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Una historia mas por DraculaN666

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Notas del fanfic:

Jooo~ Despues de meses creo que ya era tiempo amore. Gane solo porque tu no se en que mundo te me perdiste xD

Advertencias: ._. no hay ninguna! oh dios mio! *Dracula siente el apocalipsis llegar*

Notas del capitulo: Saben, ahora que lo vuelvo a leer veo lo simple que es, tan simple que hasta me da penita publicarlo xD, pero como es parte de los retos, pues ni como hacerle. Solo espero que ignoren mi rebuscado final, odio los finales, mas si son escritos por mi. Damn it...

Un mini monologo marca "Colmillitos" mas abajo... Ahi explico unas cosas...

Aclaraciones: Es mala la historia, lo se, me vale, es mia D< asi que el plagio -como si alguien quisiera- lo pagaran con una muy dolorosa tortura... creanme que puedo llegar a ser muy sadica.

Cualquier parecido con la realidad, ya sea con personas vivas, muertas, escondidas o desaparecidas, es coincidencia... que joder, como si esto realmente pasara...

Una noche más. La madrugada era un murmullo del que formaba parte silenciosamente. Perdido entre el murmullo silencioso que era la noche oscura y solitaria entre la congoja que el mismo se proporcionaba.

Una botella vacía más de Whisky para su colección de niveles etílicos, mientras fingía que quizás, en algún lugar, existía la eternidad.

Se encontraba en el lugar de siempre, en la mesa de siempre y bebiendo lo mismo de siempre –podría decir que era el mismo vaso de siempre, si no sonara tan antihigiénico-

Ese bar olvidado por la sociedad era el único lugar al que podía escapar, alejarse de la abrumadora vida cotidiana que le asfixiaba día a día, y de esa monotonía que él mismo se empeñaba en mantener sin hacer nada para remediarla.

Una lágrima traicionera corrió por su mejilla, una cristalina muestra del dolor que se arremolinaba en su interior, por lo que la limpio casi con rabia.

No tenía expectativas en la vida, no deseaba nada en particular. Tenía una vida demasiado tranquila para gusto de muchos, sumergido en una tensa soledad que aplacaba de vez en cuando con alguna pareja, una compañía pasajera y tan efímera que dudaba seriamente que existiera.

Vivía solo y trabajaba en su casa, por lo cual la mayor parte del tiempo se la vivía entre las cuatro paredes de su habitación. En la soledad que él en ocasiones llamaba hogar.

Salía a caminar en las tardes o en las noches dependiendo del clima. Solo cuando ya no tenia remedió y esa desesperante sensación de vació se apoderaba de su persona, tenia que cambiar la rutina. Salir en el día, interactuar con alguien o como la mayoría de las ocasiones, terminaba ahí, despejando su mente entre el anonimato del humo y bebidas en un bar poco concurrido, de atmosfera densa, como si sus clientes solo fueran fantasmas de una noche, que buscaban ahogar sus penas entre licor y soledad.

Se consideraba una persona muy meticulosa, fría al enfrentarse a una persona, crea la mayor parte del tiempo un prejuicio sobre la persona que conocía y sobre si valía la pena o no mantener alguna especie de relación con esta. No es que enjuiciara a las personas, pero realmente no le agradaba mucho convivir con los demás, no encontraba algo de lo que pudiera formar parte.

Por esa misma razón no entendía bien como fue posible que terminara de esa manera, sintiéndose miserable por una persona, por alguien que le prometió todo y simplemente le dejo más vació que antes. Perder el ánimo, el sentido de todo lo que consideraba correcto solo porque alguien no fue lo que él esperaba, como ya había anticipado hace mucho, y aun así no pudo evitar en ese momento.

No tenia distinción sobre hombres o mujeres, él solo creía en que todos eran iguales. Buscando algo de cada persona hasta arrebatárselo para, al final, dejarle como un vil desperdicio. Solo en busca de placer, dinero, fama, cosas mundanas que no tenían un verdadero significado al final. Mujeres con maquillaje excesivo, ropa provocativa y sonrisas cansadas en sus hipócritas rostros. Hombres casados en busca de aventura, solteros con deseos de experimentar lo nuevo, sombras en una vida que pasaban de largo sin detenerse a ver que quizás sus acciones afectaban a los demás.

