Miro a solas el cielo nocturno
Observo un cometa aparecer,
Tan pronto como lo vi cayó
Desapareciendo su brillo.
- Rusia -el pelinegro suspira a lo lejos observando a aquel chico solitario del que tanto gustaba- Como quisiera ayudarte aru, como quisiera estar a tu lado
- ¿Eh? Pero si siempre estás a mi lado -China da un brinco varios metros alejado del hombre que salió a sus espaldas
- Ru…Ru…¡Rusia! ¿De dónde saliste aru?
- De allá -dice señalando el punto donde antes había estado observándole- Como te vi aquí escondido sin decir nada, quise venir a saludarte
- …
- ¿Hice algo mal? -dice poniendo una carita de duda muy dulce, por la cual China se sonrojó
- Na…na…¡NADA MALO ARU! Tú, nunca harías algo malo…a mi parecer…
- …Ya veo, entonces está bien jeje -coloca una mano sobre su negro pelo- me voy, tengo que torturar a Lituania. Bye bye
-Bye…aru
Cuando mi mente piensa solo en ti
Me duele el pecho siempre así.
Verte es lo que necesito yo
Pero en tu cielo no puedo volar.
- Aru…Quiero decírtelo…de verdad aru, pero no tengo el valor suficiente –el chico se echa sobre su cama a llorar de desesperación, impotencia y poca falta de confianza en si mismo- Yo…nunca podré ser como Francia, que a todo se atreve aru, o como Inglaterra, que su amor por América es secreto a voces…Ni siquiera. Puedo ser como Grecia aru, que ya estuvo entre tus brazos, ¿Qué puedo hacer yo aru? Te quiero demasiado –esas fueron sus últimas palabras antes de caer rendido en los brazos de Morfeo.
Todos en La Casa Imperial estaban preocupados, la depresión en la que se encontraba China era extrema, le estaba afectando a toda la nación, ni los mejores monjes budistas podían hacer nada.
Si algo pudiera ser,
Sin dudar un cometa sería yo
Para andar por el cielo volando.
Y aunque cualquier día ya no
Te viera yo mis
Sentimientos fuertes son,
Es por eso que un cometa
Nunca se rompe.
El aire nocturno se sentía demasiado bien, el invierno no tardaba en llegar, así que el cielo estaba totalmente despejado; una hermosa noche par aun corazón abatido por amor. Tenía sus piernas pegadas a su cuerpo y las abrazaba con ambos brazos, hasta que un soplo de aire le despeinó el cabello, su mano izquierda fue a intentar quitárselo de la cara.
- Así pareces una chica enamorada y melancólica
- ¿…-Aru? ¡Russia!
- Hola… -dice mientras saluda con una mano, y mientras va caminando y se sienta a su lado
- ¡¿Qué haces aquí-aru?!
- Somos vecinos ¿recuerdas? Te vi desde la ventana de mi habitación y vine a verte –le sonríe. El pelinegro se queda atónito y rojo
- ¿Y cómo subiste hasta aquí-aru?
- Dejaste la escalera puesta jajaja. Eres tan gracioso. ¡Aah! Tu azotea es genial, yo no tengo una así, puedes ver todo
- … -el pelinegro vuelve a colocar sus manos alrededor de sus piernas y esconde la cabeza para no ser visto.
Ambos se quedaron en silencio por un largo rato, sin decir nada. Fue hasta que Russia colocó su mano encima de la del menor, y éste sintió un escalofrío, que a pesar de que duro poco, ya que el color rojizo y el calor iba subiendo por sus mejillas.
- China…yo…
- … -si corazón latía a mil, no sabía que era lo que pasaría a continuación. Comenzó a temblar, estaba nervioso, no quería que siguiera hablando…o tal vez sí
- Llueve… -en efecto, la lluvia había empezado a caer, como por acto de una odiosa deidad.
Odio cuando empieza a llover
Mis lamentos oyes otra vez
Hasta que sueles siempre responder:
“Si te disgusta piensa
Que pasada la lluvia brillara
Una hermosa estrella fugas”.
Pensar en esto me animó
La lluvia empieza a gustarme.
- Será mejor que nos vayamos aru –dice incorporándose, para bajar. Pero una fuerte mano le detiene. Se gira para verle mejor; nunca había apreciado esa expresión en el rostro del peligris. Su mirada estaba algo baja, como que no quería hacer contacto con la suya, estaba serio y su mano presionaba con fuerza, pero a su vez delicadeza, el brazo de él.
China, en un mal cálculo resbala, pero Russia, fue lo suficientemente rápido como par atraparlo entre sus brazos.
Su corazón se iba a salir, eso era un hecho. Intentaba separarse, pero esos brazos, tan fuertes y protectores no se lo permitían
- ¡Suéltame aru!
