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¿Ser quien juega? O ¿ser con quien se juega? por clarauchan

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Notas del capitulo: No es el primero que escribo, pero si el primero que publico, acepto cualquier tipo de crítica
Se adentraron en el apartamento con mucha torpeza, si es verdad que no era la primera vez que le daban rienda suelta a sus sentimientos y su pasión, pero era igual de excitante, apenas lograron abrir la puerta, empezaron a desvestirse mutuamente, parecían animales en celo, reclamando lo que era suyo, besos pasionales, mordidas, lametones y uno que otro chupón se apreciaba en ambos cuerpos, llevaban ya casi una semana sin poder realizar ese “rito” que era de vital necesidad para ambos. El primero, el más alto y dueño del aposento en el cual se encontraban, el otro su acompañante por llamarlo de cierta manera, era quien se dejaba guiar y hacer a caprichos del otro, no exigía ni pedía, solo gemía; de hecho gemidos era todo lo que se apreciaba en el camino desde la puerta hasta el cuarto, ya ambos desnudos y listos para acabar con lo que habían comenzado hace ya un rato.
El mayor se posicionó sobre el otro cuerpo con bastante maestría, lo acomodo en la cama para comenzar a realizar un camino de besos y una que otra mordida desde el lóbulo de su oreja, hasta aquella zona que era su favorita, la ingle, donde, por el cuerpo bien mantenido, pero nada escultural se podía apreciar una “V”, donde mas abajo le permitiría a su acompañante tocar el mismo cielo, hizo, en su recorrido dos paradas, la primera en los pezones, que ya de ante mano por la excitación se encontraban erectos y duros, mientras mordía uno y le sacaba unos gemidos a su amante, pellizcaba el otro, para luego cambiar de pezones y continuar su camino, en ese vientre demás de plano, se detuvo en el ombligo, otra zona erógena de su acompañante, le daba uno lametones, produciéndole unos espasmos de placer.
Dejo de realizar esa actividad para luego, darle un poco de atención a su miembro (por si no me explico el del pasivo u__u), que ya estaba bastante henchido y adolorido, reclamando con urgencia atención, primero lo lamió, cual una chupeta se tratase, en conjunto lo sobaba con sus manos ya bastantes expertas, hasta que decidió engullirlo por completo, para proporcionarle todo el placer que se encontrase en su poder, subía y bajaba según las necesidades exigidas de su amante, hasta que este no pudo más y termino de correrse en su boca, el tragó todo ese líquido y terminó “sellando” esa entrega besando los labios ajenos para darle también de probar su esencia. Continúo con su labor, introdujo tres dedos en la boca del otro cuerpo, para que este los lubricara lo suficiente y así poder prepararlo, primero introdujo uno en su entrada, lo cual le ocasiono un respingo a su amante, lo besaba para calmarlo y así poder introducir el segundo y por ultimo el tercero.
Cuando ya se encontraba listo, sacó los tres dedos, agarro la cadera de su compañero, y comenzó a introducir, poco a poco su miembro, sabia que al comienzo como todas las veces le iba a incomodar un poco, no a él, pero si al cuerpo bajo suyo, espero unos momentos hasta que el movimiento de cadera que comenzó a realizar el cuerpo debajo le indico que estaba listo para que continuase.
Las penetraciones fueron, en un principio suaves y lentas, disfrutando del momento para luego convertirse en salvajes y rápidas, ya veían el fin acercarse, el placer nublaba todos sus sentidos, el mayor con su mano decidió que era el momento de masturbar al otro cuerpo para no dejarlo caliente, porque en definitiva el no iba a durar mas; y así lo hizo, unas estocadas mas en conjunto del masaje en su miembro y el menor se corrió en los pechos de ambos y gracias a esto, y las leves contracciones que realizaba su entrada, apretando el miembro que en este se encontraba, ocasionó el fin para el mayor también.
Estaban exhaustos, se dejaron caer pesadamente en la cama para poder descansar, ya que sabían que luego de esto tendrían que hablar.


