Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Punto de Partida por UnknownOrchestra

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La historia que a continuación tendrá lugar, se desarrolla paralela a la trama original de KH Reborn!



Parejas: D27 -DinoxTsuna- y 8059 -YamamotoxGokudera-

Notas del capitulo: La historia que a continuación tendrá lugar, se desarrolla paralela a la trama original de KH Reborn!
Das difciles viva el Decimo Vongola enfrentndose a su ms cruel adversario hasta el momento: una gripe.
Un enemigo de temer, cuando se ala con la buena voluntad y preocupacin de los cercanos, familia y amigos, quienes insistan amable o bestialmente -en caso de algunos-, en que permaneciera atado –uno que otro quitaba el lado metafrico de las palabras- a la enorme cama adoselada, forrada en un edredn, acorde al estilo rustico mafioso de la fortaleza Vongola –porque eso pareca, una fortaleza de varias hectreas, ms que una mansin- y una cantidad considerable de almohadas, almohadones y cojines de diferentes tamaos, formas y texturas, en las que su mascota, Miriu, el gato angora heterocromico que le recordaba tanto a Rokudo por el color de sus ojos, lograba perderse.
Entre las paredes de sus habitaciones, revestidas de un papel tapiz en el que predominaba el vino, solo consegua desesperarse conforme los das avanzaban camino a cumplir la semana de su confinamiento. Como no mostrara mejora, tema enviaran a por Bianchi para atraer a Shamal, lo que convertira el caos del lugar, en una hecatombe de proporciones desconocidas, con la bronca que se armara.
Por si no fuera suficiente el hecho de estar enfermo y encerrado, la familia se asegur de acabar con todas sus posibles escapatorias, apostando, en primera, a Gokudera, al frente de la poderosa puerta doble fabricada en roble con finos detalles dorados, que le daban ms el aire a la puerta principal de la mansin. Gokudera, su fiel y leal amigo, adems de mano derecha, estaba dispuesto a darlo todo por l, por lo que defendera con su propia vida la puerta, para evitar el ingreso de terceros con malas intenciones, y el egreso de un “decimo” enfermo. Yamamoto, otro buen amigo, se encontraba colocado debajo de los ventanales de las habitaciones, en el patio. Del mismo modo que Gokudera, l tampoco estaba dispuesto a dejar que nadie entrara ni abandonara el sitio donde se encontraba Tsuna. A pesar de su aspecto inocentn, tenia bien en claro sus prioridades, de las cuales, al momento resaltaba la proteccin del jefe de la familia, de cualquier cosa que representara un peligro –incluso, del mismo Tsuna.

--Si intentas saltar, te recibir en brazos amorosamente.-Justific Yamamoto su ubicacin, adornando las palabras con su tpica despreocupada sonrisa.

El resto de la familia estaba dispersa protegiendo los diferentes pasadizos secretos, pasillos, senderos y jardines. El decimo era demasiado apreciado como para permitir que algo le pasara.
Qu desesperante! Sin poder hacer nada, enjaulado, se senta tan intil, que el estatus que con tanto esfuerzo se gan dentro de la mafia, ahora le pareca nada, un mero y sobrado adorno. Solo tena una gripe –resistente-, no la fiebre del Nilo.

--Su salud ante todo, 10mo.-Contestaba Gokudera del otro lado de la puerta cuando le rogaba lo dejara salir a estirar las piernas.

--Morir de asfixia o de un ataque de pnico antes que de neumona.
Para su amigo era una dura prueba a la que tambin era sometido, negndose a los deseos del jefe al que tanto adoraba.
***

Justo cumpliendo la semana, la fiebre que en das primeros fue imperceptible, arreciaba al punto de tirar a Tsuna delirando en cama, o mermaba hasta dar la apariencia de desaparecer junto con los dems sntomas. Un tira y afloja burln que desquiciaba al joven Vongola, quien se encontraba al borde de la desesperacin, incapaz de controlar sus ganas por salir e intentar olvidar la suerte que le asechaba, grabada en cada uno de los muebles y tapices, ya no solo de sus aposentos sino de toda la propiedad!
***

