2. Como en un sueño
- ¡¡Espera!!- chilló desesperado. Pero la oscuridad ya había desaparecido y él se encontraba tumbado en la cama. “¡¡Agh!! ¡Sólo ha sido una maldita pesadilla! No pienso volver a comprar en esa tienda, la próxima vez me iré a otra aunque me pille más lejos”. Fue entonces cuando notó algo que se retorcía a su lado.
- …mmnnn… ¿Has tenido una pesadilla, Yoichi?- preguntó con voz grogui el bulto acurrucado a su lado. Hiruma reprimió un gritó mirándolo con los ojos como platos. Eso despertó por completo a Sena- ¿Yoichi? ¿Estás bien?
- ¿Qué coño haces tú aquí?- Sena frunció el ceño.
- Bueno, ésta es MI casa y ésta es MI cama. Y esa no es manera de despertar a tu novio.- Hiruma tragó saliva y miró a Sena fijamente.
- ¿Qué quieres decir?- preguntó.
- Pues que estaría bien un “Buenos días” o un “¿Qué tal has dormido?”. Bueno vale, ya sé que eso es pedirte demasiado, pero prefiero tus “Apaga el jodido despertador de una puta vez” o “Hoy te toca hacer el desayuno, fuckin’ chibi” que el susto que me has dado hoy. Hace ya tiempo que estamos juntos pero, de veras, aún no entiendo tu sentido del humor.
- Me refiero a lo de “novio”. Has dicho… que soy tu novio. - le cortó él, entre sorprendido y maravillado por lo relajado y tranquilo que parecía a su lado y la confianza con la que le hablaba.
Sena se sonrojó.
- Bu-bueno, aún no me acostumbro a lo de “prometido”. Además, suena muy… raro. Y que más da como te llame…- En ese momento Hiruma enmudeció, sus pensamientos yendo de un “Desde cuando están permitidos los matrimonios homosexuales en Japón” a un “Mi NOVIO, mi NOVIO, mi NOVIO” con la música de aleluya sonando de fondo, y a un “CASARNOS… BODA O///o Ya me puedo morir tranquilo!”.
- ¿¿Yoichi??- preguntó Sena, empezando a preocuparse.- ¿Te encuentras mal? Creo que tienes fiebre, y últimamente casi no has dormido. Deberías tumbarte, ya me encargó yo del desayuno.- Pero Hiruma enroscó los brazos alrededor de su cuello y se acurrucó contra él. Fue entonces cuando se dio cuenta de que ambos estaban completamente desnudos bajo las sábanas.- ¡¡Yoichi!! ¡¡Estas sangrando!! Espera, la cabeza hacia atrás. Así. Ahora vuelvo, voy a buscar pañuelos.- Fue entonces cuando, sin Sena para distraerle, se dio cuenta de que esa no era su casa y recordó a la falsa Mamori y su regalo de navidad.
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- Humpf… Eres un pervertido, Yoichi. A saber en que estarías pensando para sangrar así- dijo Sena mientras le acariciaba con ternura el cabello y reprimía una sonrisa. Hiruma le pasó un brazo por la cintura y tiró de él, más que dispuesto a disfrutar de su regalo de navidad.- ¡No! Ni se te ocurra. Estas enfermo y yo acabo de levantarme. Túmbate y compórtate. Si te portas bien, quizás me lo piense.- Hiruma sonrió. Sonaba apetecible, pero aún así continuó tirando de él- Tu nunca aceptas un no, ¿verdad?- suspiró el running back.
- Es que ni siquiera vas a darle un beso a tu pobre novio enfermo?- preguntó él, disfrutando con lo bien que sonaba esa palabra. “Novio”. Sonaba como el nombre de una potente arma automática nuevecita y reluciente lista para ser disparada.
- Ni hablar- contestó entre risas, intentando escabullirse- No quiero que me pegues lo que sea que tengas. Además, ya sé que lo que tu entiendes por "un beso".
- Es el estrés. El estrés. No es contagioso, sólo necesito relajación Y no hay nada mejor para relajarse que las endorfinas. ¿Y sabes cuál es la mejor manera de liberar endorfinas?- Sena se sonrojó.
- Ese discurso ya me lo sé. Y la respuesta es NO.- contestó escabulléndose entre sus brazos- Y ahora quédate quietecito. Voy a comprar cruasanes.- Decepcionado, Hiruma se tumbó y esperó a oír cerrarse la puerta de la calle para levantarse y husmear.
El apartamento era enorme, con vistas a los enormes rascacielos que lo rodeaban (eso respondía a lo de casarse[1], debían estar en América). Los muebles eran del gusto de Hiruma, pero las paredes y las mesas estaban llenas de fotografías de familia y amigos. Hiruma sonrió. Eso debía ser cosa de Sena. Pero no le disgustaba, le daba un aire acogedor a la casa. Entonces revisó la estantería y encontró unos enormes álbumes de fotografías que supuso que serían de Sena (los álbumes de Hiruma están bien escondidos y sólo contenían material para chantajes).
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Hiruma siempre se preguntó si Sena sería feliz a su lado en el hipotético caso de que fuera homosexual y que, de todos los chicos que conociera, le diera por sentirse atraído por él. Pensaba que seguramente no, pues eran muy diferentes. Pero el Sena del álbum siempre estaba sonriente y parecía feliz. Y el Sena de carne y hueso también. No parecía importarle que fuera un gruñón y malhablado manipulador obsesionado con las armas.
La puerta de la calle se abrió sin que Hiruma la oyera y Sena sorprendió a Hiruma sollozando sobre uno de lo álbumes de fotografías.