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El mayor se despertó y se acomodó con mucho cuidado sobre el espaldar de la cama para no levantar al cuerpo que se encontraba al lado suyo descansando, de su mesita agarró la caja de cigarrillos y el encendedor que siempre allí se hallaba, lo encendió y así se perdió en sus propias cavilaciones, trayendo varios recuerdos consigo, de cómo fue que empezó todo…


-_-_-_-Flash Back-_-_-_-

Era viernes, al fin esa fatídica semana llegaba a su fin, como heredero de la familia Uchiha que era, no había podido darse descanso durante las horas de comer, y salía mucho mas tarde que el resto de los empleados de la compañía, no se encontraba de humor que se diga, tenía una reunión hace ya media hora para firmar un convenio con una empresa extranjera pero aparentemente, el presidente de esa empresa no tenía el menor significado de lo que era la puntualidad, pero como buen Uchiha, aparentaba tu rabia bajo una careta de sonrisa y felicidad, mientras seguía esperando se dirigió al lavabo para desperezarse, hecho esto se miró en el espejo, era alto, media metro setenta y ocho, todavía era joven apenas iba a cumplir los veintitrés años, era bastante guapo, traía loco a medio edificio por no decir a todo, era rico y estaba casado con uno de los donceles mas guapos de todo el país, sí, la vida de Uchiha Itachi era una vida sin duda alguna envidiable a la vista de todos, pero él, de igual manera no se encontraba satisfecho, algo le faltaba a su vida un poco de emoción, salió del baño y nuevamente se dirigió a la sala de junta a esperar, para cuando entró ya había llegado el presidente Danzou, dueño de la empresa extranjera; este se disculpo por su larga demora, explicando que su hijo, había llegado ese mismo día porque acababa de terminar el instituto y se pensaba matricular en una universidad de la ciudad de Konoha, y debido al retraso del avión se habían tardado, Itachi hizo como si le importase, mas eso era mentira odiaba la excusas, la incompetencia y la impuntualidad pero no iba a armar mucho ajetreo por esto, firmaron el tratado y se dispusieron a salir de la habitación en la que se encontraba.
Mas él jamás pensó que ese día iba a cambiar su vida de la manera tan radical como lo hizo.

-_-_-_-End Flash Back-_-_-_-


Se terminó su cigarro y se dispuso a observar al cuerpo al lado suyo, el cual se había acurrucucado en su pecho por el frío que se colaba por la ventaba abierta, sonrió de medio lado y comenzó a acariciar esos lisos y finos cabellos negros, sin duda le gustaría mas que estos fuesen largos como los de su esposo y los suyos, pero no lo obligaría a cambiar, si a el le gustaban cortos pues así lo aceptaría y no pensaba hacer comentarios al respecto, mientras seguía acariciando sus cabellos y apreciando su belleza, se puso a pensar en como fue que se conocieron…


-_-_-_-Flash Back-_-_-_-

Salió de la sala de juntas, con el fin de dirigirse a su oficina, mientras cavilaba en lo que iba a ser cuando terminase, la mejor forma de drenar todo lo ocurrido en esa semana, no se percató y chocó con un chico, bastante guapo de hecho y por su tamaño y complexión supo perfectamente que se trataba de un doncel, era un tanto bajo metro setenta, metro setenta y dos como máximo, de figura esbelta y por decirlo de cierta manera enclenque, llevaba el uniforme de la cafetería, lo cual le extrañó bastante ya que tenían prohibido subir a ese piso, supuso que su hermano habría mandado a subir un café o un sándwich por lo cual no preguntó mucho, solo le tendió la mano para ayudar a levantarlo ya que por las diferencias corporales, el joven cayó al piso pero él pudo mantener perfectamente el equilibrio.
Lo meditó un poco y sí, quizás lo que le faltaba para drenar todo era un buen polvo, algo con quien hacerlo sin que este buscase más allá de eso y por lo que veía ese doncel era perfecto para cumplir esa misión, así que con toda su galantería se le presentó.

-Me disculpo por mi torpeza, no fue mi intención- y le dedicó una sonrisa de esas Made in Uchiha.

-No hay problema- este le dedicó una sonrisa un tanto hipócrita pero no pensaba pelear.

-Me llamo Itachi Uchiha, es un placer.

-Yo Sai, igualmente- no le había dicho su apellido así que por el estaba bien, le daba mas informalidad y convertía esa “relación” en justo lo que el quería y necesitaba.

