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Jaguar Negro por Flor oriental

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Notas del fanfic:

Se preguntaran, ¿qué hace esta tipa por aca, si todavía no termina los otros?

pues, me ganó la tentación n.n, y no voy a dejar botado ninguno, ya encontre el día de actualizar, los juves, porque tenog libre, así que me verán pos acá.

los personajes son de Masashi Kishimoto

la idea de me ocurrio mientras leía "Lugares Estrechos" de Arianna Hart. en algunas partes tienen puntos en común, al menos hasta el segundo cap; de ahi en adelante, el cerebro es enteramente mío.

 

 

 

Capítulo 01.- Ascensor

Pocas veces había tenido problemas con la lluvia, incluso le era gratificante el poder ver cómo caía limpiando un poco el pesado aire del área urbana, donde tanto transporte solo volvía el aire irrespirable unas cuantas veces por mes; pero una cosa era deleitarse con el olor de la tierra mojada después de un día lluvioso, o incluso, sentarse al lado de la ventana para escuchar como el sonido de las gotas cayendo creaba una melodía capaz de relajar los sentido; y ese era el problema, amaba la lluvia siempre y cuento se encontrara siendo solo un observador de su fuerza casi magnética, refugiado de ella; y no corriendo por las calles intentando en vano cubrirse un poco con su maletín de trabajo para intentar paliar las frías gotas que caían sobre él.

Había perdido el autobús por culpa de su jefe y su impuntualidad; más de una vez se había preguntado a sí mismo, como Hatake Kakashi había llegado a ser el jefe de ese prestigioso –y porque no decir- lujoso restaurant siendo tan irresponsable y poco cuidadoso como lo era; no era secreto para ningún habitante de la cuidad, saber que si querías una reservación, debías pedirla casi con un año de anticipación, porque esa lista jamás corría.

Surcó las últimas cuadras, intentado evitar las grandes posas de agua, algo bastante difícil teniendo en cuenta que estas estaban cubiertas por el agua y que sus zapatos hacían un extraño ruido al pisar contra el concreto; y no era para  menos, si en más de una ocasión habían comprobado cuan profundo eran los baches de la calle.

Buscó en sus bolsillos las llaves para poder abrir la puerta, y en cuento piso el recibidor del edificio, agradeció mentalmente el hallarse completamente solo en él; su orgullo era tan grande, que verse como un gato mojado que corre para refugiarse de la lluvia no le era grato en lo absoluto; cruzó tan rápido como pudo hasta las puertas del ascensor, presionando el botón y rogando para que llegara pronto; lo único que quería era darse una excelente ducha, ponerse su pijama, disfrutar con una buena taza de café en las manos, el agua fría lo volvía más gruñón de lo que era, y el leve tiritar de la mano que sostenía el maletín poco calmaba sus ansias asesinas contra el reportero del tiempo, se suponía que no iba a llover hasta pasada la medianoche.

En cuanto la campanilla sonó, suspiro de alivio y se adentro en la caja metálica vacía; sacudió un poco sus cabellos rojos intentando así librarlos del exceso de agua; apretó el botón 18 con bastante fuerza, deseando esta allí en ese preciso momento.

“Detengan el ascensor”

Casi como acto reflejo, saco su brazo izquierdo para detener las puertas, dejando caer su maletín y todo el contenido de este. Suspiró frustrado, no solo lo verían como un gato mojado, sino que había tirado todo; se agachó para recoger sus cosas, y vio un par de lustrosos zapatos negros caminar hacia él, para luego ver unas manos quizás incluso más blancas que las suyas juntando los papeles desperdigados. Levantó la mirada para ver al pobre infeliz que retrasaba su ducha, y dio con una piel lechosa, unos finos labios rosados, la nariz en su forma perfecta y unos ojos negros que le robaron el poco aliento.

“Creo que es todo” le dijo mientras le giñaba un ojo y sonreía “Gracias por esperarme”

“Esto siempre tarda demasiado” a pesar de haber sonado cortante, sentía una mezcla de nerviosismo y excitación, sabía que frente a él estaba uno de los tipos más codiciados, y que cualquiera de sus vecinas desearía estar en ese metro cuadrado con él; no por nada chillaban cuando lo veían pasar “Gracias” no pudo evitar mirarlo fijamente, y estaba consciente que el moreno a su lado estaba al tanto de su inquisidora mirada, se puso de pie, para dejar que las puertas se cerraran y llegar a su departamento. De todas formas, debía reconocer que en más de una ocasión lo había mirado de esa forma, claro, no de la forma tan descarada en que lo estaba haciendo ahora; pero siempre a la distancia, el moreno tenía algo que lo atraía. Quizás la lluvia traía algo más que frío…

“No hay problema, por mi culpa has tirado tus cosas…” La mirada del moreno intentado encontrar el nombre del pelirrojo en alguna parte de su ropa, fue el motivo de que volviera a abrir la boca, lo suyo no eran las presentaciones, pero eso no iba a impedir disfrutar un poco de la compañía de quien en más de una ocasión se había llevado su atención.

