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Salir corriendo por elaiza

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Notas del capitulo: Disclaimer: Nada de esto es mio (y estoy cansada de repetirlo) aunque me gustaría. No saco de ello más que los comentarios que me dejeís.
Salir corriendo (Amaral)


Nadie puede guardar toda el agua del mar
en un vaso de cristal
¿cuántas gotas tienes que dejar caer
hasta ver la marea crecer?

-Mamá por favor, deja la copa, mírame, escúchame. No puedes seguir así, ¿Cuántas veces tengo que encontrarte llorando abrazada a una copa para que te des cuenta de que no puedes seguir aquí? Te estas matando, te estas dejando morir. Peor aún, estás dejando que te mate. Y yo no puedo soportarlo. ¿Cuántas lágrimas más quieres derramar? ¿Las suficientes para hacer que la marea crezca?
Narcisa se niega a mirar a su hijo, y sigue mirando al fuego mientras le da otro sorbo a su copa de vino. Draco bufa y frustrado sale de la habitación dando un portazo al salir.

¿Cuántas veces te ha hecho sonreír?
Esta no es manera de reír
¿Cuántas lágrimas puedes guardar
en un vaso de cristal?
Si tienes miedo, si estas sufriendo
tienes que gritar y salir, salir corriendo.

Draco lo intenta de nuevo, nunca dejará de intentarlo… al fin y al cabo es su madre. – Mamá piénsalo. ¿Hace cuanto tiempo que no te hace sonreír? Es más, ¿Hace cuánto tiempo que no sonríes? No puedes seguir aquí sentada mirando las llamas de la chimenea o en el jardín llorando continuamente, sola, deprimida. Te necesito, te quiero. Por favor mamá déjale. Vente conmigo. No llenes más vasos vacíos de alcohol con tus lágrimas. Sonríeme.
Narcisa apartó la mirada de las llamas y la fijó en los ojos de su hijo, tan parecidos a los de su padre, pero a la vez tan distintos. Los ojos que la miran reflejan un cariño y un amor que hace tiempo que no ve en los de su padre. En los de Lucius ahora solo hay odio, desprecio, ansias de poder y locura. Y se siente tentada a marcharse con Draco, pero tiene miedo… tanto miedo… Lucius era capaz de cualquier cosa.

- Sé que tienes miedo mamá, pero tienes que salir de aquí ya, corriendo mamá, sin perder tiempo. Vente conmigo yo te protegeré. Harry me ayudará. Podrás vivir con nosotros. Nunca podrá volver ha acercarse a ti. Piénsalo mamá. Tienes que venirte.

Draco salió de la habitación dejando a su madre a solas pensando en la oferta de su hijo. ¿Podría hacerlo? ¿Podría abandonar a Lucius?

¿cuántos golpes dan las olas
a lo largo del día en las rocas?
¿cuántos peces tienes que pescar
para hacer un desierto del fondo del mar?
¿cuántas veces te ha hecho callar?
¿cuánto tiempo crees que aguantarás?
¿cuántas lágrimas vas a guardar
en tu vaso de cristal?

Narcisa estaba sentada en el jardín con su sempiterna copa de vino en la mano y cuando Draco se acercó a ella tuvo que reprimir un gemido al verla. Su rostro de piel blanca como el alabastro mostraba un horrible morado que ocupaba desde la sien derecha hasta la mandíbula. Draco se sentó junto a ella y la abrazó.

– ¿Por qué dejas que te haga esto mamá? No eres una roca que aguante los golpes del mar, eres una mujer, no tienes porque soportar que te pegue. No le dejes que haga un desierto de tú alma. Dime hace cuanto tiempo que no conversáis, piénsalo. Dime, ¿Cuántas veces te ha hecho callar en público como si parecieras tonta o no tuvieras derecho a expresar tú opinión? ¿Hasta cuando vas a seguir llorando sobre vasos de cristal? Miraté, eres una Black, Hermosa, poderosa, inteligente y sin embargo dejas que padre te trate como si no valieras nada, que te golpee y te trate como una posesión más. Déjale. Vente con Harry y conmigo.

Narcisa le miró y lo supo, Draco llevaba meses intentándolo y por fín, esa mañana al ser golpeada por su esposo había llegado a una conclusión. Draco tenía razón. Así que dejó la copa a un lado mientras miraba a los ojos a su hijo que mostraban la esperanza que empezaba a nacer en él. Y Narcisa le sonrió.

- Me iré contigo Draco, hoy, ahora mismo, nunca más volveré a esta casa. Tenías razón no puedo seguir así. Además tengo ganas de conocer a tu Harry, me has hablado tanto de él…

Draco sonrió. Esa es la mujer que el amaba, su madre, la que hacía de lo difícil algo fácil, la que sonreía a la vida y con su sonrisa le iluminaba la vida. Volvió ha acercarse a ella y de nuevo la abrazó.

- Te he echado de menos mamá.

- Lo sé hijo, y yo a ti. Pero vayámonos. Ya le pediré a un elfo que me mandemos cosas. Corramos, que la vida es corta y aún nos quedan muchas cosas por vivir.

Draco sonrió y cogiendo a su madre se desapareció con ella hacia Grimauld Place donde un Moreno de ojos verdes les esperaba muy nervioso por conocer a su suegra. Lo último que se oyó en ese jardín en el que tantas lágrimas habían sido vertidas fue un grito de alegría de la misma mujer que las había derramado.

Si tienes miedo, si estas sufriendo
tienes que gritar y salir, salir corriendo.
Notas finales: Espero que os haya gustado y también que os haga reflexionar. La violencia contra la mujer es un delito muy grave y desgraciadamente demasiado extendido.
Recordad que la mujer no es ni mejor ni peor que el hombre, es igual. Lucha por tus derechos, no te dejes pisotear. No lo soportes, SAL CORRIENDO y acude a la policía.
Un beso y hasta pronto.

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