Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi hoguera de invierno por Xkanleox Ixquic

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

ya casii terminooooo'!! :'D me siento orgullosa de mí miisma, es el primer fanfiic que terminaré

u.u eso espero

bueno, lean, me parece que uno más y ya

 

Mi vida

Era tanto el dolor y el miedo que no podía moverme. Hacía todo sin pensar, no podía olvidar aquellas cosas horribles que Aizen me había hecho. Odiaba las noches, odiaba la oscuridad, odiaba estar solo… pero igual si algún sirviente se quedaba a dormir conmigo, me sentía indefenso.

Empero, tampoco quería verlo a él. Jüshiro, el único hombre que me hizo sentir protegido después de aquél desastre, el único hombre que tiene mi corazón, ahora estaba internado y llevaba más de tres días en estado crítico en el hospital. Era cierto, sacrificó su salud por mí. Y llegó tarde, pero no lo culpo por eso. Tampoco lo culpo de mi arrebato de ir y perderme, eso fue decisión mía.

Lo único que me duele y aún me desbarata el corazón, es que Jüshiro haya dejado que ese borracho lo besara. Cada vez que lo recuerdo, me duele casi tanto como me dolió todo lo que Aizen me hizo. Ahora no sabía qué hacer, si agradecer por salvarme u odiarlo por el resto de mi vida.

Me salvó, retrasadamente, pero me salvó. Aizen dijo que apenas empezábamos, que en cuanto llegara más gente (supongo que su gente) se pondría mejor. Y dijo que me capturaría y me tendría cada noche que él quisiera, porque yo era muy deseable. Esas palabras taladraban mi cabeza tanto que prefería atravesarla con una flecha, pero nadie me lo permitiría.

Me encogía y temblaba, llorando en silencio. No salí de mi habitación en muchos días, apenas comía y me sentaba en un rincón, tapado con una cobija. Esos días me comporté como un perfecto autista.

Un día desperté, ni siquiera vi cómo estaba el clima. Entró la primavera y con ella un mensaje de la molesta Yoruichi a mi hogar. Yo estaba tirado en el tatami, haciendo dibujos con mis dedos. De verdad era deprimente verme, lo leí en letras grandes en la cara que Yoruichi puso. Me levanté, como si nada.

-          ¿Qué quieres, Sihouin Yoruichi? – ni siquiera me alteré como acostumbraba. Ella se sentó también.

-          Hola, Byakuya-bö. No es mucho, sólo quería decirte que el capitán Ukitake ya está bien, hoy lo darán de alta en la tarde. No sé si quieras ir a visitarlo, ya está consciente. – mis ojos se abrieron. Por primera vez en muchos días sentí un pequeño indicio de alegría, que enseguida fue oprimido por mis recuerdos.

-          Eso creo. – dije, mirando al suelo. – Supongo que tendrá que estar en reposo por muchos días. Siento que todo esto haya pasado por mi culpa. – ya no tenía lágrimas para llorar. Ella acarició mi cabeza y, por primera vez, me abrazó.

-          A veces las cosas no nos salen como queremos. A veces de los errores grandes quedan marcas dolorosas, pero también quedan otros errores pequeños que aún se pueden corregir. Y eso, Byakuya-bö, siempre es mejor que nada, haciendo a un lado la mediocridad. – suspiré y la miré a los ojos.

-          ¿Esas marcas se quitarán algún día? – ella me miró con tristeza.

-          No lo sé, nadie lo sabe. Pero nada pierdes con intentar. ¿Qué te parece comenzar por esos errores pequeños? – una emoción extraña invadió mi cuerpo. Era un pequeño brote en mi pecho, que se fue expandiendo y cubriendo gran parte del dolor y del miedo. Creo que era esperanza.

-          Vamos a visitar a Jüshiro. – dije, algo inseguro. Ella sonrió.

-          Aprovecha, dentro de poco volveré a ser la misma y no tendré compasión de tu shunpo tan lento. – intenté sonreír. Por lo que vi, me salió la sonrisa.

