Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Perlas Negras por Eme

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Lo escribí hace poco, no creo que sea uno de mis mejores trabajos...
Aún así, léanlo. Eso me hace feliz.

Perlas Negras

Con cariño, con dulzura, y con una extraña ternura; así se revestía cada una de sus peticiones caprichosas.
He experimentado con él sensaciones que jamás creí conocer, como sentir unos cosquilleos en la cabeza cada vez que lo veo esperándome sobre la cama.

– Miyao-san… –dijo mientras me miraba y se envolvía con las sábanas –aún no tengo sueño. –sonrió con dulzura y picardía.

– Mañana tienes escuela… además ya es muy tarde, y un muchacho de tu edad tiene que dormir como mínimo ocho horas completas.

Salió de la cama, y aquel cosquilleo que sentía en la cabeza incrementó cuando noté que estaba totalmente desnudo.

– Sería mucho mejor si mañana no voy a la escuela. –decía entre sonrisas mientras se acercaba sin cautela –En cambio, podría quedarme todo el día en la cama con usted. ¿Qué le parece?

– Eso… eso no sería correcto. Faltar a clases sería perder conocimiento esencial para tu desarrollo vital. No puedo permitir algo semejante.

– Miyao-san, usted es tan culto y delicado. –sus ojos me miraban intensamente.

– Escucha Tanobu, tú aún eres muy joven, así que puede ser que estés confundido y…

– No es eso Miyao-san, yo estoy muy seguro de lo que soy… y de lo que quiero.

Sentí los labios de Tanobu al contacto con los míos; intenté alejarme pero ya era demasiado tarde, el adictivo sabor de sus labios había invadido todos mis sentidos.

– Tanobu, tu padre…

– Miyao-san, no hable de él ahora.

– Si él se enterara de esto…

– No tiene porqué enterarse, además, él y mamá andan de viaje; así que podemos disfrutar mientras ellos no están.

– Tanobu, esto… esto no es correcto.

– Pero es… divertido.

Toda la noche, por completo, durante toda la noche. Estuvimos juntos en la cama durante toda la noche, complaciéndonos el uno al otro.
Sus besos siempre fueron para mí la peor adicción, y su piel era el veneno mortal que me hacía pecar. Pero sus ojos, aquellos ojos eran como perlas negras que hipnotizaban y controlaban a su victima a su antojo.
Y con todo eso lo quería, con su actitud caprichosa y dominante, con aquella personalidad engreída y coqueta. Así lo amaba, así me enamoré de él.
No me interesaba nada cuando lo tenía sobre mi cama insinuándose, cuando me sostenía de la corbata mientras me besaba, o cuando gemía y su piel se estremecía cada vez que me sentía dentro de él. No interesaba nada más, él era mío, plenamente mío; y yo solo seré suyo.

– A veces desearía…

– ¿De nuevo con tus deseos extravagantes?

– Que malo es conmigo, Miyao-san

– No intento ser malo, solo que no quiero malcriarte. Se suponía que… que tenía que cuidarte, protegerte, y procurar que no te metas en líos hasta que tu padre regrese… Y mira cómo terminamos.

– Ambos lo provocamos.

– Pero fuiste tú quien empezó con todo esto, Tanobu.

– Miyao-san, no recuerdo que se haya negado lo suficiente.

– Nadie podría negarse a ti.

– Miyao-san, usted es tan culto y delicado… Por eso me divierte tanto.

Ese día Tanobu faltó a la escuela, como él quería, y pasamos el día entero en la habitación. Le encantaba verme nervioso, por eso me provocaba. Y a mí me fascinaba cada vez que intentaba provocarme.
El estar con él era como una pequeña batalla; el perdedor sería el que accediera primero. En mi caso, si aceptaba sus caprichos; y en su caso, si se cansaba de perseguirme. Y claramente era yo quien siempre perdía.

Eran ya las cuatro de la tarde, y en ese momento el teléfono sonó de improviso.

– ¿Aló?... ¡Papá! –dijo sonriendo.

El padre de Tanobu y yo somos socios, además de amigos de confianza. Por eso me encargó que cuidara de su hijo.
En ese entonces no creí que algo como esto me sucedería, que me enamoraría de Tanobu.

– …Está bien, yo se lo diré. –luego de decir eso, colgó el teléfono.

– ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?

– …l… regresará mañana.

– Eso debería alegrarte, ¿no crees?

– ¡¿Pero acaso no lo entiendes?! –su gritó fue acompañado con algunas lágrimas.

– Tanobu, estás llorando. Tranquilízate y háblame claro.

– Si mi padre regresa, me llevará de vuelta a casa. Miyao-san, no quiero regresar a casa.

– Pero…pero ¿porqué?

– No quiero alejarme de usted…

Sus palabras eran dulces. A pesar de estar siempre atacándome; él era muy frágil.
Y yo lo amaba, lo amaba más que a nadie y más que a nada.
No podían alejarme de él, no lo iba a permitir.

– ¿Quieres que hable con tu padre? –le dije mientras acariciaba suavemente sus cabellos.

– No lo sé. Tengo miedo de cómo actúe mi padre cuando se entere que su único hijo es…

– Bien, bien… Busquemos otra solución.

En cierto modo a mí también me aterraba la idea. Pero parecía ser la única salida.

– ¿Qué tal si nos escapamos a Noruega o a Escocia? –dijo con algo de inocencia y total torpeza.

– Olvídalo.

– ¿Qué tal a España?... ¡Ya lo sé, a Perú!

– Tanobu, no estás siendo realista.

– Entonces, mejor me voy con papá. Así podremos vernos a escondidas.

– Pero…

– Aunque será duro, ya que no podremos vernos muy seguido, no como ahora lo hacemos. –su rostro mostraba tristeza, y a la vez dulzura.

Nuevamente sus ojos comenzaron a absorberme, aquellos ojos negros que brillaban como perlas. Las perlas negras que me hipnotizaban por completo.

– Esta bien, nos escaparemos. –accedí.

– Bien, iremos a Perú. Está lo suficientemente lejos de Japón. Papá jamás nos encontrará.

– A Perú…

Esa misma noche tomamos un vuelo a México. Y durante todo el viaje no podía dejar de maldecirme por aquella absurda decisión que habíamos tomado.
Luego de unas horas tomamos un vuelo a Perú. Yo aún seguía maldiciéndome.

– Te amo Jumpei. –susurró mientras caminábamos guiados por un joven.

– No seas insolente. No te he dado permiso para que me llames por mi nombre.

– Aún estás molesto, ¿verdad?

– Escaparnos. ¡Qué gran idea! –dije sarcástico.

– Ya verás como nos vamos a divertir.

– Si, claro. No eres tú el que tiene que trabajar.

– Te amo Jumpei. Te amo más que a nadie y más que a nada.

Después de eso, no me quedó más que decir.
La gente que nos rodeaba creía que el joven Kurobane Tanobu era mi hermano menor. Supongo que es mejor así.

Dejamos atrás a mi socio y decidimos escoger esta nueva vida, como si fuéramos prófugos. Pero si alguien intenta arrestarme, diré que estaba bajo la influencia de dos hermosas perlas negras.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).