Como cada mañana me levanto, miró la ventana un momento y me alegro que K por fin nos diera unas buenas vacaciones, ciertamente la gira fue todo un éxito y Shuichi debe de estar con Yuki compartiendo el tiempo juntos, eso me entristece, pero si mi Shu es feliz así ¿Por qué no alegrarme por él?
Lo quiero lo suficiente como para apoyarlo en todo, cuidarlo y seguirlo, por algo aun soy el guitarrista de Bad Look, por este amor que puede más que yo.
El mes pasado pelee de nuevo con Ayaka-chan, se que ella se dio cuenta de mis sentimientos y esta molesta por que las dos personas que quiso se enamoraron de la misma persona, pero se que es más por su orgullo que por el amor que decía tenerme, desde el primer momento en el que me entere de su relación con Eiri-san supe que lo amaba, supe que yo sólo seria como una balsa para olvidar sus penas y yo quería lo mismo, por eso se que aquello no tenía futuro.
En fin ¿Qué más puedo hacer? Por más que lo pienso, por ahora nada, quizás después alguien se logre robar mi corazón…
El timbre suena un par de veces y se que eres tú, eres el único que llama así a mi puerta, mi corazón brinca de alegría hace ya unas dos semanas que desapareciste en plan romántico con tu querido Yuki. Abro la puerta y ahí estas, veo tus divinos ojos violetas y se que no sólo has venido a verme por que me extrañes, me duele, me duele no saberte mío, el saber que cada día tus pensamientos están en él.
Pero más me duele ver el dolor en tus ojos, el saber que están enrojecidos por su causa, el saber que tendré el placer de tenerte entre mis brazos y tocar esos lindos mechones rosas.
—Hiro, jeje, te extrañe ¿sabes? Ocho meses enteros, o un poco más a tu lado y ahora tenía rato sin verte…
Se que hablas por hablar, por no derrumbarte tan pronto, me hago un lado y pasas, te sientas en el pequeño sillón de dos plazas que esta en una pared frente al pequeño televisor y después de cerrar la puerta te sigo y me siento a tu lado. Se que no tardaras en derrumbarte y se que mis ansias por tenerte en mis brazos son demasiadas.
Eres una pequeña tentación, pero se me contener, lo e hecho muchas veces antes y me tengo que dejar de lado, se que para consolarte tendré que olvidarme de mí y ser el apoyo que necesitas, por que si es eso lo que quieres de mí, eso tendrás, mi amistad y mi amor en las sombras…
Y ahora que por fin te decidiste a tirarte a mis brazos, me olvido de mi corazón palpitante, de mis sentidos embriagados en tu olor, del tacto de tu piel y sufro al ver que estas peor de lo que creía… No veo el momento en el que mis lágrimas surcan mis ojos y mis manos aun se mueven en tu espalda y cabeza, pero tú si las notas y me miras un poco sorprendido, no se que hacer, por primera vez en tanto tiempo simplemente me gano la tristeza.
No se como ese hombre puede llegar a ser tan cruel contigo, dos semanas de llevarte al cielo y después te deja caer como si nada, lo sé, se que te a tratado bien, si no hubieras llegado a mí antes, lo sé…
Me hundo poco a poco en mis reflexiones y sigo llorando silenciosamente y sólo soy consiente de que limpias mis lágrimas con tus labios y me sonríes como sólo tú sabes hacer, te aferro a mí y suspiro escondiendo mi cara en ese pequeño cuello que desearía besar en estos momentos, simplemente un beso que diría más que todas las palabras del mundo, un pequeño gesto que se entenderías más que una carta de amor.
—Shu-chan, tú viendo a desahogarte y yo cargándote mis penas… pero es que… sólo no se como decir esto…
Cuando por fin me calmo y dejó de tartamudear, me disculpo como un tonto y por primera vez en años te veo muy cerca de mí, unes tú frente a la mía y me preguntas que sucedió, no se contestar.
