Capitulo cuatro Recuperando el amor
El rubio sentado sobre el mojado piso bajo aquella lluvia hacia lo posible por aliviar el dolor que provenía de la herida en la rodilla. Su compañero olvidándose de si mismo pese a lo empapado que estaba se puso a su altura y Le miro directamente a los ojos.
- Prométeme que nunca mas iras solo a una misión. Pudiste haber muerto.
- Ban……
- Lo siento Ban.
- Bah ya no importa, lo importante es que estas vivo. Externo mientras se incorporaba y estiraba su mano a su compañero para ayudarle a levantarse.
La dama veneno ya se encontraba a su lado y fue testigo de la escena. Odiaba mojarse. Así que apresuro a la pareja para que regresaran.
- Ah Ginji! En verdad que eres descuidado, vamos te llevare en mi moto hasta el auto.
- Con esta me debes dos Mido. Externo con tono acusatorio dirigiéndose hacia su antiguo compañero.
El castaño apoyo a su rubio, y le sirvió de muleta el tramo de aproximadamente veinte metros de distancia del puente a la motocicleta.
Una vez en el Honky Tonk Paúl se apiado de ellos y les sirvió chocolate caliente y saco su dotación de toallas, para el trío.
El rubio agradeció la hospitalidad y amabilidad de Paúl, pero por otra do se sentía tan apenado por lo sucedido y afectado emocionalmente con la sola idea de que hubiera caído del puente.
- Ya paso Idiota no te deprimas.
- Es que Ban, mi mente estaba en blanco es como cuando me convierto en el emperador relámpago no sabia lo que hacia. No tengo idea de nada. Pero iba a morir y ni siquiera conozco a razón…Externo retirando la mirada que tenia en la taza de chocolate, para terminar en la mirada de su amigo.
-Pero debemos hacer algo Ban esa mujer es terrible. Y a cualquiera puede hechizar como lo hizo contigo y luego conmigo…
- Ginji, ahora solo descansa, necesito que te recuperes y ya buscaremos la forma de afrentarla.
- Ban tiene razón Ginji, será mejor que ambos se duchen y se pongan ropa seca y se vayan a descansar.
-Ah tienen razón. Externo el rubio después de lanzar un suspiro.
- Lo importante es que te recupere Ban. Comento mientras sonreía.
- Anda Idiota ya no te pongas dramático y vamos a descansar anda yo te ayudo a subir la escalera.
- Es tan extraño verte con gasas y tela adhesiva en la rodilla. Comento Himiko observando al rubio.
- Bueno chicos yo también me retiro. Recuerda Ban esta vez me debes dos. Y disfruta de lo que tienes. Mientras la joven les daba la espalda y se despedía con la mano sin dirigirles la mirada abandono el Honky Tonk.
- A descansar chicos que yo mismo me muero de sueño. Comento Paúl mientras apagaba las luces del local y subía las escaleras para retirarse a dormir.
El castaño entro a la habitación con su compañero.
- Anda métete a bañar. Y sin mas acompaño al chico al baño.
El joven se retiro la remera la cazadora ambas escurrían agua y les exprimió en el lavabo. Después se retiro el pantalón. Todo esto ante la mirada escrutadora de su compañero, que se deleitaba en silencio con la imagen que tenía.
El rubio abrió la llave para dejar caer el agua y empezar a ducharse, y por ultimo se retiro el boxer la última prenda que aun cubría su cuerpo para dejarlo en un desnudo total.
- Pasa algo Ban? Te noto extraño? Y sin más atrajo hacia El una de las toallas para cubrirse.
- Idiota no lo hagas. Externo el ojiazul retirando el objeto que bloqueaba la visión que tanto disfrutaba.
- Es que …. El rubio se encontraba sonrojado y apenado.
- Ginji no es la primera vez que te veo desnudo. Por que te sientes tan incomodo?
- Es que ayer me rechazaste y me hiciste sentir como si yo fuese un pervertido.
- Idiota. Tomándole por el mentón y levantándole la cara para que le mirara a los ojos.
- Idiota ayer no era yo. Tú sabes que me encantas, tu cuerpo me encanta. Si por mi fuera te prohibiría que usaras ropa. Y sin más le beso en los labios. El rubio al sentir el contacto con los labios de su compañero no pudo evitar llorar.
Y mientras el castaño lo besaba y mordía el labio inferior para poder invadir su boca. Le empujo hacia la regadera quedando ambos bajo el chorro caliente del agua.
