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Por ti volaré por AvengerWalker

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Notas del capitulo: Espero que les guste n.n
Hacía bastante tiempo que Athena había permitido que los caballeros que estaban enamorados formen parejas entre sí, ignorando, claro, el tipo de sexo.

La verdad es que ese día (y la desición) facilitó muchas cosas, ya que los enamorados no tenían que andar más a escondidas y su relación era conocida.

Pero también trajo algunas malas consecuencias.

Los enamorados sufrían por amor, pues veían a la persona que querían con otro, y eso les partía el alma.

Era el caso de Mu, el caballero de Aries, que desde hacía bastante tiempo estaba enamorado de Milo, el voluptuoso caballero de Escorpio.

Pero el problema no era estar enamorado, si no que el griego peliazul no le correspondía.

Este estaba enamorado y emparejado con Camus, el caballero de Acuario, amigo de Mu a la vez.

Esto ponía de muy mal ánimo al lemuriano, pues su mejor amigo estaba con el amor de su vida, y la verdad era el amor de su vida desde hacía... quién sabe.

La cuestión era que desde pequeño, Milo era el amor de Mu.

Camus lo sabía perfectamente, pero creyó que era un amor de infancia y que ya lo había olvidado.

Pero no era cierto.

Ahora bien, Mu no se atrevía a decírselo, y era incapaz de separarlos.

No sólo Mu sufría por amor, si no también el caballero de Géminis, Saga, quien veía con desesperación como su carnero sufría y se hundía cada vez más en la depresión.

De este modo, poco a poco se fue acercando a él, hasta ganarse su confianza y volverse su mejor amigo y mano derecha.

Compartían todo, y eso Saga lo agradecía, pero también le pesaba mucho, pues escuchaba bastante a Mu hablando sobre Milo, y era doloroso.



El escorpio, por su parte, sabía perfectamente que Mu estaba enamorado de el, y también le ponía de mal humor a veces, pues no sabía como tratar al carnero de una forma que no de esperanzas o ilusiones.

Después de todo, el estaba con su copito Camie, y eso nunca cambiaría, pues su corazón latía solo por él.

Además, era el único (junto a Saga) que podía ver como estaba el panorama:

Saga enamorado de Mu, Mu de Milo, Milo de Camie y Camie por suerte, de él.

¿Podía ser peor?

Lo dudaba.


Cada noche, Saga invitaba a Mu a comer para distraerlo, pues las tareas en el Santuario habían disminuido considerablemente al llegar la época de paz, y el no hacer nada llevaba a Mu a pensar.

Obviamente el peliazul lograba evitarlo por largos ratos, pero el dolor, desesperación e inesperanza llegaban de la mano, en todo su esplendor a altas horas de la noche.



- ¿En qué piensas, Mu? -preguntó una noche Saga, mientras cenaban juntos en Géminis.


- En... nada, sólo en lo que debo hacer para mañana...



Aquel brillo otra vez, y esa lentitud al hablar.

Conocía perfectamente ese comportamiento, pues salía a relucir cuando en el tema estaba el bicho de por medio.


- No me mientas -pidió Saga con seriedad, a sabiendas de que Mu evitaría hablarle del pinzitas todo el tiempo.


- Perdóname Saga, es que no puedo dejar de pensar en Milo. Me duele mucho... el... es tan... tan bueno... tan simpático... yo... lo amo mucho... me pone muy mal estar solo sin nadie que me abraze o que me dé cariño como se los dan Camus y él... lo único que me ayuda a salir adelante es su sonrisa... y... tú...



Saga sonrió tristemente; aunque sea un poquito, Mu pensaba en él.

Ya sea como amigo o como amante, Mu pensaba en él.


Cuando vivo solo

sueño un horizonte

falto de palabras



Esa noche, Saga no pudo dormir.

Tenía la expresión de dolor de Mu impregnada en la mente, y era difícil de ignorar.

