- ¿Qué?- dijo David impactado… no podía creer en lo que este decía.
- Mató a su padre una noche que fue a ver a su mamá a su casa… lo odiaba tanto que tomó un revolver que guardaba su abuelo debajo de la cama, y disparó. Su madre fue testigo… es por eso que enloqueció, y ahora niega haber tenido un hijo alguna vez…- Ignacio dijo seriamente, tanto así, que era difícil no creerle.
- Eso es una mentira- terminó por decir.
- Ojala… mira, Guillermo no es malo, pero… si no tienes la fortaleza mental como para cargar con una vida así, te recomiendo que te alejes. El es muy tierno, pero… con el tiempo comenzará a alejarte de todos, a inventar enemigos, y a estrechar cada vez más tu espacio. Yo lo quería mucho, pero llegué a un momento en el que no aguanté más. Prométeme que al menos pensarás en lo que te dije.
- ¿Tuvieron sexo?- preguntó de la nada, como si no hubiese escuchado esto último.
- Eso fue repentino- rió nervioso- bueno… sólo sexo oral.
Aquello apuñaló al corazón del hombre a quien de apoco, inconscientemente, se le desfiguraba el pedestal que había echo para Guillermo… el no podía jurar que el pequeño era inocente de todas las falacias que salían de la boca de Ignacio, pues concordaba con este último que Guillermo era extraño, que detrás de su rostro angelical ocultaba muchas cosas.
Siendo sincero consigo mismo, la situación le estaba conviniendo a su problemática: Alejarse de él, es decir, era la mejor excusa para sacarlo de su vida, debía pensar que mientras más lejano, mejor, tenía que ser drástico, ser cruel, romperle el corazón para que no lo buscase más.
Miró a Ignacio, quien estaba con rostro interrogante:
“¿Debo ser cruel con la persona que amo?”
“¿Puedo ser cruel con la persona que amo?”
Recordó el bello rostro del pequeño ángel…
Definitivamente debía destruir la felicidad falsa que ellos sostenían con sus manos.
- ¿Paso algo?- preguntó quien lo miraba dudoso.
“Perdóname” pensó.
“Debo cambiar nuestro destino”
“Antes de enamorarme más, debo cambiarlo”
Tomó de la cara de Ignacio y lo besó… en un principio este se sorprendió por tal iniciativa, pero luego aprovechó la “impulsiva” acción de David, y lo abrazó para llevarlos contra la pared… David no podía creer lo que estaba haciendo, más no le resultó tan desagradable como lo pensó, fue como probar otros labios solamente, y no estaban mal… para nada mal…
Abrieron sus bocas para hacer del beso algo más comprometedor, no había nadie a su alrededor, puesto que estaban ocultos tras una casucha donde guardaban sólo cachivaches. Comenzaron a tocarse, a lamerse sus rostros y sus cuellos, no estaba para nada mal, era excitante, tocarse allí, en ese lugar le era completamente delicioso, la carne es débil ¿no David? Si… de aquello estaba al tanto… sobre todo cuando Ignacio descendió para bajar la cremallera de su pantalón.
- Para…- susurró.
- ¿Por qué? Si lo estas disfrutando. Guillermo no tiene por qué saberlo.
David se alejó, no, no podía caer tan bajo, debía romperle el corazón a Guillermo, pero no de esta forma, menos con Ignacio, no quería que el pequeño recibiera una desilusión amorosa tan grande que podría traer como consecuencia el rencor.
Pensando en esto y en muchas cosas se marchó de allí, pese a las súplicas de Ignacio, que al ver que David no volvía a sus brazos para desenvolverse en la locura del placer carnal, no pudo disimular su molestia.
- ¡DAVID!-oyó la voz de Guillermo al final del pasillo en el que este se hallaba. Al verlo, el pequeño corrió a su encuentro- ¡Te estaba buscando! ¿Por qué no entraste a la sala? ¿Te sientes mal? ¿Estás enfermo?- sus ojos inocentes se clavaron en el rostro del hombre que planeaba encontrar una solución a su problema, y que al corresponder su mirada se dio cuenta que…
“No puedo…”
“No puedo hacerlo”
“Soy incapaz…”
“…de separarme de ti”
- Perdóname- dijo David con los ojos llorosos…
- ¿Por…? ¿Qué te pasó?- susurró el pequeño asustado al verlo flaquear.
- Guille yo… tienes que alejarte de mi… debes hacerlo… yo no soy normal, yo… yo soy peligroso para ti.
- ¿Por qué?
- Por favor aléjate- y como si fuese parte de una ironía lo abrazó- Por favor… te lo suplico… aléjate de mí…
- No entiendo…- trató de mirarlo.
- Hazme caso.
- No.
- No quiero hacerte daño Guille, yo te amo, tu eres la persona más importante a quien he conocido en mi vida, eres para mí perfecto, sin importar lo que digan, yo no puedo dejar de pensar que eres lo más hermoso de esta vida de mierda.
- ¿Por qué hablas así? ¿Qué sucede?- intentó buscarle la mirada, más este insistió en abrazarle- ¡DIME!
- ¿Por qué no te conocí antes?- murmuró- ¿Por qué no te conocí en un colegio mixto, yo ingenuo, tu un niño, enamorarnos, salir, hacer el amor en tu casa o en la mía a escondidas de nuestro padres? Planeando nuestro futuro, sin temor de cargar con el peso de un estúpido error, sin el resentimiento a algo que desconozco, y olvidar este ambiente asqueroso que acosa nuestras vidas…
Guillermo al oír esto calló, trataba de comprender las palabras de un hombre destrozado.
- ¿Quién eres?- preguntó David tomándolo del rostro con los ojos brillantes, apoyando su frente a la del pequeño- ¿Quién eres? Tú no eres real… ¿Por qué apareciste? ¿Por qué ahora, por que yo, por que no antes?
- No te entiendo…- musitó.
“Yo estoy muerto, y si yo estoy muerto ¿Tu que eres?”
Y comprendió que no valía la pena preguntárselo.
- Estoy loco- y volvió a estrecharlo contra su pecho- No me hagas caso, no preguntes, estoy loco… mi amor, no preguntes nada- comenzó a besarlo de forma intermitente.
- Está bien- recibía cada uno de sus besos con una pasión graduada- te amo…
Cada palabra que Guille pronunciaba, para David era como un golpe a sus sentimientos. Verlo, oírlo, sentirlo, era querer aferrarse a el y no soltarlo nunca, era un amor que bordeaba la locura y la obsesión, su cruel destino era matarlo… pero aunque estaba conciente de ello no podía separarse de él, llegando a una sola conclusión:
Lucharía contra su instinto asesino, sólo por él.
Antes que alguien los viera, se fueron al baño para que David pudiese limpiarse el rostro, cuando llegasen a la sala inventarían que uno de ellos se había desmayado. Los alumnos no se lo creerían, pues estaban al tanto de su relación amorosa, pero los profesores lo ignoraban… bueno… salvo uno de ellos, mejor dicho, una.
Cuando entraron al salón Marcela estaba escribiendo una serie de instrucciones para realizar un informe con nota coeficiente dos, al verlos les llamó la atención por su retraso, no obstante, esa no era la verdadera razón de su enfado. En realidad le pudría le idea de pensar que aquel sujeto estuviese de pareja con aquel niño, siendo que podría estar con ella viviendo un idilio de ensueños.
Eran demasiadas personas las que se oponían a la relación, y esto sumado al mismo destino, hacía que su amor se transformase en imposible.
¿Cuánto puede durar un amor contrariado?
¿Puede durar para toda la vida?
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español