Primer Momento
Por apos
Serie: “Momentos Efímeros”
Pairing: Uchiha Sasuke/Hyuuga Neji
oooCONFUSI”Nooo
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Cada mañana, cada tarde, cada momento, cada instante se veía teñido de monotonía y opacacidad. Tal vez hubiese sido así desde hace mucho, pero era algo que sus ojos no se tomaban la molestia de observar cuando era él quien captaba todos sus sentidos.
Quien era todo.
Cada mañana, cada tarde, cada momento, cada instante su pecho aprisionaba y su mente preguntaba una y otra vez cuándo al fin su corazón hablaría. Y como siempre, cada noche su respiración se cortaba y sus venas dejaban de arrastrar la sangre, porque cada noche lo único que importaba era su llegada nocturna a través de la ventana.
La ventana que le daba paso a las sombras cuando el cielo era cubierto por la temible oscuridad y adornado por el brillo de la envidiosa luna. Le daba paso a los efímeros momentos de pasión y locura sellados por aquellas cuatro sólidas paredes que mantenían en secreto el coro de la lujuria dominado por los gemidos, suspiros y jadeos que se producían con cada mirada, cada roce, cada palabra, cada intenso movimiento que sucumbía a ambos amantes en lo profundo de sus instintos más bajos.
Pero cada vez que lo detallaba, cada vez que observaba en silencio como se vestía para partir de nuevo, sus labios luchaban por abrirse, por gritarle todo ese remolino de sentimientos y emociones que le quemaban el pecho, pero ese feo nudo en su garganta obstruía cualquier palabra que pudiese salir de su ser.
Aún cuando quería abrazarlo y hacerle saber lo que le hacía sentir con el más pequeño toque, su cuerpo se paralizaba por completo impidiendo inconscientemente cualquier indicio que lo llevara al sufrimiento.
El miedo…
Todo el mar de confusiones que chocaban en su cabeza producía el miedo al rechazo, la sola posibilidad de causar el final de aquellos únicos instantes en los que podía decir con seguridad que estaba vivo, que por primera vez se sentía querido, necesitado.
Porque es agradable que te necesiten, aunque solo sea físicamente…
Por eso sus labios se sellaban, aunque su pecho doliera, su garganta apretara y sus ojos escocieran cada vez que la ventana se cerraba, dejando atrás un vacío silencioso y un irónico frío requebrador que sólo era aminorizado cuando aquella misma ventana le abría paso a la sombra del deseo que se reflejaba a través del vidrio cada noche.
Llegó a acostumbrarse a esa intensa soledad que lo invadía cada mañana, cada tarde, cada momento, cada instante… ya que sabía que su remedio tocaría a su ventana cada noche.
Y aún cuando se marchó, aún en su ausencia podía dormir tranquilo cada noche en que veía aquella misma figura oscura a través de su ventana. La que vigilaba sus sueños cada vez que el cielo nocturno le hiciera recordar su dolor.
Como cada noche, cuando las estrellas complementaban el brillo de la envidiosa luna que celaba la belleza de aquellos ojos blancos reflejados en la superficie del espejo. Como cada noche sentado frente a su reflejo cepillando su largo cabello de seda bajo la custodia del silencio.
La confusión rompió la rutina llevada desde hace más de dos años y medio, la confusión llenó la silenciosa habitación cuando la sombra de la noche tomó el valor de abrir aquella ventana cerrada, la confusión invadió los nacarados ojos que veían como la pasión de la oscuridad entraba de nuevo a sus fríos aposentos.
Como con sus fríos y pálidos brazos desnudos y cubiertos de la sangre de un hermano, como con sus ropas rasgadas y su piel sucia, como aún así la belleza del arrepentimiento se reflejaba en las lágrimas de sus cristalinos ojos… como aún así aquel abrazo se sintió tan cálido y placentero, tan fuerte y embriagador.
Y fue cuando supo que las preguntas y la confusión podían hacerse a un lado para disfrutar de ese efímero momento con su renegado amor.
Es admirable el amor de años, los sorpresivos y pequeños detalles que pueden surgir al estar con la persona amada, el perdonar una equivocación… pero lo es aún más el amor que perdura ciegamente en las adversidades del tiempo y la distancia.
O sólo tal vez sea algo estúpido cuando no hay nada que vaya a regresar.
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