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La noche que nunca pasó por Daramyui

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Notas del capitulo: Un pequeño fanfic regalo para Mitsukitai, una buena amiga adicta a Changmin. Espero que lo disfrutes pequeña ^^

Como de costumbre, se aceptan criticas y tomatazos. Disfruten de la lectura!!!!!
La noche que nunca había pasado


Unos suaves ronquidos acompañaban al silencio de la noche que dominaban el apartamento entero, dejando el zumbido de los electrodomésticos, el tic tac de los relojes y el rugir de los coches mantuviesen conversaciones incomprensibles mientras el resto de la casa dormía placidamente...

-¡Ahh..!-bueno, no todos dormían, pues ese gemido ahogado provenía de alguien bien despierto, demasiado para las horas que eran, pero hacia relativamente poco que Yunho había aprendido a “despertar” al pequeño del grupo, y aprovechaba cada momento de intimidad para prestar atención a ese estilizado cuello, mordiéndolo como en ese momento hacia, mientras sus uñas marcaban suaves surcos en su espalda.-Yunho, para.-jadeo el menor, excitándose más a cada atrevida caricia que el líder dejaba en su cuerpo.

-Tranquilo, pequeño.-susurró Yunho en su oído, lujurioso y tierno a la vez.-esto no te decepcionará.-hizo una pausa mordiendo su oreja para que las palabras llegasen al cerebro de Changmin antes de continuar hablando, pero el menor solo era capaz de preguntarse como le iba a defraudar su hyung si todas las veces que habían estado en ese plan había acabado derritiéndose en sus brazos.-Te deseo.

No habría dado con mejores palabras para subir la temperatura, o quizás fue ese momento, fugados de su habitación, tumbados uno sobre el otro en el suelo de la cocina, sin que Changmin notase las frías baldosas en su espalda debido al calor que inundaba su cuerpo desde que el líder le había sacado de la cama con hambrientos besos y mordiscos que seguramente dejarían marca en su piel, pero ignoraba ese detalle demasiado ocupado en sentir. En sentir esas manos torturando sus pezones, esos dientes arañando su cuello, esa pierna friccionando con deliciosos movimientos su miembro erguido, en sentir como el líder se volcaba buscando complacerle sin asustarle, deseando ganarse la primera vez del menor sin darse cuenta de que ya lo había echo.

Quiso rogar para terminar con esa tortura, el deseo de decirle que lo hiciesen allí mismo superó su sentido del pudor y el miedo al dolor, pues ya estaba advertido de que dolería, pero no hubo momento para hacerlo, la mano de Yunho ya estaba sobre su erección, presionando, moviéndose, y como regalo la respiración del menor se acelero considerablemente, haciéndose irregular y trabajosa, con gemidos en bajos tonos que no despertasen a sus compañeros, ya que, aunque estuviese el cerrojo puesto, si alguien se quedaba a escuchar averiguaría pronto que era lo que hacían.

No aguantó mucho para acercarle a si mismo, devorando su boca con ansias y mirándole a los ojos fijamente.

-Yunho… quiero hacerlo. Quiero que lleguemos hasta el final. Me da igual que duela, te quiero dentro.-prácticamente le dio una orden a su hyung, pero este no pareció tomárselo a mal, le volvió a besar antes de levantarse en busca del lubricante, dejando a Changmin solo unos segundos antes de reaparecer con el botecito tan necesario.

Arrodillándose frente al pequeño, se inclino sobre él, lamiendo juguetonamente su ombligo, desabrochando completamente el pantalón para sacarlo con un rápido movimiento, excesivamente hábil para la impaciencia que le carcomía por dentro, pero controlándose para que Changmin no se echase atrás ahora que había tomado esa decisión tras semanas ansiándolo.

La preparación le resultó molesta, pero evitó quejarse pues era él quien decidió hacer eso como pasivo, aunque la idea de ser el activo también le llamaba la atención, en ese momento no habría sabido como actuar. Veía frente a él el marcado cuerpo de Yunho, sintiendo ganas de morderle, de tocarle, de darle placer, pero la incertidumbre y los nervios le mantenían quieto, mordiéndose el labio en un intentó de acallarse a si mismo. Observo con lascivia el miembro erguido del mayor cuando este se desnudó, sus ojos ya acostumbrados a la penumbra de la cocina recorrieron al líder de arriba abajo, guardando en su memoria cada centímetro de esa piel expuesta para él, cerrando los ojos al tiempo que abría sus piernas para dejarle situarse entre ellas, rodeando la ancha espalda con sus brazos, besando sus labios y dirigiéndose de inmediato a su cuello. Siempre que se emocionaba acababa mordiendo al mayor, intuía que esa iba a ser una de esas veces en las que necesitase hacer eso y no se equivocó.