Suspiro con pesadez, tratando de no darle importancia a esas cosas.

Sufría por un hombre y se comportaba como mujer despechada, solo porque un imbécil le dejo por una mujer. Una mujer que podía darle familia, un hogar, una vida de verdad y normal.

¿Entonces él que era? ¿Una ilusión? ¿Una fantasía de corta duración?

No lo entendía. A sus 26 años le era difícil comprender todo eso. Podía darle una vida, un hogar. Quizás hijos no, pero le haría feliz de todas las formas que se pudiera imaginar. Admitía que era una persona arisca y solitaria, muy difícil de tratar. Pero en el interior, dentro de esa mascara se escondía un joven temeroso de esa soledad que día a día se acrecentaba en su interior.

Tenía miedo de quedarse solo para siempre, sin alguien a quien querer o que le pudiera querer. Y él sabia a la perfección que eso sonaba estúpido, pero no podía hacer nada al respecto.

Por esa misma razón no le interesaba si fuera hombre o mujer, solo quería a alguien. Alguien que no le lastimara, que no le abandonara. Que supiera valorar lo que el realmente valía como ser humano, que le viera como uno y le tratase como a uno, no que le botara a la primera oportunidad de poder conseguir algo mejor.

Tomo un trago más de su bebida, perdiendo su mirada en el oscuro cristal de la ventana que daba a la calle, mirando sin mirar el mundo que afuera se desarrollaba.

Tantas personas, tantos momentos que se desarrollaban lejos de él. Con una felicidad que él tanto añoraba. Pero aquí se encontraba, solo con su oscuro reflejo en el cristal, donde sus ojos azules parecían negros, donde su piel blanca y cabello negro parecían uno solo; en donde sus facciones duras e inquebrantables se volvían frágiles y dolidas, vulnerables ante la soledad que se expandía en cada rincón de su presente y su futuro.

-Buenas noches –Escucho a sus espaldas-

El joven solo se limitó a girarse un poco para observar al intruso que entraban en su momento de soledad.

Entre la penumbra del lugar logro distinguir a un joven castaño, quizás de su misma edad, alto y de cuerpo un tanto marcado, sin exagerar. Unos centelleantes ojos azules como los de él mismo, pero más vitales, se escondía entre la maraña que era su cabello.

Tenia una sonrisa limpia, sincera, como si no conociera el dolor que acongoja el alma del mundo y su única preocupación en la vida era no tener nada que pudiera manchar su perfecta dentadura.

-Hola –contesto un tanto seco, con poco ánimo de charlar con alguien-

- ¿Puedo hacerte compañía? –Pregunto el muchacho, tomando asiento frente al moreno-

-Supongo –volvió a responder con aspereza.-

- Una copa de Jack Daniels, un cigarrillo y después, puedes deducir que quizás en algún punto exista la eternidad. –Sonrió nuevamente el extraño, tendiéndole una cajetilla de cigarros- ¿Fumas? –pregunto al ver que el otro no hacia movimiento alguno-

Tomo uno de manera lenta, casi con desconfianza. No entendía bien los motivos de aquel extraño para llegar y sentarse como si nada, hablarle como si fueran amigos o conocidos, hasta ofrecerle un cigarro.

