CAPITULO I: "EL PRIMER DÍA DE AL"
El sol salía por el horizonte, poco a poco sus rayos cubrían el lugar que hace unos instantes se mantenía intranquilo por la intensa luz dorada que emanaba de ese oscuro sitio, Edward Elric “El Alquimista de Acero” descansaba sus manos en sus rodillas mientras respiraba con dificultad, una enorme sonrisa se reflejaba en su rostro “lo hiciste hermano”, “no…lo hicimos” respondió tras haber alzado la mirada para encontrarse con esos tiernos ojos grises, sí…lo habían logrado, la prueba: aquel niño de 14 años, cabello corto y castaño con ojos grisáceos y un poco más alto que él que se encontraba parado en medio de ese complejo circulo de transmutación y …desnudo, Ed se echó a reír cuando notó esto, Al, al descubrir su estado se puso tan rojo cono un jitomate “bien, es hora de regresar a Central” dijo mientras colocaba su gabardina roja en los hombros de su hermano menor.
Al no podía reponerse de la “vergüenza” al saberse desnudo y mucho menos bajar el tono rojizo de su rostro, pero…estaba vivo, su hermano estaba vivo, todo había salido mejor de lo planeado, no tuvieron que dar nada mas que lo ofrecido a la puerta, excepto… un poco más de tiempo para que Ed recuperara su brazo y pierna, ese círculo que Ed borró antes de que Al despertará y pudiera analizarlo, con el pretexto de que nadie debía saber de su existencia, no era el correcto para realizar una transmutación de menor magnitud que la de transmutación humana completa.
Para poder regresar el cuerpo de Al debía haber un sacrificio: su alma, recuperar eso que le daba realmente la “vida” era un precio que ambos estaban dispuestos a dar, Al confiaba en su hermano y sabía que lo lograría, no tuvo miedo y murió unos instantes recobrando después su vida arrebatada, ahora con un cuerpo completo, su misma alma, sus recuerdos, su memoria...
Poco más de dos años fueron suficientes para desarrollar la teoría, Ed pasaba horas y horas en la biblioteca estudiando, analizando, sacando notas, borradores, teorías…aproximadamente en esos dos años, Al estuvo alejado de Ed 14600 horas porque no lo dejaban entrar a la Biblioteca de Central al no ser un Alquimista Nacional, solo veía regresar al dormitorio lleno de cansancio, ojeras y desalineado, se dejaba caer en la cama y se quedaba dormido, cuatro horas después se despertaba y seguía con la rutina. Alphonse se recriminaba a sí mismo por ser inútil, por no ayudarlo, por no poder hacerlo; su hermano realizaba una titánica labor por él, y él solo “cruzaba” los brazos…el Coronel Mustang (sexy, hermoso, divino…^///^) no logró conseguirle un permiso para entrar a la Biblioteca de Central, lo poco que pudo hacer fue que él pudiera entrar y salir libremente del cuartel y que “Acero” se retirara de sus misiones y evaluaciones de Alquimista para concentrarse un 100% en la investigación sin correr el riesgo de ser removido de su rango de Alquimista Nacional; siempre y cuando , si tenía éxito, le contara absolutamente todo sobre la teoría, el círculo y la forma en que le devolviera el cuerpo a Al, después de todo era la ley de intercambio.
Llegaron al Cuartel un poco antes de las ocho de la mañana, los militares empezaban a llegar, entraron y como siempre, la Teniente Hawkeye ya estaba ahí a esas horas, miró extrañada al Alquimista al verlo acompañado de un chico que se parecía un poco a él “Edward…” dijo con desconfianza que se le paso pronto al ver la confianza que Ed le parecía tener al chico, interrogante arqueo una ceja en sospecha de la identidad de la persona que acompañaba al Alquimista ¿podrás ser? “Así es… ¡es Al!” dijo Edward con entusiasmo, el rostro de Riza se iluminó, el “genio Alquimista” lo había hecho, recordó cuando dos años atrás, después de regresar de una misión en las afueras de Lior, entró violentamente en la oficina del Coronel, la cual estaba en el Cuartel del Este, gritando a los cuatro vientos “¡Lo tengo! ¡Lo tengo!, casi puedo asegurar que regresaré el cuerpo de Al sin necesidad de usar la piedra filosofal”
-¿Realmente estas seguro?-Mustang lo miraba con curiosidad, Ed no era la clase de personas que decía las cosas a la ligera
-Lo acabo de decir…solo debo comprobarlo, inútil
-Porcentaje
-70… no, 80 %
-Es demasiado alto para ser una suposición
-Pero es lo único que tenemos por el momento y sé que tarde o temprano lo lograremos.