“Gaara, Sabaku no Gaara, del 1806”

“Sai Asato, del 2808”

“Lo sé” Segundos después quiso arrancarse la lengua con esa respuesta, y más al ver una expresión de desconcierto acompañada de una ceja alzada por parte de su acompañante. Pero era imposible no saberlo, no cuando uno de los gerentes millonarios vivía en tu edificio, era casi la celebridad de la cuadra.
Afirmó con fuerza el mango de su bolsón, intentando con esto disipar un poco los temblores de sus manos, ya bastante mal se veía como para empezar a tiritar cual hoja al viento; al menos el ascensor se había puesto en marcha, aunque algo había en él… “Se está tardando más” se podía apreciar como la cuerda a penas jalaba de la caja, era imposible que en dos minutos solo subiera un piso… “Creo que hasta las escaleras son más rápidas”  ,el ascensor dio un chirrido mientras se movía de forma brusca; Gaara se salvó de caer por unos brazos que lo asieron de forma rápida; las luces empezaron a parpadear, para de un momento a otro apagarse, al menos daba las gracias de que el gerente no vería el sonrojo de sus mejillas por la cercanía; además estaba apoyado en un torso bastante trabajado, podía sentir la dureza de esos músculos bajo sus dedos…

“Debe ser el generador, al parecer la tormenta debió de cortar algún cable del tendido público”

“Si, d-debe ser eso” el saberse firmemente tomado por la cintura, apoyado en un pecho igual de firme, con las luces apagadas y encerrados entre dos pisos, hizo que una chispa de excitación creciera en él. El cable del ascensor cedió un poco, haciéndolos bajar un par de centímetros y de paso perder el equilibrio; estar ahora entre una pared, encendía hasta al más frígido…

“¿Está bien?” y más si le hablaban al oído, sintió como una corriente eléctrica bajaba por su columna, unas cosquillas en su bajo vientre y como algo de sangre se agolpaba en su miembro… eso iba mal, por mucho que la situación fuera en extremo incitante, no podía hallarse a sí mismo excitado frente a una persona tan distinta a él… genial, ahora era un gato mojado, tiritando y excitado…

“Si, hay un b-botón de alarma” sus manos comenzaron a tantear por sus costados intentado localizarlo, Sai había metido una mano en el bolsillo para sacar su celular, y con la luz de la pantalla ayudar en la tarea… “Aquí estás” Por mucho que presiono el botón de alarma, ninguna luz se encendió, ni comunicaron por radio, ni sonó nada “Maldición!! ¿Por qué no suena?

“Debe estar conectada con el generador, sin luz, dudo que funcione” su celular no tenía señal para llamar, por su parte, de haber estado solo, habría salido por la trampilla del techo y habría llegado hasta su piso en cosa de un minuto, pero no podía hacerlo estando con el pelirrojo en el ascensor sin confesarle cierto secretillo; intentaba llevar una vida lo más normal posible en todos los aspectos, así que ahora como un humano común y corriente debía esperar a que los sacaran de ahí.

Vio como Gaara golpeaba con un puño la pared del ascensor, mientras el sonido de sus dientes castañar se hacía levemente más fuerte; él se había dado cuenta de que el pelirrojo temblaba, pero intento hacer la vista gorda; supuestamente solo estarían en el ascensor como máximo cinco minutos…

“Sera mejor que te saques esa ropa mojada y te pongas esto” dijo al tiempo en que se sacaba su chaqueta y se la tendía “no creo que quieras enfermar”

“Estoy bien, gracias”

“Te estoy pidiendo que te desnudes solo por tu bien, Gaa-chan, así no enfermaras, además la ropa mojada es incómoda” en cuanto escuchó ese Gaa-chan, sintió una nueva oleada de excitación, pero esta vez dirigida hasta su ano; estaba comenzando a polarizar, y eso era bastante incómodo, ya que lo hacía ver como a una chica; maldito punto en común entre ellas y los donceles; por una parte, las mujeres solo tenían el conducto vaginal a la hora de la menstruación, la penetración y el parto; el resto del tiempo no era accesible; por otro lado, en un doncel, a dos centímetros hacia el interior del ano, se podía dar la misma situación, solo si estaba lo suficientemente excitado, y el conducto era para los dos últimos puntos femeninos… de ahí que era difícil dejar en cinta a un doncel violado; no daban con el adecuado. Solo se alegraba de que estuviera lo suficientemente oscuro como para que no viera las condiciones en las que estaba. “Prometo no mirar”