- ¿Se te ofrece algo? –Quizás la pregunta sonó más tosco de lo que desearía, pero no podía evitar sentir que invadían su espacio personal-

-Nada en especial –se encogió de hombros el otro- ¿Tienes algo para ofrecer? –Volvió a sonreír, como si realmente fuera gracioso su comentario-

-Un par de insultos, pero creo que seria descortés ofender a tu madre si no esta presente –respondió con brusquedad, bastante molesto por la broma del otro-

-No lo tomes tan apecho, solo era una broma. –Su sonrisa no vacilo ni un poco, como si la molestia del moreno no le preocupara en nada.- Realmente no se me ofrece nada en especial. Solo quería sentarme cerca de la ventana y como las otras mesas están ocupadas por parejas, creí que lo más conveniente era sentarme contigo ¿Te molesto demasiado? –Fijo sus brillantes ojos azules en los de él, como si hurgase dentro de su mente-

-No realmente –se limitó a contestar, concentrando su mirada en el cigarro que permanecía apagado en sus dedos-

-Que mal educado –comento el castaño nuevamente- no te ofrecí fuego –comenzó a buscar en uno de los bolsillos de su chamarra color café, sacando un encendedor color rojo- aquí tienes –ofreció alargándolo sobre la mesa-

El moreno solo se limitó a prenderlo e inhalar el insípido humo, para después dejarlo salir entre sus labios.

-Y hablando de mala educación –rompió una vez más el silencio el castaño- Me llamo Dave –extendió su mano con cordialidad- ¿Tú eres…? –insitito ante el mutismo del otro-

-Nick –susurro apenas, como un suspiro, aun así fue captado por el otro-

-Nick, Nick –repitió con una sonrisa- ¿Por qué tan solitario, Nick? –Repitió con énfasis el nombre-

- ¿Importa realmente? –Murmuro nuevamente, esta vez con fastidio ante la manía del otro por repetir su nombre-

- ¿Qué si importa? No sé ¿Te importa a ti? Supongo que si te pregunte, me importara –jugueteo un poco con el cigarro entre sus manos, antes de decidir ponerlo en sus labios y prenderlo-

- ¿Te han mencionado lo irritante que puedes llegar a ser? –levanto un poco el tono de voz, sin gritar, pero lo suficientemente alto como para que su voz llegara a lo profundo de los oídos de Dave-

-Esa debe ser la frase más larga que me has dicho hasta el momento. –Noto con una juguetona sonrisa.- Y sí, me lo dicen a menudo. –Contesto a la pregunta- ¿Pero sabes que más me dicen? –Pregunto recargando sus codos en la mesa y su cara en sus manos.- Que mis ojos son encantadores. –Soltó una risa ante su propio comentario-

-Yo más bien te diría que tus chistes son de pésimo gusto –apago el cigarro en el cenicero que se encontraba en la esquina de la mesa-

-Auch… eso me ha dolido –fingió indignación, tocando su pecho, en el lugar donde se supone esta el corazón- nos acabamos de conocer y ya has lastimado mis sentimientos ¿Y luego que? ¿Romperás mi corazón? –Sonrió nuevamente, apagando también su cigarro-

Nick no pudo evitar una involuntaria sonrisa, realmente no importaba que el otro fuera un desconocido ¿Qué importaba realmente? Si tenia la oportunidad de hacer un amigo, no estaba de más aprovechar la ocasión.

- ¡Vaya! Ahora sonríes, no dejas de sorprenderme –se burló el castaño-

-No soy de piedra –se defendió el moreno-

-Pues si no lo eres, lo pareces –dijo nuevamente con son de burla-

-Pues tú pareces tonto y creo que también lo eres –fue su turno de contraatacar-

- ¡Touche! –Soltó una ligera carcajada- creo que nos estamos entendiendo ¿No? -

-Supongo –respondió simplemente, sonriendo ligeramente-

-Y dime Nick, ¿A que te dedicas? –Tomo la botella que se encontraba en la mesa, sirviéndole un poco a su compañero y un poco a él mismo-

-Trabajo en casa, me dedico a la informática –no entro en los detalles aburridos- En mi tiempo libre leo o pierdo el tiempo en algo –quedo pensativo un momento- realmente es todo. Vida social, no tengo –sonrió un poco con amargura- ¿Y tú? –Pregunto con notoria curiosidad-