Y así lo hicieron, sólo un poco más de dos años; Riza abrazó fuertemente a Ed mientras le susurraba al oído “Bien hecho”, hizo lo mismo con Al y luego lo observó detenidamente, la gabardina roja cubría hábilmente su esbelto cuerpo, sonrió con picardía a la vez que decía “necesitarás ropa, no puedes andar solo con esa gabardina por el Cuartel. Llamaré a uno de los otros para que antes de que llegue compre algo de ropa de tu talla” Aru se sonrojó más.
Tan solo unos minutos después, ambos alquimistas se encontraban rodeados de familiares militares: Breda, Fuery, Falman, Bloch, María Ross y Sciezka; poco después llegó Havoc con ropa para Al, sin creer lo que le había dicho Riza por teléfono: “Al tiene su cuerpo”, lo comprobó por sí mismo y se reflejó una sonrisa en su rostro, por fin terminaban los sufrimientos para ese par… se abrió la puerta y entró el Coronel Mustang con su cara de pereza que todas las mañanas mostraba, vio el alboroto e intentó abrirse paso entre los militares, lo que observó fue a un Edward triunfante y a un niño un poco más alto parado a su lado, Ed lo miró y solo dijo “100%”, entonces lo comprendió “vaya Alphonse, eres más alto” dijo lanzando un insulto indirecto para Edward
-¡A quien le dice pulga enana microscópica!-respondió Ed a la indirecta
-No te dije enano, solo dije que Al era más alto
-Pero lo pensaste y lo acabas de decir
-Lo hiciste de nuevo Acero-dijo mientras una sonrisa de orgullo se dibujó en su rostro, el niño prodigio hizo algo que tantos habían intentado, su subordinado… era un halago para él. Caminó hacia su escritorio- Ahora toca tu parte-se sentó -mostrando una falsa actitud autoritaria, no sabía realmente para que querría una información así, no sería capaz de realizar una transmutación humana aunque tuviera el conocimiento… ni siquiera para revivir a Maes, solo lo había hecho para molestar al chico, era un juego que ambos tenía.
-Será mañana… tenemos que arreglar muchas cosas, vamos Al-replicó furioso mientras tomaba la muñeca de su hermano para salir
-Espera hermano... ¡duele!...¡¡¡Eso es genial!!!-fue lo último que se escuchó, el staff de Mustang y el mismo Mustang rieron a carcajadas.
Los pasos del mayor de los Elric eran fuertes y pesados, se veía molesto “¿Cómo pudo decir eso?...todo por su maldita ambición” pensó, su estómago empezó a hacer “ruiditos” y recordó que desde ayer no había comido por el alboroto del círculo y todo eso “Al, veamos qué hay de desayunar en el comedor” Al asintió.
Se dirigieron al lugar mencionado, se sentaron en una mesa tras haber llenado sus “charolas” con comida, Alphonse se veía encantado, por fin después de cuatro años podía oler, sentir, comer, dormir, ¡había soñado tanto con eso!, no sabía que probar primero: la ensalada, la carne, el pan, la sopa o el jugo de naranja recién exprimido, sus ojitos brillaban, sonreía maravillado, tomó el tenedor…era frío, era metal…¡era un tenedor!, tomó con este un poco de carne, lo saboreó y emitió una mueca de desagrado mientras hacía que este pasara por su garganta “Gracias hermano”, “¿Porqué?” dijo extrañado Ed “Porque gracias a ti puedo saber que esta comida es horrible, pero no importa…¡¡¡Porque es genial!!!” Ed no pudo evitar reír, su hermanito se estaba divirtiendo “mañana prometo llevarte a un buen lugar, por el momento tenemos que conformarnos con esto”
-Hablando de eso…prácticamente hoy es nuestro día libre ¿no?