Un gesto como ese era imposible de dejar de lado, y mucho menos si venía de parte de la persona que más amas en la tierra.

Rindiéndose, Saga se sentó sobre la almohada, contra el reespaldo de la cama.

¿Cuánto había sufrido el carnero a lo largo de su vida?

Primero, la pérdida de Shion, en manos de quien más admiraba como caballero: Saga de Géminis.

Segundo, el tener que partir a Jamir.

Esto y muchos otros pensamientos se agolparon en la mente del Geminiano.

Tenía que ayudar a Mu a salir adelante, y lo haría, porque gran parte de los malos momentos pasados del ariano fueron su culpa, y no permitiría que el pelilila tenga un futuro similar.


Por otra parte, en el Templo de Aries, esa misma noche, Mu no pudo evitar pensar en Saga.

Saga...

Siempre que pensaba en el, el rostro de Milo se esfumaba completamente de su mente, y es más, luego de pensar en el protector del tercer templo, le costaba volver a recordar el rostro del bicho.

Saga era su mejor amigo, su consejero, su... su guía de camino.

Por supuesto que Mu desconocía de los verdaderos sentimientos del griego hacia él.

Rodó un poco por la cama, quedándo esta vez boca abajo.

Saga, siempre Saga.

Siempre Saga le ayudaba con las cosas.

Siempre Saga le ayudaba a salir adelante.

Siempre Saga le guiaba, Saga esto, Saga lo otro...

Había que ser sinceros, Mu pensaba más en Saga que en Milo.

Pero a veces el pinzitas se manifestaba de la manera más inoportuna y en el momento más inadecuado.


en la sombra y en tres luces

todo es negro para mi mirada

si tú no estas junto a mi, aqui


Una semana pasó de esa noche, en las cuales Mu intentó poner su concentración en Saga.

Qué hacía, con quién entrenaba, dónde, etc.

Desde que Saga se levantaba, Mu le seguía los pasos, ocultando muy hábilmente su cosmos para no ser descubierto.

Lo que siempre hacía a la mañana era desayunar pan con mermelada, y algunos otros alimentos griegos, sin olvidar claro, frutas.

Luego, se aseaba, se vestía y salía a entrenar.

Entrenaba con Aioros, desde las 9:00 a.m. hasta las 12 del mediodía, en donde se tomaba un intervalo para almorzar, y luego regresaba a las 16:00 p.m. y se quedaba hasta las 18:00 p.m. entrenando un rato más con el mismo rubio.


tú en tu mundo

separado del mio

por un abismo



Aioros... no sabía que pasaba más tiempo con Aioros que con él.

Esto hizo saltar una chispita dentro de Mu, quien se puso visiblemente triste.

No pudo evitar volver a pensar en Milo, lo cual le hundió mucho más aún.

Sin darle importancia a los llamados de Saga, Mu se sentó en uno de los asientos del coliseo, a mirar la pelea.

Aunque aparentaba mirarles, su mente estaba bien lejos de ahí.

Salió de sus pensamientos cuando sintió un fuerte tirón en el brazo, y la mirada asustada, preocupada y horrorizada de Camus.


- C-camie... ¿qué sucede? -preguntó con la voz entrecortada Mu, pues ya se comenzaba a formar un nudo en su garganta.


- Porqué... ¿porqué no me lo dijiste, Mu...? ¿Porqué no me dijiste que... te gustaba Milo?... -preguntaba Camie al borde de las lágrimas.


- Camie... -susurró con evidente tono de culpabilidad el menor.- Lo siento... yo no quería apartarte de él...


- ¿Porqué..? ¿Porqué no querías hacerlo si te gusta?... -insistió el Acuario.


- Porque tú también lo amas... sería un... -suspiró, cortando el insulto que estaba por decir-, no te puedo separar de Milo, es anti-ético y eres mi mejor amigo...


Camus asintió lentamente.

Se sentó al lado del ariano, mirándole de reojo.

Ojeras, ojeras... los ojos hinchados, preocupación, dolor....

