Naruto estaba jadeando, pero ahora no por la excitación, el golpe le había partido el labio a Sasuke y gotas de sangre le escurrían por la barbilla. El azabache no hizo nada, ni siquiera volvió la cara a su lugar, sonrió divertido.
-Eres un cerdo Sasuke, un bastardo que no merece todo lo tiene- las lagrimas comenzaron a brotar- no mereces ser el líder… no mereces a Konoha…
-Pero me escogieron a mí ¿cierto?
******************
No había sido justo, él tenía la fuerza, el coraje, el deseo y la decisión. Lo tenía todo, pero solo un detalle se lo impidió. Era impensable que el sello del kyuubi fuera Hokage. Podía perder el control en cualquier momento, y la aldea estaría perdida. No, era mejor alguien más calificado. Sasuke estaba allí al igual que todos sus conocidos, sus antiguos maestros y compañeros, todos se habían dado cita para apoyar al rubio. Tsunade se había cansado y ya era momento de escoger al nuevo mandatario. Todas las apuestas iban por Naruto, lo tenía todo, de hecho tenia de más, ese era el problema.
-El Hokage será… Sasuke Uchiha.
La voz de Tsunade resonó por toda la oficina, las muestras de sorpresa y los murmullos no se hicieron esperar. Ni siquiera Sasuke había podido ocultar su gesto de incredulidad. Volteo a ver a su compañero.
Naruto tenía la cabeza baja, apretaba fuertemente sus puños y se mordía el labio con impotencia. Estaba consiente de que era el centro de todas las miradas, pero no se montaría una escenita, había madurado, aunque Tsunade parecía no creerlo. Se quedo allí, con la cabeza baja y los ojos ardiéndole por aguantar las ganas de llorar, aun tenia la leve esperanza de que Sasuke declinara. Ambos eran buenos amigos y el azabache sabía de sobra que ser Hokage era su máximo.
El Uchiha se percato de la mirada, cerro los ojos y esbozo la sonrisa que sólo el podía.
-Acepto- dijo con voz fría.
Ya no aguantó, una lagrima cayo al suelo, se dio la vuelta y susurro un “felicidades” con la garganta seca y se fue de la habitación. Por un momento nadie dijo nada y las miradas pasaban de la rubia al azabache y viceversa. La mujer no parecía estar feliz, sabia que había dañado a su chico favorito, pero no tenía opción, los ancianos jamás se lo hubiesen permitido.
Sin que nadie lo esperara Sakura dio unos pasos, se poso delante de su antiguo amor y le cruzo la cara con una bofetada, no había sido uno de sus golpes comunes llenos de chakra, ni tampoco el peor golpe que Sasuke hubiera recibido, pero por alguna extraña razón, le dolió mucho. Se sobo la mejilla y miro a la pelirrosa con enojo, tenía un rastro de lágrimas cubriéndole la cara.
-Tu sabias- le dijo con voz temblorosa la kunoichi- sabias que el lo añoraba.- volteo a ver a su maestra- Ambos lo sabían, son despreciables.
Y dicho esto salió en busca de su amigo. Si, Tsunade sabía que era despreciable, esa misma noche se marcho de la aldea.
Sakura corrió rápidamente por el pasillo y bajo las escaleras, busco con la mirada la melena rubia pero no la veía por ningún lado. Salto por encima de algunos tejados para tener mejor visibilidad pero nada, era como si se lo hubiera tragado la tierra; salto otros tejados y entonces lo vio, sentado en el columpio de las afueras de la Academia donde años antes se refugiaba de todos los comentarios crueles que le decían. Se veía tan triste, tan solitario, igual que años atrás, de un salto aterrizo en el piso y se acerco lentamente hacia su amigo. No dijo nada, no sabia que cosas decirle en ese momento, se quedo parada junto a él en silencio por un largo rato hasta que el ojiazul rompió la atmosfera con una pregunta que le partió el corazón.
-¿Tu aún crees que soy un monstruo?
Por una fracción de segundo la pelirrosa se quedo en shock pero inmediatamente después se arrodillo y abrazo a Naruto.
-No, jamás.
-Ellos aun lo creen- miro hacia la torre Hokage- piensan que yo… que yo…
Pero no pudo seguir, el llano le venció y se aferro a la espalda de su amiga en busca de consuelo.
Sakura lo comprendía, quizá más que nadie, se habían vuelto tan íntimos amigos que sabía a la perfección lo que pensaba. Entendía su dolor, el hecho de que aun siendo un excelente jounin, de haber luchado por la aldea, de haber traído a Sasuke de vuelta, de haber controlado a Kyuubi y de que Akatsuki por fin había desaparecido; ni siquiera por que era un buen ninja, ni por todo el sufrimiento que había pasado, los de aldea jamás dejarían de verlo como el niño zorro que hacia 20 años había provocado gran daño a Konoha y preferían poner a un traidor vengativo al mando de Konoha. Sakura lo entendía, y arrodillada frente a si incondicional amigo maldijo a todos y cada uno de los habitantes de la aldea, en especial a Sasuke Uchiha.
