Los titulares del equipo de tenis de Rikkai caminaban tranquilamente por las calles de Kanagawa, con dirección a la casa del tensai del grupo, que dormía algo incómodo en los brazos de Jackal.
-¿A que hora pasara a buscarnos el autobús?- pregunto Nioh que iba junto a su compañero de dobles, atrás de estos venían Yanagi y Kirihara, que cada cuadra alguno de los dos se tropezaba o golpeaba la cabeza contra un cesto de basura, mal ubicado, todo por andar a los besos.
-Si no me equivoco, a las 10am pasara por la casa de Bunta.- respondió el moreno.
-¿Eh? ¿Tan temprano?- Se quejo el peliblanco, tocando disimuladamente el trasero de Yagyuu, para luego hacerse el desentendido.
-No, aquí dice…-Sanada intentaba leer las pequeñas letras del folleto que le entrego el organizador del evento.
-¡Dame eso!- Nioh le quito como si nada el papel de las manos-Que alivio- suspiro- pasara, puntual, a las 12 del mediodía- continuo con la lectura hasta llegar a la parte inferior del papel, donde las letras eran casi ilegibles- escuchen esto: “pagando solo 600 yenes se le otorgara tres boletos mas”.
-¿Y cual es la emoción?- pregunto Jackal.
-¿Cómo cual es la emoción?-prosiguió el rufián- podemos, mejor dicho debemos invitar a tres personas mas, ukes lindos, por favor.
-Ni se te ocurra, Nioh.- negó Genichirou, posicionándose en el frente para que sus titulares pararan con la caminata.
-Al menos deberían consultar con Marui-kun.- sugirió el pelivioleta, ajustando sus gafas.
-A Marui-sempai lo pueden estar matando, pero mientras tenga algo de comer, él es feliz- dijo Kirihara correspondiendo el abrazo que le brindaba su novio.
-El cabeza de alga tiene razón.
-¡No me llames así, Nioh-sempai!- grito molesto el ojiverde- Creo que tengo el número de Echizen- saco su celular del bolsillo delantero de su pantalón.
-¿Cómo lo conseguiste?- dijo The Master, separándose de los brazos de su pareja, abrió sus ojos de manera lenta para dejar apreciar esos preciosos orbes color miel.
-Etto…lo encontré en un aviso de diarios y lo agende por las dudas. Uno nunca sabe.- respondió nervioso, sobandose la cabeza.
-Por esta vez la dejo pasar, pero la próxima te llevo al calabozo y hare contigo lo que se me de la gana. (R:*se imagina a Yana dándole con el látigo en el trasero a Kiri*)
-Llámalo entonces.- le mando el peliblanco, cruzándose de brazos.
-OK- El chico de rizos azabaches busco en la interminable lista de contactos el numero de la familia Echizen, el cual se lo había pedido él mismo a Ryoma en el campamento de enriquecimiento. Oprimió la tecla “send”, pero luego de varios minutos nadie contesto su llamada.- La estación no esta muy lejos, iré a buscarlo.
-Las probabilidades de que acepte venir contigo son casi nulas.
-Te apuesto a que mañana estará aquí con su equipaje.- dijo Kirihara al momento que salía corriendo en rumbo contrario a sus compañeros, hacia la estación de tren.
-Maldito Akaya.- susurro entre dientes el castaño.
-¿Celoso, eh?- se burlo Nioh, el otro solo lo fulmino con la mirada, lo que provoco que un escalofrío recorriera su cuerpo.- Es broma, todos sabemos perfectamente que el cabeza de alga esta a tus pies.- agrego titubeando.
Cuando perdieron de vista al as de segundo continuaron con el andar, al llegar al hogar de la familia Marui, la madre del pelirrosa los invito a tomar la merienda, Yanagi, Yagyuu, Nioh y Jackal aceptaron; por su lado Sanada regreso al dojo para comenzar con su entrenamiento que realiza religiosamente todas las tardes.
-¿Y a quien mas invitamos?- insistió el rufián, bebió un poco de su té y miro al resto buscando respuesta.
