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Ruego por ser feliz por zuru

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Notas del capitulo: Perdón si esto va muuy lento pero es que se tiene que cocinar como dicen.

CAPITULO DEDICADO A Suby-chan GRACIAS POR TU GRAN APOYO!!
Las palabras entre "comillas" son pensamientos.

Capítulo 3


La chica al entrar a aquel lugar que olía a medicina pero del cual ya había aprendido a respirar incluso con agrado, le observo como siempre, sereno, inmutable con su rostro alargadísimo de la extrema delgadez pero igual que desde la primera vez que lo observo.


Hermoso…


Simplemente aquella figura de estampa elegante postrada en la cama y con la vida dependiente de esas máquinas le cortaba la respiración dándole esperanzas para continuar con su vida la cual, desde que su hermano Subaru se encontraba en el mismo estado que él luchaba por seguir adelante a pesar de todas la contradicciones que el famoso destino le tendía en frente. Lo que no se imaginaba al principio era que entre más pasaban los días, aquel hombre se adentraba en su corazón y ya nada podía ni quería hacer para dejarlo fuera.

-Mira lo que te he traído... –Tomo la mano que no tenía suero entre las suyas y contemplando su apacible rostro le regalo una lágrima que fue a parar a su mejilla. -Hoy en la mañana la corte para mi hermano y sabes… –ahora muchas lágrimas rodaron. –…l se ha despertado…como me gustaría que pronto tú hicieras lo mismo… Sei. Esfuérzate para que juntos los tres salgamos adelante y ya verás… -la chica se quedo a su lado mientras hacía un monólogo contándole acerca de su día, de su hermano y de sus sueños juntos. Sabía que la escuchaba o así deseaba creerlo.


Al poco rato en la habitación de Subaru en el hospital……….


- ¡¡Hijo!! ¡¡Subaru… que felicidad he venido en cuanto me dieron la noticia!! –Sus brazos parecían alargarse más hasta el mencionado en un profundo y sentido abrazo.

-A abuela… -Sonrió casi a punto de llorar. –Que gusto de verte de nuevo. –Si la mujer hubiese sabido la intensidad de sus palabras en esos momentos se pregunto el chico, no terminaría de abrazarle: el “verte de nuevo”iba más allá de lo que cualquiera pensaría o se imaginaría.

Había nacido prácticamente de nuevo, y aunque se pregunto si quizás su otra vida era en realidad un sueño o la pesadilla (mejor dicho) y que ese momento era la vida real y que había despertado, pero al reflexionarlo un poco mejor supo que no era así. Era una segunda oportunidad.

-¡Gracias a Kami sama querido nieto! Hokuto me contó todo, ahora me pesa tanto haberme despegado de ti estas largas horas, si tan solo me hubiese quedado hasta hoy también te hubiera visto despertar. Que suerte tan inmensa la de tu hermana. –la mujer de cabellos canos le besó la frente mientras secaba con su pañuelo unas cuantas lágrimas de emoción.

-Para mi también es un gusto enorme verte. –Le abrazó como un niño a su madre, y es que en realidad eso era para él la mujer que lo había criado y educado desde bebés a él y a su gemela. Y aunque estricta siempre había buscado el bienestar de ambos.

-Regresaremos muy pronto a casa y nada de peros. –Detuvo la voz que estuvo a punto de salir del chico queriendo negarse.

-Abuela. –Sonrió el jovencito de ojos esmeraldas sin preocuparse por ahora mucho en persuadirla, después de todo aún faltaba tiempo para que le diesen de alta. Lo que no se imaginaba Subaru eran las medidas drásticas que ella tomaría.



Horas después…



-¡¿Qué?! –Aquellas palabras le exaltaron al punto de erguirse sin medida mareándose enseguida por su espontánea acción.

-Subaru kun, tenga cuidado ¿qué hace?… eso fue muy arriesgado, acaba de despertarse de un coma muy largo y…

-Por favor abuela, repíteme lo que has dicho. –Ignoró prácticamente las palabras de la mujer de blanco que lo volvía a recostar.

-Que solamente estaremos aquí una semana más. He conseguido que el doctor nos de la autorización para tu traslado en otro hospital cerca de casa. Solamente resta hacer la reservación de los boletos para el vuelo y todo listo.

-Buenas… -la alegre chica entraba muy contenta. –¡Abuela que gusto verte! –le dio un efusivo abrazo a los que ya estaba acostumbrada.

-Tardaste bastante Hokuto chan, esta vez si que te pasaste con el tiempo. –le reprendió un poco.