Le preguntó si trabajaba en la cafetería, y este antes de responder pareció meditarlo un poco, pero luego dio una pequeña afirmación con la cabeza, así que sin pensarlo dos veces le pregunto a que hora salía para que fuesen a tomar algo por ahí, aunque claramente su intención era otra, así que Sai con una sonrisa un tanto falsa cuadro la cita para las ocho en frente del fulano cafetín.

-_-_-_-End Flash Back-_-_-_-


Jamás imaginaria que su aventura de una noche se convertiría en una relación paralela, porque sí, eso era lo que era, un cuerno es salir por ahí una noche, tomar, acostarse y mas nunca; pero después de hacerlo tres veces estaba consciente de que se convertiría en algo difícil de cortar.
Siguió observando el rostro de Sai, afirmaba que se veía mucho más hermoso dormido que despierto ya que no le regalaba esas sonrisas falsas que llegaban a incomodarlo y molestarlo.
El cuerpo de Sai comenzó a moverse, lo que significaba que estaba levantándose, el corazón de Itachi dio un vuelco, sintió una fuerte presión en su pecho y un nudo desesperante en la garganta, el recuerdo de hace unas horas, lo hizo sentir muy mal; desde el principio supo que había gato encerrado en la relación que llevaba con Sai, ya eran seis meses por lo cual el no tenía los veintidós de cuando se conocieron, pero Sai seguía teniendo sus diecinueve, los cuales le sentaban muy bien; pero ese no era el punto, se sentía ansioso, y mientras se seguía revolviendo en las sabanas y se desperezaba recordó la conversación de hace solo unos momentos.


-_-_-_-Flash Back-_-_-_-

Están a finales de Agosto, por lo cual el calor del verano ya estaba menguando y el frío de otoño se dejaba apreciar poco después de que el sol se ocultase, habían acordado verse en un café cerca del apartamento al cual se dirigían cada vez tenían sus noches pasionales, llegaba un poco tarde, lo cual era inaceptable para el mismo, ya que siempre fue creyente que has de dar el ejemplo si quieres exigir algo, pero a diferencia de Sai que solo tenía que asistir a la Universidad y seguir un horario establecido, él, como presidente y uno de los dueños de la empresa más grande de todo el país del fuego estaba regido al horario que el resto de las personas le impusieran, solo eran quince minutos, pero si Sai no fuese una persona tranquila y la hora fuese lo que menos le importase, bien tendría derecho de reclamarle.
Entró, y con paso decidido, se dirigió a la mesa de siempre, Sai ya había llegado, se notaba distraído, perdido en su taza de seguramente chocolate o té, ya que no le gustaba el café, apacible, esperando una respuesta en su taza ¿pero de qué? No lo sabía; sus ojos siempre brillantes se encontraban opacos y puede que tristes.
Llegó a la mesa, y sin esperar invitación se sentó, no se dijeron nada durante unos minutos, hasta que fue él, Itachi, quien rompió el silencio, preguntándole el porque de esa cara, pero Sai no dijo nada. Luego de uno minutos habló por fin.

-Tenemos que hablar-fue lo que dijo con un tono en extremo apagado.

-¿Estás embarazado? Siempre te has tomado las pastillas ¿no?

-No estoy embarazado, y sí, siempre me he tomado las pastillas.

Itachi sintió un peso menos, ya que si ese hubiera sido el caso estarían en problemas, ambos sabían que tipo de relación llevaban y no pensaba cambiarla por ese hecho.

-¿Es algo que va a acabar con todo?- preguntó con algo de pena. Sai solo asintió con la cabeza, Itachi así no lo quería, por lo que volvió a hablar –Tienes que decírmelo- Nuevamente otro asentimiento- Antes de acabar con todo ¿podemos ir nuevamente al apartamento?- Un último asentimiento por parte de Sai, por lo cual lo agarro de su brazo, colocó en la mesa el dinero para pagar lo que estuviese tomando Sai y salieron del café al lugar del siempre.

-_-_-_-End Flash Back-_-_-_-


Y así fue como llegaron a la situación de un principio, Sai ya se había terminado de despertar, así que agarró la bata que siempre se encontraba en la puerta del baño y se dispuso a salir de la habitación.