- ¿Yo? Bueno, me gusta escribir, publique una novela hace poco más de un año y se podría decir que tuvo algo de éxito, me gusta publicar relatos cortos en revistas. Ahora mismo trabajo en otra novela. –Tomo un trago de su bebida.- Vida social, bueno, si a salir con mis hermanas o la demás familia se le llama vida social, creo que si tengo. –Rió un poco.- Salgo poco, me gusta quedarme en casa escribiendo. –Pensó un poco sin saber que más agregar.- ¡Ah! De hecho, quería sentarme aquí porque es una de las escenas de mi historia, pero no sabia bien que vería un personaje al momento de perderse allá afuera. –Señalo la ventana.- Pero te vi aquí, tan solo, que preferí venir a hablar contigo. –Le regalo una nueva sonrisa, indescriptible para el moreno-

-Si no es indiscreción ¿De qué trata la historia? –Desvío el tema-

-Bueno, generalmente no hablo de eso –agrego con seriedad- pero como me has caído bien te explicaré un poco –sonrió nuevamente-

-No es para tanto. –Dijo animadamente su acompañante.- Veras, es realmente una historia sencilla, un tanto cliché, como diría mi editor. –Rió nuevamente, pensando en la cara del hombre al leer la historia y decirle que era algo demasiado común.- Pero es lo que vende ¿O no? –Vio como el otro asentía con la cabeza.- La historia comienza con una mujer, pero no es cualquier mujer, claro esta. –Sonrió ampliamente, pensando en el archivo en su computadora y en como recordaba cada palabra.- No es cualquier mujer, no porque tenga algo en especial o algo así, simplemente por como es. Distante, lejana, como si su mundo se basara en ella y lo que la rodeaba cercanamente. Más allá de lo que era su vida o algo cercano no existía nada más, como si formara parte de un vació extenso que es su propia realidad.

“De carácter fuerte, distante y solitario, relacionada solo consigo misma y nada más, quizás su trabajo, pero solo porque tiene que encargarse de él ¿Me comprender? Uno no puede vivir sin dinero.

Como sea, a pesar de su carácter y todo eso, realmente por dentro es una persona muy frágil, con deseos de que alguien le quiera y le valore por lo que es y a pesar de cómo es, no le importa hombre o mujer, solo alguien que le haga sentir especial y a quien ella pueda hacer sentir especial.”

Dave sonrió un poco al ver la atención que prestaba el otro ante su relato y se detuvo un poco, bebiendo un poco más del whisky en su vaso, para después sacar otro cigarro de su bolsillo.

Por otra parte, ante la breve interrupción que hizo el castaño, Nick se revolvió incomodo en su asiento, sintiéndose ligeramente reflejado en esa historia ficticia. ¿Cómo era posible? Era casi como si estuviera relatando su propia vida.

Observo fijamente a Dave, mientras este peleaba con su encendedor, el cual se negaba a otorgarle el fuego que tanto necesitaba para saciar su vicio.

Era totalmente imposible, no se conocían de nada, ni recordaba haberle visto en ninguna parte, ni siquiera en ese bar que comenzaba a frecuentar. Entonces ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Tanta era la ironía de la vida? Realmente no sabía si reír o llorar al pensar que una historia como esa iba a ser publicada, el solo hecho de pensar en que su propia historia, que alguien plasmó sin ser consiente de ello, y peor aun, dándole el papel de una mujer, le entraban ganas de desmayarse de la vergüenza.

Por otro lado, y meditándolo un poco, sentía las palabras del castaño retumbar en su mente, era como si le entendiera a la perfección, esa necesidad de alguien en su vida, la soledad que le atormentaba día con día al no encontrar algo por lo cual aferrarse. Era como si viera a alguien que entendiera cada grito de auxilio que su mascara de indiferencia gritaba.

Suspiro abatido, bajando un poco ante su propio vaso, tratando de alejar cualquier pensamiento de su mente y convenciéndose a sí mismo que todo eso era una tremenda casualidad.

- ¡Por fin! –Exclamo glorioso el de ojos azul brillante, al ver que el aparato ese cedía y prendía su necesario cigarro.- Como te decía. –Retomo el relato, observando como la mirada de Nick se posaba nuevamente sobre él. Le gustaba esa atención que le brindaba.- La mujer llevaba una relación de 7 meses con un joven empresario, joven como ella claro esta, con el cual se llevaba de maravilla, podría decirse que todo era perfecto, casi como si su soledad nunca hubiera existido.

