CAPITULO 1 – NUNCA DIGAS NUNCA.
Sasuke Uchiha es un joven de 13 años de edad, terriblemente atractivo, un chico apegado a la realidad y de personalidad fría y solitaria. Se mudó a Tokyo hace una semana y vive en su espaciosa casa el solo, sus padres lo mandaron a Japón para que no tuviera que viajar continuamente con sus padres, los cuales eran empresarios de buena reputación. Sasuke nunca había tenido amigos pero hizo cierta amistad con Shino Aburame, ya que tenían una forma de ser parecida.
Justo ahora Sasuke volvía del instituto, después de haber terminado en el club de kendo.
*Sasuke Pov*
Volvía a casa vestido con unos pantalones largos blancos de deporte y una sudadera negra, Kakashi, mi profesor de kendo nos había machacado a entrenar mientras el leía el maldito libro de siempre, “Icha Icha Paradise”, tsk, siempre nos hace la misma.
Justo cuando pasaba al lado de un callejón escuche un extraño ruido proveniente de este y me asomé a ver de que se trataba y simplemente no me podía creer lo que mis ojos veían.
Delante de mi, escondidos tras dos cubos de basura, habían dos niños pequeños, de unos 7-8 años. Uno era rubio, sentado en el suelo abrazando sus rodillas y escondiendo su rostro en ellas, y el otro tenía el pelo castaño oscuro y estaba de pie frente al rubio. El castaño, al verme, se puso delante del rubio, protegiéndole, encarándome y gruñendo.
Que porque me sorprende tanto esta imagen? Bien, os voy a dar tres razones:
1º: Van vestidos con ropas viejas y de verano, con el frío que hace.
2º: El rubio tiene, por lo que he podido ver de refilón, tres rayas negras en las mejillas, y el castaño tiene una extraña marca roja en cada mejilla.
Y 3º y mas importante...: Ambos tienen orejas y colas de animal, el rubio de zorro y el castaño de perro!
Ante la visión dejé caer la bolsa de deporte, mirándolos con clara sorpresa y me acerque curioso, el castaño gruño, y yo le tendí la mano.
Sasu: Soy Sasuke -me presenté- quienes sois vosotros?
El castaño me miro un poco desconfiado aún y luego miro al rubio que seguía sin moverse de donde estaba.
Kiba: yo soy Kiba...y el es Naruto -respondió el de atributos perrunos-.
Sasu: ya veo...y que hacéis aquí solos? -pregunte con cierto interés-.
Kiba: -guardo silencio un momento y luego me contestó- somos huérfanos, no tenemos a nadie.
Ante sus palabras me quede un tanto sorprendido y miré al rubio que no levantaba la cabeza.
Sasu: que le pasa? -pregunte al castaño al ver que el otro es como si no estuviera-.
Kiba: tenemos hambre...llevamos días sin comer...
Al escuchar aquello sentí cierta compasión por ambos niños, 6 años menores que yo y andan por ahí solos. Tras meditarlo un rato me decidí.
Sasu: -recogí mi bolsa de deporte y les mire- venid conmigo -dije sin más-.
Abrí mi mochila y saqué la parte de arriba de mi kimono de kendo, me acerque a los dos niños y los tape con la tela de forma que sus extrañas orejas se quedaran tapadas.
Sasu: poneos esto -ambos asintieron y se cubrieron con la tela las orejas y las colas-.
Miré al rubio por primera vez a la cara, el me miró también y sentí como si me estrujaran el corazón cuando me miro directamente a los ojos con sus grandes y bellos ojos azul pardo, desvié la mirada con el corazón en un puño y comencé a caminar con ambos niños a mi lado.
Al llegar a casa los deje entrar primero y se quitaron la tela de encima y miraron curiosos la casa con las orejas tiesas, aún me costaba creerme lo que acababa de pasar, tengo en casa a dos niños con atributos animales...surrealista, eso es lo que es, surrealista.
Pero no podía dejarlos en la calle a su suerte...deje a un lado mis pensamientos cuando escuche dos sonoros ruidos y mire a los niños, el rubio se sonrojo y se rió con nerviosismo, el castaño agacho la cabeza con una expresión de moribundo.
Kiba: tengo hambre...-protestó-.
Sasu: prepararé algo para cenar, mientras sera mejor que os deis una ducha...
Naru: una ducha?
Sasu: no me digas que no os habéis duchado en la vida -pregunte ciertamente asustado-.
Naru: si que lo hemos hecho pero....nos duchaban nuestras madres...
Sasu: entonces...no sabéis ducharos solos?
