Tristes meses transcurrieron hasta que el invierno llego cosa que America odio no dejaba de pensar en Ivan una y otra vez bajo el lecho de su soledad mucho tiempo sin verlo el otro nisiquiera se inmuto por buscarlo y el mismo se resistía a buscarlo no quería hacerse daño, ya que posiblemente Rusia estaría con China.
Alfred no se presento a ninguna reunión de los aliados durante los últimos cuatro meses. Si se quería hablar con el tenia que ser mediante cartas ya que de igual manera se negaba a contestar el teléfono.
¿Es que acaso fue el fin del héroe?.
- ¿America?. – Musito cierto chico con rasgos algo femeninos tocando la gran puerta de la casa del americano sin respuesta alguna decidió entrar a la fuerza pero por el polvo acumulado y el olor a cerrado era claro que Alfred tenia tiempo sin ir a su propia casa, suspiro decepcionado realmente esperaba encontrárselo, se dio media vuelta dirigiéndose a la salida encontrándose en la puerta al americano cargando maletas. – ¿Alfred?.
- Ha..vaya regreso a mi casa y al primero que me encuentro es a ti, debo decir que tu “visita” es algo desagradable. – finalizo dejando las maletas arrumbadas en la sala mientras el chino lo examinaba de pies a cabeza el rubio tenia el pelo mas largo casi como el cosa que le pareció curiosa.
- No vine a discutir, aru. Estoy aquí para hablarte de Ivan y me escucharas quieras o no. – Contesto molesto noto rápidamente la expresión de fastidio del otro.
- ¡Yo no tengo nada que escuchar!. Y mucho menos viniendo de ti. – Se puso a la defensiva quería que China abandonara su casa inmediatamente.
- Se que sigues molesto por lo de ese día, que te quite a Ivan mas no es así America.. vine a quitarte la venda de los ojos, aru.
- No necesito que me quites nada lo tengo todo bien claro asi que sigo esperando que te largues ya. ¿Qué mas quieres quitarme?.
- Ya te dije que no vine a pelear tampoco a quitarte nada, mas bien tu me lo quitaste a mi, yo también lo amaba inclusive mucho antes que tu, y llegaste.. tuviste que llegar con esa maldita sonrisa alegre de todo como si de un sol se tratara, aru. Lo cautivaste y yo quede de lado usurpaste mi lugar Ivan no dejaba de decirme que te odiaba y te deseaba muerto mas yo ya sabia que se trataba mas que eso.. porque tanto tu yo sabemos cuan bizarra es la forma de amar de Russia. – Guardo silencio esperando un comentario de Alfred este se había quedado en blanco sin saber que decir jamás se había dado cuenta de eso cuando creyó que China le había robado a su Rusia todo fue al revés…
- Eso no explica porque en todo este tiempo no vino a buscarme. – Esquivo la mirada del pelinegro justo cuando creía que ya había olvidado al ruso viene este y le recuerda el porque lo ama.
- Te debiste haber dado cuenta desde antes de irte, Ivan no esta bien perdió la memoria por razones que hasta el desconoce y por orgullo se niega a buscarte pero me entero por Lituania que le preguntaba seguido por ti, le preocupas, aru. De hecho a todos no te has aparecido por cuatro meses, en fin me retiro aun tengo cosas que hacer así que te pido que pienses bien lo que te dijo. – Sin darle oportunidad de contestar al americano salio de la casa.
Y de regreso en la soledad pensando en ti, en tus palabras de amor que me parecian huecas y que ahora vuelven a tener un significado, te amo.
Reunión de los países Aliados.
- Yo digo que deberíamos manejar esta crisis mundial en la mercadotecnia de alimentos – replico el británico mientras bebía un poco de té.
- Mientras no la cocines tu, honestamente tu comida sabe horrible, no tiene estilo – recalco el francés siendo rodeado de brillitos. – Además de que vistes horrible que estilo tan poco fabuloso.
