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Una Luz entre la oscuridad por LirinSanzo

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Bueno, a peticion de la linda Kula que me pidio seguir escribiendo aqui dejo el 1er capitulo de este FF,,, ojala les guste.

Por cierto, es cierto que en mis FF pongo el "By esqueda". (ejem.. Esqueda es mi apeido ;) )

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UNA LUZ EN LA OSCURIDAD
By Esqueda


CAPITULO 1.
Aquí en la Tierra...

-Idiota! –grito Genjo Sanzo al momento que esquivaba una enorme bola de energía color rojo. – ¡Deberías aprender a tener mas puntería! –sonrió con sarcasmo al demonio frente a el.
Pero, este parecía aun esbozar su horrible sonrisa en su rostro. –no era precisamente a ti a quien me daba la gana disparar... –menciono este comenzando a reír.
Genjo frunció el cejo.
-San..zo... –dijo de pronto una voz detrás de el. La sangre del monje comenzó a helarse, sus ojos morados se abrieron de golpe y comenzó a volver lentamente su mirada hacia atrás.
Ahí estaba. Como una imagen de alguna película de horror. Su niño, su pequeño mono con una mano en su estomago, su mano empapada en un oscuro liquido.
Genjo podía escuchar los lamentos débiles de Góku detrás de el y la risotada del demonio frente a el. Decidió hacer mas atención a lo ultimo, de un decidido disparo el demonio dejo de reír y cayo al suelo.
Acto seguido corrió hacia el pequeño, quien se derrumbo en sus brazos. El rubio podía sentir la cálida sangre emanar de donde aquella fuente negativa de poder había caído sobre el pequeño cuerpo de el joven Youkai.
-Estúpido... –murmuro Sanzo mientras hacia presión con su mano en la herida de Góku. –Estúpido... debiste haberte quitado de ahí!, Baka! –
-Genjo... tu llegaras... hasta el Oeste... –la voz entrecortada de Góku alarmo cada vez mas al joven sacerdote. Miro hacia todos lados. ¿En donde demonios se metió Hakkai?
-Claro que tenemos que llegar al Oeste Saru – Sanzo meditó una vez mas esa frase, sabia que Góku la había captado también. “Tenemos” , “todos nosotros” el y Góku.
Pero ese estúpido Mono se rehusaba a luchar, comenzaba a respirar mas lento y sus hermosos ojos dorados a cerrarse.
“¡No!” pensó Genjo mientras lo veía dormitar. Este se puso de pie, tomo al infante en brazos y anduvo deprisa con el. Hakkai debía aparecer. “Le perdí una vez... no voy a volver a perderlo”.
-¡BAKASARU! ¡Despierta, abre esos malditos ojos! –ordeno Sanzo mientras su marcha se hacia mas rápida, ahora corría a través de aquel inmenso bosque gritando a Hakkai.
-No... no puedo San...zo, estoy muy... tengo... sue... sueño... –agrego débilmente Góku abriendo débilmente sus ojos, un hilillo de sangre que corría por su boca se movió cuando el niño sonrió con ternura.
-...Te amo... Sanzo... –dijo Góku sonriendo y llevando una mano hasta el rostro de Genjo.
Pero el joven de mirada violeta le puso una mano en sus labios. –shhh... ya me lo dirás cuando te recuperes... porque se que lo volverás a decir... eres completamente fastidioso... –
-SANZO!!- se escucho entonces la voz de Hakkai corriendo desde una vereda. –¿Donde se habían meti...? Góku!! –

