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SecreT PacT por Guren no Shoujo

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Notas del capitulo: Hola, holita~

Soy Guren no Shoujo, encantada!!

Mentiría si dijera que es la primera vez que escribo ._. pero como me cambié de fandom (y cambie de fics enteramente hetero por 1000% yaoi) prefiero quedarme como Guren
En esta oportunidad les traigo un fic que tenía pensado desde hace mucho y pues, no lo había subido por pereza (y por otras razones que es mejor no mencionar), antes de poner la historia, agradecer a mi queridísima Madame Red por betearme el capítulo (sin ti no soy nada, amor XD y ya falta menos para la inauguración del foro).

Advertencias:
Los personajes no me pertenecen, son de Kishimoto. Alternative Universe. Contenido para mayores y tal vez lenguaje algo subido de tono.

Bien, a preparar la imaginación, que aquí partimos
S e C r e T P a c T

Prologue


Ser virgen a los diecisiete no era ningún pecado.
Eso lo tenía más que claro Naruto Uzumaki, un chico que cruzaba por esa turbulenta edad, de rubios cabellos y brillantes ojos azules, algo bajito en comparación con los otros chicos, pero que lograba destacarse del resto por su inusual carisma y rostro agraciado.
Naruto bufó molesto mientras se internaba en aquella tienda repleta de libros de aspecto misterioso y sombrío. Estaba más enojado que de costumbre solo porque sus amigos del colegio se habían burlado de él porque aún no tenía novia y era tan casto y puro como un ángel; no era que le importara mucho, pero sus compañeros no paraban de hacer chistes sobre él y reírse en su cara cada vez que lo veían, estaba seguro que luego de unos días se olvidarían del asunto, el problema es que ya iban más de dos meses y seguían riéndose a costillas de él.
Se detuvo ante uno de los estantes y miró los títulos en los lomos de los textos buscando algo que le pudiera ser de utilidad. A medida que avanzaba los iba leyendo
-hechizos, maldiciones
La gran pregunta que muchos podrían hacerse era: ¿Por qué Naruto se encontraba en una librería de ocultismo?
Fácil. Quería darles una pequeña lección a sus amigos, hacerlos pagar de una forma en que nunca supieran que él estaba detrás de todo y que mejor que una maldición o enviar a un fantasma a atormentarlos por las noches. En un principio no era muy creyente de esas cosas, pero gracias a todos los testimonios e historias que había escuchado y leído, ya creía completamente en ello.
Al final dio con un voluminoso libro de cubierta de cuero negro con pequeñas letras doradas indicando “daemonĭum invocatĭōnis”, similar a casi todos los libros del lugar, pero había algo en él que lo cautivó. Con sumo cuidado lo sacó de la estantería y comenzó a revisarlo.
En sus cientos de hojas amarillentas, algunas manchadas con tinta negra, describía en varios idiomas como invocar demonios, atraer espíritus, realizar hechizos y maldiciones… era perfecto.
-me lo llevo –dijo posándolo en el mesón de la dependienta de la tienda. La mujer miró el libro sin mayor atención y buscó su nombre para decirle el precio.
-esta antigüedad viene de regalo con otro libro –explicó con voz monótona –pero si quieres llévatelo gratis, solo ocupa espacio en los estantes
-¿en serio? –miró a la mujer con incredulidad, pero en la amargada faz de la dependienta no había rastro de broma.
-si, si te lo llevas de una vez y por fin me dejarán en paz esos malnacidos
-d.de acuerdo –Naruto cogió el libro y lo metió de inmediato en la mochila que cargaba en sus espaldas –gracias
-de nada, vuelve cuando quieras
¡Genial! Ya tenía el libro en sus manos. Se sentía ansioso y lo que más se le antojaba en ese momento era llegar a su casa, ahora vacía porque sus padres se encontraban en sus respectivos trabajos, y llevar a cabo uno de los rituales que allí aparecían.
¿Quién dijo que la venganza no era dulce? Ya pagarían Kiba y todo su grupo. Una sonrisa malvada se estampó en su rostro aniñado, dándole un aspecto seductor más que aterrador; esto era comprobado por casi todas las personas que se volteaban a verlo en la calle mientras se dirigía a su casa. Sin darse cuenta apretó el paso y estuvo más cerca de su hogar antes de tiempo.
