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Buenas noches, Akira-kun por Adrii_Uchiha

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El apuesto joven, Nikaido Akira, se encontraba profundamente dormido. Un susurro en su oído, lo hizo estrmecerse.
- Akira-kun, despierta.
- ...Shirogane. - Musitó entre sueños.
- A-ki-ra-kun... - Repitió, esta vez acariciándole la mejilla con el dorso de su mano.

Bruscamente se levantó, golpeándose contra su visitante nocturno.

- ¿¡¿Shirogane?!? ¿Qué haces en mi habitación? ¿Y por qué demonios traes pijama?
- ¡Akira-kun! ¡Te he extrañado tanto! - Chilló aferrándose a él.
- Idiota! ¡Me tuviste preocupado todo este tiempo! ¡No sabía ni siquiera si estabas vivo!
- Yo... vine a darte las buenas noches.
- ¡Quítate de encima! - Gritó empujándolo.
- Nee, Akira-kun, estabas soñando conmigo, ¿verdad? Decías mi nombre...
- ¡No! ¡Por supuesto que no! - Respondió intentando ocultar el tono carmesí del que se colorearon sus mejillas.
- No tienes nada de qué avergonzarte... aunque te ves bastante lindo así...
- ¡Cállate, idiota! - Rugió mientras el color de sus mejillas se intensificaba.
- Yo -suspiro- Yo no sé cómo pude contenerme tanto tiempo.
- ¿Conte...nerte? ¿A qué te re...?

El peliplateado junto sus labios con los del joven. Posó delicadamente sus manos en las mejillas del muchacho, quien abrió de

par en par sus ojos. Cuando por fin reaccionó, empujó a Shirogane.

- ¡Bastardo! ¡Metiste la lengua! - Le reclamó limpiándose la boca con la mano.
- ¿Si no qué sentido hubiese tenido?
Shirogane se volvió a posicionar sobre él a horcajadas, clavando su penetrante mirada en la de Akira.
- ¿Y...? - Preguntó con cierto nerviosismo al tener tan cerca al shin.
- ¿Sabes -hizo una breve pausa- sabes lo difícil que es tenerte tan cerca, tenerte tan cerca y no poder hacer nada? Es un

sentimiento que quema, y no desaparece, no mientras estés cerca. Contenerme por besarte, tocarte, ver tu piel desnuda en

las muchas oportunidades que tuve. Pero hasta aquí llegó mi paciencia.

Si bien Shirogane podía ser despreocupado, demasiado calmado y un acosador que no inspira respeto, ocultaba a un ser frío,

intimidante. Pero con Akira era diferente, con él podía ser intimidante en esta situación, pero no era para nada frío.

Akira se quedó en silencio, su corazón latía tan rápido que parecía que se saldría, su respiración estaba también agitada.
- ¿Qué no ves los sentimientos que despiertas en mí? ¿Simplemente no los entiendes? O... ¿no los quieres aceptar? - Preguntó

Shirogane.
No le dió oportunidad de responder, volvió a atrapar sus labios. Jalándo suavemente la quijada, coló su lengua dentro de la

húmeda cavidad. Inconcientemente, Akira correspondió el beso, cerrando suavemente sus ojos, sintiendo un leve escalofrío

cuando su lengua se rozaba con la del mayor, qué ya estaba desabrochándole la pijama. No se opuso, hasta que sintió las

tibias manos de Shirogane estimulando con sumo cuidado sus pezones. Su orgullo era muy grande como para dejarse

toquetear así por un pervertido como Shirogane, pero algo dentro de él lo hacía querer continuar, le pedía a gritos que no

detuviese al peliplateado, que incluso le pidiera por más. Soltó un leve quejido que se ahogó en las gargantas de ambos.

Terminó el beso, sintiéndo que ya no podía respirar. Shirogane se fue directo al cuello del chico, besándolo sin dejar marcas.
- Ahh... noo, para... - Pidió ignorando sus propios deseos interiores.
- Pero si tu expresión dice lo contrario. -Bajó su mirada a la entrepierna del menor- Bueno, no solamente tu expresión. - Dijo

para luego sonreírle y palpar suavemente el bulto que amenzaba con romper aquella prisión llamada "ropa".

De la forma más cariñosa, le plantó varios besos sonoros en todo el cuellos, bajando a su pecho y luego a su abdomen.
- Mmm... ahh... ahh... n-no, i-idiota.
Quería gritarle "no", y a la vez deseaba que fuera un "sí", quería sacárselo de encima con un golpe, pero a la vez quería

besarlo. Sintió que quería que todo terminara ahí, mientras también deseaba llegar hasta el dulce final. Estaba totalmente

confundido, con su cabeza en una guerra entre "sigue" y "detente".
- Hablo en serio...  Shirogane, detente ya.
Shirogane rió casi inaudublemente.
- ¿De qué te ríes?
- No dejas de decirme que pare, pero no haces ningún esfuerzo físico por evitarlo, es como si me dieras luz verde... además

estás avergonzado porque esto en realidad te gusta y no quieres que lo note. Pero... a mí eso me parece adorable.
- ¡Cállate!

Su expresión era angelical, estaba molesto, excitado y avergonzado. El carmesí de sus mejillas estaba lo más intenso posible,

sin embargo, siguió sin hacer nada por detener las ágiles manos de Shirogane, que ahora se disponían a bajarle el pantalón.

