“En el parque de siempre. A la hora de siempre”
Aquello decía el papel dejado en su casillero, firmado por su querido amigo de toda la infancia, Kyo. Suspiró, ¿qué tendría qué decirle? La verdad era que desde hacía muchos días él había estado muy extraño para con él y comenzaba a preocuparle…
'Como desearía poder cantar esto bajo la lluvia
Porque estoy seguro de que me hará llorar otra vez'
Miró por la ventana a un lado del pupitre. El cielo se veía nublado, probablemente se aproximaba una lluvia, de esas que duraban tan solo minutos… Y él no había llevado paraguas ese día. Suspiró.
La decisión estaba tomada… ese día se lo diría todo, porque su corazón ya no podía guardarlo con la misma calma y dominación que en los tiempos pasados. La verdad era que siempre lo había querido, desde el día en que sus miradas se cruzaron.
Cerró sus puños sobre la mesa, recordando todas aquellas ocasiones en que su plan se vio trucado.
'Nunca imaginé que esta canción sería dolorosa,
pero daré todo de mi para poder finalizar'
Cuando eran pequeños e iban en primaria. Tan idiota como sonaba, jamás tuvo un excelente control sobre su propio idioma… en realidad, siempre pensó que su japonés era muy básico. Pero nunca fue algo que lo acomplejara las veinticuatro horas de los siete días de la semana.
En esos tiempos en que el amor era algo tan inocente, deseaba con todo su pequeño corazón podérselo decir al castaño abiertamente. Pero su timidez era tan gigante como el cariño, y sabiendo que a la cara no podría confesarse, decidió escribirle una carta.
La canasta de basura estaba hasta la mitad llena de papeles arrugados. ¿Por qué es qué no podía escribir algo tan simple? Ya fuera por un pequeño error en los caracteres, o porque simplemente su letra era rígida y forzada, sentía que nada le quedaba bien.
“Nada, nada, ¡nada! Jamás podré decírselo” Con su frente apoyada en la mesa…
'Como desearía cantar una canción que te conmoviera,'
“Solo se decir Te Amo”
Y sabía que no sería capaz de ello.
'pero creo que mi vocabulario no es el suficiente.'
Luego, cuando estaban un poco más grandes y poco antes de que les separaran de salón. Corrían apresuradamente por el pasillo del instituto, pues llegaban tarde a una clase, pero el menor terminó tropezando torpemente con sus propios pies.
“¡Ah!”
“¡Ruki!”
Retrocedió para levantarlo.
“¿Estás bien? ¿Te hiciste daño?”
Con prisa lo revisó, notando como solo se había hecho un raspón en la mano al apoyarse. Sonriendo, le hizo cariño en el cabello y le dio un cálido beso en la frente, asegurándole que no era nada por lo que Ruki debiera preocuparse.
Algo cohibido por tal muestra de afecto, Ruki lo separó poniéndole una mano en el pecho a Kyo.
“Lo sé, no me duele. No soy un niño, Kyo”
Aquello lo desconcertó un poco, pero volvió a sonreír.
“Mi error. Bueno, ¿vamos?”
Se contuvo el deseo de ofrecerle su mano. Ruki siempre había sido alguien complicado para relacionarse, pero con enorme paciencia, Kyo había logrado ganarse su confianza. Aún así, aún no aprendía a la perfección cuales eran los límites en la privacidad e intimidad del castaño que no podía traspasar.
'Aún así espero que sientas algo, no importa si es una punzada,
se que odias la simpatía, pero dame una oportunidad.
Porque todo se debe a ti.
Porque todo es por ti.'
Lo amaba.
Lo amaba.
En aquello pensaba cuando cambiaba de salón.
“¡Kyo!”
Creyó imaginar esa vocecilla en su cabeza, pero al levantar la mirada, al otro lado del pasillo, esa mirada serena le correspondía. Con una sonrisa, nervioso de encontrárselo antes de tiempo, le saludó, pero no se detuvo para escaparse de la clase unos minutos como solía hacer.
Se quedó de pie, literalmente marcando ocupado ¿Por qué no había ido hacia él? Siempre que se encontraban entre clases, se escapaban un rato.
Estaba un poco preocupado, y entonces pensó en la nota que le había dejado esa mañana ¿Sería algo muy grave? Quizás se iba de la ciudad… Oh, no podría imaginarse en una situación así. Su vida se había desarrollado junto a Kyo, si se alejaba ahora, ¿qué sería de él?
'Como quisiera que mi nombre fuera "Querido" o "Amor"
así cada vez que me llames sonaría como si fuéramos pareja.'
Un día sin verlo le resultaba difícil. Sacó su celular mientras no hacía nada en la sala, pero resistió la tentación de enviarle un fugaz mensaje. En vez de eso, se fue a ver las imágenes de la cámara.
Ah… tantas fotos que tenía de ambos. Sonrió al mirarlas, aunque se podría decir que prácticamente se las sabía de memoria. En cual sonreía, en cual se veía nervioso. Incluso hasta que ropa vestía o en que día fue tomada.
Parecía un psicópata. Ante este pensamiento, una ligera risa escapó de sus labios.
'Se perfectamente que mi cerebro necesita una reparación,
Pero me temo que fuiste tu quien hizo esto de mi.'