El tener que meter la llave en la cerradura era la mejor comprobación que podía hacer de que nadie estaba en casa, así que podría perpetrar sus planes sin que alguna persona le interrumpiera. Para asegurarse de esto puso todos los cerrojos en la puerta nuevamente y subió corriendo las escaleras hasta su cuarto.
-estoy tan nervioso –dijo soltando una risita estúpida.
Se quitó la chaqueta del uniforme y desabotonó los dos primeros botones de la camisa, para después ir a cerrar las cortinas de la ventana y que todo quedara a oscuras. Encendió la lucecita de lectura y tomó el libro
-veamos, veamos…
Naruto buscó algún conjuro para la invocación de demonios.
“Honōris de vindicātōris”
-si mi latín no es tan malo como creo que es, eso de “vindicātōris” vendría de vindicar y eso es –se paró a buscar un diccionario, lo hojeó rápidamente –vindicar es vengar… así que este estaría bien. Veamos, esto de aquí esta en inglés, que necesito… velas, tiza blanca, monedas –se detuvo al percatarse que le faltaba un pedazo de hoja.
Giró la página y al parecer continuaba en la de en frente.
-¿frutas?, que raro, incienso… ¿velas otra vez? mmm, pero rojas, azúcar o miel, agua… esto parece receta de cocina. Una rosa, ¿Una sábana? vale, a buscar los ingredientes.
Salió disparado hacia la alcoba de sus padres, allí su mamá tenía sus cachivaches hippie, le sacó un paquete de velas rojas y unas varillitas de incienso. En su refrigerador encontró unos racimos de uvas, fresas y una manzana, además de un pote con miel, llenó un vaso con agua y lo subió a su cuarto. Dentro de sus bolsillos estaban algunas monedas, quitó la sábana de su cama y faltaba la tiza, bajó corriendo hasta el cuartucho en que su padre guardaba las herramientas y allí halló un trozo de lo que buscaba, aprovechó de arrancar una rosa del jardín.
-genial, ya está todo –recorrió los ingredientes con la vista, enumerándolos –si, está todo. Ahora debo….
Consultó el libro para saber lo que debía hacer:
-stretch… hum… tender la sábana en… plain surface –extendió la sabana con cuidado sobre su piso no dejando ninguna arruga en ella –dibujar con la tiza el “simbŏlum”
Naruto miró en la hoja del frente y allí se encontró con un símbolo bastante raro, era como tres estrellas fusionadas y unos dibujos en cada espacio sin línea, justo en el centro habían una especie de letras. Se encogió de hombros y lo dibujó en la tela, no sin algo de esfuerzo.
-ahora, put red candles… velas en los cuatro puntos, pero antes untarlas con miel, ya listo –hizo lo que el libro decía y luego las puso en los lugares correspondientes –que más, miel en el centro de la estrella con las frutas dulces aplastadas por las manos
Curioso aplastó las uvas y las fresas, estás de inmediato despidieron su inconfundible aroma dulzón. Con cuidado puso el puré en medio del círculo sin tapar el nombre que había hecho con tiza anteriormente; tiró la manzana lejos porque no pensaba intentar aplastarla con sus manos.
-los inciensos van en el vaso con agua. Que extraño, así no van a prender. Con la rosa encender las velas y el incienso…. pero ¿Qué hago con las monedas? –le pareció raro que no se mencionaran en ninguna parte –en fin
Con un encendedor prendió fuego a los pétalos de la flor y de ese modo encendió las velas e, inesperadamente, el incienso mojado, que liberó un aroma diferente al que decía en la caja.
-escriba su nombre con la miel en el lado izquierdo de la estrella y con la misma miel haga una marca en la frente
Hizo todo tal cual decían las escrituras y se encogió de hombros al no encontrarle mayor explicación a lo que estaba haciendo.
-las palabras aquí escritas deben ser pronunciadas con la mente, con todo el anhelo de su petición, repita por lo menos tres veces. El portal que usted abra se cerrara solo cuando diga con su propia boca que ya está satisfecho. De acuerdo
Naruto, se paró derecho y empezó a leer mentalmente el hechizo que salía en el libro. Era bastante largo y enredado, incluso para no estarlo pronunciando.
Sintió una ligera brisa que meció las llamas de las velas una vez acabado de recitar la primera vez. Al empezar la segunda vio que la tiza cambiaba a un color rojizo que se tornaba más brillante a medida avanzaba en el hechizo.
Su corazón rebotaba fuerte contra su pecho cuando comenzó la tercera repetición. En la parte del centro, donde había puesto la fruta, emanó un humo denso, un perfume intenso que fue llenando la habitación y la sábana se iba rasgando poco a poco para dar paso a una abertura de lo más extraña. Naruto tragó saliva y se guardó todo el miedo que sentía para poner término su lectura mental.
