar y descansar sin interrupciones, y de ser posible dejar de poner tanta atención en ese cambio en sí mismo que le molestaba por no poder conocerlo.  Quería paz… sólo por ese día.

 

 

Por más que le daba vueltas a la situación – que sabía tenía que dejar de considerar siquiera – no lograba encontrar “eso” que tanto le irritaba. Realmente, Itachi Uchiha no tenía motivos para sentirse miserable, y es que cuando uno mata a su familia la sensación de tormento no deja descansar. Él, sin embargo, había logrado pasar eso a segundo plano aunque no lo hubiera erradicado por completo. Según sentía, nada podía molestarle o provocar en él siquiera el esbozo de alguna emoción que no se hallara reprimida en el baúl de su auto-proclamada “vida pasada”: cerrado y sellado, como todo ninja debía hacer.

Pese a su decidida intención de auto-convencimiento, la realidad seguía ahí: estaba terriblemente irritado por percibir un cambio inminente en su persona, algo que no podía achacar a ningún factor externo por el mero hecho de no tenerlo y que seguía sin conocer su procedencia. Algo a lo que no estaba acostumbrado a enfrentarse: a sí mismo.

Recordó, muy a su pesar, uno de los comentarios que efectuaba su madre de vez en cuando para referirse a algún dato de su personalidad causado por situaciones del pasado y que acarreaba problemas o le desagradaba: demonio interno. Sí, quizá el mayor de los dos descendientes del clan Uchiha se estuviera enfrentando a un demonio interno que había dejado crecer a la deriva durante mucho tiempo en su corazón…

Intentó convencerse de que eso no era posible: él era un ninja y no se podía dejar llevar por un cuento de viejas que a su madre le  gustaba relatar. Itachi Uchiha era casi perfecto, era un semidiós que había sido capaz de defender a la persona que más amaba en el mundo. Él sabía que había tenido la oportunidad de decidir y que se había inclinado por salvar a Sasuke... No había motivos para arrepentirse ni para sentirse culpable.

Sus pensamientos, casi como por arte de magia, se dirigieron al pequeño de cabellos negros que había abandonado  a su suerte sobre el barro mezclado con la sangre en una noche marcada por el agridulce sabor de la muerte. Ahí se dio cuenta de otra cosa fundamental que había preferido ignorar durante más de cuatro años: lo extrañaba. Extrañaba a su hermano menor más que a cualquier cosa de su “vida pasada”. Esa sonrisa inocente y tierna que le era regalada aun sin merecerlo y esos pequeños y cálidos brazos que lo recibían tan pronto llegaba a casa después de alguna misión importante; todas esas cosas que, sabía con tristeza, no solamente habían quedado en el pasado para él, sino para el mismo poseedor de su corazón.

Sasuke ya no sabía sonreír, eso le quedaba claro, y si lo hacía todo se impregnaba con la nostalgia o con el ánimo de venganza que había comido y respirado desde  “aquella noche”. Había perdido toda su inocencia infantil…No. Él se la había robado. Esos brazos que se prendían de él ahora buscaban matarlo y, además se habían quedado sin nadie a quien dar su cariño.

Ese espectro blanquecino de la culpabilidad lo atacó de lleno, después de dirigirle una mortecina sonrisa. Esa sonrisa  que había intentado proteger y que se había teñido de amargura, de dolor y de incomprensión la última vez que se habían visto era la misma que no le permitía seguir adelante. Se había intentado convencer de que todo lo que había hecho, lo había causado con la única finalidad de proteger  a aquel que más amaba: su hermano, su apoyo, el motivo de las contadas y efímeras sonrisas que emitía; sin embargo acababa de darse cuenta que más que salvarlo lo había condenado.

Había dicho “ódiame” en lugar de decir “te quiero”, había dicho “Vive para matarme” en vez de “te amo más que a nadie” y eso había marcado la diferencia. Él sabía que había matado la sonrisa de su hermano, su inocencia y frugalidad en tan solo un segundo, instaurando todo lo asqueroso y bajo en el ser humano como el odio irracional y la sed de venganza.

Había matado la parte que más amaba de su hermano por intentar protegerlo. Un mero daño colateral y secundario que no podía solucionar, porque no fue sino hasta mucho después de huir de su aldea que calculó que ese error de cálculo podía tener muchas más implicaciones… Había decidido que la miseria y el odio tomaran el lugar de todo, impidiéndole a Sasuke ser feliz ya nunca. Lo había matado por dejarlo vivir. 

– ¿Por qué volviste? – se preguntó en un murmullo, con los puños blancos por lo fuerte de su agarre sabiendo que no podría conocer la respuesta y que ese extraño juego del destino había causado una  muerte innecesaria, no archivada.

 

Eso era lo único que se había recriminado con el paso de los años. No había  sido terminar con su clan de una manera bestial, ni haber cometido tantos  crímenes... No, esas habían sido órdenes. Lo que le impedía continuar con una vida sin sentimientos era aquel recuerdo de una tierna sonrisa que le ponía vida a todo lo que alumbraba y un terrible error de cálculo que habría de ser un espantoso y retorcido juego que la vida le había impuesto como el mayor de sus obstáculos y de las cargas emocionales que, muy a su pesar no podía terminar de meter en ese baúl de la “vida pasada” porque había dos verdades acerca de su hermano que le acompañaban como sombra:

 Sasuke: su motivo para existir, su sonrisa: el terrible demonio interno que no le dejaría tranquilo por todo lo que le quedara de vida.

Ahora sólo una pregunta revoloteaba en su cabeza: ¿Por qué amar era tan difícil?

Notas finales:

Bien... terminé este fic. Espero que les haya gustado...

Kissus,

c.

Ya saben, si les interesa saber más del surgimiento de ésta y muchas otras historias, pueden visitar mi live, donde siempre me explico co claridad

chibi-livejournal


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