Entre lo caliente del agua y el vapor que les envolvía y el calor que sentía que le invadía propio de sus propias hormonas desbordando aquello era peor que encontrarse en un ardiente desierto.
Terminaron saliendo de la ducha sin tocar si quiera el jabón, los besos y caricias habían consumido toda el agua caliente. Y termino cayendo sobre ellos agua que de fría paso a ser helada, la pareja apenas noto el cambio de temperatura en realidad las caricias y besos eran insuficientes para ahogar la pasión que ambos experimentaban.
De la misma forma como el castaño le empujo a la regadera lo saco, sin despegar sus labios. Y así camino hasta llegar a la cama en donde sin palabras, ya que estas no tenían sentido recostó, a su pareja. Fue donde separo sus labios para recorrerlo con la mirada por unos momentos, despertando una gama de emociones en su compañero haciendo que se sonrojara. Después d su Tour por el cuerpo del rubio con la vista, lo hizo con las manos, primero despacio, después empezó a frotarle despertando quejidos de placer. Y termino en la entrepierna de su pareja. Y mientras le dirigía una picara mirada a su rubio, empezaba a juguetear con su pene. Haciendo que los quejidos que al principio eran apenas audibles fueran cada vez más altos.
Respirando agitadamente el rubio dedico una mirada a su amado compañero. Para suplicarle que era demasiado que le permitiera a El también satisfacerlo. Nuevamente el castaño dirigió otra mirada conquistadora y esta vez empezó a lamer para después terminar engullendo el pene de su pareja. Así que si se había sentido excitado para este momento sentía que iba a estallar.
El joven por más que suplico que se detuviera no fue escuchado término corriéndose en la boca de su amante. El cual trago el chorro blanco y espeso que provenía de su compañero.
El rubio se aferro al cuello de su compañero quien lo atrapo nuevamente en un beso disfrutando ambos del fruto de su orgasmo.
Mientras disfrutaban de explorar ambas bocas. El castaño tomo un lubricante que saco de uno de los bolsillos de su pantalón y lo abrió discretamente. Cuando se separaron lo vertió sobre su firme y duro miembro que latió goteando, brioso como una bestia, esperando el momento en que se adentraría en su amado socio.
Y mientras los besos se volvían cada vez mas acalorados lo tomo por la cadera y levanto para ponerle sobre sus caderas, Y de una sola embestida lo penetro, despertando en su compañero un dolor agudo y lacerante tan intenso que le detuvo la respiración e hizo que sus ojos que se mantenían cerrados por los besos se abrieran como platos, y las lagrimas amenazaron con invadirlos.
Y continuo embistiendo provocando esa mezcla de dolor y placer, Para esos momentos Mido había olvidado la consideración y la ternura. Era dominado por la pasión el deseo de poseerle de hacerlo suyo de marcar su territorio era el macho dominante si fuera un animal seria el macho alfa, Para ese momento las hormonas se encontraban descontroladas y ellas y solo ellas dominaban.
El momento mezcla de excitación y tortura para el rubio y un enorme placer para el castaño duro aproximadamente uno cinco minutos. Cinco minutos de fuerza pura y salvajismo. Termino con el castaño corriéndose con toda su fuerza aun convulsionándose incrementando la fuerza sobre su compañero y este por consiguiente mezcla de placer con dolor. Se termino corriendo una vez más, aunque en menor fuerza sobre el ojiazul.
Para este momento ambos cuerpos goteaban gruesas gotas d sudor, en la habitación una especia de vapor hacia pesada y difícil la respiración.
Aun por unos minutos permanecieron abrazados, hasta que ambos terminaron recostándose.
Para entonces las hormonas que se habían desencadenado aterrizaban tranquilamente y con ellas las emociones humanas y los sentimientos de ambos. Por un momento habían dejado de ser humanos.
-Estas bien pequeño?
- Creo que si. Aunque tengo dolor pero ya se me pasara. Externo el rubio mientras ocultaba su rostro en el pecho d su compañero.
El castaño abandono el cuerpo de su compañero, noto rasgos de sangre. Pero no comento nada.
El rubio observo como su compañero revisaba la escasa sangre roja en sus dedos. Y le dirigió una mirada con una sonrisa. El otro inmediatamente comprendió que todo estaba bien.
Y presos del cansancio, ambos terminaron vencidos por el sueño. Ya mañana se preocuparían por lavar todo antes que Paúl lo notara.
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