-¿A dónde vas?- pregunto Itachi con algo de pesadumbre en la voz.

-A la cocina, a tomarme la pastilla- dijo con una sonrisa falsa, quería aparentar estar feliz pero cualquiera que lo conociese tan bien como el lo conocía hubiese sabido que estaba fingiendo, pero no quería formar una disputa por ello.

Encendió otro cigarrillo y con una extrema calma se dispuso a fumarlo, mientras le atacaban nuevamente los recuerdos.

-_-_-_-Flash Back-_-_-_-

Llegó justo a la hora acordada, no espero nada, habían llegado al mismo tiempo, Sai ya no llevaba el uniforme del cafetín, llevaba puesto unos pantalones largos negros, una camisa mangas tres cuartos también negras y una chaqueta, tenía un estilo semi-formal lo cual lo sorprendió un poco, ¿realmente estaba saliendo del trabajo?, no le parecía pero le resto importancia, el si llevaba la misma ropa de la mañana con la excepción de que se quito la corbata y el saco, desamarrándose los primeros botones de la camisa, permitiendo ver parte de su pecho, le hizo un halago a Sai de lo bien que se veía y lo llevó a comer, a tomar unos tragos y al apartamento esa fue la primera vez de tantas más que esas paredes lo verían, esa primera vez no llegaron al cuarto, lo hicieron en el piso de la sala cual perros se tratase, pero era lo de menos, con las emociones a flor de piel, mas el alcohol y el deseo, cualquier lugar hubiese estado bien.
Luego de aquella vez no lo vio sino hasta cinco días después, pensó que en algún momento Sai lo buscaría pero eso no ocurrió y si no es por él todo hubiese quedado en una aventurilla como era su plan original, pero quien le iba a decir que él, Itachi Uchiha se volvería adicto a los besos de una persona cualquiera, ni siquiera con Deidara (que era el nombre de su esposo) le había ocurrido esto, y así transcurrieron sus encuentros, Sai jamás exigió nada, de hecho parecía que la relación era de Itachi porque era él quien decidía cuando se verían y en donde, sí, siempre era él quien controlaba a todo el mundo y así era como le gustaba.

-_-_-_-End Flash Back-_-_-_-


Sai entró en la habitación, y se sentó en el pequeño sillón que se encontraba en medio de la habitación, dirigió una honda mirada a Itachi, en la cual quería transmitirle todo y al mismo tiempo no decirle nada, si hubiese sido por él, sencillamente toma sus cosas y se larga, sin explicaciones como era él, viviendo a su manera, siempre impulsivo y libre de hacer todo lo que siempre quería, pero no le parecía justo con Itachi, lo mejor era dejar todo en claro, ¿acaso no era un juego para Itachi? como todo juego, debía de finalizar en un punto, y ese era ahora, así que respiro profundamente para realizar la pregunta adecuada, a buen entendedor pocas palabras ¿no?.

-¿Vas a ir?- fue lo que dijo para romper el silencio, la cara de Itachi se desencajó totalmente, ¿de qué diablos hablaba?

-No te entiendo, ¿podrías ser un poco más específico?

-A la boda de la semana que vienes, mi boda.-dijo como si fuese la cosa mas natural de todo, Itachi seguía sin entender, de que le hablaba, ¿cómo que se casaba?, ¿con quién se casaba?, ¿por qué le preguntaba eso?

-Por favor explícate mejor, a la única boda a la que me han invitado para la semana que viene es la de la familia Sabaku no, ¿qué tiene que ver eso contigo? -sus ojos se mostraban tristes, se notaba que las palabras le costaban, ¿qué demonios ocurría?

-Realmente vives en tu propio mundo ¿no?, realmente no sabes quien soy yo ¿verdad?- rió un poco, una risa amarga de hecho- Yo soy hijo de Danzou, el señor con quien firmaste la alianza hace seis meses, el día que yo llegué de hecho; pensé que estabas fingiendo, cuando no me conocías por lo cual decidí seguir tu juego. Y estoy comprometido desde mucho antes de venir a la ciudad de Konoha con el heredero menor de la familia Sabaku no, Gaara es su nombre, de hecho.