Shirogane se moría por sentirlo, que su piel entrara en contacto con la de él, por lo que se quito su propia camisa (también

traía pijama), subió hasta quedar frente a frente con Akira y se le acercó al oído.
- Akira-kun... -susurró con una voz que derretiría a un iceberg- voy a hacerte el amor...

Akira sintió su corazón abandonarle el pecho, parecía que le hubiesen inyectado adrenalina. No dijo nada, solo volteó la cabeza

hacia la izquierda, mordiéndose el labio inferior. Shirogane lo tomó de la barbilla y lo miró a los ojos. Lo besó y Akira le

correspondió entrlazando su lengua con la del mayor, mientras sentía como Shirogane le sacaba el boxer con la mano libre. Se

separaron, para el disgusto de Akira. El peliplateado le separó las piernas y luego se llevó tres dedos a la boca, los lamió y los

relamió hasta que fue suficiente. Miró a los ojos a su uke y halló aprobación en ellos, introdujo con cuidado un dedo, luego el

segundo y finalmente el tercero. Akira apretó los ojos y los puños, y soltó un quejido de dolor, mientras Shirogane hacía lo

suyo dilatando la virginal entrada. Sacó sus dedos. El menor yacía en la cama, esperando, mientras el peliplateado se

desvestía totalmente. Se posicionó entre las piernas de Akira, con la suyas hacia atrás, colocó la punta se su virilidad en el

orificio y lentamente comenzó a introducirse. Nuevamente Akira se quejó.
- Akira-kun, ¿estás bien? Pu-puedo -se estremeció por la sensación del contacto tan cercano con Akira- Puedo detenerme si no

puedes.
- I-idiota, cre-es que no puedo con algo a-así? Esto-yy bi-en.
- Ok, entonces entraré entero.
Empujó con cuidado, hasta que sintió que se hubo alojado totalmente.
- Ahhh! - Gritó sintiendo aquel desgarrador dolor de la primera vez.
Shirogane estaba que se moría por moverse dentro de aquel cálido cuerpo que tanto había deseaso poseer, pero le era

imposible sabiendo que lastimaría a su pareja. En vez de eso, tomó con una mano la erección del menor, frotándola, mientras

que con la otra, se sustuvo encima de Akira para besarlo y no aplastarlo, distrayéndolo del dolor.
- Mu-muévete... ya... - Cortó el beso para hablar.
Obedeciéndo, comenzó a embestirlo suavemente, teniendo aún miedo a lastimarlo.
- Más rápido... ¿si no que sentido tiene? - Dijo imitando las palabras anteriores del peliplateado.
Shirogane sonrió y puso las manos a cada lado de Akira, esta vez lo embistió con mucho más ímpetu, alcanzando ambos

nuevas sensaciones irresistibles, Akira sintiendo como tocaba con cada arremetida un punto mágico... ultra-sensible que lo

hacía volverse loco y Shirogane con la sensación de que el calor de Akira lo derretiría en cualquier instante... así sólo era

cuestión de tiempo para que ambos llegaran al clímax, a la cumbre del placer.
- Haa.. haa... ahh ¿A-así? - Preguntó Shirogane.
- Siii... ahh... ahhh...
Los movimientos frenéticos en la cama, la hacían rechinar una y otra vez, como si fuera a romperse en cualquier momento,

sonido que se opacaba con los gemidos de ambos. Bruscamente, Akira se encorvó, llenando de su semilla el pecho de él y su

amante, cayendo de nuevo en la cama. Shirogane se fue al cielo y volvió cuando sintió las contracciones que le ofrecía la

cavidad, corriéndose dentro de ésta, inundando las ardientes paredes que constituían el interior de Akira. Cayó agotado sobre

su uke, y luego se levantó, se salió y se recostó a un lado. Akira buscó, sediento, sus labios, en una muestra silenciosa de todo

el cariño que le profesaba.

- Vaya... que bueno que no te hice caso cuando dijiste que parara ¿no, Akira-kun?
- Idiota... te acusaré de abuso sexual. - Bromeó tapándose la cara con la sábana.
Sintió el cálido cuerpo de Shirogane sobre el suyo, éste le quitó la sábana y lo besó de nuevo, sosteniéndole la cara. El chico,

ya mucho más tranquilo, correspondió, rodeándole el cuello con los brazos. Se separaron y se miraron fijamente a los ojos.
- Akira-kun, te amo...
Éste volteó bruscamente la cara, no lo iba a admitir.
- Mírame... ¿Te molestó de alguna forma lo que te hice? - Preguntó tomándole nuevamente la cara, obligandolo  a mirarlo.
- No -Respondió avergonzado- Me alegra que lo hayas hecho. - Suspiró.
- No te avergüences, no hay porqué.
- No puedo evitarlo, esto no deja de ser raro.
- No es raro, está bien. - Dijo besándolo de nuevo.
- Te quiero, Shirogane. - Dijo tragándose su orgullo y venciendo la vergüenza.
El peliplateado sonrió satisfecho y se levantó.
- ¿A... a dónde vas?
- Tengo que irme.
- ¿QUÉ? Pero... ¡NO PUEDES IRTE DESPUÉS DE ÉSTO!
- Descuida. Volveré cada noche.

Notas finales: Bien, pues espero les haya gustado porque a mi me encanto xD
No sé que tal esté el lemon, siento que cambie mucho mi estilo pero no sé, ahí me hacen propa para tener más opiniones xD
Bueno, muchas gracias por leer!!
Hasta la próxima!

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