Me encuentro en un cuarto pequeño junto a Syaoran a quien estoy agarrando de la camisa –Entonces todo fue un malentendido ¿cierto? Nosotros siempre fuimos destinados a estar juntos ¿no? pero…- comienzo a derramar lagrimas fácilmente, lo que es mi especialidad -¿Por qué te alejas de mi?- él me mira un poco desconcertado.
-Pues… yo creí que…- levanto lentamente el rostro mirándole a los ojos, escucho la música de fondo empezar, al fondo veo a Kurogane diciéndome algo sus labios deletrean “Yui” pero… ¡KUROGANE!
-¡AH!- caigo de espaldas por el susto ¿Qué hace él aquí? (como cuando L lee shinigami)
-¡CORTEN!- la directora se me acerca rápido –Creo que estás cansado después de 8 horas de filmación, será mejor que descanses una media hora Fye- asiento con la cabeza vuelvo a ver donde se encontraba el pelinegro y ya no estaba, debo estar muy cansado…
-HYUUU por fin un descansito- me senté como un dios en el sillón rojo del lugar, me trajeron un gran vaso de refresco con mucho hielo, estar frente a cámaras y luces fuertes me hace dar calor, puse una gran sonrisa al sentir el liquido en mi boca.
Al abrir los ojos él se encuentre sentado en el sillón frente mío –Vaya Kuro-wan está aquí- vuelvo a cerrar los ojos –Otro tonto sueño Kuro-papi nunca vendría a verme- mantuve mi sonrisa –Por que es taaaan tímido jejeje- me pregunto si habré caído dormido en medio estudio o en casa
Ojala mi vida fuera un sueño como en las películas que he interpretado siempre con un final feliz
-¿A QUIEN LLAMAS TIMIDO? ¡Que si estoy aquí! rubio teme…-
Comencé a reír animadamente, todo era igual a como lo recordaba, constantes peleas verbales sin sentido, aunque a veces terminaba persiguiéndome con lo primero que él encontraba.
Hubiera preferido que todo esto haya terminado por las peleas que por la soledad, porque poco a poco nos fuimos distanciando sumidos en nuestros trabajos, cada quien por su camino.
-¿Con qué propósito has venido?- cruzo las piernas en señal de desinterés, lo último que quiero es que Kurogane me pida la custodia de ellos –Mejor… ¿Cómo has entrado aquí kuro-rin?
-Tengo mis medios…- murmuró, abrí los ojos grandemente con una mueca infantil
-No me digas que utilizaste tu habilidad en las espadas para entrar derribando a los guardias- con un sonrojo fingido
-No exactamente…-
-Flash Back-
-Creo que la tendré que usar- se para en frente de los dos guardias, saca una espada de sus ropas (obvio que de madera, no quiere matarlos, sólo dejarlos inconscientes) –ese baka famoso…- estaba a punto de atacar cuando Yuuko aparece con el típico traje de director de películas (gorro y pantalones anchos)
-Alto Kurogane-san- con el parlante –Tranquilos chicos, es que está enamorado- le dijo a los guardias quienes quitaron la posición de defensa
-¡¿Qué estas hablando para mi teme?!- totalmente cabreado
-Uhh ¿entonces no vienes a decirle a Fye-chan que vuelvan y así vivir en una familia feliz? ¿Eh?- le dijo picarona, el pelinegro estaba con la cara enojada y un poco sonrojado, odiaba que lo pongan en esa situaciones en donde su orgullo no valía nada, terminó aceptándolo al final
-¿Por qué me ayudas?- ya dentro, ella se detuvo y con cara nostálgica
-Yui es especial y si él alguna vez decidió casarse contigo, debe ser por algo-
-End Flash Back-
-Bueno…- sonrojado –No importa como entré, quería decirte algo
-Buenas tardes Kurogane-san- pasaba Yuuko guiñándole un ojo al pelinegro, entonces el rubio entendió
