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en verdad somos idiotas por aoi_yume

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Notas del fanfic:

lo escribí mientras me llega la inspiración para continuar el otro fanfic, hehe, me vino la inspiración para este.

Se encontraba todo muy tranquilo en la casa de los chicos Sohma, era una tarde relajante. Afuera el viento soplaba con suavidad, meciendo las ramas de los árboles, refrescando la tarde. Dentro un silencio impecable flotaba en la atmósfera.
Casi todos los habitantes de la casa se encontraban fuera de la casa en sus respectivas actividades. Shigure había ido a visitar a su encantador amigo Aya, mientras Thorou había ido al cine con sus amigas Uo-chan y Hana-chan.

En la sala se encontraba solamente un chico de cabello gris plateado, su piel era blanca, como de porcelana y su rostro lo adornaban dos ojos grandes grises, con tonos violeta.
Toda la armonía que llenaba el lugar se vio interrumpida repentinamente por un chico de cabello naranja con unos ojos increíbles color rojo. Entró abriendo violentamente la puerta principal, con el puño cerrado, dirigido justo al rostro del ojigris. Pero este lo esquivó con un rápido movimiento, haciendo que el pelinaranja estrellara el puño en el sillón.


Había sido un día difícil. Yuki y Kyo habían pasado discutiendo toda la mañana por puras trivialidades, cosa muy común entre ellos.
En deporte, competía por saber cuál de ellos era mejor, más ágil, rápido y fuerte; cada uno destacaba en zonas diferentes, pero nunca vencían por mucho.

En las clases, la situación no era muy diferente, ninguno de los dos se permitía errar en ningún área, con tal de no perder ante el otro.
Se había convertido en un juego para ambos, les enseñaban a los demás quien era el mejor, además de enseñarle también a su némesis. Pero había algo más que el puro gusto de enfadar al otro, y ese algo lo descubrirían esa tarde.

Ese día en particular tuvieron una prueba en deportes, 100 mts planos, que Yuki ganó por solo 2 segundos. Un gesto de disgusto se mostró en el rostro del pelinaranja al observar cómo todos se acercaban a felicitar a Yuki. Kyo simplemente salió de allí y decidió ir a dar un paseo, ya que deportes era la última clase de ese día.


– Esa rata, me las va a pagar, – pensaba muy molesto – ¿Cuándo cambiaron los sentimientos que tenía hacia él? ¿Por qué tuvieron que cambiar de esta manera? Y él, está tan perdido en su mundo, que ni siquiera lo nota. Pero esta vez lo derrotaré, y podré decirle lo que siento, aunque él no me corresponda. Por qué diablos estoy pensando pura niñita enamorada!! Maldición!!!!

– deja que te golpee! Rata estúpida– gritó fuertemente y le lanzó una patada a su oponente.
– Estas demente, gato idiota– respondió el ojivioleta, deteniendo la patada y ahora lanzando una más fuerte y rápida, que golpeó al pelinaranja justo en el estómago y lo mandó a volar hacia el otro lado de la habitación.

Rápidamente Kyo se reintegró, saltando hacia donde Yuki se encontraba, para comenzar su ataque por segunda vez. Pero antes de poder alcanzarlo, el ojigris le propinó un golpe en el rostro y lo tiró al suelo. Colocó su rodilla en el pecho del otro y con una mano sujetó su cuello, todo con el fin de inmovilizarlo.

– ¿Qué te sucede? ¿Por qué siempre tienes que pelear conmigo? ¿A caso me detestas tanto? –el pelinaranja vio en esos ojos un brillo que no terminaba por descifrar. Fue entonces cuando se dio cuenta que ya no lo soportaba más, tenía que decírselo.
– Es… es la única forma para que me prestes atención –contestó bajando la mirada y ocultándola bajo esos cabellos zanahoria.
– Explícate – dijo. Kyo quitó la mano de Yuki que todavía sujetaba su cuello y se sentó. Yuki no opuso resistencia y se quitó de sobre él.
– Yo nunca he significado nada para ti. Tu fuerza y habilidades no son tan superiores a las mías. Sólo por haber nacido con el signo del ratón puedes hacerlo todo bien. Todos los miembros de la familia Sohma te prestan atención. Incluso en el colegio, tu club de admiradoras no te dejan en paz. Pero todo eso no ha podido evitar que enamore de ti. – el rostro que hasta ahora se había mostrado serio, casi enojado, cambió a una expresión de asombro.

