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Shadow of love por Pame

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Notas del capitulo: Aaaaaaaaah hice conti =D
No puedo creerlo, solo porque amo mucho a Obi xD
Un nuevo angustiante y retorcido cap u.uU
Capitulo 2: Stay with me tonight
Obi-wan respiraba apenas. Los pulmones se le llenaban de aire, junto con esa extraña sensación inundándole el pecho, pero el aire no parecía suficiente y se sentía ahogado. Tenía la mirada perdida, y sus ojos de un gris opaco miraban el techo sin mirarlo.
Anakin le estaba tocando. Le había permitido que le quitara la túnica y hasta las botas. Solo continuaba con los pantalones, porque el joven jedi estaba demasiado ocupado deslizando sus dedos ardientes sobre el torso claro de su ex maestro junto con su aliento animal que erizaba los casi invisibles vellos rubios de Kenobi, mientras sus labios húmedos besaban de vez en cuando aquella piel suave y hermosa.
Obi-wan por su parte estaba ausente. Parecía una marioneta vacía sobre la cama. No sentía como la cama se hundía cada vez que Anakin pasaba su peso de una rodilla a otra, como le tocaba como si su cuerpo fuera más de Anakin que de si mismo, o como no paraba de repetir algo que no alcanzaba a entender.
-Te amo, te amo, te amo…-susurraba con voz ronca el Jedi más joven mientras estaba con las rodillas entre las caderas de Obi-wan, que parecía ignorarle. Sentía el pecho explotar de deseo y de rabia a la vez.- Maestro míreme…-suplico entre dientes mirándole desesperado. Pero el mayor no parecía prestarle atención, el que estaba con la mejilla derecha pegada a las sabanas, esta vez mirando las blancas paredes.-Maestro…
-No soy tu maestro-le corto Obi-wan hablando fuerte, sin dirigirse a nadie en especial.
Anakin con ambas manos grandes y fuertes, tomo el rostro de Obi-wan y lo enderezo con brusquedad. La barba que variaba entre colores claros como el rojizo y rubio le pinchaba los dedos.
-Míreme…por favor-pidió notando que aquellos ojos grises se apagaban en la oscuridad. Obi-wan cerro los ojos con pesadez- Míreme- repitió con la voz temblando- ¡Míreme!-ordeno con la voz en grito.
Pero Obi-wan no lo hizo. Apretó los ojos más mientras recordaba el día en que Anakin había llegado a su vida y entonces lo entendió.
-Maestro-escucho nuevamente la suplica del chico- Yo te amo maestro-repitió y Obi-wan sintió sus propias lagrimas calientes rodar por sus mejillas- ¡¿Maestro?!-pregunto preocupado Anakin al verle llorar. Se acerco más y con dedos temblorosos intento secar aquellas lagrimas.
Obi-wan miro las sabanas vidriosas antes sus ojos y apretó los dedos retorciendo la tela.
-Yo te amo maestro-repitió el joven besando el cuello lleno de aquel olor varonil de su maestro, intentando consolarlo por cualquier estúpido temor que seguramente Obi-wan estuviera pensando.
-No me toques, por favor…-pidió sin mirarle, con la voz ronca y seria, mientras el mismo se quitaba las lagrimas con brusquedad.
-¿Maestro?-pregunto asustado el chico sintiendo aquel rechazo como un golpe duro y seco a su agitado corazón.
-Yo…-susurro y se volteo a mirarle. Se topo de lleno con los grandes asustadizos y hasta infantiles ojos del joven Skywalker. Su rostro mayor pero aun asi joven parecía sin ninguna emoción en particular, su perfecta cara de negociador- Te odio Anakin.

Hubo un breve silencio en que los ojos grises vacios y firmes de Obi-wan no pestañearon afirmando aquella verdad.
-¿Qué…?
-Te odio Anakin.
Entonces Anakin reacciono, y como si le hubieran electrocutado y estuviera convulsionando, se levanto de un salto y cayo estrepitosamente al suelo. Se arrastro hasta chocar con la pared y comenzó a sollozar sonoramente.
Igual que un niño, estallo en un llanto sentido y profundo. Con las manos temblando se las llevo a la cara y se tapo mientras negaba con la cabeza.
