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Los Dictados del Corazon por anniiee

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Cuando todos volvieron a reunirse en el salón, Shuichi se disculpo para ir al baño y cerro la puerta, apoyándose en ella un momento. ¿Cómo era posible que el destino la hubiese llevado allí, para cruzarse con el hombre que mas detestaba?

 

 Nervioso, se hecho un poco de agua fría en la cara.

Ojala pudiese apretar un botón y hacer desaparecer a Yuki Eiri…

 

 Shuichi se mordió los labios tan fuerte que se hizo daño mientras recordaba lo que paso ocho años antes. ¡Ocho años! ¿No debería haberlo olvidado ya?, se pregunto a si mismo, ¿No era el momento de cerrar heridas? Esa idea podía haber sido posible, pero ahora lo importante era marcharse de esa casa inmediatamente.Sintiéndose un poco mas tranquilo, salio del baño y se dirigió al salón

 

. -          ¡Shuichi! – lo llamo Mika – ven aquí por favor, todo el mundo esta impresionado con tu trabajo 

 

-          Bueno, tenia un sitio precioso con el que trabajar. Y la eh pasado muy bien… en realidad, no me pareció un trabajo

 

 Mika lo tomo del brazo 

 

-          Tenemos que seguir en contacto - le dijo – prométeme que lo harás. Siento como si te conociera de toda la vida. Le eh hablado mucho a Yuki de ti y Yumi siempre esta preguntando donde esta Shu… 

 

Shuichi sonrió halagado

 

 -          Estoy seguro de que volveremos a vernos Mika…

 

 -          Yo me encargare de eso. Si hace falta te encargare mas cosas

 

 Era la clase de afirmación que hacia la gente cuando veían un trabajo terminado. Pero una cosa era segura: el pensaba dar por terminada su relación con esa familia de inmediato. No iba a arriesgarse a estar en compañía de Yuki Eiri otra vez

 

 El afecto que mostraban Mika y Yuki dejaba en claro que el y su mujer eran frecuentes visitantes en esa casa, de modo que debía apresurarse sin herir los sentimientos de Mika. Aunque lo lamentaba porque había sido una buena amiga, alguien con quien compartir sus cosas.

 Como dos hermanos podían ser tan diferentes, era difícil de entender. Una tan calida, tan amable, el otro tan duro, tan cínico… y tan engreído.Entonces recordó las calidas manos de Yuki mientras le daba un masaje y sintió un escalofrió… aparentemente era capaz de cierta gentileza… cuando a el le parecía.

 

 -          No tienes frió, ¿verdad? – le pregunto Mika. 

 

 -          No, no. Es que debería marcharme, pero no puedo irme sin ver a Yumi. ¿Puedo subir a verla?

 

 -          ¡Por supuesto! No la molestaras porque ah llegado a la edad en la que duerme como un tronco

 Mientras iban por la escalera Mika toco su brazo

 

 -          Espero que Yuki se este comportando como es debido. No te dejes afectar por el. Es famoso por tener mal carácter a veces… pero no es verdad.

 

 Si, bueno, ella era su hermana, ¿Qué iba a decir?...

 

 -          Se que esta nervioso porque publican su próximo libro el mes que viene – le confirmo Mika – Los críticos no fueron particularmente amables con el ultimo, aunque eso no afecto a las ventas, afortunadamente. Pero a Yuki no le hacen gracia las criticas

 

 Que se uniera al club, pensó Shuichi. Pero Mika estaba hablando de Yuki como si el tuviera que saber quien era. Debería de creer que su nombre había salido en alguna conversación o que lo había reconocido. En fin, le seguiría la corriente. No podía hacer otra cosa.

 

 Cuando entraron en el dormitorio de la niña, se inclino sobre la cama para acariciar su suave mejilla infantil con un dedo.

 

 -          Es preciosa – susurro – debes estar muy orgullosa de ella

 

 -          Si, claro… pero la vida no es la misma una vez que tienes un niño. Como tu mismo sabrás algún día

 

 -          Es posible – Shuichi pensó en Ryuchi y en lo encantador que era. Se había metido en su vida, haciéndolo creer que algún día formarían una familia. Que equivocado estaba.

 

 Un minuto después, Tohma asomo su cabeza en el dormitorio.

 

 -          Hay gente que esta apunto de marcharse, cariño

 

 -          Muy bien – Mika se volvió hacia Shuichi – voy a despedirme… baja cuando quieras

 

 -          Solo me quedare un minuto – dijo el, sin dejar de mirar a la niña

 

 En la bonita habitación infantil que olía a talco y a bebe, Shuichi sintió que sus ojos se humedecían inesperadamente. ¿Qué planes, que sueños tendría Yumi? ¿Cómo seria la vida para ella? En aquel momento lo único que tenia que hacer era crecer y ser feliz rodeada del cariño de sus padres, pero un día tendría que enfrentarse con el mundo sola.