Estaba nervioso en la sala de espera. Mucha gente había ido a ver a Jüshiro, muchos lo respetaban y lo estimaban. Faltaba poco para mi turno y las manos me sudaban. Yoruichi me había dejado solo porque tenía “asuntos importantes que olvidó atender”, esa maldita nunca va a cambiar. que lo hizo a propósito.

-          Joven Byakuya, es su turno. – mi confusión se hizo muy notoria.

-          Ah… sí. – dije, y me levanté. Antes de entrar, la enfermera dijo:

-          Sólo tiene media hora, eso porque el capitán Ukitake lo ha considerado importante. – abrió la puerta y me dejó ahí.

Me quedé parado sólo un par de pasos después del marco de la puerta. Jüshiro me observó con sorpresa y regocijo, y yo no quitaba mi cara de idiota atolondrado. Sonrió, y de nuevo sentí cómo las curvas de su sonrisa me hacían estremecer y me calentaban.

-          Byakuya, viniste. – él estaba emocionado. Yo moría de nervios. No sabía por dónde empezar.

-          Er… Jüshiro, yo… bueno, sobre aquello… - entonces me miró con tristeza.

-          Ven, siéntate a mi lado. – lo hice. Cuando su mano rozó la mía, temblé. Cuántas ganas tenía de abrazarlo y decirle lo mucho que lo amaba pero lo mucho que me había lastimado ese incidente con Shunsui. ¿Y por qué no lo hago?

-          Jüshiro, lo siento, no quería que llegara a tanto… - mi aflicción ahora podía drenarse de nuevo por mis ojos. Eso me hizo sentir más tranquilo, y lo abracé.

-          No importa. Fue mi culpa, tú estás confundido, y eres joven. Puedes cometer errores. – me tomó del rostro. – Pero lo que nunca voy a poder perdonarme es haber permitido que te hicieran daño… - lloraba, arrepentido – Y mucho menos si fue por mi culpa. – puse su cabeza en mi pecho.

-          Te amo, Jüshiro. No voy a perdonarte jamás lo que me hiciste, no podré olvidar lo que me pasó por huir de ti… - él me miró, con ojos suplicantes. Sonreí. – Pero si me dices que de verdad me amas, trataré de curar el dolor con tu amor y todo lo malo quedará en el olvido.

-          ¿Me… me estás dando una segunda oportunidad?

-          ¿Me amas de verdad? – él tomó mi mentón.

-          Mírame a los ojos Byakuya, ¿tengo que decírtelo? – los miré un largo rato, después negué con la cabeza.

-          No, pero quiero oírlo. – él me dio un largo y apasionado beso.

-          Te amo Byakuya, es de verdad. – al oír esto, volví a besarlo, poniendo mis manos en su nuca. Acarició mi cabello con sus dedos, como solía hacer. – Perdóname, yo…

-          Olvídalo, no importa. – acaricié sus labios con mi índice. – Sólo júrame que no volverás a hacer algo parecido. ¿O tengo que decirle yo mismo al capitán Kyoraku que eres mío?

-          No, Shunsui parece haberlo entendido ya. – cuando iba a besarlo de nuevo, tocaron la puerta. Ambos volteamos, era la capitana Unohana.

-          Joven Byakuya, su tiempo ha terminado. – él se entristeció un poco.

-          ¿Estarás bien? – preguntó, preocupado por su estado de ánimo. Él asintió, indeciso.

-          Te veré mañana. – dije, y solté su mano. En su rostro había algo de preocupación. – En serio, iré a verte después.

Me fui, dándole la espalda y sin voltear. No quería que viera mi sonrisa, era una pequeña venganza. Esa sonrisa me duró todo el día, incluso hasta a la hora de dormir. Lo sé porque soñé con él, y porque amanecí con las sábanas húmedas.

Notas finales:

weno, ia lo perdonó

u.u la vdd io no lo habría hecho

hmm el final ya se acercaaa'!!

osea me da no sé qué porque es el primer fanfic que casi termino ii es el de menos lectores :(

pero bueno, me siento bien por los que lo leen, de verdad espero que les guste mi trabajo

no publico para otra cosa que no sea hacer felices a locos pervertidos amantes del yaoi ^^

...o simplemente para los que les gusta el yaoi


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).