-No es cierto, no es cierto…-repitió con las lágrimas saliendo sin control de sus ojos, tensando los dedos y retorciéndose sin control.- ¡Usted me ama!
Obi-wan se levanto lentamente y se sentó en la orilla de la cama mirándole con pena.
-¡Usted me ama!-repitió gritando con fuerza y mirándolo con intensidad.
Obi-wan pareció impasible y repitió.
-Yo te odio Anakin.
-No es cierto, no es cierto-respondió Anakin negando con la cabeza y tapándose los oídos, como si así pudiera bloquear aquellas duras palabras.
-No es justo, y no es tu culpa-hablo con voz débil Obi-wan sintiendo las lagrimas rodar por sus mejillas las que seco rápidamente- Desde el día que apareciste, desde que mi maestro te eligió a ti sobre mi, desde el día en que el murió y sus ultimas palabras fueron para ti y no para mi, desde que me obligaron a ser tu maestro… yo te he odiado Anakin.
Anakin soltó un lamento fuerte y profundo. Sentía el dolor agujerearle el corazón, y cortarle la respiración. Le raspaba el pecho y la garganta le quemaba al igual que sus ojos y la boca seca. Jamás había sentido tanto dolor. Ni cuando dejo a su madre, o luego la vio morir, ni cuando le cortaron el brazo o cuando por primera vez una espada laser le quemo la carne viva, jamás.
-Pudiste ser tu, o cualquier chico, pero yo te odio. Tu me quitaste a la única persona que yo ame, mi maestro Qui-g…
-¡No lo menciones!-estallo Anakin. Había bajado la mirada y apretó los dientes y manos con rabia, estallando a la vez con la fuerza algunos objetos de cristal del cuarto de Obi-wan, mientras el torbellino de emociones comenzaban a quemarle el pecho.- ¡Siempre es el! ¡El es el culpable! ¡Pues bien! ¡Yo le odio y me alegro que este muerto!-grito sin notar que su ex maestro se había levantado y le había girado el rostro de una bofetada.
-¡No te permitiré que hables así de mi maestro! ¡Jamás!
Y entonces Obi-wan pareció notar cierto cambio no solo en la fuerza, sino en todo Anakin. Era algo oscuro, turbio y hasta malvado que le preocupo de sobremanera.
Y fue cuando lo vio. Anakin alzo la mirada entre sus cabellos que parecían de un negro azabache, y sus ojos brillaron de un amarillo siniestro, con el borde del iris de un rojo oscuro y pétreo y la pupila de un negro intenso.
Las ojeras se le marcaban de negro y su mirada parecía llena de odio.
Un escalofrió recorrió cada célula del cuerpo de Obi-wan que retrocedió instintivamente, pero Anakin se le tiro encima impidiéndoselo.
-¡Anakin!-grito intentando de soltarse de aquellos dedos que se retorcían sobre su cuerpo.- ¡Suéltame! ¡Anakin!
Pero el chico no escuchaba. Besaba con lujuria la piel del maestro que se retorcía sintiéndose ultrajado y asustado. Lamia el cuerpo que sentía como demasiado puro de su querido Obi-wan, mientras un deseo oscuro y fuerte le ordenaba que no importara cuanto gritara o sufriera, debía hacerlo suyo.
-Es la única manera…-susurraba sintiendo los nulos esfuerzos del mayor por soltarse
-No Anakin, no hagas esto-suplico el de barba sintiéndose asqueado de aquel Anakin que no era su Anakin, le tocara, le besara, le lamiera…
-¡Ya basta!-grito Anakin sin poder contenerse y mordió el hueco entre el cuello y el hombro derecho de Obi-wan el que grito de dolor. La sangre metálica invadió sus labios, y sorprendido vio como Obi-wan retrocedía herido y tomándose la herida que sangraba sin control.
Anakin le miro ausente. Obi-wan parecía sufrir realmente mientras por su pecho corría la sangre de un color rojo brillante al igual que por entre sus dedos.