El corazón de Camus se estrujó con fuerza.

Ahora, podía sentir visiblemente el dolor de Mu, pues inevitablemente su cosmos lo despedía.

Tuvo ganas de abrazarlo, pero se sentía culpable por haber arrebatado al gran amor de su amigo.


- No es tu culpa... -susurró Mu luego de leerle la mente.


- ¡Camie! -se oyó un grito por lo lejos.


Dos cuerpos se tensaron, pero sólo uno se distrajo, lo que causó la pérdida de la pelea que llevaba ganada.

Mu apartó su mirada de Milo, clavándola en el piso.

Sabía que odiaba ese gesto, pero no podía evitarlo.

Saga, en el suelo, se aguantaba las ganas de levantarse a romperle la cara al bicho.

¿Porqué actuaba con tanta naturalidad?

¿No sabía que con solo traer su precensia al coliseo le hacía mal al pequeño ariano?

¿Porqué no le había pegado ya?

Se levantó y caminó desicivo hasta el otro griego, sorprendiendo a Aioros, Camus y a Mu incluído.

Sólo cuando Milo estuvo contra la pared de piedra y con las manos de Saga rodeadas con fuerza en su cuello, fue que supo de su presencia allí.


- ¿No estás cansado?... -susurró Saga solo para que él le escuchase.- ¿No estás cansado de herir a Mu...? Véte de aquí... -le ordenó soltándole.


Bastante sorprendido, e intentando recuperar el aliento, fue que Milo descubrió la causa del enojo de Saga.

¡Estaba enamorado del pelilila!

¿Cómo no lo había visto antes?


Oye, llámame

yo volaré

a tu mundo lejano

por ti volaré

espera, que llegaré

mi fin de trayecto eres tú



A juzgar por la manera en la que le habló, el otro no lo sabía.

Con ayuda de Camie, se marcharon a Escorpio, sin que en acuariano dijese palabra alguna.


- ¡Saga! -retó Mu con furia, mirándole- ¡¿Porqué hiciste eso?!


- Deja de fingir, Mu -respondió algo alterado Saga-. Tú mismo estabas nervioso con su presencia, te duele tan solo con verlo, ¿porqué lo defiendes a él?


Bastante harto, Saga tomó sus pertenencias y se alejó, dejando a Aiorios pasmado y sin comprender, y a Mu profundamente triste.

Esa noche, el geminiano no invitó a Mu a dormir, lo cual el ariano tomó como una rotura de su amistad.

Los días siguientes, Saga no le hablaba más.

Ni siquiera le preguntaba como estaba, nada.

Ahora, el favorito del geminiano parecía ser Aioros.

Mu se sentía completamente ofendido, por lo cual pasaba largas horas en su templo.

Shaka y Aioria de vez en cuando le visitaban e intentaban persuadirle para salir, pero el carnero se negaba una y otra y otra y ooootra vez.

La bronca se agolpaba cada vez más dentro de Mu, y esta salió disparada una noche, en un sueño.

Era algo extraño.

Bah, ¿algo?

Había soñado que estaba recostado en la cama, y que repentinamente Saga hacía su aparición.

Soñó que el geminiano tocaba su cuerpo, acariciaba su rostro, besaba sus labios...

Soñó que el griego le despojó de cualquier ropa, soñó que Saga le hacía el amor, soñó que gritaba el nombre del geminiano.


" Saga, Saga, Saga... "


Para vivirlo los dos

por ti volaré

por cielos y mares

hasta tu amor

abriendo los ojos por fin

contigo yo viviré



...Saga....



Al día siguiente, Mu estaba aún de más mal humor.

Había ido al templo de Géminis a preguntar en dónde carajo se encontraba Saga, que necesitaba hablar con él, pero sólo se encontró con Kanon quien le dijo que su hermano había salido a caminar...

Más furioso, Mu salió pateando trastos de Geminis.

Una cosa hubiese sido caminar simplemente, cosa que Mu comprendía.