 

 Yuki apareció a su lado entonces

 

 -          ¿tu también eres parte del club de admiradores de Yumi? Nuestra primera niña… es preciosa ¿verdad?

 

 Shuichi se quedo sorprendido por sus palabras ¿Quién podría imaginar al duro Yuki Eiri babeando por su sobrina? Pero era evidente que no podía apartar los ojos de el

 

 -          ¿Te encuentras bien? Estas muy pálido… como si hubieras visto un fantasma.

 

 Shuichi aparto la mirada rápidamente. El era un escritor famoso por interpretar las reacciones de las demás tan fácilmente como si leyera el titular de un periódico. Pero eso no altero su opinión sobre el: Yuki Eiri era un hombre duro y egoísta. Muchos de sus libros reflejaban eso, aunque hacia tiempo no leía ninguno

 

  -          Estoy perfectamente, gracias – mintió – pero creo que eh trabajado demasiado últimamente… quizás debería tomarme unas vacaciones

 

 Shuichi se aparto, incomodo. Estaba tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo. ¿Por qué no se ponía del otro lado de la cama? El había llegado primero Apartándose decididamente, se pregunto si llegaría el día en el que podría decirle unas cuantas cosas a Yuki Eiri.

 

 Había ensayado las palabras muchas veces.

 

 Pues ahí estaban, juntos, en la misma habitación ¿Por qué no lo hacia? Pero una cena en la casa de su hermana no era la ocasión adecuada. Además ¿Qué podía decirle después de tanto tiempo? Seguramente el ni siquiera se acordaría de que había dicho y hecho ocho años antesNo, seguramente no podría hacerlo nunca; seguramente tendría que guardárselo y seguir atormentándose en privado el resto de su vida.

 

 De repente un ruido hizo que los dos miraran hacia la cama. Yumi, con sus ojos azules muy abiertos, los miraba a ambos. Sin dudarlo, Yuki se inclino para tomar a la niña en brazos

 

 -          Hola Yumi. ¿Cómo esta mi princesa?

 

 -          Tío Yuki… quiedo jugar 

 

 -          No cariño – contesto Yuki, besando su nariz – a mamá no le gustaría 

 

 -          ¿Se puede saber que esta pasando aquí? – pregunto Mika entrando a la habitación – Yuki, no puedo confiar en ti ni un segundo…

 

 -          Pero si yo no hice nada…

 

 -          Sabia que la sacarías de su cama – suspiro Mika tocando el bracito de su hija - ¿El tío Yuki te ah despertado, cariño?

 

 Yumi soltó una risita infantil

 

 -          quiedo jugar…

 

 -          ¿Quieres bajar al salón, cariño? A muchos invitados les gustaría verte

 

 Todos salieron de la habitación, Yuki sujetando a Yumi. Shuichi se pregunto que le estaría diciendo a la niña al oído, pero fuera lo que fuera Yumi reía contenta, y se vio obligado a admitir que aquel era un ser humano muy diferente a como lo había imaginado durante todos esos años de rencor. ¿Pero que mas daba? Había hecho un daño permanente y eso no se podía cambiar En el salón fueron recibidos por gritos de júbilo ante la aparición de la niña. Y Yumi sabia que hacer para resultar irresistible. Riendo, dejaba que la pasaran de brazo en brazo sin protestar

 

 -          Como una mujer – observo Yuki, irónico – los trucos femeninos deben de ser algo de nacimiento. Solo tiene dos años y mira como le gusta ser el centro de atención.

 

 Tohma se acerco con una bandeja llena de copas

 

 -          Tenemos que terminar otro par de botellas. No podemos dejar que el champán se eche a perder

 

 Aunque a Shuichi le alegraba la distracción, no le apetecía tomar mas alcohol. Aquella noche había bebido mas de lo que solía beber en un mes. Lo que de verdad le apetecía era una taza de té calentito, pero acepto la oferta de todas formas.

 

 -          Tengo que marcharme pronto – dijo, sonriendo

 

 Era mas de media noche y estaba agotado, pero se tomo la copa de champán de un trago, el frió liquido alivio su seca garganta. Cuando giro la cabeza se dio cuenta de que Yuki lo estaba mirando con expresión burlona

 

 -          Eso es a lo que yo llamo hacer los honores

 

 Shu se puso colorado

 

 -          No, es que… tenia sed

 

 Se quedaron un momento en silencio, escuchando la música que salía del estereo

 

 -          Bueno, es hora de que esta jovencita se vaya a la cama – dijo Mika

 

 Los invitados que quedaban empezaron a despedirse y, cuando Tohma los acompaño a la puerta, Yuki y Shuichi se quedaron solos en el salón

 

 -          Yo también tengo que irme. No estoy acostumbrado a acostarme tarde y…

 

 De repente, sintió que se le doblaban las rodillas y se apoyo en el respaldo de un sillón. Inmediatamente, noto la mano de Yuki en su cadera, pero sus piernas se negaban a seguir soportándolo y tuvo que ayudarlo a sentarse.