- Todos deberían hacer sus productos con mano de obra mas barata como yo, así venden mas, aru. – Abrazando un panda.
- Hee yo digo que todos deberían ser uno con Rusia. – Sonrió de forma habitual.
La puerta se abrió con precipitación y se oyó una gran voz apoderarse de la sala con gran orgullo. – ¡Y AMERICA SERA EL HÉROE! – Todos guardaron silencio tanto tiempo sin ver al susodicho al instante la sonrisa del ruso se borro.
- ¡¡Tu pequeño idiota mal agradecido!! Te independizas y luego se te ocurre desaparecerte sin avisar a donde te fuiste. – lo estrujaba el británico entre regaño y alegría como había extrañado discutir con el terco de Alfred.
- Oh pero que es esto, America sigues con las mismas fachas tan poco elegantes y finas – lo vivoreo bien como si de un scanner se tratara. - ¿Te dejaste crecer el pelo? Te vez mas femenino ¡eso me encanta! Te invito unas copitas. – Lo abrazo manoseándolo como era habitual en las reuniones de los aliados con presencia de Alfred siempre se armaba discusión por cualquier cosa.
Rusia observaba la situación, mas bien no separaba los ojos del americano se veía muy bien o seria que ya tenia tiempo sin verlo, vio de reojo al pelinegro sonreía cómplicemente no le tomo importancia y regreso su vista al rubio que últimamente le robaba el sueño, bufo molesto se paro retirándose sin siquiera despedirse no tenia las ganas de soportar sus estupideces.
- ¿A donde crees que vas? – Corrió para detenerlo en el pasillo cruzándose de brazos frente a el. –
- Me retiro, Alfred. – Sonríe amigablemente. – Estoy algo cansado y me gustaría dormir un rato.
- ¿Será eso? – Le devuelve la sonrisa incógnita. – O será que acabas de preocuparte por mi regreso, o quizás querías verme, maybe.. – Se acerco a el a paso lento sin quitar una curiosa expresión de tentación y sensualidad. – me gustaría verte hoy.. en la noche tu cuarto como antes ¿te gustaría? Una noche tu y yo solos, para charlar como los buenos amigos que somos. – Jalo de la bufanda acercándose a sus labios sin llegar a tocarlos soplo y se separa. – ¡Ha! A que te lo creíste oh Alfred que gran actor eres. – Halagándose a si mismo mientras admiraba el rostro de frustración y molestia del ruso amaba hacerlo sentir así que viera el poder de America.
- … - Rusia dio un gran suspiro mas que molesto antes de contestarle. – Bienvenido de vuelta, Alfred. – Le revolvió el pelo y se retiro cosa que dejo estupefacto al americano ¿Qué había sido eso?. No era el resultado que se esperaba.
- A-Alfred.. ¿Qué fue eso?. – pregunto ruborizado Canadá que como siempre no se habían dado cuenta que estaba ahí.
- ¿He?. – Lo mira al instante su rostro tomo un color rojizo, su hermano acababa de ver su intento al parecer fallido de seducir al ruso. – AHAHA NADA, NADA ¡SOLO FUE UN ACTO HEROICO! AHAHAHAHA. – Tic.
- ¿Te sigue gustando Ivan?. – Pregunto inocentemente abrazando a kumajiro esperando oír un “NO” por respuesta mas no escucho nada solo a su hermano guardar silencio eso no podía traer nada bueno, el ambiente de tensión se hizo venir America apretó sus puños y casi mordiendo sus labios por un intento frustrado de no soltar lagrima alguna cuantas veces no había sentido esa sensación tan mísera. – ¿Alfred?. – Pregunto de nuevo sintiendo como su hermano lo abrazaba con fuerza.. lo estaba oyendo sollozar.
Aquello no había pasado desapercibido por los otros se encontraban en la entrada del cuarto de reunión de los aliados viendo a America sollozar en los hombros de su hermano era tan extraño, único y casi imposible ver a Alfred en ese estado, Inglaterra desvió la mirada no soportaba verlo así de deprimente.