-Si
-Entonces podemos-hizo una pequeña pausa-¿podemos empezar a cumplir mi lista de pendientes que hice mientras no tenía cuerpo para realizarlos cuando lo tuviera?
-¡Claro! que quieres hacer primero
-Esto-y golpeó a Ed
-¡Oye!
-lo siento…pero veía que los demás se divertían haciéndolo y quise hacer lo mismo
-mmm-Edward gruño fingiendo molestia
-También quisiera visitar a la señora Gracia y a Elisya…me hubiera gustado que el señor Huges estuviera aquí ahora-dijo tristemente mientras jugaba con su comida
-Bueno… todo quisiéramos eso… por cierto ¿vas a comerte esto?-señalando la carne
-¡Sí!-Al acercó su plato hacia él
-Pero dijiste que sabía horrible
-Lo sé pero no importa…¡¡¡QUIERO VOLVER A SENTIRME LLENO!!!
-Al… no grites tanto-dijo apenado
-¿Eh?-Al viró la cabeza observando como los demás miraban y murmuraban, sudó gotita - lo siento
Terminaron de comer y salieron del Cuartel, Ed no quería que el primer día de su hermano fuera arruinado por las tontas peleas que sostenía con su superior, pasaron por una paletería, Al mostro unos ojitos suplicantes y sin que este dijera una palabra, el mayor lo entendió… a Al se le congeló la cabeza cuando comía rápidamente su helado, Edward se burló tanto que le dolió el estómago, luego fueron al parque, la brisa era relajante; se sentaron… y a Al le picó una abeja, Ed no paraba de reír; fueron a un hospital, Al miró aterrado la aguja de la jeringa, intentó escapar pero Ed no lo dejó… casi lloró al sentir el piquete “¿vez porque no quería que me inyectaran esa vez en Aquroya, pero tu insististe ”replicó pero no paró de burlarse, definitivamente Al la estaba pasando mal pero… ¡Era genial!, por fin podía sentirse vivo de nuevo.
Finalmente llegaron a esa casa, tocaron y Gracia abrió, miró un poco sorprendida a Al, los invitó a pasar, Ed rápidamente le contó lo sucedido y Gracia sonrió, se acercó a Al y lo beso en la frente, luego lo abrazó; regresó con Ed, le dio un beso en la mejilla y lo abrazó también, con lagrimas en los ojos volvió a sentarse “ya pasó lo peor” dijo con dulzura mientras se secaba con un pañuelo las mejillas mojadas, pensaba en lo feliz que sería su esposo en esos momentos al ver a ambos niños por fin lejos de tantos peligros, seguramente Edward se retiraría del ejercito para volver a su pueblo natal, a estar cerca de su familia y amigos… a volver a la infancia arrebatada a la que nunca debieron renunciar… aunque aún estaba el problema de su automail… pero estaba segura que Ed no sería capaz de realizar una transmutación que pusiera en peligro a él y a su hermano, ya había prendido la lección y no había nada de qué preocuparse…
Fuera de las preguntas un tanto incómodas de Elisya como ¿Qué paso con la armadura? ¿Por qué eres más chiquito que la armadura? ¿Por qué sigues siendo más alto que Ed? todo fue reconfortante, por fin Al pudo probar la deliciosa “tarta” de Gracia que tanto había añorado; se despidieron, eran aproximadamente las 5:30 pm, el maravillado Al no dejaba de sorprenderse de cuanto había olvidado.
Las calles de central se veían un poco alborotadas, las personas corrían de un lado a otro buscando el refugio de sus casas, el lugar estaba repleto de militares, encontraron a Havoc aturdido, Ed lo detuvo para preguntarle que sucedía:
-Estamos protegiendo Central-dijo agitadamente
-¿Por qué?