Cierto atardecer, delirando o lucido –a esas alturas le costaba dilucidar cuando estaba como-, tom un suter negro que se cal sobre los hombros. Peg el odo a la puerta. Gokudera daba las gracias a I-pin por molestarse en llevarle la cena, declinando su oferta de relevarle para ir a descansar. La pequea, desendole lo mejor, regres a la cocina junto con Lambo, que no paraba de pedir un trozo enorme de pastel de chocolate. Como era de esperarse, Gokudera le dijo no muy amable ni educadamente, que se callara, porque Tsuna tena que descansar para la visita de Shamal –por fin lo traeran, luego de que ningn doctor supo dar razn ni cura a su enfermedad-, y tambin como se esperaba, Lambo le sigui, enfrascndose ambos en un ria infantil. Una sonrisa se dibujo en los labios de Tsuna.
Andando de puntitas al otro extremo de la habitacin donde dorma, se asom por una pequea apertura entre las cortinas del ventanal. No vea a Yamamoto. Cuidadoso, pas hacia la divisin que haca de una pequea sala de estar, volviendo a asomarse discretamente por el otro ventanal. Ah estaba! Con los brazos cruzados tras la nuca, viendo como Ryohei se entrenaba al “MAXIMO” haciendo pelea de sombra.
Alejndose de las cortinas con rumbo al dormitorio, asinti, dndose para s mismo la seal de que era ahora o nunca.
Respir profundo, reuniendo todo el valor necesario. Dirigi la mirada a la engalanada caja de madera que yaca sobre el tocador. Movi la cabeza en negativa. No usara los guantes para un enfrentamiento de escapada contra sus propios colegas.
Cruz los brazos sobre su pecho, sacudindose de la emocin y los nervios. Volvi a llenarse los pulmones lo ms que pudo. Solt el aire despacio. El ltimo centmetro cubico de aire que logr extraer, fue el disparo de salida. Desde la puerta principal del dormitorio –que siempre le pareci ilgico que se encontrara ah y no en la salita de estar, o lo que es lo mismo, le pareca tonto que la habitacin de dormir se encontrara ah y no donde la salita de estar-, tom vuelo con todas sus fuerzas. Las manos las coloc al frente, cruzadas, a la altura de su rostro para protegerse. El cristal cedi, partindose en cientos de trozos ante su cuerpo lanzado, al igual que el marco de madera del ventanal.
Ventana o puerta, las opciones que tenia para escapar, las haba sopesado concienzudamente, llegando a la conclusin de la ventana y la katana de Yamamoto, en preferencia al encuentro con las bombas de Gokudera, aunque saba que lo primero sera ms fcil de esquivar –la preocupacin de su amigo por no daarlo pesara mas sobre la puntera que debera de tener para detenerlo, lanzando los artefactos explosivos casi al azar-. Su decisin final se bas imperativamente en el temor por los gastos de reparacin y/o reconstruccin que de su enfrentamiento resultaran.
El estruendo del impacto y el ventanal destruido, desat un detalle que escap a los clculos de Tsuna. Yamamoto se llev instintivamente las manos a la katana ceida al cinto, y Gokudera, quien no dudara en detonar el mundo entero por llegar cuanto antes a donde se encontrara, se deshizo del retraso de un par de segundos que le supona la puerta, volndola con un ataque de bombas.
“Aun te falta mucho por aprender” Le dira su maestro, Reborn. Y cunta razn tendra… la puerta, era la primer vctima.
Lo que vio Gokudera al entrar, fue la ventana destrozada y ni el mas mnimo rastro del decimo en los aposentos. Veloz, se situ en el marco vacio. Qued por instantes, confuso, al ver a Tsuna encaramado en un trozo del marco del ventanal, repeliendo el filo de la katana de Yamamoto, contra el que arremeti apenas estuvo a su alcance aun en el aire, con la intencin de dejarlo K.O. Sin embargo, a pesar del barullo, asaltar a Yamamoto de ese modo, no era cosa fcil, por lo que antes de lo que esper, necesit de toda su habilidad para evitar ser lesionado por el contraataque.

--Maldito.-Musit Gokudera sin dar tiempo a explicaciones, saltando e interviniendo.

Los contendientes, se separaron dando un salto atrs, quedando al centro el tercero.

--Traidor! Saba que no deba confiarse en ti.- Lanz un ataque de bombas que apenas si tuvo tiempo a esquivar Yamamoto.

--Hey! No es lo que piens…!

--Ahorrare las excusas! –Una vez cabreado por algo que respectara al 10mo, era imposible detenerle.

--Escchame! –Casi rogaba evitando entrar en el juego y responder a los ataques.