-Es que me confié a que sabía que estarías muy pronto aquí. –su típico gesto de sacar la lengua a modo de disculpa aparecía de nuevo.

-Ese muchacho te tiene cautivada. –Acotó la abuela Sumeragi con algo de molestia.

-Ajajajaja –sonrió como loca con un leve sonrojo. –Pero es que no puedo evitarlo, él también necesita mucho de que alguien se preocupe por cuidarle y parece que he sido yo la elegida. Pronto sé que despertará igual que mi querido hermanito; además ¡Sei es tan lindo kyaaaaaa!!! -los saltitos que comenzó a pegar hicieron sonreír a la mujer mayor que la miraba con algo de felicidad más el chico estaba casi paralizado.


“…Acaso era cierto aquello…”


-Querida, no creo que eso sea un motivo suficiente


“…Sei… Se refería a Sei…shirou”



-Pero es que es tan atractivo.



“¿…El asesino del clan del Sakura era a quien se estaba refiriendo su hermana?”



-¿Y sólo por eso Hokuto chan?



“…No, no podía ser cierto…”



-No, además recostado así se ve tan indefenso, tan desprotegido… tan…



“…Seishirou…”



-Como sea que se vea pero no le conoces de nada, es un total desconocido.



“…Su amigo…”



-¡Oh! ¿pero qué dices abuela? ¡Por supuesto que lo conozco!… ¡Son meses los que nos hemos visto!



“El veterinario…”



-¡Tú le has visto! Más no él a ti Hokuto. –La mujer insistió.



“…La persona que había sido la encargada de su sufrimiento…”



-Bueno yo le veo y sé que él me escucha siempre que le platico algo.



“Su némesis y…”



-No te hagas tantas ilusiones de todas formas hija.



“…Y también el hombre que a pesar de todo amaba tanto…”



-Claro que no, yo logró hacer realidad siempre lo que me propongo. –Respondió firme.


-Y que tal que tiene una novia o prometida… –Preguntó la abuela para disgusto de la adolescente que enseguida sonrió pícara. – incluso puede estar ya casado.


-Pues lo descaso, de eso me encargaría yo con mis encantos jajajaja… -Y haciendo sonrojar a sus familiares alzo orgullosa su pecho con sus manos.


-¡¡Hokuto!! Que clase de tonterías dices. –La mayor aunque estaba segura de que su nieta bromeaba no dejó que aquellas palabras se las tomara tan a la ligera.


-Y… cuál es el nombre de esa persona. –Por fin la voz ronca de Subaru y algo desacostumbrada a salir de su garganta dio paso a sus pensamientos.


-¿Su nombre? –voltio hacia el chico que hace rato no hablaba. -Como ya te lo mencioné antes su nombre es…


-Señora Sumeragi, ¿interrumpo algo? Quisiera hacerle algunas preguntas, puede venir a mi oficina por favor. –Un doctor les distrajo y nuevamente la pregunta se quedó en el aire.

-Hokuto… este, podrías llevarme un día de estos a… -Dudo un poco en hacer la petición. –…Conocerle.

-¿Eh?


-A tu amigo. –un diminuto sonrojo alumbró aquella palidez de alguien que lleva tan largo tiempo sin salir al sol.

-¡¡¡Ah!!! Debiste querer decir: A tu guapo y apuesto H…ROE –La chica aplaudió emocionada. –Pero por supuesto que sí hermanito, por mí te llevaría ahora mismo. –Le confesó.

-No creo que… -sus palabras cortadas las pudo interpretar su hermana claramente.

-Lo sé, no es correcto pero te prometo que muy pronto le conocerás… pero te prohíbo enamorarte de él porque yo ya le he echado el ojo. –Con la sonrisa más grande que hasta entonces había visto Subaru le respondió y enseguida le guiñó un ojo.

-No Hokuto yo no haría tal tontería. –El chico casi se tapa con la sábana logrando una gran carcajada de ella que la alcanzó a jalar antes de que lo hiciera. Sus palabras le habían avergonzado pero sobre todo dolido un poco.

-Jajajaja no me creas siempre, primero conózcanse y ya veremos… eso también es broma, lo crees todo tan rápido. –Le apretó la afilada nariz al ver como se asustaba con sus comentarios. –Que haría yo sin ti mi querido Subaru, por eso es que te quiero tanto.

-Oye Hokuto este… -la mirada del menor se desvió un poco.

-¿Qué pasa? –La intriga apareció en aquella habitación.

