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La Carta por YaoiLuvar

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Notas del fanfic:

FMA no me pertenece.

Notas del capitulo:

Hola amig@s de Amor-Yaoi, la verdad es mi primer momento en territorio FMA, asi que espero me comprendan.

Nunca habia escrito de esta pareja ni pensaba hacerlo, pero como una amiga mia me lo pidió me ví obligada a aceptar.

 espero que lean y opinen, el hecho principal es que mi amiga quería lemon, pero, no pude hacerlo, mi horario se apretó y no tuve tiempo.

Asi que hice algo distinto, ¿creen que ella me perdone?  xD

eso espero.

 

A LEER SI?

 

Hoy se contrastaba aún el híbrido sentimiento de agonía e impotencia que desde hace muchísimos años había sido una carga en su corazón, y es que su propia necedad había llevado a sus deseos a lo más profundo de una grieta de desilusión.

 

Hola Al, espero que aún estés bien, yo sigo aquí, en el hospital General, se muy bien que sabes porqué estoy aquí, y espero que entiendas la razón por la que no te dejaron visitarme. 

 

Aún recordaba con tristeza su amarga su infancia, la que quizá nunca fue más que bellísimo recuerdo intocable.

 

La razón si aún no te queda clara fue una muy sencilla, el motivo más práctico del mundo. Me habían dado por muerto, hasta yo perdí mis propias esperanzas el momento que Roy lanzó su último chispazo, pensé que iba a morir sin despedirme de vos. Sin duda esperé el momento ideal para escribirte esta carta. Entonces me puse a pensar, pero no sobre cualquier cosa, pensé acerca de vos, Al.

 

La música melancólica aún hacía eco en su habitación diurna, en la que esperaba pacientemente la llegada de sus padres con sigilosa y muy bien reservada anhelación.

 

-¿Esta vez si se tardaron, Ne, nii-san?- Había comentado entonces su hermano menor que se encontraba al lado suyo con una sonrisa paciente y enternecedora.

 

-De seguro estarán por venir. -  Replicó Edward con cierta apacibilidad, siendo un niño de corta edad pero con un carácter convaleciente.

 

-Si, eso pensaba yo. - Comentó Al con una mueca de alivio, levantándose de la cama y caminando rumbo a la salida.

 

-¿A dónde vas? - Preguntó el mayor con cierta curiosidad marcada en el tono de voz.

 

-A ver como se pone el sol, hermano. - Respondió el más pequeño de los dos, siguiendo su camino sin esperar al chico de cabellera rubia y ojos miel, que lo seguía con pequeños pasos temerosos a un resopló de indignación.

 

-Puedo...ir contigo... ¿Cierto? - Interrogó Edward con timidez, intentando acelerar el paso y quedar al frente de su hermano menor.

 

-Claro que puedes Nii-san. - Corroboró el chico con una sonrisita, a lo que tomó a su hermano mayor de la mano y siguió caminando, junto a Ed, que ahora se había sonrojado.

 

¿Por qué? ¿Explícame una razón por la cual no haya sido capaz de demostrarte lo que en verdad sentía por ti desde aquél día? ¿Era imposible para mí confesarme? ¿Hasta el grado de mentir para hacer lo que quería?

 

Los dos veían el sol con un renacimiento fugaz, casi invaluable y completamente discreto, hasta en ese momento el mayor sintió una fuerza insaciable, que le remordía poco a poco su fría piel, que aunque estuviese expuesta a la nívea pero cargada de energía brisa de verano, no lograba saciar su congelada temperatura.

 

 

¿Recordas aquél momento en el que vos y yo habíamos ido a ver la puesta del sol? Insistías que hacía calor, pero yo moría de frío.

 

 

-Mejor nos vamos, hace mucho frío, Al- Comentó Edward tiritando de repente, a lo que su hermano menor solamente respondió con un cálido abrazo.

 

-Por favor Ed, hay demasiado calor, esperemos a que termine de irse el señor sol. - Pidió el pequeño con una sonrisa encantadora, que fue incapaz de producir un rechazo por parte de su hermano mayor.

 

Pensaba que me había resfriado, hasta en un momento cuantifiqué la idea de estar muy enfermo, pero es que de niño no distinguía lo fría y mortal que era la soledad y la melancolía, la falta de cariño y atención. Me preguntó si vos  alguna vez lo sentiste.

 

El sol continuaba su cuenta regresiva, cosa que mantuvo muy alerta a los dos Elric, que seguían con la mirada tan hermosa acción. Ambos sonreían, sabían que solamente ellos existían en su mundo, sus padres eran personas que a ninguno de los dos les importaría perder, claro que les dolería, pero se tendrían el uno al otro.

 

-Esto es hermoso, ¿verdad, Nii-san?- Comentó el más pequeño, a lo que su hermano mayor solamente se lo quedo viendo. -¿Qué...que pasa? - Preguntó el menor al ver la cara preocupada de su hermano, el cual se acercó lentamente a sus labios, para luego depositar un tierno beso.

 

Aún sin saber completamente que hacer, Al no había dicho nada, se había quedado en blanco y sin saber que responder o ejecutar, su hermano mayor lo estaba besando, sentía su lengua buscar con desesperación su pequeña boca, y fue en ese momento cuando sintió el enlace de dos lenguas haciendo un dúo interminable.

 

El más pequeño había cerrado los ojos involuntariamente, completamente sonrojado, sin saber responder por completo al beso de su hermano, cuando todo terminó, pudo distinguir pequeñas lágrimas cristalinas resbalarse por la delicada cara de el chico mayor.

 

-¿Qué fue eso?...- Preguntó el pequeño Al, confundido por completo, algo pasaba, su hermano nunca lloraba.

 

-Quería ser tu primer beso, hermanito... - Comentó el mayor con una mirada fuera de su normalidad de carácter fuerte, no podía más, sentía que iba a desplomarse allí mismo, y fue cuando se levantó del lugar con ganas de correr.

 

-¿Edward...que...sucede? -Interrogó Al, ahora más que confundido.

 

-No pasa nada, no me sigas, por favor- Ordenó Ed, corriendo lejos de su hermanito, que ahora había quedado indefenso ante la oscuridad y con mil dudas en su cabecita.

 

No sabes cuanto me arrepentí de haberme escapado, pero no podía conmigo mismo, era algo tan profundo lo que sentía por vos, que ahora me pregunto por qué fui tan estúpido como para no decírtelo.

 

Y espero que ahora que lo vas a saber no me mires como un bicho raro. Sino como una persona que ha sentido algo por ti.

 

Al, te amo, y lamento nunca haber tenido el valor de habértelo dicho en la cara. Espero que me perdones, yo aún no lo hago, pero si lo haces vos, creo que mi alma, ahora muerta, podrá descansar en paz.

 

De seguro haz estado preguntándote porque dije esto último, y la verdad es que cuando empecé a escribir esta carta, estaba vivo, pero ya Dios ha venido por mí, pero me dejó unos últimos minutos para despedirme de vos, aunque fuese por una maldita carta, te digo que ya debo partir, hace 120 minutos que dejé de respirar, y aunque suene impresionista, la verdad es que es completamente cierto.

 

Dos horas después de morir, me despido.

Por favor, no llores por mí, estaré con vos siempre, aunque no me veas.

 

Te amo.

Edward Elric.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero sus comentarios y RRS, por favor diganme que tal, asi poder mejorar y atreverme a escribir un buen lemon de ellos en todo caso un día de estos.

en fin...

¿le gustara a mi amiga?

o soy una patetica escritora? D:


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