Kiba/Naru: no -dijeron al unisono negando con la cabeza-.
En otras palabras...tengo que ducharlos yo, fantástico, pensé, después cogí el teléfono y encargué comida para los tres.
Sasu: bueno, en media hora o algo así estará aquí la comida, vamos -les indiqué para que me siguieran-.
Los dos niños me siguieron escaleras arriba y entramos en el espacioso baño.
Sasu: bueno, ahora quitaos la ropa -les dije, de pronto me fijo en que Kiba me miraba con una ceja alzada, con desconfianza y el rubio, Naruto, me miraba todo tímido y sonrojado, me sonroje súbitamente- O-oi!! no mal-penséis enanos!!! -les grite todo sonrojado-.
Naru: jeje...g-gomen -se disculpo todo sonrojado-.
Sasu: -respire hondo y después- quitaos la ropa y sin hacer chistes vale? ¬¬
Kiba/Naru: hai~ -respondieron al mismo tiempo-.
Se quitaron la ropa y me la dieron, entonces la eché a un lado, me acerque a la bañera y empecé a llenarla, se llenaba muy despacio así que mientras los lavaría.
Sasu: bien, a ver, Kiba tu primero, ven aquí -le indiqué y el niño se acercó-.
Le senté en un taburete delante de mi, después para no acabar empapado me quite la sudadera y la tiré a un lado, luego me quité la camiseta de manga corta negra que llevaba debajo quedándome con el pecho al desnudo, me arremangué el pantalón asta dejarlo por encima de la rodilla, me senté en otro taburete detrás del niño y con la ducha lo moje primero y después lavé su cuerpo con la esponja que acabó negra, el se dejaba mientras sonreía, parece que le gusta, después lavé su cabeza procurando que no le entrara jabón dentro de las orejas caninas y lavé su cola también con champú, le aclaré y me levanté, me acerqué a la bañera y paré el grifo.
Sasu: bueno, venga, a dentro -le ordené y el obedeció sin rechistar-.
Kiba: ahh... -suspire del gusto- que bien se esta~
Sasu: -sonreí divertido y después miré al rubio lindo que estaba sentado en otro taburete, sonrojado donde había estado esperando en silencio- tu turno Naruto
Naru: a-ah... vale...
Me senté en el taburete de detrás y después se sentó el en el mismo que Kiba, me sonroje suave al ver sus orejas agachadas para atrás y su peluda y esponjosa cola, pelirroja acabada en negro, ondulando de un lado a otro, se le notaba nervioso, le mojé con la ducha, a lo que el pequeño respondió encogiéndose un poco para después relajarse y soltar un suave y agudo suspiro, por algún motivo sentí cierto cosquilleo en el estómago, pero le reste importancia y comencé a lavar su cuerpo con otra esponja, ya que la otra ya estaba inservible, froté su espalda, sus hombros, sus brazos, sus piernas y sin saber como mi taburete estaba mas para adelante, cuando me di cuenta me sonroje y me regañe a mi mismo, se puede saber que demonios me pasa con este niño?
Terminé de lavar su cuerpo y pase a su cabeza, lavé sus rubios cabellos con cuidado pero bien, ya que estaban bien sucios, y después su cola. Al cogerla sentí enseguida lo esponjosa que era, la mojé bien y comencé a lavarla con abundante champú, la lavé primero de arriba y después fui bajando y mientras la lavaba, al parecer rocé con mis dedos la parte de abajo de su cola y el soltó un jadeo a lo que cierta parte de mi cuerpo respondió enseguida, no puede ser...me sonroje y terminé de lavarlo rápidamente, le quité el jabón y lo metí en la bañera con el otro.
Sasu: estaos un rato ahí, voy a buscar unas toallas -dije y me fui rápidamente de allí-.
Al salir del baño gruñí frustrado al notar cierta parte de mi cuerpo clamando por atención, vale, lo primero era lo primero, me fui a mi cuarto y me encerré para calmarme un poco, después me puse unos boxers, un pantalón negro de deporte y volví con los niños con un par de toallas grandes.
Sasu: secaos bien y poneos esto -alargándoles a ambos algo de ropa, a Kiba le di una camiseta y un pantalón de deporte, que era del colegio de cuando era pequeño- no me queda mas ropa de cuando era mas pequeño así que tu usaras esto Naruto -alargándole una de mis camisetas, de color azul oscuro-.
Kiba: vale.
Naru: de acuerdo -y me sonrió ampliamente-.
Uff...esto va a ser duro... Como se suele decir...nunca digas nunca...suspire agotado y bajé abajo a abrir al repartidor.
Continuara...
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