“Sin embargo, de la nada, así; como si fuera tan simple botar a alguien, le dejo por alguien más, según sus palabras, más bonita, con carácter, la mujer ideal para que le diera una vida plena y feliz al lado de hermosos hijos que concebirían juntos.

La muchacha, por supuesto, quedo devastada, sintiéndose miserable porque ¿Cómo podía alguien ser así? Realmente las personas llegan a ser muy crueles, se repetía a sí misma. Pero lo que más le molestaba era el hecho de que ella misma no hubiera estado preparada para eso. Creyendo que algo así podía ser para siempre, cuando siempre se dijo a ella misma que los finales felices no existen, que las personas vienen y van como esos efímeros momentos que uno no llega a recordar porque son opacados por los tristes. Siempre supo que algo así pasaría, pero se reprocha por bajar la guardia y terminar siendo victima de eso sin darse cuenta y dejarse vulnerable.”

Volvió a hacer una pausa, al ver como el otro bajaba la cabeza algo afligido y con una mirada nostálgica.

- ¿Sucede algo? –Pregunto después de unos momentos de silencio-

-No, nada en especial –el moreno se esforzó por regalarle una sonrisa, que solo se convirtió en una mueca dolida- pero si en lugar de 7 meses pones un año y medio, podría decirse que estás relatando mi vida –miro con sus ojos azul oscuro aquellos zafiros brillantes. Tan iguales, pero tan diferentes-

-No sabes aun. –Sonrió con un toque de misterio.- Ahora que lo dices y que escuches lo que sigue en mi idea, puede que realmente te este relatando. –Ignoro la mirada de confusión de Nick, para regresar al relato.- Así, pues, deprimida y sin mucho que por lo cual tener ánimos reales para seguir adelante, se perdía cada noche entre botellas de licor, ya fuera en su casa o en bares. Estos últimos importaban menos, ya sean de mala muerte o elegantes. Lo único importante era que hubiera exageradas cantidades de alcohol y en su billetera el dinero suficiente para pagarlo.

“Así fue como termino en un bar solitario, anónimo, casi secreto, como si las personas que fueran a ese lugar se fundieran en un anonimato inquebrantable, donde nadie tenia nombre y solo eran sombras entre las luces de una ciudad olvidada.

Sentada en un rincón alejado, junto a una ventana, donde su mirada se perdía entre la gente que iba y venia, fluyendo como la marea. Sin percatarse de que alguien entre las sombras les observaba con total devoción. Sola, como todas las noches, ahogando las penas entre licor y más licor se encontraba la joven protagonista, llorando en silencio y sin lagrimas, solo con su mirada reflejando la soledad a la que tanto le temía.

Sin embargo, así como si nada, una joven se le acerca, una joven que nada encaja en ese lugar, como si su vital sonrisa y ojos centelleantes de vida, fuera de lugar totalmente, se sentaba frente a ella, regalándole una sonrisa de amistad, de alegría, apaciguando él frió corazón de la joven.”

Nick abrió los ojos, un tanto escéptico ante la explicación de Dave.


-Y te puedo jurar que eso ya lo tengo escrito en mi computadora –agrego este último ante el desconcierto del moreno- Ni yo mismo pude planear mejor esta ironía –rió despreocupado-

-Me parece un poco increíble –agrego un poco avergonzado, como si ese muchacho hubiera captado todos sus sentimientos sin conocerle, y aun así, hacerlo sentir expuesto ante el-

-Lo sé, realmente estoy tan sorprendido como tu –se removió un poco en su asiento, acomodándose mejor- el final aún no lo tengo claro, se me ocurren muchas cosas –agrego después de un rato de incomodo silencio-

- ¿Y en que has pensado? –se maldijo después de hacer la pregunta, sintiendo nuevamente que se metía en cosas que no eran de su incumbencia-