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La noche había caído, Hakkai había reunido energía hasta debajo de las rocas para sanar aquella temible herida del pequeño Mono.
-Su situación aun es grave. Necesitara descansar estos días así que tomaremos medidas en caso de que algo le llegue a pasar, supongo que alguien debe cuidarlo mientras duerme, si gustan lo haré primero... –agrego después Hakkai, un poco débil a causa de la perdida de energía al curar al niño.
-Ni siquiera lo pienses –interrumpió Gojyo al guapo joven de ojos verdes. –Hakkai, estas cansado, mírate, necesitas dormir un poco...
-Pero... –La voz de Hakkai fue apagada de nuevo. El pelirrojo se acerco a el y tomo su barbilla con delicadeza acercándose tanto a el que su aliento podía sentirse en el rostro del chico de cabello negro. –He dicho, a la cama Hakkai, yo me quedare esta noche... –
Hakkai dio un respiro profundo y asintió. -Cuídalo mucho.. –
-Oye!, -Gojyo hizo un gesto de replica. –¡Cuido de ti!, como no cuidar de ese niño... –
-Mas vale que cierren su bocaza!, hacen tanto escándalo que terminaran despertando al mono! –grito entonces una fría voz desde la habitación contigua, aquella donde Góku dormía placidamente.
-Vaya... ¿Genjo? –pensé que, pensé que dormirías en la otra habitación, no te preocupes Gojyo se quedara a cuidar de ...
-Ya estoy bien acomodado aquí gracias. –interrumpió de mala gana Genjo a Hakkai aun recostado en la cama contigua a la del Saru.
-Bueno... aun así me quedare supongo.... –comento Gojyo mirando confuso a Hakkai.
-He dicho Largo! –exclamo molesto Genjo apuntando al joven pelirrojo.
-Bien, bien... de acuerdo, buenas noches... –contesto fastidiado Gojyo caminando junto a Hakkai hacia la otra habitación.

Las luces se apagaron, solo aquella hermosa Luz de Luna brillaba sobre la desolada habitación. Un niño respira dificultosa y rápidamente sobre una cama, y sobre esta misma, unos maravillosos ojos violetas le miraban con cariño.
Genjo se acerco hasta el rostro del Góku. Había en el cierta intranquilidad, parecía estar soñando cosas terribles. ¿Quién podía resistirse a semejante ternura? Tal ves ese sacerdote, que solamente contemplaba nervioso al pequeño.
De pronto aquellas dulces palabras resonaron en su mente.. “Te amo Sanzo” . Solo era una frase mas, salida de la boca de una persona que estuvo a punto de morir. ¿Cuál era el daño ahí? “Te amo Sanzo...” el daño era de que labios habían salido.
-¿donde estas...? –dijo entonces Góku entre sueños, sacando a Genjo del ensimismamiento. –No me dejes aquí solo... hace frió... –
Entonces el monje se acerco al niño, depositándole en su cuerpo una manta mas cálida aun, acariciando su cabello con suavidad y rozando delicadamente su mejilla con la del crío.
-Escucha Baka Saru... la voz de Genjo se escucho calmada y suave en el oído del niño. –Regresa aquí tonto, sal de ese mundo de sueños y regresa a nosotros... En tus sueños no te necesitan tanto como... como yo te necesito aquí. –
Sanzo bajo su mano hasta el rostro del niño, acariciándolo unos instantes, pasando sus pálidos dedos por aquellos frágiles labios. Unas extrañas e inesperadas ganas de besarlo cruzaron por su mente.
Su cabello rubio como el sol se agacho, quedando a escasos centímetros de los labios del niño que dormía. Podía sentir su respiración rápida y la calidez qué esta trasmitía. Permaneció en esa posición un instante mas, con sus ojos violetas cerrados, y su mano de nuevo acariciando la mejilla del Youkai de cabello color chocolate.
Pero el siempre había sido alguien que sabia controlar sus sentimientos, instintos y emociones. Cuando sus labios rozaban los de Góku se detuvo, suspiro profundamente y levanto de nuevo su cabeza hasta besarle la frente a su tan querido mono.
-Mi pequeño demonio... debes estar mejor por la mañana... para que me vuelvas a fastidiar con tus tiernas frases... te prometo que si vuelves a hacerlo, te responderé mejor... –
Y diciendo esto Genjo volvió a su cama, sus ojos permanecieron despiertos gran parte de esa noche y madrugada, solamente observando como pasando el tiempo el niño comenzaba a suavizar sus facciones, trazando una débil sonrisa en sus labios. Solamente así, el monje pudo dormir tranquilo.

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