En el momento justo en que cerró el libro un rayo de luz se proyectó a través de las aberturas de la sábana
-es verdad –murmuró asustado y casi se desmaya al ver emerger una mano desde el centro mismo de la luz. Poco a poco se fue mostrando la silueta de una persona, hasta que abruptamente toda la luminosidad y el humo se extinguieron.
La boca del muchacho estaba abierta de par en par, frente a él había un demonio...
-buenas tardes –saludó perfectamente en su mismo idioma, con una voz exquisita.
Naruto apenas reaccionaba antes ese… pedazo de hombre que estaba frente a él.
Era alto (cerca de un metro noventa, estaba seguro), tenía la piel blanquísima y sublime, tenía unos brazos fuertes, torso trabajado, su ombligo se alcanzaba a asomar por encima de una especie de pantalón holgado que dejaba con ganas de seguir mirando que había de allí para abajo. Y su cara, eso si que era la perfección, rostro ni suave ni anguloso, nariz fina sobre una boca que solo se podría describir como deliciosa; sus ojos eran negros, profundos e intensos, con la típica forma oriental que solo le agregaba más sensualidad a sus rasgos. Su cabello era un aparte: una sedosa mata de pelo azabache con un corte irregular le enmarcaba el rostro. Lo más raro que resaltaba en él, eran los enroscados cuernos de carnero que sobresalían a la altura de sus orejas puntiagudas, eran de un color cremoso y debían de medir los mismo que un puño; y en una segunda mirada se podía apreciar una cola que nacía desde algún lugar de su espalda.
-¿te has quedado mudo?
Se acercó unos pasos y la respiración de Naruto se descontroló, intentó retroceder pero tenía los pies clavados al suelo. Vio como el demonio al estar frente a él parecía oler algo
-virgen –susurró y una sonrisa de lo más sexy se le marcó en sus labios.
El menor enrojeció por la cercanía, pero le hizo competencia a un tomate cuando el demonio se inclinó un poco para lamer la miel de su frente. Naruto tembló entero ante ese acto.
-definitiva y completamente virgen –sentenció el azabache alzándole el rostro al menor –eres Naruto Uzumaki, ¿cierto? –asintió como pudo para confirmarle –comprendo, si quieres llamarme de algún modo, llámame Sasuke
-Sasuke –pronunció con dificultad. Su respiración descontrolada apenas le permitía vocalizar con propiedad.
-muy bien –Sasuke miró a su alrededor y su sonrisa se acentuó –debo reconocer que me sorprendiste, haber realizado una invocación de tal nivel, un chico como tu…
-quiero pedirte algo –murmuró apenado. La cercanía del demonio le ponía inquieto, su cuerpo le temblaba entero y su sangre corría a mayor velocidad.
-por algo me invocaste –uno de los dedos del demonio se paseó por el labio inferior de Naruto y trazó un lento recorrido hasta su cuello –pero debo agradecerte, el que tu me hayas llamado, alguien con tus cualidades no se ve muy a menudo
-¿a.a qué te refieres?
-que los vírgenes generalmente no nos convocan, sino que lo hacen personas aburridas del sexo convencional y por sobre todo mujeres
-espera, espera… -Naruto sacudió su cabeza espantando por todo el torrente de ideas sin sentido que manaron desde su cerebro al oír la palabra sexo -¿Por qué mujeres? ¿y que tiene que ver que sea virgen?
-ah, soy un incubo –el menor palideció al escuchar esas palabras, pero a Sasuke pareció no importarle y siguió jugando a desabotonarle la camisa.- y dicen que los incubos son para las chicas y los súcubos para los chicos. Pero no es tan así, placer es placer y no importa con quien. No soy quisquilloso y menos con un inocente muchachito que no conoce el pecado de la carne
-pero… pero yo invoqué a un demonio que me ayudara en la venganza
-¿venganza? –se detuvo al abrir completamente la camisa de Naruto, que parecía no haberse dado cuenta de ese hecho. Pareció meditar durante un corto instante –bien, supongo que puedo ayudarte con tu venganza, siempre y cuando me entregues tu cuerpo a cambio cada vez que yo quiera. Que dice ¿hay trato?


Tsuzuku!!
Notas finales: hello!
queda gente por aquí?
me gustaría saber si esto les agrada, me dejan comentarios?
*cara de cachorrito apaleado*
ni aun así?
muchas gracias por darle una oportunidad a esto.
espero que nos veamos pronto.

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