—Pues es que ya sabes… K pronto vendrá a querernos disparar por tomarnos tantas vacaciones… Ayaka…. Pues ella y yo peleamos y creo que ahora si todo acabo…
Simplemente no te puedo decir la verdad y sólo digo algo de que mi ex novia y cosas de extrañarla, que como el tonto que eres me lo recordaste, me vuelvo a disculpar y beso tu frente… simplemente no puedo pensar escusas mejores y no soy de aquellos que tartamudea mientras habla, no soy así, lo sabes, pero por ahora no dices nada, se que el beso te turbo y veo como tus mejillas se sonrojan y dices que soy cruel, pero se que sólo no sabes como disculparte y te crees el culpable de mis lágrimas y como era de esperarse ahora hablas sin sentido.
Adoro el timbre de tu voz, no es gruesa, simplemente suave, pero definitivamente no parece de una chica, no se en realidad que tonterías me dices, me pierdo en el sonido de cada letra dicha por tus labios, es como si apenas saliera de tu boca y se perdiera en el olvido de mi memoria sin encontrar un real significado, es simplemente que hoy no me puedo concentrar en otra cosa que no sea tu presencia y lo que esta causa a mis sentidos.
Se que en parte esa culpa que sientes es verdadera, pero no como tú la crees, de repente parece que intentas que te escuche y veo unos movimientos raros con tus manos, siempre has sido muy expresivo, es una de tus mejores cualidades, me rio en tu cara y me levanto contigo aun en mis piernas, al no ver mi movimiento caes al piso y simplemente te sobas, se que no a sido muy divertido para ti, pero mis piernas estaban entumidas y tu cercanía me perturba, una cosa es que sepa controlarme y otra muy diferente que sea un hielo para no sentirte.
Sonrió dulcemente, no puedo evitarlo teniéndote enfrente y te digo que ahora regreso, hago unas palomitas y pongo videos en la tv, te paso el tozón y te veo comer intentando olvidar.
Olvidar los momentos apenas vividos, pero sé que la noche es larga y que más tarde lloraras de nuevo entre mis brazos por ese imbécil que sólo te a hecho sufrir desde la primera vez que le viste, Sakuma-san canta en la televisión veo como te paras regando por la alfombra palomitas y con un peine empiezas a imitar sus movimientos, es uno de tus videos favoritos.
Ríes ruidosamente mientras brincas de un lado a otro, el tazón que llevas aun en tus manos se vació hace rato, pero no lo sueltas, se que una vez más estas nervioso, intentando evitar lo inevitable, así a pasado alrededor de una hora y ahora estas de nuevo entre mis brazos, esta vez sólo te consuelo, una y otra vez paso mis dedos delicadamente por tu espalda, mientras tú hipeas una y otra vez, lloras maldiciendo molesto a Eiri-san, me miras indignado contándome que una vez más te corrió a la mitad de la noche y luego te culpas por todo lo que paso.
Me cuentas que no querías despertarme y que rogaste que te dejara pasar por lo tarde que era y después de perderte por venir gritando en la calle terminaste llegando aquí caminando, además de que un vagabundo te quito la cartera, así que de todas maneras no tenías otra manera de llegar, después dices que le odias, se que mientes, pero yo sólo te escucho.
De verdad que ya no se ni que decirte, no tengo ánimos para decirte que todo estará bien, que ya veras que pronto todo se solucionara como siempre, y menos aun quiero pensar que en unos días de nuevo estarás entre sus brazos, así que por ahora oigo como te desahogas.
Después de un rato te hartas de hablar y caes dormido entre mis brazos, ha sido divertido ver como te acomodas en mi pecho, mientras ronroneas tus últimas quejas y dudas de regresar a su lado… sin que seas consiente besó tus labios y escapa ese maldito nombre de ellos, me alejo un poco molesto y por que no decirlo dolido.
Como desearía ser el único, pero es egoísta e imposible, hace tiempo que me hice a la idea que para ti el es especial e irremplazable, sin poder más te cargo en mis brazos y te recuesto en mi cama, mientras velo tu sueño.
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