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TE QUIERO A MI LADO (Camus-Milo-Zeus) por krisiris

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Notas del fanfic:

Hola a todos, soy Kristal_de_Iris, espero que les guste esta historia.

CAPITULO I.-

En una lujosa habitación, de un precioso templo, un bello joven de cabello rubio y unos profundos ojos azules, observaba la constelación de Acuario, aquella hecha como un regalo para él, hecha por el mismísimo Zeus. El joven suspiro con pesadez, no es que no le gustara el regalo, es simplemente que...ni el mismo lo sabía. De repente sintió unos brazos alrededor de su cintura y se sobresalto.
-¿Te asuste mi precioso Ganímedes?-preguntó Zeus, mientras le daba la vuelta sin dejar de abrazarlo
-No..no mi señor-respondió el copero de los dioses, algo nervioso, pero después mostró una hermosa sonrisa, que deleitó a Zeus
-¿Cuantas veces te he dicho que puedes llamarme por mi nombre?-le reprocho suavemente
-¡Lo siento mi señor, pero no puedo!-respondió bajando la cabeza humildemente
-¿Dime, te gustó mi regalo?-preguntó mientras le obligaba tiernamente a levantar la mirada y verlo directo a los ojos. "Oh, como me fascinan sus ojos"-pensaba Zeus
-¡Me encantó mi señor!¡Pero no lo merezco!-respondió con la humildad que lo caracterizaba, humildad que solo se comparaba a su gran belleza
-¡No seas tonto mi precioso copero! ¡Si me lo pidieras te daría el mundo entero!-respondió con una gran sonrisa, mientras lo acercaba más a él y lo besaba con deseo-¡Me tienes loco Ganímedes! ¡Completamente loco por ti!-decía entre jadeos de placer, mientras lo levantaba en brazos y lo llevaba a la cama, para comenzar a desnudarlo y hacerlo suyo una vez más.
Al día siguiente, Ganímedes se encontraba sentado en medio del inmenso jardín, contemplando la grandeza del Olimpo, el hogar de los dioses. Sin embargo esto no le ayudaba a quitar la sensación de vacío que sentía. Recordó como Zeus, convertido en una gran águila lo había llevado al Olimpo, y como en un principio todos a parte de Zeus, lo miraban con recelo, pero con el tiempo se gano el respeto y cariño de los dioses. Sin embargo no podían faltar dioses como Ares y Dionisio que lo miraban con lujuria, sin embargo ninguno se atrevía a más, porque sabían perfectamente que ese bello joven pertenecía a Zeus.
En otra parte del jardín Hera lo observaba oculta entre los árboles. "Como desearía odiarlo” pensaba la esposa de Zeus, pero por más que lo intentaba no lo conseguía, Ganímedes se había ganado su cariño con su calidez y humildad, ella sabia perfectamente que Ganímedes no tenia la culpa de ser tan bello y a la vez tener una inocencia que desprendía una sensualidad que él mismo ignoraba.
-Pero ¿Que hago, cómo me deshago de él, sin lastimarlo y sin que Zeus se entere? ¡Por más que me agrade no puedo consentir que Zeus tenga un amante!
-¿Hera, que haces?-la diosa se dio la vuelta inmediatamente
-¡Ah, eres tu Hécate!-dijo con alivio
-¡Veo que vigilas a tu competencia!
-¡No te burles! ¡Necesito deshacerme de él, cuanto antes!
-¡En ese caso te aconsejo que actúes rápido!-respondió Hécate, antes de irse
Hera al ver como se alejaba, volvió su vista al copero, que ahora mostraba algo de tristeza y se extraño.
-Ahora o nunca-se dijo antes de caminar hacia Ganímedes
-Hola Ganímedes-saludo con voz suave.
Al escuchar su nombre dirigió su mirada hacia quien le hablaba y sonrió bellamente.
-¡Señora Hera! ¡Que alegría me da verla!-saludo con alegría
“¡Porque siempre tiene que sonreír así! ¡Por que tiene que ser siempre tan inocente, amable y humilde!-pensó Hera, mientras comenzaba a sentir que nunca sería capaz de hacerle daño a ese dulce joven
-¿Te sientes bien? ¡Te vi algo triste!-pregunto preocupada la diosa
-No se preocupe mi señora, no es nada-dijo con su característica humildad
-¡A mi no me lo parece! ¿Dime lo que te sucede? ¿Acaso no confías en mi?-pregunto dolida
-¡Claro que si señora Hera!-respondió rápidamente-Es solo que, ni yo mismo se lo que me pasa-confesó avergonzado
-Bueno, si me explicas, tal vez pueda ayudarte-dijo Hera
-En realidad solo siento como si me faltara algo. No lo se, no digo que soy infeliz, mi señor Zeus es muy bueno conmigo y tengo el privilegio de servir a los dioses, pero siento un gran vacío-explicó el bello joven
-Tal vez extrañas a tu familia-dijo Hera
-Al principio eso creí, pero ahora no lo se. Además el señor Hades me aseguro que todos ellos se encuentran bien en el otro mundo y que puedo visitarlos, cuando así lo quiera-respondió Ganímedes
-Quizás solo te falta vivir la vida. Después de todo, Zeus te trajo aquí muy joven-dijo Hera después de pensarlo un rato