-¿Kaidoh-kun?- dijo Yagyuu.
A Renji se le ocurrió una “grandiosa idea”, por lo tanto añadió- Me parece bien, por mi no hay problema- realizo una pausa- ya tenia deseos de ver a mi amigo Sadaharu.- susurro para si mismo, aun así el moreno, que se encontraba ubicado junto a él, tuvo la suerte de oírlo.
-Espero que Bunta no se moleste…
El autobús arribó con mas de un cuarto de hora de retraso, por alguna extraña razón, Inui, Kaidoh y Echizen accedieron a la propuesta del Rikkai, o mejor dicho de Yanagi y Kirihara.
Los diez chicos se adentraron en el vehiculo, que incluía una mini expendedora. Sanada y Echizen se ubicaron en los primeros asientos, Marui y Jackal detrás de estos, la pareja del Seishun Gakuen en los siguientes, luego le siguieron Nioh y Yagyuu y, por ultimo, Kirihara y Yanagi.
Algunos buscaron alguna manera para entretenerse, ya que el viaje duraría alrededor de 5 horas; como el mitad brasileño que disfrutaba de la música que reproducía su mp4. Otros leían, como es el caso de Hiroshi y Sadaharu.
-Mi amor- susurro The Master contra el oído del menor.
-¿Qué?- pregunto el ojiverde mirando el paisaje.
-Déjame jugar contigo… con tu hermoso trasero- le desabrocho la bragueta del pantalón, bajo el cierre y metió de lleno su mano en dicha prenda anteriormente.
-Sanada-san podría oírnos, seguro se enojara mucho y nos obligara a correr cien vueltas o tal vez más.- dijo temeroso Kirihara. (R: oh es un amor! K: n.n soy lindo, lo se Y: ¬¬)
-No- el castaño se arrodillo en el suelo y bajo el pantalón junto con el boxer, observo la hombría palpitante de su pareja y la ingreso en su boca todo lo que le era posible, respirando por la nariz para no ahogarse, mientras una de sus manos subía por el torso del pelinegro de manera lenta, disfrutando de ese placentero contacto, al llegar a la altura de los labios, metió dos dedos hasta que quedaron ensalivados en su totalidad- mierda- gruño al no poder tocar la entrada de Akaya, ya que este la mantenía escondida entre sus piernas- date la vuelta.
-No.- negó, moviendo la cabeza.
-No te pregunte si querías- sujeto a su novio con una mano de ambas muñecas y lo giro, apretujándolo con su cuerpo contra el asiento, rozó incontables veces el ano con la yema del dedo índice luego lo metió, cuando este estuvo en el interior realizo movimientos circulares. Por desgracia, esto provoco que salieran varios gemidos inoportunos de los labios del pequeño.
-¿Me prestas tu mp4, por favor?- le pidió Sanada a Jackal, desde su asiento.
-Fukubuchou, dudo mucho que le agrade esta música.
-No importa, prefiero escuchar la samba que a Akaya gemir como embarazada a punto de parir.-dijo, el pobre Ryoma casi se ahoga con la Ponta que estaba bebiendo al escuchar esas palabras por parte de Sanada.
Finalmente después de tanta tortura llegaron a la cabaña, en la cual se alojarían por una semana, esta consistía de dos pisos, en la planta baja estaba la sala principal, mas la cocina y un amplio baño. En el primer piso (o el segundo) estaban los dormitorios, seis habitaciones.
-Bien, ¿y el gimnasio?- le pregunto Sanada a la joven muchacha recepcionista
-Etto…-la mirada fría del chico la intimidaba- en el fondo del establecimiento, al lado de las termas.
-Genial, ¿vamos?- dijo Akaya
-¿A dónde piensan ir sin nosotros? ¿Ah?- dijo Atobe, abriendo la puerta, seguido por sus titulares.
-¿Quiénes se creen para entrar sin tocar?- dijo Nioh acercándose al peliazul.
