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Malo. por ImaneIlu

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Notas del fanfic:

Death Note no me pertenece

Notas del capitulo: El primer capitulo de esta historia repentina, prometo seguir los fanfics que tengo pendientes, no se preocupen, tan solo quiero ver vuestras opiniones, a penas escuche la canción no me pude resistir a escribir esto, como verán, me agradan mucho los songfics.

El Link de la canción (De nuevo) : http://www.youtube.com/watch?v=M1qZRtCP-4I

Ojalá os guste, es sobre una triste realidad, pero con mis personajes favoritos.


Nota final: Quería decir que esto no es Bashing hacía ningún personaje, tiene su lógica, Kira es capaz de hacerlo, ¿O no?

¿Merezco reviews?
Era de noche, tal vez demasiado, la oscuridad se esparcía con veracidad por las calles, acabando con ritmo feroz e insolente, con la deficiente iluminación, rodeando las escasas luces que intentaban esparcir un poco de claridad a la ahora llena de soledad calle, el observaba, buscaba con sus profundos ojos alguna señal de que el castaño se acercara, pero no había nada, solo podía percibir el inconfundible ruido que provoca el abrasador silencio.


Apareciste una noche fría
Con olor a tabaco sucio y a ginebra
El miedo ya me recorría
Mientras cruzaba los deditos tras la puerta



Se levantó con cierto anhelo de felicidad cuando oyó las llaves tintineantes al otro lado del portón, pero al mismo tiempo se hizo conciente de que estaba mascullando palabras de enojo, no se dejaba intimidar por eso, sino por el rotundo dolor que le causaba conseguir a su esposo de mal humor.
Escuchó como el castaño cerró con fuerza la puerta, lo llamó, y el pelinegro fue a su encuentro rápidamente, para hacerlo callar, sus hijos seguían dormidos, recordaba la alegría que le había traído haber tenido a esos gemelos, la cara de felicidad de su esposo, sus perfectas manos acariciando las suyas, lo hacían olvidar que su pálida piel estaba completamente fría, porque sentía el cálido amor, ese que nunca se posee de verdad.

Todo era distinto ahora, las cosas eran intimidantes, terribles, Light estaba susceptible, insensible a lo que moreno pensara, y ahora se le pasaba la mano, el detective solo se podía callar, no quería participar en la violencia familiar.

Tu carita de niño guapo
Se ha ido comiendo el tiempo por tus venas
Y tu inseguridad machita
Se refleja cada día en mis lagrimitas


-¿Qué hay de cenar?- Preguntó el castaño, carraspeando con ese tono molesto, indicando que no se esperaría dos pedidas para ponerse a pelear.
El pelinegro rodeó la casa con la mirada, sabía que no había preparado nada para él, porque no había previsto que iba a venir a esas horas, 12 de la noche, relativamente temprano, normalmente era más retasado, en realidad ¿Qué era la puntualidad?

Negó con la cabeza, como un niño pequeño que rechaza un dulce, sabiendo que este puede dañarlo o envenenarlo, los golpes no le dolían, sino la violencia y la confianza perdida.

-No te hice nada…- Susurró con un hilo de voz, intentando no molestarlo de más.

-Que bien, yo tengo que traer el dinero a casa y ni siquiera me preparas de comer.-Sus palabras se escuchaban aún más chocantes, más amenazantes, y L se volvió incómodo.

-No es mi culpa que siempre estés afuera, todo el tiempo. Y yo también trabajo, y soy mucho más eficiente que tú – La frase cayó resbaladiza por la boca del detective, como agua, la gota que derramó el vaso.
-Entonces vete a la Puta Mierda- Gritó Light, acorralando al pelinegro en contra de la pared, este se resignaba a pelear de nuevo, estaba cansado de eso, se trataba de un caso que siempre se repetía por más que intentase evitarlo, no podía, era inservible esforzarse.

Una vez más, no por favor que estoy cansado
Y no puedo con el corazón
Una vez más, no mi amor por favor,
No grites, que los niños duermen


-Con insultos no resuelves ningún problema. – Sus ojos oscuros e indiferentes se llenaban de frívola perspicacia, recordaba los momentos más distantes y duros de su vida, intentando contraer esas fuerzas que nunca utilizó anteriormente para responder a cada sujeción que mascullaba el castaño.