“Gracias” había olvidado la última vez en la que había agradecido tantas veces seguidas, pero no era algo importante, le dio la espalda a Sai, mientras se sacaba su chaqueta empapada, y la dejaba caer al piso; se avergonzó aun más al darse cuenta que su camisa blanca estaba pegada completamente a su cuerpo, y que además traslucía, la desabotonó para dejarla caer; se quitó el cinturón, bajó el cierre de sus pantalones, que se escucho con fuerza al estar el ascensor en silencio; los dejó junto con su otra ropa, al igual que sus zapatos… tanteo un poco buscando a Sai y su chaqueta

“Aquí tienes”, en el instante en que sus manos se toparon con las de Sai, sintió como se humedecía su ropa interior producto de la extraña excitación que lo estaba rodeando… quizás no fuese tan molesta, pero no se sentía como de costumbre. Tomó la chaqueta, y se la puso, instintivamente aspiro el aroma varonil que traía consigo la prenda; y de nuevo la humedad se acentuó.

Miraba a Gaara en una postura impasible, quizás el pelirrojo podía esconder su excitación de un hombre común y corriente, pero él no era un hombre común y corriente; él podía sentir la excitación de Gaara, la olía, además que veía al chico con todo el detalle del mundo.
Se apagaron las luces, y su vista nocturna le permitió observar cada detalle de Gaara en todo momento; veía el botón de emergencia desde lejos, pero no podía levantar sospechas, de ahí todo el teatrillo; como también podía ver los pezones erectos de Gaara a causa del frío, que se traslucían por su camisa blanca; también el ligero bulto que se formaba entre sus piernas, que a cada segundo iba aumentando, y su fino olfato detecto que Gaara no solo era un lindo chico, sino que ese chico, era doncel.
Lo había visto desde lejos durante varios meses, incluso solía espiarlo desde la escalera en cuento sentía el olor de Gaara aproximarse al edificio; ese cuerpo estrecho dentro de un traje, le daba a pensar que era doncel; pero ahora lo comprobaba, era uno, y además de eso, estaba tan excitado que comenzaba a polarizar,  apreciaba el olor del lubricante que embadurnaba esa paredes, y que nadie sin un olfato de felino iba a notar; Gaara estaba listo para ser penetrado, y él tan excitado que lo haría con gusto, pero no solo por la noche, sino que como algo más.

“¿No tiene frío ahora sin su chaqueta?” Su sangre especial siempre mantenía su cuerpo a la temperatura apropiada, pero dudaba mucho poder sentir frío teniendo a Gaara solo con bóxer y su chaqueta.

Era mitad felino,  y no uno cualquiera, sino uno bastante exótico. Podía mantener su excitación a raya, pero no cuando estaba con Gaara encerrado en un ascensor, ambos excitados y con luna llena; esos días si que sus instintos afloraban más, sin contar que liberaba feromonas, que eran capaces de arrasar con el autocontrol de cualquiera; Gaara lo excitaba, pero no sabía si el pelirrojo estaba excitado por él, o por la carga de feromonas a las que estaba expuesto.

“¿Así está mejor?” tan concentrado estaba intentando disipar su excitación, y controlándose para no quedar cual jaguar en el ascensor; no se percató en qué momento Gaara se había acercado para compartir la chaqueta con él. Sintió su fría piel chocar con la suya, y su voz bastante gruesa… De un momento a otro, sintió como toda la sangre circulante se agolpaba en su miembro, erectandolo de una forma fuerte, tanto así, que lo sentía punzar tanto por la ropa como por la oleada de placer. Las manos de Gaara se aferraron con fuerza a su camisa, rogaba para que el pelirrojo no notara su estado; pero al mirar sus ojos llenos de deseo, se dio cuenta que ese golpe de libido, no solo lo había afectado a él, sino también a Gaara, su respiración estaba tan agitada, lo que le daba a entender, que libero tantas feromonas capaces de desatar hasta los deseos más recónditos del pelirrojo…

¿Quién iba a pensar que terminaría encerrado con el pelirrojo que lo traía loco, en el ascensor, con luna llena, y ambos con el deseo a flor de piel?

Nadie…


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