– Ahora que ya te lo dije, creo que no puedo seguir aquí, contigo–dijo el pelinaranja mientras se ponía en pie.
– Espera –dijo Yuki poniendo en pie, imitando al otro chico – yo nunca quise tratarte así, tu desde siempre me has gustado –ahora era el de ojos rojos el que mostraba una expresión de asombro. –pero pensé que en verdad me odiabas, estaba seguro de ello, por eso hice de todo para ocultar mis sentimientos y así tu no notaras si me comportaba de una manera diferente contigo.

El pelinaranja tardó unos segundos en reaccionar, la persona que él en verdad quería estaba frente a él, y le decía que sus sentimientos eran correspondidos. Y lo que es peor, confirmaba que los dos chicos habían actuado de la misma manera, fingiendo que se odiaban a muerte, cuando la verdad era que los dos se habían enamorado del otro. Esto es una locura, ¿Cómo es posible que ninguno de los dos se diera cuenta? Los dos eran muy buenos actores, o ambos eran realmente unos idiotas.

– Si que somos unos idiotas –terminó por aceptar el pelinaranja. Se acercó a Yuki acortando la distancia que había entre los dos. Tomó su rostro con una mano, y besó esos labios que había deseado por tanto tiempo. Sintió como el otro respondía, entreabriendo sus labios. Se separó de ellos y sus ojos se fijaron en los grises que tenía frente a él. Ahora sabía por qué su club de admiradoras crecía con tanta rapidez, de verdad todo en él le gustaba.

El ambiente nuevamente había vuelto a la calma, la armonía se sentía nuevamente, y una atmósfera de paz rodeaba a los dos chicos

Ambos se sonrojaron levemente, ya no tendrían que esconder sus sentimientos, por lo menos no entre ellos. Sonrieron y juntaron sus labios nuevamente, esta vez el beso fue más prolongado y más profundo, exploraban todo de aquel lugar desconocido hasta ahora, dichosos de saberse los primeros en poder probar el sabor del otro, felices de saber que su amor era correspondido, y sobre todo agradecidos con la vida por permitirles haberse conocido.
Los brazos de Kyo rodearon la cintura del ojigris, su cuerpo era tan delgado que despertaba en él un sentimiento de protección.
Yuki por su parte se aferraba a los hombros del pelinaranja, que le dabaseguridad y paz. Se perdieron en un beso lleno de amor que ambos disfrutaban, y que prometía que siempre estarían juntos.

FIN

– Oye, Shigure, ¿se puede saber qué estás haciendo? – preguntó desde atrás un muchacho notablemente molesto, con una vena que empezaba a resaltar en su cara, sus ojos grises lo miraban fijamente.
– Oh! Kyo, Yuki, que raro verlos en el estudio. Termino de revisar mi última historia, que será publicada en una revista.
– ¿y piensas publicar eso?
– Claro! Si no, cómo ganaría dinero para mantenerlos a ustedes, chicos?
– Pero, por qué tenemos qué estar en ella?
– Qué? No les gusta? A mí me parece una historia muy romántica
– Voy a matarte!!! – dijo el chico de cabello naranja y ojos rojos, claramente muy enfadado. Corrió tras el escritor, que ahora reía mientras intentaba que el otro no cumpliera su promesa.
En la habitación el chico de ojos grises-violeta, se acercó a la computadora y empezó a leer lo que allí estaba escrito
– Vaya, creo que sí, nos han descubierto.



ahora si, FIN
Notas finales: que les pareció, dejen reviews para saber si les gustó ^_^

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