-Podría ir al baño, es urgente.

-Ahora mismo te cambio el pañal.

-¡¿Qué?!

-Jajajaja, eso también es broma, vamos te ayudo a levantar. –Y sus brazos delgados le sostuvieron y le sirvieron de apoyo hasta aquel lugar.



4 días después…


-Si la abuela se entera no quiero ni pensarlo. –la chica miró sus ojos aterrados por lo que se burló. –Es broma querido, no va a pasar de un regaño además ya estamos aquí.

-Hola Hokuto chan que haces y quien… ¡Oh! No me digas que es tu hermano gemelo. –su amiga enfermera se sorprendió por aquel parecido. –Pero si eres tú en chico. –notó al verle el pecho totalmente plano (aunque ella no era tan dotada tampoco)

-Mi lindo Subaru, te presento a mi amiga. –Ambos se saludaron pero al Sumeragi no le importaba para nada socializar. Ahora sólo quería comprobar una cosa con sus dos ojos, (los que comprobó casi con espanto en aquel baño hace cuatro días, estaban como ya no recordaba. Además su juventud había vuelto hasta antes de que todas sus desgracias ocurrieran desde que el veterinario se revelara en su verdadera profesión de asesino) que esa persona era en verdad quien hacía latir su corazón con tremendos saltos descomunales que casi le impedían hablar con elocuencia. Y tenía por ello tanto miedo.
Y al ver que aquella amiga de su gemela le miraba tan intrigada y comenzaba a hacerle tantas preguntas sobre él, se le removió la idea de querer entrar junto a ella y con astucia (una que jamás pensó y no le gustó usar con Hokuto) le dejó ahí para que en cualquiera de los casos pudiera verle a solas como tanto ansiaba.

–Voy al baño. –le dijo y casi salió corriendo (o lo más que pudo debido a su estado aun de convalecencia). –Puedo solo, vuelvo pronto Hokuto. –Agregó. Y es que se le hacía un nudo en la garganta por los sentimientos encontrados que no quería que ella le notase.


Busco durante algo de tiempo y al fin se topó con una puerta que no tenía letrero. Unas ansias enormes le invadieron. Verle con desesperación y al mismo tiempo querer no hacerlo. Había una enorme posibilidad de que no fuese Seishirou y sólo fuera otra mala pasada del destino; pero y si aquello era verdad entonces no sabría que hacer y fue entonces cuando toco en aquella puerta que se le hizo inmensa y tan misteriosa por lo que iría a revelarle.

-¿Se le ofrece algo?. –la chica que le preguntó se sonrojo un poco cuando puso sus esmeraldas y su completa atención en ella por su pregunta.

-El paciente de esta habitación, ¿puedo pasar a verle?. –Aquello era más una súplica que una petición.

-¿Ah? Bu- bueno si. –Tartamudeo un poco ante su pregunta y no era para menos siendo él un completo extraño.

Por su parte él se preguntaba sobre quien sería esa chica, aunque por muy poco tiempo puesto que ahora lo que más le importaba era…

-No es Seishirou. –La boca casi seca y los esmeraldas sorprendidos ante sus propias palabras.

-¿Decía? –De nuevo la chica con aquellos ojos brillantes y llenos de sorpresa evidenciaron su respuesta. Su rostro trigueño y un tanto achatado semejante al del paciente que dormía apacible le dijeron todo.

-Nada, lo siento me equivoqué.

-¿A quien busca?

No supo si decirle aquello pero… -…l… está en coma. –se decidió, nada perdía.

-OH si, es en frente. –Y su sonrisa por haberle sido de utilidad le conmovió, no tenía que ser adivino para saber que le había agradado a la muchacha. –Es un paciente muy famoso “y muy guapo” ¿acaso es su amigo? –agregó cotilleando un poco porque todos sabían que el joven no tenía parientes que antes lo hubiesen visitado a excepción de Hokuto y los doctores que a cada rato iban.


Más la respuesta a ella nunca llegó porque al voltearse, su revelación estaba ahí frente a sus ojos, tras aquella puerta entreabierta gracias a la enfermera que le cambiaba el suero.


“¡Eres tú!”


“Por fin te encontré…


Seishirou”




Continuará
Notas finales: Continuará

Gracias por la espera desesperante, pero es que no tengo excusa más que no sé mucho si les agrade. Como ya ven por fin Subaru le encontró pero que pasará después de esto… espero que sigan leyendo sip y apoyen el fandom de tokyo y x porfa!

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