Pero... ¿¡caminar con AIOROS!?

Pues sí, Kanon le había dicho que su copia (original) había salido a caminar con Aioros, lo que desesperó aún más al carnero.

Caminó torpemente hasta Aries, sintiéndo como las lágrimas se agolpaban en sus ojos y amenazaban con caer por los lagrimales hasta las mejillas.

Cuando llegó, se encontró con Milo y Camus, pero lejos de ponerse peor, les ignoró.

Ya estaba curado de Milo, pero ahora debía curarse de Saga...


Cuando estas lejano

sueño un horizonte

falto de palabras



Corrió prácticamente hasta su habitación y colocó las pocas ropas que tenía en una valija.

Ignoró olímpicamente las preguntas de Milo y Camus, quienes parecían estar preocupados.

Sin embargo, no impidieron su salida del templo.

Maldijo en voz baja a Athena, y al porqué su presencia evitaba que pudiera teletransportarse de templo el templo.

Al menos, le ahorraría tener que arrastrar por todo el Santuario esa valija.

Por primera vez, odió ser el primero en el Santuario.

Cuando finalmente llegó a la sala del patriarca, la cual era su destino, se sentó en el suelo (frente a la sala) a descansar, pues gran viaje merecía un pequeño descanso.

Shion salió de sus habitaciones con parsimonia al sentir el cosmos de su pequeño alumnito fuera, por lo cual decidió atenderlo.

Se sentó a su lado, llamando la atención de Mu, quien le sonrió.


- Te vez destrozado, Mu... -visualizó el peliverde-, ¿qué sucedió?


- Pues... como usted dice, me siento destrozado... quisiera... tomarme unas pequeñas vacaciones...


- ¿Vacaciones? -Shion alzó un puntito rojo.- ¿A dónde?


- A Jamir... por favor, serán solo unos días -rogó Mu.


Si no tenía el permiso, debía ver cada día los rostros de Saga y Aioros sonrientes.


- Está bien... pero ni bien te necesitemos te llamaré, ¿está bien?


- Sí maestro, muchas gracias.


Shion besó la frente de su alumno y acarició sus cabellos, para luego levantarse e ingresar de nuevo al templo.

De nuevo bajar las escaleras... pensó Mu.

¿No había una manera más divertida de aprovecharlas? Y de paso bajarlas, claro.

Con una sonrisa atrevida, puso la valija en el borde de un escalón.

Teniendo cuidado de que el objeto no se fuera escaleras abajo, se apartó un poco, para luego subirse con fuerza sobre mencionado elemento y comenzar a "surfear".

A una velocidad increíble, fué bajando todos los escalones juntos, llegando hasta Piscis, en donde tropezó con unas rosas y se dió con la cara en el suelo.

Bastante preocupados, DM y Afrodita salieron al exterior.

Habían visto la actuación de Mu desde el principio y se habían divertido bastante, pero el resultado final no era para nada gracioso.

Por suerte, el ariano solo tenía unos rasguños.



- Vaya, Mu. La próxima vez que quieras aprender a surfear, pídele a Kanon que te lleve al mar -rió Death Mask.


Mu sonrió, hacía bastante que no hacía nada entretenido.


- Gracias Death, no te preocupes, la próxima le pediré a Kanon.


Continuó su camino, riendo en voz baja.

Se cruzó con Shura, quien le preguntó bastante sorprendido, qué le había pasado, pues las ropas de Mu y su rostro estaban llenos de suciedad y raspones.


- Quise surfear -bromeó el carnero.


Continuó bajando y bajando, cruzándose de paso por Leo, en donde sorprendió al Virginiano (pero para nada virgen) siendo sometido por el majestuoso (y pervertido) leonino.

Por suerte, Saga no había llegado a Géminis, y solo se encontraba Kanon.

Pasó de largo, y no paró hasta llegar a Aries.



- Bien... ahora tengo que caminar hasta Rodorio... y ya allí podré teletransportarme -planeó el pelilila.