- ¿Ya has sacado los álbumes?- Dejó la bolsa a un lado, se sentó junto a él y le besó.- No hace falta que pongas esa cara. Ya me explicaste las navidades pasadas que siempre te pones muy sentimental en estas fechas.- Sena sonrió- Y también te vuelves más cursi y pervertido de lo normal, no te lo tomes mal.
- ¿El año pasado?
- Sí. Te sentaste en el suelo y empezaste a hojear todos los álbumes. Decías algo sobre que te gusta revisar lo que ha pasado a lo largo de todo el año anterior después de año nuevo. Y luego, de repente, empezaste a llorar. Me diste un buen susto y, como no querías explicarme qué te pasaba, empecé a temer que querías dejarme o algo así y no sabías como decirlo- Sena rió- Y entonces me dijiste que habías tenido una pesadilla, que habías soñado con la noche en la que te me declaraste.- Sena le miró fijamente- ¿Te acuerdas? Te besé en la mejilla, pensé que, si me iba a ir a América, no tenía nada que perder, pero aun así me dio muchísimo miedo cuando me miraste de esa manera. Tan serio. Entonces supe que lo sabías. Pensé que hacértelo saber, aunque tu no sintieses lo mismo, me haría sentir mejor. Pero la verdad es que antes de subir al avión fui al baño y lloré. Y entonces, – la cara de Sena se iluminó- ahí estabas tu, jadeando y diciendo algo sobre que me habías estado buscando por todos lados y preguntándome donde me había metido. Y yo voy y me pongo a llorar allí en medio.- Sena rió- Imagínate la escena: mi avión a punto de salir, yo llorando y tú vas y me besas delante de todo el mundo. ¿Recuerdas lo que me dijiste después?- preguntó con los ojos brillantes- Yo sí, textualmente. Dijiste: No podía dejarte marchar sin hacértelo saber, Sena. Es la primera frase larga que has dicho nunca sin soltar ningún taco o maldición. – Sena le abrazó y se acurrucó junto a él. Durante un largo rato ambos se quedaron en silencio.- ¿Tuviste la misma pesadilla, Yoichi?
- No recuerdo que pesadilla tuve.- mintió él abrazándole.
- Dijiste que soñaste que habías tenido demasiado miedo, que no habías venido a buscarme al aeropuerto, y te habías quedado encerrado en tu casa toda la navidad, como solías hacer antes cada año. Solo. – Hiruma sollozó.
- Lo siento, Yoichi. No debería haberlo preguntado- dijo apretándole muy fuerte contra sí.
- Me encanta cuando me llamas así- susurró. Sena rió.
- La verdad es que me costó mucho acostumbrarme a llamarte así. Para mi siempre habías sido “Hiruma”. Pero te ponías tan pesado y te cabreabas tanto cuando te llamaba así que al cabo de un mes juntos ya te llamaba Yoichi sin querer.- Yoichi enroscó sus brazos alrededor de su cuello y le besó como si le fuera la vida en ello.
- Te quiero- susurró, sus labios a pocos centímetros de los de él.
- Yo también te quiero, Yoichi.- Sena sonrió y le limpió las lágrimas- ¿Desayunamos?
Sena se levantó, dio dos pasos y, de repente, se quedó paralizado.
- ¿Sena?-
- Lo siento mucho- dijo la falsa Mamori apareciendo de la nada- Pero el tiempo se ha acabado.
- ¡No! Aún no.- Hiruma hundió la cara entre sus manos- ¿Para que me has traído aquí si tengo que marcharme tan pronto? ¿Es una especie de castigo o algo así? No he sido precisamente un santo, pero esto es demasiado.
- Lo siento. Lo siento mucho.- sollozó el fantasma- lo siento de veras.
- ¿No puedes… enviarme al pasado para cambiarlo?
- No, el pasado no se puede cambiar.
- ¡Pues dame 5 minutos! ¡¡Sólo 5!!
- Lo-lo siento. Yo sólo recojo a la gente. No controlo nada de esto.- Hiruma suspiró y miró por última vez a Sena.- Pero no estarías aquí si no pudieras cambiarlo- Entonces el mundo volvió a distorsionarse, como si un enorme agujero negro succionase todos los colores.
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[1] No sé si actualmente hay algún estado en EEUU donde sean legales los matrimonios homosexuales. Pero había uno. Hasta que se hizo un referéndum para vetarlo y ganaron los homofóbicos. Nunca he entendido como se puede ser tan hipócrita y no considerarse homofóbico (hablo tanto de gobiernos como de personas), y luego, cuando uno da por hecho que en el siglo XXI estas cosas no pasan (recuerdo que cuando se legalizaron los matrimonios homosexuales en España me sorprendí. Yo daba por hecho que ya lo eran), ves por la televisión que se ha organizado una manifestación “A favor de la familia” (eufemismo de “esos degenerados deberían estar en un manicomio” y de “Oh, no. Van a contagiarnos y acabaremos ardiendo en el infierno”). Y dicen que no es que sean homofóbicos, es que a un matrimonio así “no se le puede llamar matrimonio”. No me jodas ¬¬ . Si uno no es homofóbico se supone que acepta que las parejas, sean homos o heteros, tienen los mismos derechos: casarse, adoptar… No sé que chorradas son esas de “proteger la familia” y “no se puede llamar matrimonio”. Uno debería mantener sus creencias fuera de las vidas de los demás. Si a mí un día de repente me gustan las tías pondré en mayúsculas en mi perfil: Soy LESBIANA. Y a quien le parezca mal que se joda.