Tsuna lamentaba en lo ms profundo tener que obligarlos a confrontarse -Y con el malentendido de por medio, peor!-, pero confiaba en que ninguno morira, y lograran entenderse y dar con el verdadero culpable, que se escabulla por la zona del jardn que tocaba vigilar al equipo que se reuna ahora alrededor de la pelea, igual o ms confundidos que los contrincantes.
La arboleda que rodeaba la propiedad, era frondosa y extensa. A primera vista le haba fascinado la panormica que ofreca desde los ventanales y rosetones.
Libre luego de tantos das de cautiverio, errante en la relativa inmensidad del lienzo de naturaleza, se encontraba renovado, olvidndose inclusive de la poca distancia puesta entre l y los dems.
Independiente a ser por la fiebre o por su recin adquirida libertad, estaba felizmente mareado.
Minutos despus de internarse en las profundidades de su “jardn”, una explosin interrumpi su goce, seguida de una enorme columna de humo que se alz por sobre las copas de los arboles…
A la detonacin, sucedi un silencio tremebundo.
***

Camin despreocupadamente, luego de mil intentos por auto convencerse de que todos estaban bien y completos. Por tiempo y rumbo desconocidos, sigui hasta ser consciente de que la fiebre agravaba peligrosamente. El cuerpo le dola, sin saber si era por el esfuerzo exigido en su escape o por la enfermedad. Estaba temblando, y la cosa empeoraba a cada paso.

--Quizs… no fue tan buena idea. –Reconoci.

Se dej caer boca abajo en la alfombra verde que se extenda un par de hectreas ms hacia todos lados. La noche profundizaba su llegada.
A quin se le ocurra salir en esas condiciones a esas horas a dar un paseo?! Al imbcil de l…
No pens en la posibilidad de morir ni de ser encontrado o no, tan solo se dej caer en el sueo o desmayo que le sobrevino, con un cruel soplido del glido aire –o tal vez fuese el estremecimiento de su febril cuerpo-, y la luna iluminando su plido rostro de mejillas grana, a travs de las ramas de los arboles.
***

Me encontraron, se lamentaba Tsuna. Lentamente se libraba del sncope.
Lo primero de lo que fue consciente, fue de encontrarse en una cama. Lo segundo, fueron las voces que discutan acaloradamente fuera de la habitacin, haciendo retumbar el eco de sus voces dentro. Las palabras que resonaban a su alrededor desaparecan pasando por su cerebro a penas como una sombra de la que era conocedor sin que esta fuera palpable.
Basta. Rogaba para sus adentros. Gokudera, deja de pelear con Yamomoto por traerme de regreso… Yamamoto, basta, no tienes porque contestarle que es un descorazonado desgraciado…
Aun aturdido, le cost su tiempo darse cuenta de que ni lo que decan tena sentido en su contexto familiar ni que esas voces no eran de sus amigos.
Dnde estoy? Se pregunt al captarse fuera de casa. Los parpados le pesaban, siendo imposible abrirlos por ms esfuerzo que hiciera. El cuerpo entero lo senta pesado y dolorosamente cansado.
Demonios…
La puerta fue abierta de golpe, causando un estruendo sec acompaado de dos decenas de pasos con sus respectivos cuerpos apindose en la habitacin.

--Es l? –La voz le era conocida.

Alguien debi de dar una respuesta afirmativa no verbal.

--Dino estar de acuerdo con esto?

De nuevo una respuesta nula en sonidos.

-- Que quede claro que lo hago porque le debo una… -el hombre que llevaba las riendas de la escena se acerc al lecho donde yaca- solo atiendo mujeres.

Sac algo de algn lugar, lo abri. Un pequeo piquete en su cuello, volvi a alejarlo de la realidad.
So profundamente, con que? Con una enorme mansin, un par de pequeos corriendo de aqu all, transformndose luego, por arte de una bazuca, en su versin adulta. So con un chico de ojos dispares y otro gritaba que iba al mximo. So un loco de las bombas y otro que sonrea a todo. Cada rostro perda lentamente sentido… en su cabeza, fue un “los conozco”, luego aadi un “creo”, seguido de un “quizs”… finalmente un “no se quienes son”…
***


“Tsuna! Decimo!” el conjunto de voces lleg tan claramente que le hizo dudar de lo tangible que eran las aves cantando sobre su cabeza, en la copa del frondoso omb.

--Dormiste bien?

Asinti ocultando su desconcierto, luego de abrir los ojos.

--Me alegra.

Elev la vista. Los rubios cabellos de Dino brillaban esplendorosos con los rayos del sol filtrndose por el ramaje del rbol, invistindole de un aura divina. La sonrisa que mostraba, aunque cansada, le confiri paz, permitindole seguir recargado en su hombro un par de segundos ms baj la sombra del rbol.

--Quieres entrar?

Neg con la cabeza.

--Pero es lo mejor… -contest- Te est dando otro ataque verdad? –Pregunt restregndose los ojos con el revs de la mano, alejando las lagrimillas que siguen al despertar.

--Eso creo. -Respondi Dino.

--Puedes llegar a la silla de ruedas, o llam a Hibari?

--Puedo.-La sonrisa que dibujo en sus labios aada un “por el momento”.