 

 -          Quédate aquí un momento. Voy a buscar un vaso de agua

 

 En un minuto volvió y Shuichi tomo un largo trago, con manos temblorosas. Empezaba a sentirse mejor… ¿o no? No, porque ahora la habitación empezaba a dar vueltas, lentamente al principio, como una montaña rusa después. Asustado, se inclino hacia delante hasta que, incapaz de evitarlo, empezó a deslizarse hacia el suelo, lo único que pudo escuchar fueron los fuertes latidos de su corazón…

 

 Supo después que había estado inconciente durante unos minutos y, cuando volvió en si, se encontró tumbado en uno de los sofás, con una toalla mojada sobre la frente. Yuki, arrodillado delante de el, frotando sus manos, repitiendo su nombre una y otra vez, tan cerca que podía sentir su aliento en las mejillas. Shuichi hizo un esfuerzo para levantarse, pero el lo empujo suavemente hacia el sofá.

 

 -          No te muevas; se te pasara enseguida. Por fin has vuelto a la tierra.

 

 -          Estoy bien… de verdad - consiguió decir el – Dios mió… que vergüenza. Ha debido ser el vino… y llevo varios días resfriado…

 

 No debería de haber acudido a la cena. Su cuerpo le llevaba advirtiendo desde el miércoles, cuando despertó con fiebre y dolor de garganta. Pero se convenció a si mismo de que no era nada porque, como un niño, estaba esperando ir a una fiesta el sábado por la noche

 

 -          si crees que puedes irte a casa esta noche, te equivocas – dijo Yuki – para empezar no puedes conducir

 

 -          Solo eh tomado un par de copas…

 

 -          Pero con el estomago vació. Pensé que estabas a dieta, pero no entiendo bien porque, o no te encontrabas bien.

 

 Oh, no, pensó Shuichi. Había intentado disimular que comía muy poco extendiendo la comida por el plato pero, evidentemente nada se le escapaba al observador señor Eiri

 

 -          Agradezco mucho tu preocupación, Yuki – empezó a decir – pero la verdad…

 

 -          Nada de pero – lo interrumpió el – puedes irte a casa mañana. Una buena noche de sueño y mañana estarás como nuevo. Y aquí hay dormitorios de sobra

 

 Aquella sugerencia, o mas bien aquella orden, hizo que Shuichi se sintiera aun peor. No podía quedarse allí, no llevaba su ropa para dormir…

 

 -          No, imposible… me voy a casa

 

 Yuki negó con la cabeza. Y Shuichi se vio obligado a admitir que tenia un rostro muy atractivo y unos ojos que podían expresar muchas cosas al mismo tiempo.

 

 -          Veo que voy a tener que recurrir a la fuerza física para que entres en razón – dijo levantándose – hace unos minutos pensé que tendría que darte un beso para devolverte a la vida, como en los cuentos, pero… - Yuki se detuvo, con un brillo burlón en los ojos – tristemente para mi, recuperaste el conocimiento justo a tiempo.

 

 El lo miro incrédulo. ¿Estaba intentando seducirlo?, se pregunto. ¿Aquel hombre no tenia conciencia? Estaba casado y era un invitado en casa de su hermana. No era precisamente un comportamiento adecuado… especialmente en un hombre de su posición.

 Aunque, si era sincero consigo mismo, debería confesar que lo encontraba físicamente atractivo. Pero no debía pasar eso. Shuichi se sentó en el sofá, pero al hacerlo se dio cuenta de que Yuki tenia razón: no podía volver a casa conduciendo. Se sentía mareado y lo único que quería era cerrar los ojos y dormir un rato.

 

 -          En fin… tendremos que ver lo que dice Mika 

 

 -          Mi hermana estará encantada de tenerte aquí esta noche – dijo Yuki – y yo suelo quedarme a dormir porque la comida del domingo en esta casa es una tradición. Mañana por la tarde podrás volver a casa.

 

 Yuki Eiri estaba controlando su vida y, aparentemente, el no podía hacer nada al respecto.