****************************************
Naruto se detuvo frente a la puerta meditando si debía o no entrar. Llevaba unos documentos en brazos. Pasaba de la media noche y ya no quedaba nadie más en el edificio. Lo más lógico era pensar que el Hokage también se hubiese retirado, de verdad no quería encontrarse con él. No quería que volviese a suceder, sabía que no podía resistirse.
Toco la puerta tres veces, espero y nadie contesto. Asomo la cabeza por el pequeño resquicio del despacho, suspiro aliviado cuando no vio a nadie sentado en la silla, pero su tranquilidad se esfumo al escuchar un ronquido, volteó y frunció el seño.
-Otra vez durmiendo.- Si, Sasuke Uchiha, Hokage de la aldea escondida entre las hojas, estaba acostado en uno de los sillones de visita con el sombrero sobre la cara. El jounin ojiazul se acerco, negó con la cabeza, dio un gran gran suspiro…. y dejo caer de forma nada delicada los papeles sobre él.
-Hey!!!!!!- Sasuke manoteo y se saco de encima la torre de documentos que se esparcían sobre su rostro.
-Los sillones son para las visitas Hokage-sama, si continua así jamás terminara su trabajo.
-Sólo estaba descansando un poco.
-Ni hablar- recogió los papeles del sillón y los puso sobre el escritorio- Bueno como yo sí termine mi trabajo, me retiro.
Dio unos cuantos pasos a la puerta y ….
-Ya que estas aquí, ¿Por qué no te quedas un rato más?
El ojiazul sintió el cálido aliento del azabache en su oído y se dio cuenta de que estaba peligrosamente cerca de él.
- A esta hora, no vendrá nadie.
-No… Hokage-sama.
Lo volteo bruscamente acercando tanto su rostro que sus labios rosaban con los de la piel tostada, sintió su cálido aliento.
-Te he dicho mil veces que con migo no existen las formalidades.
-Basta Sasuke- lo empujo e hizo ademan de caminar a la puerta, pero una voz fría y seria le corto todo movimiento.
-Siéntate, es una orden.- la voz más seria y autoritaria que su rango le permitía dar.
Esas palabras lo atravesaron por completo, detestaba que se pusiera en ese plan, aunque fuera valido. Podía seguir adelante, podía ignorar las palabras aunque lo acusara de “desacato”, pero no, en vez de eso se acerco a la silla del Hokage y se sentó en ella sin chistar. El Uchiha menor se acerco lentamente a la silla detrás de su escritorio, rozo con los dedos lentamente el respaldo y continuó con el rostro del rubio, acaricio la barbilla bajando después por el cuello y tórax, llego a la cintura. Naruto abrió totalmente los ojos y sostuvo la respiración mientras su ex compañero le desabrochaba el cinturón. Sabía de ante mano lo que pasaría, desde que Sasuke había asumido el cargo se divertía haciéndole cosas pervertidas y lo peor de todo es que no podía detenerlo, su cuerpo reaccionaba sólo y no importaba cuando intentara contenerse, siempre perdía. La verdad es que le gustaba. Le gustaba, detestaba eso pero sabía la verdad. Aún con todo el resentimiento, con todo el dolor; a pesar del odio, lo quería.
Clavo la miraba en las negras pupilas y se mordió el labio al ver como le desabotonaban el pantalón del uniforme. Con un dedo, el azabache delineo su miembro por encima de la tela del bóxer, masajeo lentamente con la palma de la mano sabiendo lo tortuoso que era. Había implementado esa dinámica tiempo atrás, sabía de sobra que lo disfrutaba (a pesar de su raciocinio). Agradecía enormemente que aún tuviera ese control sobre él, era la única razón por la que había regresado, para poder verlo de nuevo una vez cumplida su venganza, pero definitivamente poder hacerle esas cosas era algo que jamás hubiese imaginado, sólo por eso había aceptado el cargo, por el control. De un tirón y sin previo aviso bajo los pantalones junto con los bóxer lo suficiente para dejar expuesto el miembro del rubio. Sonrío con superioridad, estaba completamente erecto. Se paso la lengua por la comisura de los labios y se inclino.
-Detente.
Se paro en seco. Era la primera vez que se atrevía a oponerse. Alzo la mirada y no pudo evitar sonreír ante la visión. El Uzumaki lo miraba con ojos impregnados de deseo, un rubor carmín se extendía por sus mejillas y de su boca entreabierta escapaban pequeños jadeos, tenía los puños cerrados sobre los descansos de la silla.
-No… no esta bien.
-¿Quieres que me detenga cuando estas así? – presiono el dedo índice en el glande y lo movió en círculos- A mi me parece que te gusta bastante.- Naruto se mordió la lengua para no dejar salir un sonoro gemido y se aferro a los descansos de la silla. Ya no podía hacer nada, salvo entregarse al placer.
