Advertencia: Lime, o es lo que me parece.
Necesidad.
El es una necesidad, una mucho más imperante que respirar.
El otro lo sabe a ciencia cierta y secretamente se deleita con la información.
Naruto se engrandece, se hincha en orgullo cuando Sasuke queda reducido bajo de su propia piel porque es el único momento en que él derriba sus protecciones y se muestra como realmente es. Se considera afortunado de ser con quién Sasuke se desfogue, literalmente.
Pero también se ha vuelto una necesidad para Naruto. Siente que no es el mismo cuando Sasuke no cabalga sobre su regazo o no le exige que vaya más rápido, cuando no le observa con esa hambre feroz en sus penetrantes ojos o no le hace perder la decencia con movimientos insinuantes. Las noches sin estar dentro de Sasuke son eternas, vacías.
Y es curioso. Todo partió de la forma más insólita; una apuesta. Quién completase más misiones durante la semana podía pedirle lo que quisiera al perdedor. Naruto fue derrotado y confinado a realizar mandados hasta que un día, después de discutir sobre ramen y el papel fundamental de las verduras en la dieta, simplemente se quedaron viendo fijamente, en silencio. Naruto incrédulo vio la naciente amenaza en los ojos de su amigo y se sintió intimidado; se dejó llevar. Dos pasos y cayó de espalda en la cama del Uchiha. Cremalleras, ruido, un taco y de pronto estaban desnudos besándose. El mundo se fue de cabeza, Sasuke le apresó en su interior y nada volvió a ser igual desde entonces.
Y ahora, en pleno acto, Naruto recuerda porqué está haciéndole el amor sobre el sofá.
Ah, claro.
Porque es una necesidad.
Sasuke se aferra a él sintiendo el cosquilleo característico, se contrae y aprieta la mandíbula considerándose culpable de esta locura. Sí, lo es y todo por una necesidad. No tiene idea de cómo ni cuándo pero le importa un carajo. Ya no hay vuelta atrás; nunca la hubo, no después de lo ocurrido en el país del Hierro. Sin darse cuenta, Sasuke comenzó a apoyarse en Naruto, a descansar en su sonrisa, en su entusiasmo y alegría inherente; pasó a ser una constante y después una necesidad. Nunca lo confesará estando consciente, pero intuye que Naruto lo sabe y eso se refleja en que el rubio continúa viniendo a su casa aun cuando el periodo de esclavitud expiró, pese a estar al tanto que una vez que cruza el umbral de la puerta y ésta se cierra ellos dejaran de ser sólo amigos, porque Sasuke sabe que esto también es una necesidad para él.
Aquí no hay perdedor ni mucho menos un mero ganador. Esto es una simbiosis; uno no puede sobrevivir sin el otro porque se vuelven dependientes. Ambos lo asumen aun cuando de sus bocas no salga palabra alguna; no las necesitan, se necesitan entre sí.
Sasuke se retuerce y Naruto sabe que no puede más. Entonces, él toma el timón y dirige el barco a puerto, le lleva al clímax y la demencia una vez más. Sasuke acepta a regañadientes y gime para él demostrándole que no es indiferente, que no es inmune y que es un jodido adicto, pero se consuela al saber que Naruto es tanto o más adicto que él.
Adicto a la necesidad.
N/A: Tengo sueño, así que me reservo comentarios. Gracias por leer.
Maki