Itachi no dijo nada se encontraba en un shock total, como era posible tenía que estarle mintiendo, el lo conoció ese día en el último piso vestido con el uniforme del cafetín, el estaba llevándole un sándwich a su hermano ¿verdad?

-¿Cómo sería eso posible? Aquel día llevabas el uniforme del cafetín.

-Eso responde que no lo prestas atención a los que te rodean, estaba vestido así porque cuando llegamos, me dispuse a esperar a mi padre afuera en la sala de juntas y una señorita cometió un error y me echó té encima por lo cual me prestó un momento ese uniforme mientras llevaban a lavar mi ropa, con la cual me viste esa noche, de hecho me faltaba la corbata pero iba a parecer demasiado formal por lo cual no me la puse.

- ¿Por qué lo hiciste?- dijo con algo de desesperación en su voz y sus ojos cristalinos, le habían destrozado- ¿Por qué me mentiste?

-Jamás te mentí, si tan solo no creyeses que el mundo gira alrededor tuyo podrías haberte dado cuenta, yo supe en el mismo momento quien eras tú ¡por dios!, además te ligaste conmigo porque esperabas un polvo de una noche o ¿no?, estás casado, ¡quien buscó esta relación fuiste tú! Yo, me desaparecí, quien busco a alguien no fui yo, ¡tú estabas jugando! Yo solo decidí seguirte el juego, esto no es culpa mía- estaba molesto, ya no hablaba solo gritaba con reproche cargado en su voz- ¡Esto que nació entre los dos fue por ti! Me llamabas cuando querías verme de acuerdo a tus necesidades y horarios, jamás te exigí nada sencillamente me entregué y ya, pensando que tu estabas al tanto de todo, pero veo que no, ¡crees que porque eres el Dios Uchiha, el resto del mundo siempre te buscará! Así que ahora no me culpes de tu error.

Itachi estaba dolido, todo lo que le había dicho era verdad, el solo lo buscó porque era alguien poco importante, pensando que ese doncel se sentiría en el cielo por poder compartir una noche con alguien como él.

-Itachi, no quiero que terminemos mal- volvió a hablar Sai, ya no se oía molesto, tampoco gritaba era un susurro suplicante- pero esto tenemos que acabarlo, ya le hemos hecho mucho daño a personas importantes en nuestras vidas, estas casado con una persona muy especial como lo es Deidara-san y yo pronto seré la pareja de Gaara-kun, aparte del daño que nos hemos causado mutuamente, para mala suerte mía me enamoré de ti, desde aquella vez que te vi, aunque te admiraba desde mucho antes, y si seguimos con esta farsa lo único que vamos a hacer es destruirnos mutuamente.

-Pero- dijo Itachi con mucho dolor- yo también estoy enamorado de ti, solo me casé con Deidara porque era lo que todo el mundo el quería – Sai hizo una pequeña negación con la cabeza- ¿Por qué?

-Porque así es la vida, nosotros tuvimos la fortuna de tener lo que siempre hemos querido, pero no somos dioses, no podemos tenerlo todo en la vida.

-Que quieres decir con ello, que es mejor que suframos con dos personas a las que no amamos porque no podemos tener todo en la vida, ¿acaso eso es justo?

Sai no dijo nada, comenzó a vestirse y antes de salir definitivamente y para siempre del apartamento de Itachi, el cual fue testigo de todo el amor que se profesaron aunque no se dijeron hasta ese día, le dio un beso en los labios, dulce, delicado y profundo en señal de despedida, no dijo adiós, no quería que fuese mas doloroso para ambos, sabían que se seguirían viendo, vivían en la misma ciudad, pertenecían al mismo circulo social, pero más nunca serían amantes, no volverían a compartir sus besos a los que eran adictos, no iban a poder velarse el sueño, pero Sai decía la verdad, era lo mejor para todos, el se casaría y tendría una familia, mientras que Itachi volvería a su vida con Deidara y trataría de arreglar las cosas; aunque no durmieran juntos y estuviesen lejos cada uno sabía quien era dueño de su corazón y con eso les bastaba quizás en la próxima vida actuasen diferentes y pudiesen estar juntos pero en esta eso era lo mejor.
Notas finales: Gracias por leer

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