-Bueno, realmente hay varias cosas –sonrió ante la cara de culpa que puso Nick, viéndolo de cierta forma como algo tierno- ¿Tu que opinas? ¿Crees que podrían ser amigas? Que la tonta y despreocupada mujer que se le acerco pueda ser una amable amiga que apacigüe su soledad solo con su presencia y apoyo. Quizás podría ser todo eso y, aparte, darle el amor de pareja que tanto busca. Calmando su necesidad de amor con la promesa de que no le abandonara por alguien que le dé una vida más feliz o con una familia de verdad. ¿Tu que elegirías? –El brillo en sus ojos se intensificó, mirando directamente a los ojos del moreno-

Nick quedo mudo por unos momentos, como si esa pregunta tuviera otra intención y no precisamente en la de darle una idea para su historia.

Un nudo en su garganta se formó, esos ojos le miraban de una forma tan directa, que por un instante había olvidado como respirar.

Bajo la mirada, intimidado por la sinceridad de sus palabras, como si algo le estuviera dando a entender.

Rió con amargura, desconcertando al otro por su reacción. ¿Cómo puede pensar que era una pregunta para él? ¿Era estúpido acaso? Era solo una idea para su libro y no tenia ningún significado especial, se estaba haciendo demasiadas ilusiones, se adentraba a un peligroso mundo de fantasías, del cual siempre le era difícil salir.

Negó con la cabeza y levanto la mirada, chocando nuevamente con los del castaño, el cual nunca dejo de mirarle.

- Realmente creo que seria bueno como amigas ¿No crees? –Respondió al fin- su amistad puede ser más duradera, sin el riesgo de tener que pensar en el ¿Cuándo me dejara sola? ¿Cuánto va a durar? No digo que una amistad sea eterna, quizás lo sea y a mí no me ha tocado, como sea, es más larga que una relación ¿Cuánto dura una relación con los de tu mismo sexo? ¿Existe el "vivieron felices para siempre"? O ¿Qué pasara cuando encuentre a alguien que le dé una familia? –sonrió con amargura y un tinte de nostalgia- duele menos si eso pasa cuando solo son amigas –bajo la mirada nuevamente, sintiendo esa penetrante mirada aun sobre él-

- ¿Eso es lo que tú preferirías? Es un poco triste verlo de esa manera. ¿Te parece correcto vivir con miedo? Digo, en cada una de tus relaciones estarás pensando en el final desde el inicio ¿Qué tiene de divertido eso? –Tomo una larga calada del cigarro que aun mantenía en sus manos- Uno no puede saber lo que va a durar una relación –reflexiono un poco ante lo dicho- Es algo que quiero dar a entender con lo que escribo. No importa el cuanto va a durar si no, más bien, cuanto se pudo disfrutar –guardo silencio un momento, observando la reacción del moreno-

Este, por su parte, no dijo nada más al respecto, simplemente callo.

- Pero me he decidido –dijo por fin el castaño-

- ¿decidido a que? –Inquirió el moreno-

- Pues como continuaré con la historia –nuevamente le regalo una de sus eternas sonrisas, bebiendo un poco más de su vaso- pero para que lo sepas tendrás que comprar el libro –contuvo a duras penas la carcajada al ver como el moreno ponía cara de indignación-

-Vaya, pura mercadotecnia –resoplo Nick en son de broma-

-Claro que no. –Rió un poco ante el comentario.- Pero no debería yo arruinar el final de esa manera. Si realmente quieres saberlo debes descubrirlo por ti mismo ¿No? –Dejo la colilla del cigarro, que hace rato ya se había apagado en sus manos, dentro del cenicero.- El final que yo pueda darle y el final que tú quieras darle a esa historia son dos cosas distintas. Los dos lo veremos de otra perspectiva ¿Cuál crees que sea el mejor? Y no solo el mejor si no el correcto. –Sonrió más ampliamente, de manera tan sincera y brillante, que el moreno no pudo evitar ser contagiado por ella-

Era una noche oscura, solitaria, como cualquier noche en una ciudad. En un bar anónimo donde quizás el nombre, el rostro y la identidad no existían. Aunque ellos realmente quisieron creer que esa noche fue real.