-¿Hyoutei?- se burlo el pelicereza.
-Tardaron bastante- comento el peligris.
-Por sino sabias nuestros “papis” no son ricachones que nadan en dinero.- defendió Genichiroh a su equipo.
-Lo se. Por eso Ore-sama esta aquí.
-¿Para jodernos la vida será?- pregunto el peliblanco.
-Chicos, chicos, cálmense.- comenzó la joven de cabellos anaranjados.
-Podrías decirme tu nombre.- dijo Nioh, llevando sus manos a la nuca.
-Yo también quiero saberlo.- agrego Oshitari.
-Ran…Rangiku. (R:no soy yo eh!) Si necesitan de mi servicio, avísenme.- salio, prácticamente, corriendo del lugar.
-¡Marui-kun!- grito Jiroh- Eres el mejor, quisiera ser tan bueno como tu, eres genial.
-Ya lo se, se que soy el mejor- respondió el pelirrosa, cual Atobe- aunque dudo que, tu, te conviertas en un tenista tan bueno como yo- esas palabras al parecer hirieron el, muy, sensible corazón de Jiroh que cabizbajo se retiro, regresando a la cabaña de su equipo.
-¿No crees que te excediste un poco, Bunta?- dijo el moreno.
-No, es la verdad.
-Como buen amigo te advierto que, como tú no tienes dinero como Atobe, es más que probable que te quedes solo, siendo así, tan…engreído.
-¿Me ayudas a bañarme?- le susurro Oshitari a el rufián.
-Claro, ¿Por qué no?- acepto- pero yo soy seme.
-Ah, pues yo no tengo problema con eso. ¿Vamos?- y ambos cruzaron por la puerta de salida, hacia las termas.
-Yuushi ya esta coqueteando…-musito el chico acrobático, entre Ootori y Shishido.
-Chocolate por la noticia- dijo en tono de molestia el de la gorra para atrás.
-¡Shishido-san!- Choutaro noto como el semblante de Gakuto cambio a uno de tristeza mezclado con algo de bronca.- Por favor ¿podría acompañarme afuera?- le pidió a su compañero de dobles. Ambos caminaron hasta quedar frente a la entrada principal.
-¿Qué?- pregunto Ryou casi enojado al notar a Choutarou en cierto modo preocupado por uno de sus superiores.
-¿A usted le gustaría que le hagan un comentario semejante a ese sobre su pareja?- soltó de una el menor, con los ojos rojos, apunto de llorar. El castaño pensó, primero: Ootori es mas bueno que el pan, por lo tanto se supone que siempre le será fiel a su pareja, la cual espera ser él; segundo: Nunca, NUNCA, recalco, permitiría que alguien se acerque a su adorado y tierno kouhai.
-Choutaro, te amo. Quiero que seas mi novio.- esas palabras escaparon de sus labios sin haberlo meditado previamente.
-Pe-pero… ¿Qué cosas me dice, Shishido-san? ¡U-usted esta loco!- y salio corriendo por donde había entrado (ni modo XD), bajo la mirada penosa de Hiyoshi, que fue tras él.
-¿Qué ocurre aquí?- musito Echizen en medio de sus superiores, Inui y Kaidoh.
-Ese es el efecto que surge cuando las hormonas se alteran.- respondió el de gafas, abriendo su libreta.
-Mada mada dane-
-Sadaharu- Renji llamo la atención de su mejor amigo- ¿Te apetece ir a tomar un café conmigo?
-Por supuesto.- Los data-man también salieron, en busca de un restaurante.
-¿Qué me ven?- dijo Kirihara buscando pelea, acercándose a los menores de Seigaku.
-Nadie te esta viendo, idiota.- insulto Kaoru.
-¿Intercambiaran parejas?- comento el más pequeño.
-¡No!- gritaron al unísono los mayores.
-Mada mada dane.
-¿Y tu que? ¿No tienes novio?- pregunto el de Rikkai, con una sonrisa divertida.
-No lo necesito.
-Ya veremos.
Continuara…
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