La mano derecha de Obi-wan temblaba sin parar. La mordida le ardía, y la sangre espesa y caliente le quemaba la piel mientras goteaba sobre la blanca cama. Separo la mano y se vio la palma de un rojo carmesí.
-Es la única manera-repitió Anakin pasando el dorso de la mano por la boca llena de sangre.- Usted me odia. Usted ama a su maestro. Yo le amo. Yo odio a su maestro.
El maestro guardo silencio soltándose la herida.
-Si es necesario…-y dudo un segundo, pero retomo el tono seguro de inmediato-Le obligare a amarme Obi-wan.
Se levanto haciendo que la sangre siguiera por su torso y cayera al suelo. Miro a Anakin que aun arrodillado en el suelo, parecía un niño que se había portado realmente mal a punto de ser regañado, por eso el chico se mostro desafiante, sin embargo lo siguiente no lo vio venir. Obi-wan se arrodillo a su altura y lo rodeo con sus brazos fuertes quitándole el aliento con aquel abrazo.
-¿Qué…?-pregunto sin entender viéndose atrapado de aquel inesperado gesto.
-No es necesario, yo te amo Anakin.-le susurro con voz ronca al oído.
-…-Anakin abrió los ojos lo que más pudo sintiendo el cuerpo agarrotado y sin respiración. Sentía los brazos cálidos y desnudos de su maestro rodearle, también la tibieza de la sangre manchando su cuello y ahora rodando por su propio torso y la respiración calma del maestro junto con el olor de sus suaves y rubios cabellos.
-Te amo Anakin-continuo acariciándole el cabello oscuro igual a como cuando era niño y sufría pesadillas en las que veía a su madre sola en Coruscant.
-No entiendo…-articulo apenas el chico sintiéndose mareado de toda aquella nueva información.
-Yo amo a mi maestro-hablo ignorando el leve movimiento en señal de rechazo que hizo Anakin, a cambio lo apretó con más fuerza.- Y también odie al niño que me lo quito. Y siempre creí que aquel odio era por ti Anakin, y viví con una gran vergüenza y deshonor de llevarlo en mi corazón, de entrenarte, vivir contigo, sonreírte y cuidarte, sabiendo que en el fondo te odiaba.
-…-Anakin sintió un nuevo sollozo salir de su garganta pero se contuvo apretando los dientes y las manos.
-Pero estaba equivocado. Cada vez que te veía, sentía aquel sentimiento turbio dentro de mi corazón, e intente mantenerme frio, pero siempre rompiste todas mis barreras y sin saber porque tu de alguna forma me querías…
-¡Yo te amo!-grito Anakin intentando levantarse, pero Obi-wan lo apretó con más fuerza y evito que se moviera.
-Ahora lo se. Escúchame por esta vez Anakin-ordeno con voz seria Obi-wan y Anakin estuvo tentado a replicar con un respetuoso: “Si, maestro” pero se contuvo recordando que hace un tiempo ya no eran maestro y padawan, doliera lo que doliera.- Y ahora cuando me lo dijiste, no lo entendí. Y ese sentimiento en mi corazón creció con tus palabras y dije que era odio, pero no creo odiarte Anakin.
Obi-wan se separo lentamente del chico para quedar frente a frente. Anakin vio como nuevamente los ojos de su maestro danzaban entre verdes y azul brillante, se veían hermosos en la penumbra.
-Ahora me hiciste daño Anakin-susurro el mayor y Anakin sintió la peor vergüenza y arrepentimiento de su vida. Tuvo sinceros deseos de tirarse a sus pies y besárselos pidiendo perdón, pero no se sentía capaz de nada, solo de mirar la herida que no paraba de sangrar y escapar de esos bellos ojos bicolores- Pero no sentí odio por ti Anakin. He sentido la furia en contra de mis enemigos, pero ni cuando han dañado y matado a mis compañeros Jedis les he odiado. Solo una vez, cuando te dañaron a ti, sentí algo que me consumió por dentro y entonces tuve reales deseos de matar al que te hirió hasta casi la muerte.
Anakin recordó aquella vez, en que un Sith le atravesó sin piedad el tórax hasta el otro lado por un bobo descuido. Casi muere. Y esa vez solo tuvo pena de que no vería más a su amado Obi-wan, jamás pensó en como se sintió su maestro, y ahora que lo oía algo cálido se extendía con timidez por su pecho.