-¿Vivir la vida? ¡Si tal vez tenga razón!-respondió el joven inocentemente
Hera en ese momento vio que tenía una oportunidad única, así que rápidamente comenzó a planear como deshacerse del amante de su esposo.
-Eso se puede arreglar fácilmente-dijo Hera con una sonrisa
-¿Cómo?-preguntó Ganímedes, poniendo toda su atención en la respuesta de su señora
-Cuando fuiste traído al Olimpo, fuiste convertido en inmortal y por tanto tienes las mismas características de un dios y los dioses pueden reencarnar-explicó Hera-Solo pídele a Zeus que te otorgue una reencarnación, así podrás vivir plenamente y después volver al Olimpo.
Ganímedes agradeció a Hera su ayuda con otra de sus maravillosas sonrisas, que por poco desarma a la diosa, y decidió seguir su consejo, así que esa noche cuando Zeus se presento en su alcoba, este le preguntó.
-¡¡Acaso quieres alejarte de mi!!-grito Zeus
-¡No mi señor, solo quiero terminar la vida que deje inconclusa!-respondió con temor-¡Solo quiero dejar de sentir este vacío y servirlo con todo mi ser!-dijo con lágrimas en los ojos
Zeus, se relajo ante la deliciosa imagen que mostraba Ganímedes, y pensó “Aunque reencarnara podría vigilarlo y regresarlo a mi”. Se acercó al lloroso joven y con ternura le secó las lágrimas, luego le dio un dulce beso en los labios, que lo tranquilizó. Luego Zeus lo miró con una sonrisa, mientras acariciaba sus sedosos cabellos.
-Esta bien, te otorgare una reencarnación, pero será cuando los conflictos entre Atena y Hades termine-respondió Zeus, a lo que Ganímedes se lanzo a besar a su señor y este lo recibió gustoso. Esa noche fue una de las mejores que compartieron.
Al día siguiente Zeus, anuncio que Ganímedes reencarnaría en un príncipe, después de todo el fue un príncipe troyano y Zeus no permitiría que su precioso copero reencarnara en cualquier persona.
Hera se puso feliz, su plan estaba saliendo muy bien, ahora debía dar el siguiente paso. Así que llamó a Eros, dios del Amor
-Mi querido Eros. Estoy preocupada por Ganímedes. Ahora que reencarnará quisiera que viviera su nueva vida plenamente, por eso te pido que hagas una poción de amor que le permita enamorarse y así pueda volver junto a nosotros sin dejar nada inconcluso-dijo la diosa. Eros sabía que Hera a pesar de todo le agradaba Ganímedes, así que no dudo de sus buenas intenciones e hizo lo que le mandaron.
Mientras tanto Zeus, llamo a Anteros y le ordenó:
-Quiero que conviertas a Ganímedes en un ser frío, incapaz de sonreír y de enamorarse-después de todo Zeus no quería correr ningún riesgo de perderlo
Anteros cumplió lo que Zeus, le pidió. Ofreció una poción hecha de los hielos eternos, que surtiría efecto cuando Ganímedes reencarnara.
Ambas pociones fueron bebidas por el ingenuo copero, quien se puso a esperar pacientemente a que la Guerra Santa entre Atena y Hades terminara. Cuando se suponía que habría terminado con la victoria de Atena y el encierro de Hades. Zeus, tuvo que presentarse en la tierra para verificar que esta guerra hubiese terminado.
Hera, aprovechando la ausencia de Zeus, se presento ante Ganímedes para decirle que ya todo estaba listo para su reencarnación. Ganímedes se extraño de que Zeus no le despidiera y Hera le dijo que era porque Zeus decidió que así fueran las cosas porque de lo contrario no podría dejarlo marchar.
Ganímedes acepto la explicación y se dejo llevar al reino de Hades. Allí por instrucción de Hera y ayuda de Hécate, lo hicieron dormir y le borraron la memoria.
-No quiero que sufra daño, solo quiero que reencarne en unos cientos de años, para que Zeus no pueda encontrarlo-dijo Hera y Hécate siguiendo las instrucciones, mezcló el alma de Ganímedes entre las demás que esperaban volver a la vida.
-Ahora solo el destino decidirá su suerte-dijo Hécate
Cuando Zeus, volvió al Olimpo, buscó a su precioso Ganímedes, para avisarle que los preparativos para su reencarnación estaban listos. Lo buscó por todos lados, pero al no encontrarlo, se preocupó y ordenó que lo buscaran por todo el Olimpo. Pero no lo encontraron, así que Zeus, sin perder tiempo se dirigió directamente a las habitaciones de Hera, en donde la encontró recostada en un diván sin preocupación alguna.
-¡¡¿Dónde esta?!!-gritó encolerizado Zeus-¡¡¿Dónde esta Ganímedes?!!
-¡No se de que hablas! ¡Yo no lo he visto!-respondió tranquilamente la diosa
-¡¡Se que fuiste tu!! ¡¡Pero no creas que me olvidare de él, lo buscaré sin descanso hasta encontrarlo, aunque tarde miles de años!! -dijo Zeus antes de salir de la habitación y comenzar la búsqueda de su precioso Copero.

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