 Justo entonces Mika y Tohma entraron en el salón y Yuki les informo de que también Shuichi iba a quedarse a dormir… sin decirles que se había desmayado

 

 Mika se mostró encantada

 

 -          No sabes cuanto me alegro. Así comeremos juntos mañana

 

 -          Será estupendo tenerte aquí – dijo Tohma 

 

-          Me encanta que usen las habitaciones – siguió Mika – puedes usar la azul, con Yuki a un lado y Yumi al otro. Y…

 

 -          Y yo podré dormir en paz porque uno de ustedes tendrá el placer de ser despertado por Yumi – la interrumpió su marido – esta muy alegre por las mañanas y, por una vez, podré dormir bien. Puedo prestarte lo que necesites para esta noche, Shuichi

 

 -          Ya esta entonces, despiértense para desayunar a la hora que quieran – dijo Mika muy animada

 

 Aunque le agradaba que Mika y Tohma hicieran todo lo posible para que se sintiera cómodo, no podía dejar de sentirse inútil y fuera de lugar. Las próximas veinticuatro horas le habían sido robadas de las manos. Y tendría que formar parte de una reunión familiar que incluía al hombre para el que no tenia tiempo.

 Si Ella hubiera ido a cenar esa noche, Yuki no estaría pendiente de el y habría sido mas fácil marcharse por la mañana. Pero, en lugar de eso, la cena se estaba convirtiendo en un largo fin de semana en el que tendría que hacer de pareja de un hombre al que a menudo había soñado estrangular.Mas tarde, en la habitación azul, Shuichi se quito la ropa para ponerse la pijama que Tohma le había prestado, era muy cómoda para dormir. Suspirando, se revolvió el cabello y luego con un suspiro de satisfacción se metió bajo las sabanas, apago la lámpara y cerro los ojos. Pero ¿Seria capaz de dormir?, se pregunto.

 Pensar que Yuki Eiri estaba dos puertas mas allá lo angustiaba tanto que le gustaría ponerse a gritar. A pesar de todo, por fin empezaba a quedarse dormido cuando un golpecito en la puerta lo sobresalto. Mika ah de haber olvidado algo, se dijo. Pero no era Mika quien estaba al otro lado. Era Yuki, apoyado en el marco de la puerta, mirándolo de arriba abajo

 

 -          No se con que ropa te ves mejor…

 

 -          ¿Ocurre algo? – lo interrumpió Shuichi

 

 -          No. Es que no me apetecía irme a la cama todavía, así que baje a tomar un baso de agua y… solo quise pasar a verte

 

 Evidentemente, Yuki esperaba que lo invitara a pasar. Seguramente los revolcones de una noche serian algo normal para alguien como el… y el hecho de que estuviera casado no tendría importancia. Solo un poco de diversión.

Además, su esposa y el parecían acostumbrados a separarse mucho tiempo. Pero si pensaba que iba a decir que si, estaba mas que equivocado

 

 Le sonrió. Ambos eran invitados en esa casa y debía mostrarse amable

 

 -          no te hubieras molestado en venir a verme. Podrías haber esperado hasta mañana

 

 -          No ah sido ninguna molestia – dijo el, tan despierto como si fueran las cinco de la tarde -          Además, quería saber si te encontrabas bien. No has vuelto a marearte ¿Verdad?

 

 -          No, gracias. No tienes que preocuparte, estoy bien.

 

 El no dijo nada, pero se quedo allí, mirándolo

 

 -          Buenas noches – se despidió Shuichi – espero que el vaso de agua te ayude a dormir… en algún momento

 

 Yuki se limito a asentir con la cabeza mientras Shu cerraba la puerta

 

 Luego espero en silencio para oír sus pasos, pero no oyó ruido alguno y, unos segundos después, tuvo que hacer un esfuerzo para no asomar la cabeza por el pasillo

 

 Para entonces la idea de dormir parecía haberlo abandonado por completo y estuvo dando vueltas en la cama durante horas. Maldito hombre, pensó. Antes de su interrupción estaba a punto de quedarse dormido

 

 Enfadado consigo mismo, se volvió hacia la ventana, donde colgaban las preciosas cortinas que el mismo había elegido, junto con casi todo lo que había en aquella habitación.

 

 Nunca se habría imaginado que estaría durmiendo… o mas bien, intentando dormir en casa de un cliente. Y menos aun que algún día iba a desear que Yuki Eiri estuviera acostado a su lado, con sus manos calidas sobre su cuerpo, su atractivo rostro cerca del suyo…Shuichi suspiro, irritado por esos pensamientos. ¿Era posible que le guste alguien que creía odiar?, se pregunto

 

 Se sentó nervioso en la cama. Tenia que calmarse, pensó. Al día siguiente estaría a salvo en su propia casa y el recuerdo de aquella noche se habría borrado de su mente por completo

 

 


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