-Los Rebeldes vienen
Los Rebeldes eran una pequeña organización que desde hace años intentaba derrocar al Gobierno; organización que se vio favorecida tras lo acontecido en Ishbal porque creció en número de adeptos al ver el infierno de la guerra. Ahora llegaban a Central, todo el ejército se mantenía alerta, incluso los altos mandos estaban al pendiente…
El Coronel Roy Mustang héroe de la guerra civil de Ishbal empezó a rondar los callejones oscuros de la ciudad, tenía sus guantes puestos y sus sentidos concentrados… ahí estaba él… Isaac McDougall, su compañero en Ishbal y líder de los rebeldes…había sido más que un compañero de guerra, más que un subordinado… fue sacado de sus pensamientos al ver una luz roja cerca de donde se encontraba, camino sigilosamente hacía esa dirección dispuesto a todo, incluso matarlo si era necesario…
Los Elric se vieron sorprendidos ante un ataque inesperado y corrieron en dirección de la explosión siguiendo de cerca a Havoc, Ed era más rápido y sin darse cuenta dejó atrás a su hermano quien se mantenía cansado y jadeante, aún no se acostumbraba a su cuerpo, para él todo era más sensible, era más débil; se detuvo a descansar cuando perdió de vista a su hermano pero al escuchar unos chasquidos y fue al lugar de donde venían, tosió ante el humo que surgía de aquel lugar…
-Alphonse-dijo sorprendido Roy al descubrir al chico
-Coronel
-¿Qué haces aquí? ¿y Acero?
-Me dejó, no pude seguirle el paso… ¿es verdad lo de Los Rebeldes?
-Me temo que sí, pero no deberías estar aquí, ve a un lugar seguro
Recién acababa de decirlo cuando la luz volvió a aparecer, ambos se dirigieron a ese callejón, Roy miró sorprendido a Isaac McDougall y miles de recuerdos rondaron su cabeza, del otro lado apareció Alphonse con una tiza en la mano dispuesto a utilizarla si era necesario.
-Vaya, el Alquimista de la Llama, ¡Que sorpresa!, ¿Cuánto tiempo ha pasado?... ¡Ya lo recuerdo! Desde Ishbal-la ironía y el desprecio en su voz se podían percibir con facilidad
-Hielo-un poco dolido pronuncio el sobrenombre de él
-El hielo y el fuego siempre serán enemigos pero hay una diferencia ¡El fuego es inútil ante el agua, y el hielo se vuelve agua ante el fuego!
Empezó una pelea Fuego Vs Hielo/agua, Alphonse no hizo nada ante la mirada reprobatoria de Roy, Isaac atacó a Roy lastimándole un brazo, él chasqueo los dedos provocando su peligrosa alquimia de fuego, cuando este se disipó vieron una sombra moverse lejos de ellos, ambos Alquimistas empezaron la persecución, Al iba un poco lento pero al menos se encontraba cerca del Coronel, este último se detuvo de pronto haciendo un gesto para que Al hiciera lo mismo, unos minutos después reanudaron la persecución, un poco más lenta; entraron sigilosamente a un edificio en ruinas, Roy vio rastros de sangre fresca “es mejor que esperes aquí”, “no…quiero ir…ya me canse de ser inútil” Roy sonrió, durante esos dos años vio muchas veces la desesperación del chico ante su imposibilidad de ayudar a su hermano, asintió con la cabeza y le indicó que fuera sigiloso, entraron a lo que parecía ser un pasaje secreto, había muchas puertas y direcciones, Roy siguió los restos de sangre que lo llevaron ante una gran puerta, haciendo el menor ruido posible la abrió, el último rechinido lo hizo saltar adentro, colocándose en posición ofensiva mientras Al hacía lo mismo con su tiza, El ex Alquimista Nacional vio con sorpresa a ambos, luego emitió una mueca burlona, creía que los había perdido, no debió subestimarlos después de todo era Roy Mustang, héroe de guerra, gran estratega y su superior en Ishbal
-Coronel…es un puesto muy elevado Mustang-Roy hizo una mueca de desagrado
-Mi trabajo me ha costado
-Y el trabajo de otros
-Veo que este muy bien instalado-dijo viendo alrededor, al perecer ya llevaba mucho tiempo en Central
-Mi trabajo me ha costado-concluyó colocando en el piso ambas manos, una inmensa luz roja apareció de pronto lastimando la vista de los Alquimistas, se sintieron mareados, cansados, sin fuerza, poco a poco todo se nubló
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