Tal como lo planeó, lo hizo.

Salió del Santuario de Athena con la ropa que tenía, la cual escondía su perfil de Caballero, y se encaminó a Rodorio.

Rezó con todo su corazón por que Saga y Aioros no estuvieran caminando por allí, y, por suerte, sus sueños se hicieron realidad: el par no andaba por ahí.


Y yo sé que

siempre estas ahí, ahí

una luna hecha para mi

siempre iluminada para mi

por mi, por mi, por mi



Cuando ya estuvo lo suficientemente lejos del Santuario, decidió teletransportarse.

En menos de un parpadeo, ya se encontraba en Jamir.

El lugar estaba mucho más lúgubre que la vez anterior, y le pareció ver más cadáveres en el precipicio que había antes de llegar a la torre.



- Quizás no hacía falta caminar hasta Rodorio para teletransportarme, pero al menos paseé un poco -pensó Mu acomodando sus cosas.



Por suerte, todo estaba intacto.

Nada de tierra: nada de nada.




Cuando Saga volvió de la caminata con Aioros, se dirigió derecho a su templo para bañarse.

Se encontró con Kanon, quien se reía a carcajadas junto a Death Mask y Afrodita.


- Ajajaja... ya... llevaré a ese carnero sexy a surfear algun día... -les dijo sin poder aguantar la risa.


Los sentidos de Saga se agudizaron.

¿Carnero?

Estaba... ¿estaba hablando de Mu?


Por ti volaré

espera que llegaré

mi fin de trayecto eres tú



- ¿Qué sucedió? ¿Porqué tanta risa? -preguntó el geminiano intentando no sonar muy interesado.


- Ajajaja... no te imaginarás -comenzó Kanon partiéndose de la risa aún-. Mu se lanzó desde las escaleras surfeando con una valija... ajajajajaja -continuó riendo sin parar.


- ¿¡QUÉ!? -gritó visiblemente espantado.


¿Se había tirado?

¿Acaso era suicida?

¿Estaría bien?

...

¿Se tiró con una valija?

Las preguntas comenzaron a acosar la mente de Saga.

¿Porqué?, se preguntaba.

Hubiera sido mejor si no se hubiese hecho el ofendido aquel día en el coliseo.

No tendría que haberle dejado solo, pues sabía que Mu estaba atravesando una depresión profunda, y el le había abandonado a medio camino de recuperarse.

Ese chico... no se lo imaginaba haciendo locuras...


- ¿Cómo está? -preguntó Saga.


- Pues... estaba lleno de moretones... -contó Afrodita comenzando a recordar.- Y rasguños, y golpes, pero fuera de eso creo que no tenía nada.



Saga suspiró.

Al menos su carnerito estaba bien.


- ¿Dónde está?


- Umm... - Afro comenzó a pensar.


- Se fué a Jamir, lo vimos mientras hablaba con Shion. Hoy a la mañana Afro, ¿te acuerdas? Antes de tirarse -le hizo recordar DM.


- ¡Ahhhh, sí!



El corazón de Saga dió un vuelco.

Un vuelco grande, de miedo.

Pudo sentir, por primera vez, un vacío dentro, y sintió nuevamente que Mu se le iba de las manos.



- Flashback -


- Señor patriarca, ya está todo listo -decía un soldado a un hombre enmascarado-. Enviamos al joven Aioria de Leo a la misión que usted pidió. También hay un ejército listo. ¿Quiere mandarlos a Jamir?


El corazón de aquel hombre latió violentamente.

Jamir, el sitio en donde el chico de su corazón se escondía.


- No... no será una amenaza... -susurró con aparente voz tranquila- Déjenlo... ya volverá algún día...


Pero la verdad, es que le preocupaba el que no regresara.


Contigo yo viviré

por ti volaré

por cielos y mares

hasta tu amor

abriendo los ojos por ti

contigo yo viviré



Y si regresaba, ¿le perdonaría el haber matado a su maestro?