¿Cómo era su vida antes de conocer a Ruki? Poco recordaba de aquellos tristes días. La suerte los había hecho terminar en el mismo barrio, ¿seguiría siendo la fortuna generosa con ellos?
'Es lo único que puedo ser.'
“Te amo”
Aquellas palabras que resonaban en su cabeza.
'Es la única vida que puedo vivir.'
Recordó aquella noche.
Recostado en su cama, escuchaba música pensando en nada muy interesante, cuando algo lo hizo sobresaltarse. Una vibración en su estómago, su celular, una llamada entrante. ¿A esas horas? Aunque no se sorprendió al ver el nombre de Ruki en la pantalla.
“Buenas noches…”
“¿…Buenas?”
“¿Ruki? ¿Pasó algo?”
Había ciertas ocasiones en que los padres de su amigo tenían discusiones, y al escuchar su nombre en las acusaciones, no encontraba nada mejor que huir de su casa. Pero escucharlo sollozando al otro lado del teléfono siempre era una sorpresa.
“¿Eres idiota?”
“¿Eh?”
“He estado tirando piedras a tu ventana por más de media hora… ¿estabas dormido?”
“… Si, perdón”
Era mejor mentir.
“Ah, esta bien… ¿puedes abrirme la ventana? Hace frío…”
“…Ya voy”
Colgaron, y cuando Kyo se asomó abriendo su ventana, vio a Ruki en el jardín, abrazándose a si mismo mientras lo miraba. Una vez que estuvo dentro del cuarto, el rubio lo recibió con una chaqueta para que se abrigara…
“¿Lo saben?”
El otro simplemente negó
“¿Pasarás la noche aquí?”
“Oh bueno, si te es una molestia me iré a dormir al parque”
“…”
“Perdón”
“Esta bien”
Con nerviosismo, pues poco acostumbraba a hacerlo, apoyó su frente en el pecho de Kyo. Este sin saber que más hacer, si era lo que Ruki querría, lo abrazó con cuidado y acarició su cabello, tratando de reconfortarlo de alguna manera.
Pero estando allí, para el otro era suficiente.
'Como desearía ser los cordones de tus zapatos,
Y así jurarte nunca hacerte caer y hacerte daño.'
Recostados sobre la cama, mirándose frente a frente, Ruki volvió a acurrucarse en él. Abrazándolo, con su corazón acelerado, suspiró.
“Estoy muy cansado…”
“… duerme”
Siguió acariciándole el cabello, sin responder.
“…¿Ruki?”
“… hm…”
Fue una respuesta tan vaga.
“Te quiero”
Ojala y esas palabras hubieran escapado de sus labios en ese momento. Más el valor no estaba de su lado. Allí, abrazándolo, escuchándolo suavemente respirar, Kyo sonrió sintiéndose derrotado.
'Como desearía poder respirar solo frente a ti.
De ese modo, mi vida tendría que girar en torno a ti.'
El timbre finalmente sonó. La lluvia aún no caía, indecisa, esperando el momento correcto. Cuando llegó al parque no se sorprendió de verlo vacío. Dejó sus cosas a un lado del columpio y, sentándose en uno, comenzó a mecerse, mientras esperaba.
“Yo puedo… yo se que puedo. Esta vez si… Ruki no va a irse sin saberlo”
Se animaba mirando sus pies columpiarse.
'Como desearía poder tocar la música que te gustara,
Como desearía poder desempeñar el rol en tu vida,'
Pronto la lluvia comenzó a caer y Kyo sentía como en ella se iban todas las inseguridades. Enfrentó el cielo sin mirarlo, sintiendo como por su rostro caían las miles de gotas. Se levantó del columpio, al tiempo que en el parque resonó una suave voz.
“… ¿Kyo?”
Abriendo sus ojos lentamente, tranquilamente, lo miró. Sonrió.
“Viniste”
'Como desearía poder escribir una canción que amaras,
Como desearía poder ser el emblema de tu amor.'
“Te amo”
Finalmente, finalmente.
Pero la respuesta no fue la que imaginaba que sería, después de todo… ¿no era correspondido? Ruki lo había escuchado impasible bajo su paraguas. Y al oír sus fuertes palabras, hizo como lo hacía con todas las cosas que no podía entender.
Como siempre que tenía miedo e inseguridad. Huyó.
Sentado sobre el columpio empapado, Kyo miró sus pies nuevamente. Sintiéndose, más que antes, derrotado.
'Como desearía poder cantar esto bajo la lluvia,
Porque estoy seguro de que me hará llorar otra vez.'
Ya no eran solo aguas dulces las que recorrían sus mejillas, pero hizo lo que pudo para que nadie lo notara, a pesar de que estaba solo. Tardó unas horas en volver a su casa, en ducharse, más no tenía ánimos de nada.
Se sentía como una chiquilla adolescente a la cual la habían rechazado. Que humillante. Después de todo lo que pasó a su lado, después de todas las veces que estuvo incondicionalmente para él. Para nada.
'Nunca imaginé que esta canción sería en vano.'
Estaba dormido y ya era muy tarde.
La vibración de su celular sobre el velador lo sacó de sus sueños, lo tomó torpemente y contestó.
'Pero di todo de mí.'
“Ábreme”
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