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Desde aquella noche, ya había pasado más de una semana. El alcohol, el tabaco, el ambiente etéreo les absorbió como una masa entre la bruma del delirio.

No supo cuándo regreso a su casa, ni quien le llevo. Recordaba vagamente a Dave. Del cual no tenía más recuerdo que su sonrisa y el olor a tabaco en su ropa.

No es como si realmente creyera que la historia pudiera tener un final diferente al que él había contemplado, y no era porque fuera imposible, pero el miedo al cambio, a las posibilidades, a lo cruel que puede llegar a ser la vida le detenía de hacer cualquier cosa.

Otro factor importante era su trabajo. Había tenido tanto esa semana que no pudo regresar al bar ni por un momento, para ver si esa noche con el castaño había sido real.

Ahora por fin tenia un poco de tiempo libre, sin embargo, no tenía el valor suficiente como para regresar al mismo lugar y encararle. ¿Qué le diría? No es como si fuera a admitir frente a él que en lo único que había pensado en toda esa semana es en volver a hablar con él. De lo que fuera, tuviera sentido o no, lo único que necesitaba era cruzar palabra con el para convencerse a sí mismo de que era real, de que su mente no era tan cruel como para poner a una persona que quizás le entendiera un poco y después desvanecerla sin ningún miramiento.

Camino por las concurridas calles de la ciudad, eran las cuatro de la tarde, de un frió viernes. Muy temprano como para ir a un bar a ahogar su cobardía en alcohol.

Se detuvo frente a una librería que había de paso, observando fijamente el cristal.

Sonrió fugazmente al observar la portada del nuevo libro que se estaba exhibiendo. Se veía la ventana de un bar pequeño y antiguo por donde se proyectaban solo las sombras de los que se encontraban dentro del lugar. Y justo frente a la ventana, como dos sombras sin rostro ni nombre, dos siluetas, una frente a la otra, se notaban claramente entre el cristal de pintura. Sin mucho esfuerzo supo que eran dos mujeres, y sin siquiera pensar realmente en ello, sabia de quien era el libro.


Se sentó en uno de los bancos del parque cerca de su casa, para cómodamente sumergirse en la lectura de aquel curioso escrito, con el agradable frió de la tarde acariciarle el rostro y con la luz menguante como única compañera.

Era tan y como se la había relatado, palabra por palabra, momento a momento era lo mismo a como Dave se lo había relatado y justamente como el lo había vivido.

Quizás la única diferencia tangible, aparte de que la protagonista era una mujer, era aquella conducta con gracia y elegancia que despedía el personaje, como sus sentimientos eran más fáciles de exponer ante los demás. Una cualidad que solo una mujer puede poseer. Regirse más por el sentimiento, no como un hombre como él, que pretendía desprenderse de sus sentimientos, como si estos no fueran necesarios para llevar una vida normal.

Sonrió cuando llego la escena del bar. Como una rubia extrovertida se acercaba sin miramiento, sin importarle si realmente a la otra le importaba o no que estuviera o no y como, poco a poco, lograba robarle el corazón, de manera inconsciente, a la castaña protagonista.

Soltó un largo suspiro ante el final, un final sin aclaración. ¿Eran amigas o algo más? Que tanto decía un beso fugaz en los labios, y una frase cliché como “Juntas por siempre, mi amada amiga”.

Tentado estuvo a cerrar el libro con frustración, pero se contuvo al ver que aun quedaba algo escrito en la última página.

Una nueva sonrisa se formó en sus labios al leer la corta nota del autor al final.

“El verdadero final, es el que tú le des, mi amado amigo”

ATT: Dave.

Dejo de lado su cobardía. El castaño tenía la razón. Ninguno de los dos podía decir cuanto duraba una relación, ni si una relación de amigos o amantes era realmente eterna. Aun así, podían disfrutar el momento mientras este durase. Si el final llegaba, afrontarlo con una sonrisa y pensar que fueron buenos momentos estaba bien, y siempre pensar que había alguien más esperando, quizás para estar siempre juntos, o quizás para disfrutar solo un momento ¿Quién podía saber? ¿A quién realmente le podría importar?