-Tráeme algo de comer.- Ordenó Kira con toda la brusquedad que le era permitida usar con su voz, áspera, sin miedo a lastimar a cualquier incauto, pero L no era tan permisible, jamás lo sería.

-Es muy de noche, tu mismo podrías haberte comprado tu cena. Si eres tan capacitado en trabajar no te costaba nada ir a un restaurante, pedir una orden y listo. – Sintió un golpe en su cara, una casi invisible hilera de sangre de color carmesí se resbalaba por el labio inferior, quiso responder al golpe, pero si lo hacía solo despertaría a los niños, no quería interrumpir los suaves sueños de unos infantes que nada que ver tenían con el asunto.

-Resulta que estaba muy cansado, ¿Cómo la ves? – Con uno de sus fornidos brazos lo levantó del frío suelo de mármol, quería verlo a la cara, aún gritaba, quería formar un ruido gigante, para que todos supiesen que pasaba si alguien se metía con Kira.

-Muy cansado para comprar tu comida pero no para golpearme. – Recibió otro puñetazo, su mejilla se tiñó de un color morado, y ninguno de los dos objetó otra frase, ninguna otra oración, ningún otro gesto ni palabra, nada de disculpas ni reclamos.
Light se fue a dormir sin comer.
L durmió en el cuarto de sus hijos.

¿Me estas retando?


-L! – Gritó el castaño desde un cuarto, este buscaba entre un montón de ropas y prendas, medias, y algunas franelas, su camisa preferida, la cual la había puesto a lavar hace una semana, pensaba que el pelinegro era un irresponsable, pero era ciego ante los ojos de lo que es ser el eslabón materno siendo ambos hombres, lo difícil que podía resultar ser.

El moreno estaba trabajando, en su Laptop desde hace horas, sin poco sentido del tiempo, todavía lloraba, no por que en verdad le doliese, sino por impotencia, incapacidad para lograr salir de esa situación, el odiaba a Kira, amaba a Light, y sus hijos lo adoraban profundamente igual, el castaño era querido, pero en verdad no lo merecía. Por supuesto que iba a solucionarlo, pero no ahora.
No se dio cuenta que el Sol, radiante, completamente ausente a lo que pasaba en el mundo, intentaba alegrar a cada uno de los que en el vivían, sin lograr hacer mucho, solo demostraba que otro día empezaba.
Caminó lentamente hacía la habitación, vio la cara frustrada del castaño, este se acercaba peligrosamente.

-Dijiste que tendrías mi camisa lista. – Rezongó enojado, el pelinegro suspiró cansinamente.

-¿Te paraste a revisar en la cesta de ropa limpia? ¿No y que eras muy listo?, ¿En verdad es así? No te cuesta nada revisar. – Sintió el fuerte impulso de Light, ahora este se encontraba encima de él, mordiéndolo salvajemente, oponía resistencia, pero su imagen se empañaba, lo único que quería era que sus hijos no escuchasen, se alejasen de la cruel realidad que era el abuso.
Nada era nítido, todo confuso, igual a esa sensación cuando se esta ebrio, creía que era la falta de sueño, no pudo dormir, solo trabajar, sus ojos estaban más apagados de lo normal y amenazaban con cerrarse.

-Light…- Susurró con una cara de miedo enfatizado.

Una vez más, no por favor que estoy cansado
Y no puedo con el corazón
Una vez más, no mi amor por favor,
No grites que los niños duermen.


-Cállate, haz silencio, te lo ordeno. – El castaño se deshizo sin mayor problema de los yeans del pelinegro, este miraba impaciente la hora reflejada en el reloj, se preocupaba si no terminaban a tiempo, no, hoy era Sábado, el día de dormir mucho, el día en el que los menores no se despertaban hasta que su padre los levantaba, estos corrían contentos en encuentro del detective que los esperaba en el desayuno, una escena completamente memorable.
Claro, sin ver la cruda realidad, la violencia de un asesino compulsivo, y el sumiso detective que prefería callar a separar a sus infantes de quienes amaban.
No era egoísta con ellos, solo deseaba lo mejor, y por eso duraba, no sintió el rose de Yagami en su entrepierna.