- No lo haré, si de verdad quisieras que te soltara…estarías poniendo resistencia –le apega más a su cuerpo- Tengo miedo de que vuelvas a resbalar, no te soltaré
- Esa no es una buena excusa aru. No es para nada buena –el chico comienza a sollozar- no entiendes…no lo entenderías aru
- ¿Qué no entendería? ¿No entendería el hecho de que me amas y que no quieres conocer mis sentimientos hacia ti por miedo? –el chico se quedó helado
- …Men…mentira aru –sus sollozos ya eran llanto incontrolable. Es soltado del agarre del mayor; en ese instante si tira de rodillas tratando de esconder su cara llorosa.
- Quien miente. Eres tú –su tono de voz ya era algo molesto. La lluvia se había afanado con ellos, ya que caía más desesperadamente- Solo te falta decir que lo que cae de tus ojos es la lluvia. Yo no quiero estar al lado de alguien que no acepta sus sentimientos; y los niega con esa gran facilidad – China no se inmutó ante el comentario. Le había dolido tal vez un poco más y su abrazaba a si mismo con toda la fuerza que sus brazos le permitían.
Si algo pudiera ser sin dudar
Un cometa sería yo
Echaría un brillo intenso
Para ver que siempre
Que triste tú estés
Hacia el cielo debas mirar
Teniendo puesta una sonrisa
Para aliviar el mar.
No lloraría, no lloraría más; se levantaría, se iría a tomar una ducha y olvidaría lo pasado. Russia ya se había marchado, ya no le daría terror el que lo viese en tal estado de depresión.
Se incorporó, pasó su empapada manga por sus ojos, y se dispuso a irse.
Una mano se coloca sobre su brazo y le hace girar 360 grados, golpeo contra un cuerpo más alto y fuerte que el suyo y sus labios fueron unidos a otros. Que calidez, que sabor más dulce, era una sensación inexplicable, única, y también era la primera vez que la experimentaba. Russia lo había tomado por la cintura, haciendo el contacto de sus cuerpos casi nulo; se dejó llevar, tanto que con sus brazos rodeo el cuello del peligris.
La necesidad de aire, hizo que se tuvieran que separar. China estaba rojo y sus ojos brillaban de una manera inexplicable, intento esconder su rostro, el cual ardía, en el pecho del mayor.
-No vuelvas a mentirme…no vuelvas a decir que no sientes nada por mi. Eso me duele
- Russia aru…yo…
- …yo te amo, wo shi hua, ai shiteru, ti amo, I love you. ¿En que otro idioma quieres que te lo diga? ¿Necesitas otra forma para que lo exprese? – abrazaba al menor con una dulzura nunca antes mostrada, con ganas de no dejarlo ir nunca.
Odio cuando todos los días
He pensando en ti
Luchando solo siempre así
Para que juntos podamos estar
Juntemos nuestro brillar
- No, lo necesito, con eso me basta aru. Wo shi hua – dice antes de alzarse un poco de puntas para volver a besarle.
- … -le toma entre sus brazos para bajar de ese lugar, estaban más que empapados, pero no sentían el frío, porque sus corazones emanaban un calor que les cubría a ambos, un calor que los resguardaría por siempre, y que se brindarían mutuamente de por vida.
Ni en tierra firme le bajo, lo mantuvo en sus brazos un largo momento.
-Yo…siempre estuve solo. Pero un día, nació un lindo niño de cabellos negros muy cerca de mi; un niño que creció muy rápido, y por alguna razón, seguía mis pasos. No quería estar mucho tiempo a su lado, porque mi forma de ser le terminaría lastimando. Pero, me enamoré de ese muchacho. Ya no sa… -el pelinegro le calló con un beso
-Ya no digas más aru. No tienes porque recordar la época de soledad en tu vida aru. Porque ese vacío lo llenaré yo, de ahora en adelante –le da un último, pero largo beso, aún en sus brazos.
La lluvia dejo de caer, y el cielo volvió a estar despejado. Permitiéndoles ver una estrella fugaz.
Ambos se miraron y rieron sobre las ironías de la vida.
Si algo pudiera ser sin dudar
Un cometa sería yo
Volando segura por el cielo
Para poder alcanzar la luz de este
Gran momento entre los dos
Brillemos con tanta intensidad
Que el cielo vueltas dará
- Edtoy enfedmo adu – el pobre chico sollozaba, de lo mal que se sentía –y ese infeliz no tiede nada adu –
Una ráfaga de aire le tomo de la mano y lo llevaba casi volando. Un Russia bastante histérico corría como si todo el vodka hubiese cobrado vida y quisiera ahogarlo.
- Dussia ¿Qué…? –
- No preguntes y dedícate a correr…¡Aaah! Se acerca~ -China observa otra especie de ráfaga siguiéndoles
- ¡Tú! Tú bastardo regrésame a mi hermano, ¡…l debe casarse conmigo! –la chica del aro le parecía hermosa a comparación de aquel moustro que les perseguía
- ¡Belarús aléjate de aquí! ¡Vete! Me das miedo, vete vete ¡veteeeeeeee! –gritaba sin dejar de correr por su vida
- …¿Adu? –
Pudiera ser
Un comete seria yo
Para andar siempre a tu lado
En cualquier momento
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