El fantasma de las navidades posibles
1. La chiflada que se coló en casa
Hiruma escuchó con indiferencia los fuegos artificiales que celebraban el nuevo año y continuó tecleando en su portátil. Había ignorado las invitaciones de su padre y las tarjetas de felicitación, no muchas, se amontonaban en su buzón. No es que odiara la navidad, simplemente le deprimía.
- ¡Hey, tú! - Hiruma levantó la vista de su ordenador y se quedó mirando alucinado a la copia de Mamori disfrazada de bruja frente a sus narices, con gorrito y escoba a conjunto y todo. – Soy el fantasma de…- Hiruma volvió la vista a su ordenador “Sabía que esa comida precocinada tenía mala pinta. Debería salir a comprar, sólo me queda una manzana mordisqueada en la nevera y…”
- ¡Hey! ¡No me ignores!- chilló la alucinación dándole un escobazo directo a la cabeza.
- ¡JODER! Es navidad, ¿es pedir mucho poder pasarla tranquilo? Lo último que quiero es pasarme todas las fiestas acompañado de una alucinación de la fuckin’ manager que me mate a escobazos cada vez que abra la maldita bo...
*escobazo directo a la cara*
- ejem… Bueno, como he dicho, soy el fantasma de las navidades posibles- Hiruma puso los ojos en blanco… y se ganó otro escobazo.- Mi misión es enseñarte como podría haber sido tu futuro si hubieses tomado una decisión diferente en el pasado. Ya sabes, es navidad y esto es como una especie de regalo.
- ¿¿De qué coño me estas hablando??- gruñó. El fantasma sacó un enorme libro de quién sabe donde y empezó a hojearlo, ignorando a Hiruma por completo.
- Sí, aquí. Aquí pone que en la fiesta de despedida de Sena Kobayakawa él se despidió dándote un beso en la mejilla, te miró fijamente durante un largo rato y luego se fue al aeropuerto para irse a América para cumplir su sueño de jugar contra Panther. Desde entonces, ya hace casi 2 años, no os habéis vuelto a ver. Según esto, tu deseo de navidad es saber que hubiese pasado si te hubieses atrevido a besarle entonces.
- ¡¡¿Qué coño es ese libro y de dónde has sacado todo eso?!!- *escobazo*
- Hoy tengo mucho trabajo, así que cállate ¡Esta noche eres mío! ¡¡¡Mua ja ja ja ja!!!- Hiruma miró discretamente a su alrededor en busca de sus armas para librarse de la fangirl loca que se había colado en su casa. Porque ahora ya no tenía ninguna duda de que no era un sueño o una alucinación, los golpes dolían demasiado. Pero a su alrededor las cosas empezaron a moverse.
- ¿Qué coño…?- las paredes se retorcieron, los colores se mezclaron y todos los objetos de la habitación se retorcieron formando un remolino de colores. – Disfruta de tu regalo, Yoichi- dijo el sonriente fantasma mientras desaparecía en el aire. Y de repente todo se volvió negro.
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….
- ¡¡Espera!!- chilló desesperado. Pero la oscuridad ya había desaparecido y él se encontraba tumbado en la cama. “¡¡Agh!! ¡Sólo ha sido una maldita pesadilla! No pienso volver a comprar en esa tienda, la próxima vez me iré a otra aunque me pille más lejos”. Fue entonces cuando notó algo que se retorcía a su lado.