Mordió y clavo sus uñas con fuerza, notando lagrimas de dolor salir de sus ojos y humedecer sus mejillas, y ese punzante dolor que le recorría cada célula de su cuerpo.

-¿Estas bien?-preguntó Yunho a su oído, sabiendo el esfuerzo que hacia para no gritar.

-No.-respondió sincero, con la voz ligeramente temblorosa.

-Changmin… Siento darte una mala noticia…-el menor se quedo paralizado sin saber que esperar en ese momento.-pero no entre completamente.- y con fuerza se adentro lo poco que le quedaba, haciendo que soltase un grito de dolor que acabó en gemido de placer.

El dolor seguía ahí, punzante, lacerando su interior, pero ese punto que Yunho había tocado en su interior sin necesidad de buscarlo le había echo volver toda la excitación que un momento antes había perdido, regresando con una pasión avasalladora que le hizo temblar de placer a cada embestida, logrando que esas dos sensaciones tan contradictorias que sentía con cada movimiento se mezclasen deliciosamente bien.

Ya no importaba nada que no fuese el movimiento de caderas, poco le importaba estar siendo escandaloso con sus gemidos, llamando al líder entre jadeos, despertando a la casa entera con esos ruidos que tanta curiosidad despertaron en uno de ellos. Yunho tampoco se quedaba atrás a la hora de demostrar que estaba disfrutando, imitando al menor dejó que sus gemidos saliesen libres. Incapaces de parar, aislados del mundo que los rodeaba, alcanzaron el clímax casi al mismo tiempo.

No dijeron nada, se limitaron a recuperarse del reciente orgasmo, el cual les había dejado satisfechos y exhaustos.

-Dije que no te decepcionaría.-recordó Yunho con una sonrisa orgullosa y feliz.

Changmin rió divertido como respuesta y buscó los labios de su amante para besarlos con dulzura, deseando volver a repetirlo. Yunho le respondió eufórico, sintiéndose especial por haber conseguido esa primera vez, y por haberle echo disfrutar de esa manera. Satisfecho consigo mismo y, una vez acabado el ejercicio, somnoliento. Si no se levantaban pronto de ahí querrían dormidos en mitad de la cocina, pero se estaba tan a gusto con el menor en sus brazos que resistía a apartarse.

-Hyung…-murmuró Changmin con voz cansada y algo ronca de los gemidos.-empiezo a tener frío. Volvamos a la cama.

-¿A la cama?-pregunto Yunho haciéndose el sorprendido y enseguida una sonrisa maliciosa se instalo en su rostro-¿Quieres hacerlo en la habitación mientras todos duermen? ¿Es eso?

-Pervertido.-masculló el menor incorporándose sonrojándose e ignorando esa broma, pues ya habían echo cosas indecentes cuando los demás dormían y solo de recordarlo se avergonzaba.

Soltó un quejido involuntario al levantarse y enseguida Yunho le preguntó por su salud. Completamente desnudos, dejando la ropa tirada en el suelo, volvieron a la habitación, entrando en silencio y sin encender la luz, pero cuando el líder había ayudado al menor a sentarse en la cama las luces se encendieron repentinamente, asustando a los amantes, que se cubrieron instintivamente sus partes nobles con la sábana.

La idea de JaeJoong cuando prendió la luz era interrogarles sobre los sonidos que había escuchado en la cocina, pero las palabras se atascaron en su garganta debido al shock de obtener la respuesta antes siquiera de preguntar y, al igual que el resto de personas en esa habitación, se ruborizo violentamente.

La luz se apagó dejando a oscuras nuevamente la estancia, aun más silenciosa de lo que había estado segundos atrás..

-Esto no ha pasado nunca.-murmuro Yoochun con un amago de sonrisa que nadie pudo apreciar, pero todos asintieron para si mismos, recostándose en sus camas, dispuestos a ignorar lo que acababan de ver.

Las imágenes mentales inundaron sus cabezas imposibilitándoles la tarea de volver a conciliar el sueño. Esa noche, “la noche que nunca había pasado” fue la más larga para cuatro de los muchachos de Dong Bang Shin Ki, si, cuatro, pues Xiah Junsu tenia un sueño tan profundo que ni una estampada cruzando el salón le habría despertado, por lo que fue el único que no se enteró de la aventura amorosa que el líder y el menor compartían, no se enteró ni de por qué JaeJoong se negó durante meses a entrar en la cocina, para él, ese era un misterio que quizás, cuando el aburrimiento pudiese contra la pereza, se molestaría en resolver.

FIN?

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