-Fui descuidado y no le di la importancia a ese hecho. Si es que realmente yo te odiaba ¿No debería haberme sentido feliz de que acabara con la raíz de mi odio? – Pregunto y con la mano libre de sangre enderezo el rostro de Anakin para que le mirara- Mírame Jedi cuando te hablo.-ordeno y Anakin asintió atribulado, moviendo los ojos nerviosamente del suelo al rostro perfecto de su Obi-wan- En cambio sentí miedo de perderte para siempre, como perdí a mi maestro.
-Tal vez usted quería acabarme con sus propias manos, o quería mantener su odio por mi, ya que es lo único que va quedando de Qui-gon Jin-hablo con dureza y resentimiento Anakin mirando el suelo enrojecido por la sangre de su maestro.
-O tal vez yo te amaba como a mi maestro-hablo ignorando los comentarios hirientes del menor que levanto sus grandes ojos azules sorprendidos ante los suaves ojos de Obi-wan
-¿Qué…?
-O más que a mi maestro. Ahora me hiciste daño, pero no te odio ni siento rabia por ti. Mace diría que te excuso como siempre, pero se que en realidad no quisiste hacerme daño, y entonces entendí que si alguien me hubiera hecho esto-y se tomo la herida que parecía gotear menos sangre- por lo menos me hubiera molestado, pero no es así porque lo hiciste tu. Y ahora se que ese sentimiento en mi corazón que siempre lleve conmigo tal vez fue odio, tal vez no, pero estoy seguro que ahora es amor. Te amo Anakin, eres lo único que me va quedando y que me importa. Por eso puedes hacer lo que gustes-saco la mano de su herida y la estiro hacia Anakin- Hazme daño, no me hagas nada, es tu decisión.
Anakin pareció sorprendido pero no dijo nada. Miro aquella mano manchada de escarlata hacia el y levanto amabas manos temblando.
-¡Obi-wan!-exclamo tomando aquella mano entre sus dedos y acercándosela. La acaricio y la comenzó a llenar de cálidos y ansiosos besos. No tenía palabras para expresar lo que sentía así que la beso una y otra vez saboreando nuevamente el sabor de la sangre- Perdóneme, perdóneme, no quiero hacerle daño, yo te amo. Si su vida me pertenece, la mía a usted, la mía a usted.
Se encorvo y se acerco a la herida del hombro de Obi-wan la que lamio con delicadeza, Obi-wan sentía un poco de dolor pero solo apretó los dientes cuando fue insoportable.
-Anakin-susurro tomando el rostro del chico entre sus manos y acariciándolo. Los ojos azules de Anakin parecían brillar en la oscuridad y le recordaron a Obi-wan a cuando era solo un niño de un pequeño y árido planeta llamado Tatooine, y ahora tan alto y delgado, joven y bello. Paso su pulgar por aquellos labios carnosos y jóvenes, sacando con la yema de los dedos el resto de la sangre.
-Maestro-susurro viendo como Obi-wan reía quedamente.
-No soy tu maestro-hablaron al unisonó, solo que Obi-wan como recordatorio y Anakin como burla. El maestro frunció el ceño.
-Es demasiado predecible, maestro Obi-wan-sonrió Anakin antes e que el maestro chocara sus labios con los del chico y comenzara un apasionado beso.
-¿Te pareció predecible?-sonrió Obi-wan con superioridad, y Anakin negó con la cabeza aturdido.
-Pero podemos comprobarlo-el menor se acerco y comenzó un nuevo beso. En que los fluidos se combinaron, al igual que las lenguas húmedas y calientes que luchaban en el interior. Ra apasionado, tímido, nuevo y delicioso a la vez.
Y en cuanto se separarme Anakin soltó:
-Te amo.-y se escucho y sintió tan infantil que casi sintió vergüenza
Sin embargo Obi-wan le dio un pequeño toque con los labios y susurro en una amable sonrisa:
-Yo también Anakin, yo también.
Notas finales: Proximo capi finalizimo y con Lemon, lo juro! xD
Besotes

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