-Que mala persona eres Yuuko-chan, dejar entrar a mi ex, en mi propio trabajo- le hizo un berrinche –Y yo que me había emocionado el pensar a Kuro-papi con una espada- se volvió a sentar tranquilamente cuando la pelinegra se fue –Gracias a ti me dieron medio hora de descanso, sólo por eso dejaré que hables- con una sonrisa de oreja a oreja
-¡No necesito tu permiso teme!-
-¡Kuro-rin es muy malo conmigo!- limpiándose lagrimas falsas, el pelinegro se agarró la cara para tranquilizar su ira
-Vine a hablarte de algo- el rubio se agachó como un niñito a quien le van a contar un secreto –Veras… yo… yo…-tragó saliva nervioso –Te extraño Yui- ambos se quedaron estáticos sin habla por minutos, el ojos celestes puso un dedo en sus propios labios
-¿Realmente me has extrañado en tu cama Kuro-chuu? – con cara de uke violable, volviendo a su carácter habitual
-¡Sinvergüenza! No me refiero a eso- por poco y le daba un golpe en la cabeza –Un día que llegué a casa me dijiste con la mirada al suelo “quiero el divorcio” y nunca supe el porqué-
-¿Y tú por qué lo aceptaste?- se puso a la defensiva borrando su sonrisa
-Quería hacer lo que te tu querías, para no llevarte la contraria- un poco triste
-Entonces respeta mi decisión y vete de aquí- le gruñó
-¡No! ya llegué hasta aquí, no me volveré atrás- se levantó agarrándolo de los hombros para que le de la cara -¡Yo…yo te! Yo… yo…- llegado a ese punto algunas curiosos los rodeaban, ver al actor quitar su sonrisa era algo raro
También con el otro que era tan famoso como el rubio, conocido por su especialidad con la espada y su mal carácter pero… parecía que ahora se estaba pasando.
Se quedó sin palabras, como odiaba confesarse y peor aun en público por eso siempre participaba en películas de acción al contrario del rubio.
El ojos celestes agarró al pelinegro de las mejillas atrayéndolo a un beso simple y corto dejando a todos en blanco –Hyuu Kuro-rin ¿Qué tal si arreglamos este asuntito en mi casa?- seductoramente guiñándole un ojo, Kurogane sabía que estaba volviendo a mentir pero la mayoría no se enteraba y un poco sonrojados se fueron silbando como si no hubieran visto nada dejándolos solos de nuevo –Lo siento Kuro-sama pero aunque todos hayamos prometido no decir nada de lo que pase aquí siempre sale algo, y es mejor que digan que volveremos como pareja a que intentaste matarme-
-Si que eres un mentiroso…- le dijo el pelinegro
-Siempre tan adulador Kuro-chan- volvió a sonreír
-¡Mi nombre es Kurogane!- de nuevo enojado, el rubio comenzó a reír
-Pero…- dejó la sonrisa –Si quiero que vayas a casa… ellos… te extrañan y…- miró el suelo como tratando de retractarse –creo que yo también…- curvó un poco los labios esta vez siendo sincero
Al salir todos lo vieron en silencio abandonar el lugar y el rubio siguió con su trabajo tan alegre como de costumbre escondiendo su nerviosismo.
Ya en la noche el de ojos rojos llegó a la puerta de su antigua casa, recordaba muy bien ese olor impregnado en todo el lugar, flores, que siempre Yui ponía de ambientador y que al mismo dueño de casa se le había pegado el aroma igual.
Debía admitir que tenía miedo a lo que ocurriera ahí, agarro fuerza voluntad y toco el timbre, segundos después un rubiecito de ojos rojos de 3 años me abre, me mira sorprendido, entonces me sonríe grandemente y vuelca la cabeza adentro de la casa –MAMI, MAMI SI VINO, PAPÁ ESTÁ AQUÍ- del fondo del pasillo sale Fye (su nombre artístico) con un peine en la mano, detrás de él se esconden unos rubios gemelos que le llegan a la cintura a él, los niñitos me miran un poco asustados mientras que Fye me mira con cara de sabía que vendrías…
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español