-Aún no comprendes lo hermoso que eres.- Sacó la lengua y lamio sólo la punta humedeciéndola poco a poco con saliva; fue recorriendo poco a poco la longitud deleitándose con el sabor y con los suspiros reprimidos de su victima. Era lo que más le gustaba, verlo sufrir, torturarlo yendo lento a sabiendas que en lo más profundo de sus ser el rubio lo deseaba , sentía el temblar de su cuerpo, el cálido aliento saliendo de sus rosados labios, el sudor escurriendo por sus bronceada piel, la respiración agitada. Sentía el deseo que emanaba y se extasiaba al saber que él era el causante de todas esas reacciones.
Se percato de que no aguantaría mucho más, percibía el palpitar de su sexo contra los labios, así que sin esperar se lo metió a la boca.
No se reprimió más, los gemidos resonaron en la oficina, inconscientemente presiono la cabeza del azabache contra su pelvis pero no era necesario marcarle el ritmo, el Uchiha ya había jugado demasiado, aumento el ritmo y subía y bajaba de manera frenética, envolvía el trozo caliente de carne con la lengua y hacía presión con los labios. Gotas de sudor resbalaban desde las sienes hasta el cuello del jounin, la visión se le nublaba por el placer, los sonidos de succión le invadieron los oídos, la cálida saliva resbalaba por su miembro. No lo soporto más, una descarga eléctrica le recorrió la espalda, su vientre se contrajo en violentos espasmos, hecho la cabeza hacia atrás y con un sonoro gemido exploto en la boca del ojinegro. Sasuke bebió gustoso, trago todo lo que pudo y se encargo de limpiar hasta la última gota del miembro ya flácido. Acomodo las ropas y se levanto, dio la vuelta a la silla y tomo la cabeza de su amante entre la manos, se inclino y roso sus labios con el oído bronceado mientras miraba la estancia.
-Este es el mundo Hokage.- dijo con voz seductora- Tu no lo conseguiste pero si puedo hacer que tu te sientes en ésta silla y lo veas, está bien ¿no?
Se levanto de golpe y de un puñetazo le partió el labio. Naruto estaba jadeando, pero ahora no por la excitación, el golpe le había partido el labio a Sasuke y gotas de sangre le escurrían por la barbilla. El azabache no hizo nada, ni siquiera volvió la cara a su lugar, sonrió divertido.
-Eres un cerdo Sasuke, un bastardo que no merece todo lo tiene- las lagrimas comenzaron a brotar- no mereces ser el líder… no mereces a Konoha…
-No me importa. Sólo me interesas tú.
-¿Cómo te atreves a hablar de esa manera? ¿Tan poco te interesa ésta aldea?- señalo la ventana- No amas esto como yo lo hago, como lo haría.- la rabia y la impotencia brotaron en cada una de sus palabras, llevaba demasiado tiempo callado, aceptando las ordenes, los abusos, no podía seguir.- No debes estar a cargo. No lo mereces.
-Pero me escogieron a mí ¿cierto?- Naruto abrió desmesuradamente los ojos, el recuerdo de ese negro día en le despacho de Tsunade invadió su mente, miro a Sasuke sonreír igual que aquel día.- Ni siquiera te consideraron. No tienes opción Naruto, mientras yo sea el Hokage estarás para mi.
La veracidad de las palabras y la oculta amenaza lo atravesaron y dejaron sin habla. Si, era la constante en su vida y no podía hacer nada para evitarlo.
-Lo siento Hokage pero…-la puerta se abrió de golpe y Sai asomo su falsa sonrisa, medito un momento la situación y entendió su “oportuna entrada”.
-Buen trabajo Naruto- dijo el Hokage tomando asiento nuevamente- ya puedes retirarte.
El aludido asintió y se dirigió a la puerta, saludo con una sonrisa nerviosa a su amigo y salió rápidamente del despacho.
-¿Qué quieres?
-Le vengo a dejar estos informes.
-Ya los dejaste, ahora vete.
El moreno deposito los documentos en la mesa y sonrió mirando los furiosos ojos de su jefe.
-En realidad no querías que se fuera ¿verdad?
-Cállate.
-¿Cuándo dejaras de ser tan estúpido Sasuke?- El semblante pálido cambio de expresión- Naruto no va a soportarte para siempre.
El último de los Uchihas se reclino en la silla, hecho una mirada despreocupada por la ventana y se sonrió.
-¿Tu crees? A mí me parece que sí.
********************************************
Se pasó la lengua por la herida, todavía le escocía un poco, arreglo su cabello con indiferencia. Siguió caminado seguido de un par de jounins. Al dar la vuelta lo vio de inmediato, reconocería esos cabellos dorados como el sol en cualquier lugar. Sus miradas se cruzaron, los ojos celestes como el cielo se perdieron en la total oscuridad de las orbes negras. Ambos tan diferentes pero con ese maldito sentimiento en común. Naruto hizo la reverencia obligatoria mientras se mordía el labio inferior y apretaba los puños. Sasuke sonrió y siguió su camino
Jamás lo dejaría, era un hecho que mientras el fuera Hokage, Naruto estaría a su lado y sólo por eso seguiría con ese estúpido juego. Sólo para tenerlo a su merced y entre sus brazos.
FIN
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español