Voy a volverme como el fuego
Voy a quemar tus puños de acero
Y del morado de mis mejillas sacar valor
Para cobrarme las heridas


-…Light…! – Gritó de repente al sentir al castaño morderle el cuello, y con dos dedos jugando en la entrada del detective, este no había tenido sexo desde hace tiempo por el motivo de las peleas, el dolor y los recuerdos borrosos de las relaciones se impregnaban en su mente, juntas con el odio, y el posible llanto proveniente de su propia infancia.

-Sh, señor inteligente, es mejor que guarde silencio. – La camisa blanca y alargada era lo único que protegía al pelinegro de mordidas en el pecho, y por un momento agradeció ese hecho, porque sabía que Light tenía unos dientes hábiles para morder lo que no debía.

-Ah!!! – Especuló en un tono lastimero al sentir el hinchado miembro de su esposo dentro de él, lo penetraba de una manera brutal, se notaba que lo odiaba, lo golpeaba en la cabeza, intentado ver si estaba hueca, al menos eso parecía, el pelinegro se negaba la acción pero luego sentía una mano con una fuerza bastante considerable apretar su cadera, le dolía, e intentaba no gritar, no gemir, hundirse en la indiferencia que tanto rebuscaba el día de hoy.

-Calla, haz silencio, eso necesitas, callarte de vez en cuando.- Lamió su cara, en un acto enfermo, completamente con cierto anhelo a sexo después de tanto tiempo de reprimirse.
El moreno se agarraba de las sabanas, se revolvía incómodo en la cama, e intentaba parar, lloraba, pero todo silencioso, a veces, la ausencia del sonido es peor que una gran gama de ruidos, nunca se sabe si alguien esta viendo, refugiado.

-Extrañaba hacer esto. – Susurró el castaño después de eyacular, y el pelinegro gritó incontrolable, este albergó por todas las habitaciones, el había intentado todo lo posible porque fuese sordo, pero no fue así, fue el ruido penetrante que se esparció hasta los gigantescos cuartos de los niños.


Malo, malo, malo eres
No se daña a quien se quiere, no
Tonto, tonto, tonto eres
No te pienses mejor que yo.




El semen resbalaba escurridizo por la entrada del moreno, este, completamente agitado, recibió una bofetada, esta vez por no haber correspondido a la orden de no gritar, de morir callado sobre las ordenes que Light hiciese.
El castaño buscó su camisa en la cesta de ropa limpia, olía delicioso, el Uke que estaba en su casa sabía como satisfacer sus gustos, de eso no había duda.
Se largó a penas el reloj tocó las 7 de la mañana, a trabajar, aunque L no sabía exactamente que le absorbía tanto tiempo de su vida, extrañaba al viejo Light, con toda su alma.

No podía levantarse, sentía como su entrada reclamaba impotentemente un descanso más, pero temía que se despertasen los chicos y lo viesen así, recriminándose a si mismo, se levantó de la cama para arreglar las cosas, sin siquiera poder bañarse.

El día es gris cuando tu éstas
y el sol vuelve a salir cuando te vas
y la penita de mi corazón
Yo me la tengo que tragar con el fogón


Quería escapar, salir corriendo de allí, y justamente pensaba en eso, sus hijos, eran idénticos a él, con algunas alteraciones en el cabello, que era negro con algunos declives castaños, sus ojos reflejaban esa astucia y perspicacia tan común de sus padres, y justamente eran eso, niños inteligentes, hijos de padres homosexuales inteligentes, que tal vez, han visto demasiado, y por accidente.

¿Es demasiado tarde para huir, L?
¿Es demasiado tarde para mostrar quién es Kira?
¿Es demasiado tarde para deshacerte de Light?
¿…Como debiste haberlo hecho antes?
Notas finales: Nota final: Quería decir que esto no es Bashing hacía ningún personaje, tiene su lógica, Kira es capaz de hacerlo, ¿O no?

¿Merezco reviews?

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