Separndose de su compaero, Dino se levant dificultosamente, con un respirar pausado, entrecortado, apoyndose en el tronco del rbol, en lo que el chico de ojos avellana, ya en pie, desplegaba la silla de ruedas que se encontraba a su lado. Al acercrsela, se dej caer en ella. Su piel volva a perder color. Las puntas de los dedos se le colorearon moradas. El cuerpo le temblaba del frio que senta.

--A tiempo.-Se alivio, tomando el edredn, que colocaron sobre sus pies para cubrirse de la fresca brisa de inicios de marzo, echndoselo encima a Dino.

--Gracias.

Sonri. El rubio era un chico muy noble, capturado en las redes de una enfermedad desconocida que lo azotaba con ataques de temperaturas extremadamente bajas, intercalando con perodos de cierta normalidad. No pareca molestarle que los dems supieran de su extraa enfermedad, siempre y cuando no le tomaran por menos en consecuencia. Era fuerte, cuando tena a alguien de su familia cerca, o de lo contrario, era solo un idiota… un idiota guapo. A pesar de ser un mafioso, lder de la familia Cavallone, nunca abusaba de su condicin si la situacin no lo ameritaba. Gustaba de la apacible lectura al exterior, lo que meses atrs le era casi imposible por su delicada condicin. Siempre tena una sonrisa para mostrarle… y tantas cosas ms que le resultaban imposibles de contar.

--Itsuki… Cmo estas tu?

Como siempre. En medio de su sufrimiento, tiritando, cerrando los ojos con fuerza ante el dolor del cuerpo entrecortado, era capaz de preocuparse tambin por l.

--Estoy bien. La fiebre no ha dado seales de aparecer.

--Que bien.-Reclinando la cabeza para apoyarla en la mano que Itsuki le colocaba en el hombro, la bes y se desmay.

Dino, tambin le restaba importancia a que l, un chico igual de extraamente enfermo, torpe y dbil, le cuidara… porque para ambos, ms que ser una molestia el tener que depender de alguien en las mismas precarias condiciones, resultaba un alivio el poder ver a alguien capaz de comprender lo impotente e intil que se sentan al postrarse de rodillas ante un enemigo que les acababa por dentro sin que pudiera hacer nada. A Itsuki le resultaba especialmente reconfortante tenerle a su lado. A pesar de que los dems miembros de la familia Cavallone le tomaban como uno ms de ellos, Dino era el nico al que le despreocupaba completamente conocer el pasado de su persona, un pasado tormentoso, porque aunque no tuviera el mas mnimo recuerdo de quien era, el vacio que quedaba de su 19 aos –calculados-, era una vorgine que constantemente lo amenazaba con devorarlo, y que a no ser por la compaa de Dino durante los primeros das tras recuperar la consciencia y darse cuenta de que ni siquiera su propio nombre recordaba, seguro as hubiera ocurrido.
Aquel desconocido, que sentado al lado de la cama donde despert en un mundo al que fue adentrado de golpe, expulsado de una nada ominosa, sosteniendo su mano, ambos tembleques, le dio un hogar, una familia, una mano amiga, un nombre y un sentido para vivir: estar a su lado, libre a si regresaban sus recuerdos o no…
Madurando en su confuso corazn, un sentimiento clido le arrancaba, al cruzarse sus miradas en formas diferentes a las de una amistad, arreboles y mariposas en el estomago.
El sentimiento que naca en su persona, contribua a sepultar con mayor ahinc al 10mo Vongola, Tsunayoshi Sawada, bajo la existencia de Itsuki… una lucha contra reloj se desataba… 4 meses haban pasado… 8 restaban para que d entre Itsuki y Tsuna, emergiera una nica presencia que diera fin por completo a la otra... Qu se antepondra a qu? Su familia a Dino? O quizs Dino a su familia?
Desconociendo la batalla de la que era participe y principal escenario, empuj la silla de ruedas por el prado, camino a la casa –mansin- de campo de los Cavallone, feliz de ver a Dino recuperar con prontitud el color de sus mejilla. Fue un ataque corto, y ahora solo dorma profundamente.
Notas finales: Tiene algo de tiempo que no escribía un FF “y es la primera vez que incurro en el terreno KHR-, por lo que lo más seguro es que le haya perdido mucha practica. Aun así, deseo de todo corazón, este primer capítulo “de no me pregunten cuantos-, les haya gustado, y tal vez, animado o dejado la semillita, de seguir lo que de ahora en adelante vendrá.
Como dato curioso, el titulo de cada capítulo, estará basado en lo que me haya inspirado a crearlo “por lo tanto, no esperen mucha coherencia entre titulo y contenido-. Y este primer capítulo, se basó en la canción “RUN” del grupo surcoreano Shinhwa.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).