Entro al local ya pasadas las diez de la noche. El lugar seguía igual que la última vez. Con la sensación de abandono, con el aroma a nostalgia, pero vagamente se distinguía el olor a esperanza.

La misma mesa, la misma bebida, el mismo lugar, el mismo observando lo que se perdía ante la ventana, esperando, siempre esperando hasta que alguna vez el otro apareciera.

-Buenas noches –escucho a sus espaldas-

Giro el rostro para tomarse con esa brillante sonrisa tras de él.

- Hola –contesto con una pequeña sonrisa en los labios-

- ¿Puedo hacerte compañía? –Pregunto el castaño, una vez se hubo sentado frente al moreno-

-Supongo –contesto simplemente de nuevo-

- Más Jack Daniels, un cigarro y un poco de alegría a tu vida. ¿Ya existe la eternidad para ti? –El castaño alargó su brazo, ofreciéndole un cigarro a su acompañante-

- ¿Existe para ti? –Contesto con una pregunta-

Dave sonrió ante la pregunta del otro, mientras le daba una calada a su cigarro.

-Nick, Nick –repitió quedamente, tomando la mano del moreno que estaba sobre la mesa- Dime, Nick, ¿Qué final escogerías tu para esa historia? –Apretó un poco su mano, sin perder nunca el contacto visual con los ojos del moreno.-

Fue un breve silencio, un letargo agradable donde sus miradas azules se perdieron en la contraria, mientras una sonrisa se dibujaba en la cara de cada uno.

-El que el tiempo le quiera dar Dave –apretó el también un poco el agarre de su mano- el que se dé y el que yo no tenga que obligar –sonrió abiertamente, como hace mucho no lo hacia-

Dave, perdido en esa sonrisa, y él mismo sonriendo bobamente, como niño de primaria ante un dulce, sintió que el mundo en ese mismo instante no existía.

-Espero que el tiempo me tenga un poco de aprecio –bromeo el castaño, logrando sacar una sutil carcajada del otro-

-Yo espero lo mismo –respondió Nick con absoluta sinceridad-

Y en ese mismo bar, en la misma mesa y con la misma compañía; bebiendo lo mismo de siempre, fumando la misma marca de siempre, con la densa atmosfera rodeándoles como siempre, ellos pudieron por un momento que quizás, la eternidad si existía por un efímero instante.

Notas finales:

;;o;; Dios, no puedo creer que de verdad me quedara tan simple... blahblah, digo, donde esta la trama, la emocion blahblah? afsgafafs... Jamas he odiado tanto algo que he escrito... En fin, tengo dos buenas razones para publicarlo (Buenas?) Cof...

Numero 1: Pues los retos con mi amore, blahblah, el tema era escritor y ya tenia esto escrito y no se me ocurrio nada mejor y blahblah ;;o;;...

Numero 2: Se lo dedico a mi medio hermano que acaba de nacer hace un dia (3 am del 22 de Junio, horario local de donde vivo >:/) Y queria terminar algo, pero lo unico que me salio fue esto... ;;o;; sorry junior, tu hermana es una basofia, aun asi me alegro de tener casi 18 y apenas tener un hermano (no es ningun consuelo pensar que cuando el tenga 12 yo tendre 30... que joder...)

En fin, dije mini monologo, si le sigo aqui les cuento mi vida. Blahblah, si gustan, dejen review, si no... pues no... Que simple es la vida... Me voy a dormir...





PD: ES HOMBRE!!! LoL.... <----- No ha dormido, no sabe como se llama su hermano, sabe que quizas no lo vea en un buen tiempo, se peleo con su madre el 21, su hermano nacio el 22 por lo cual se culpa de que quizas ella propicio que el chamaco se saliera y asfghsafh... mencionamos la falta de sueño??... Ignorenme porfavor...


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