- Fin Flashback -



- ¿Están seguros? Pudo haber hablado de cualquier otra cosa con Shion... -intentó convencerse Saga.


- No, yo le escuché claro -protestó DM.



Una, dos, tres.

Tres veces se pasó las manos por el cabello, una señal de que estaba muy preocupado.

Era un gesto que Saga tenía desde pequeño, y a Kanon le llamaba la atención de que lo manifestara de esa forma, por lo cual prestaba amplia atención cuando lo hacía.


- Tranquilo, Saga. Seguro que Mu regresa pronto... -le intentó subir los ánimos, pero solo le empeoró.


- ¿Pronto?... ¿¡PRONTO!? ¡¡ESO MISMO PENSÉ CUANDO MATÉ A SHION!! ¡¡CREÍ QUE MU VOLVERÍA PRONTO DE JAMIR Y TUVIERON QUE PASAR 13 AÑOS PARA VOLVER A VERLE!! -gritó desencajado Saga.


El solo pensar que Mu se alejaba otra vez le desesperaba.

Salió del templo olvidando completamente su idea de tomar un baño.

Ahora lo único que pensaba era ir de dimensión en dimensión hasta llegar a Jamir.

Mientras lo hacía, solo tenía una palabra en mente: Mu.

¿Porqué se había ido?

¿Vacaciones?

¿Quién le creía? El, no.

Le conocía bastante bien.

¿Se fué por Milo, porque no soportaba verlo?

O ¿se fué por el, porque estaban peleados?

¿Se fué porque no le hablaba más?

Se sintió culpable, y nuevamente sintió esa sensación de vacío al traerle nuevas penas al ariano.


- Soy un tarado... -susurró cuando pisó el terreno de Jamir.


Escondió su cosmos, pues no quería que Mu saliera con un cuchillo en la mano.

Se acercó hasta la torre, la cual estudió por pocos microsegundos.

No tenía piso, y no se tomaría trabajo de subirlo.

Tenía que llegar rápido a con Mu.

Abrió nuevamente su portal dimensional y lo abrió en el interior, donde yacía Mu sentado en una mesita tomando té.

Se acercó lentamente, intentando no hacer evidente el ruido de sus pisadas.

Cubrió a modo de juego los ojos de Mu con las manos, las cual yacían cálidas.

Se sorprendió al notar fría la piel del ariano, y por un momento temió que estuviese mal, pero todo miedo se esfumó cuando vió a Mu voltear y mirarle con esos ojos verdes.


- Saga... ¿qué haces aquí?... Vete... -pidió sin fuerzas.


Por ti volaré

por cielos y mares

hasta tu amor

abriendo los ojos por ti



Le empujó suavemente con ambas manos, intentando llevarlo hacia la puerta, pero las fuerzas le habían abandonado.

Saga le abrazó contra su pecho, acariciando tiernamente sus cabellos.


- No me voy a ir... Mu, métetelo en la cabeza... -tomó su rostro con cuidado y le miró fijamente-. Te amo.


- ¿Eh...?


- Que te amo, Mu -repitió.


- No es cierto... tu amas a Aioros... -el pelilila bajó la mirada, pero Saga le obligo a levantarla nuevamente.


- Aioros es mi amigo... yo te amo a tí, Mu -besó sus labios suavemente-. Te amo... -los besó de nuevo, usando también su lengua para saborear sus labios-. te amo...


Mu no respondió nada, pues sus manos ya hablaban por el al acariciar su pecho, cabellos, mejillas.


Contigo yo viviré

por ti volaré

volaré



Esa noche, tal como en el sueño que Mu había tenido anteriormente, Saga se movió en el interior de Mu, Saga acarició todo su cuerpo, Saga le penetró sin descanso.

Esa noche, Saga le hizo suyo.

Esa y muchas otras luego, Saga le hizo el amor.
Notas finales:

Tadáaa xD

 :3 sayo!

 

Aw


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