En la azotea de la escuela se encontraban dos chicos, uno de pelo rojo como la sangre y otro de gafas y pelo oscuro y totalmente desconcertado por las palabras que le decía el otro.
—Mira Ishida lo que te estoy diciendo no es fácil para mí... digo, tu bien sabes que a mí no se me da bien expresarme; pero lo que te estoy diciendo es verdad y te lo vuelvo a repetir: te amo —dijo el chico de tatuajes tratando de no gritar, pues se sentía totalmente nervioso y sentía que en cualquier momento su corazón se iba a salir de su pecho.
Ishida no sabía ni que responder pues la declaración del otro lo había dejado totalmente sorprendido, pues nunca pensó que de lo que quería decirle era que lo amaba, pero ahí frente a él se encontraba expectante esperando por una respuesta, que ni el mismo sabía que existía en esos momentos.
—Ya sé, mira, vamos hacer esto: como no me puedes responder me voy a ir por un mes a la sociedad de almas, pues me dijeron fuera lo más pronto posible, y cuando regrese quiero que me des una respuesta —le dijo Renji mientras se acercaba a él y le daba un beso, apenas un roce como si sus labios fueran a quemarlo, pero que se quedó profundamente en sus memorias.
Mientras el pelirrojo se perdía en la puerta senkai, el otro se quedaba parado sin decir nada o hacer algo. Sólo hasta que sintió que alguien le tocaba el hombro fue cuando volvió a la realidad.
—Ishida, ¿y Renji donde está? —le preguntó la menor de los Kuchiki buscando a su amigo de la infancia.
—Eh... Abarai tuvo que irse al seireitei pues lo habían mandado llamar, ¿y ustedes que hacen aquí? vamos a clases —dijo distraído Uryuu mientras empezaba a caminar a la salida. —¿A dónde vas Ishida, y cuales clases si ya tienen rato que terminaron?; y como no bajaban decidimos subir que había pasado y te encontramos con esa cara de pasmote y de paso solo —le dijo Ichigo tratando de provocarlo.
—¿Qué? ¿tan pronto?, bueno pues vamos —les dijo Ishida bajando antes de que le preguntaran algo más de lo que había pasado con Abarai y olvidándose de las provocaciones de Kurosaki.
Encontrándose en un gran dilema, pues uno de sus amigos se le había confesado y él ni siquiera sabía bien sus sentimientos, pero los iba a descubrir en ese mes para darle una respuesta. Ahora que lo pensaba bien era atractivo (claro que sí) y si a eso le añade lo sexy que se ve cuando trae ropa normal... y no olvidar su pelo esa casca de fuego que se veía sumamente linda cuando la traía suelta.
También su forma de ser primero tosca, competitiva, mal hablado y si a eso le sumas lo conflictivo que es... Pero también puede llegar a ser alguien tierno, comprensivo y confiable; sí, todo un contrate de emociones, que poco a poco fue descubriendo, y como resultado dieron paso a una amistad por parte de ambos; convertido en amor por uno de los dos, pero él no estaba seguro.
Pero tenía todo un mes de descubrir su sentimientos si eran de sólo amistad o de amor, así pasaron dos semanas en las que el Quincy estaba totalmente distraído que sus compañeros se empezaron a preocupar pus a veces se quedaba viendo el firmamento totalmente perdido, o simplemente no ponía atención ni siquiera a las clases.
Se encontraba caminando por las calles de Karakura tan concentrado en sus pensamientos que no se dio cuenta que una mata pelinaranja lo iba siguiendo muy de cerca, hasta que sintió una respiración al lado suyo haciéndolo reaccionar.
—Aaah, Kurosaki ¿qué te pasa?, ¿por qué llegas así de repente? me asustaste —le dijo totalmente sorprendido Uryuu parándose en el momento. —Eso es lo que yo te pregunto, ¿que te pasó? vengo detrás de ti todo el camino y tu ni cuenta de mi presencia, sólo hasta que me acerco a ti, y las semanas pasadas comportándote muy extraño —le dijo Ichigo enfrente de él.
—No es de tu incumbencia Kurosaki, así que déjame en paz —le dijo Ishida molesto en pesando a caminar. —Claro que sí, todo lo que te pase me importa y mucho —le dijo la fresita mientras lo tomaba del brazo y le impedía seguir caminando.
—Claro que no, así que suéltame —le dijo totalmente enojado Ishida tratando de zafarse del agarre, mientras el otro lo aprisionaba mas fuerte. Ichigo atrajo a Uryuu en un abrazo y lo beso dejándolo totalmente en shock, cuando Uryuu reacciono lo aventó y le dio una cachetada yéndose totalmente enojado, y la última semana del mes lo evitó lo más posible.
Pero ahora le agradecía a Kurosaki, pues finalmente se dio cuenta de sus sentimientos y sabía que amaba a ese cavernícola de sub-capitán, ahora sólo tenía que esperar a que regresara. En la hora del almuerzo se encontraba en el lugar donde se le había declarado y donde le había dado ese beso a un que fue sólo un roce que le supo a gloria.
—Ishida, tenemos que hablar tu y yo —le dijo Ichigo desde la puesta de la azotea, totalmente serio cosa que lo sorprendió pues era raro verlo así.
—Yo no sé de que tengamos de que hablar —le dijo totalmente a la defensiva y manteniendo su distancia. —De lo que pasó hace dos semanas, sabes que ese beso significó que me gustas y quiero que formemos una relación —le dijo Ichigo mientras se acercaba a este y lo acorralaba entre el barandal y él.
—mira, la verdad te la voy a decir porque no quiero problemas, tal vez yo te gusto pero tú a mi no; me gusta... no, mejor dicho, amo a alguien más, y ese no eres tu así que podrías dejarme en paz —le dijo Ishida viéndolo a los ojos decidió lo que sentía.
Pero Ichigo lo ignoró totalmente y lo besó, Ishida reaccionó rápido y lo trató de alejar pero el otro era un más fuerte y no lo dejaba; para su mala suerte en eso se abrió la puesta y entró el capitán del sexto escuadrón viendo la escena.
No le di ni tiempo de reaccionar cuando vio a Renji y Ichigo peleándose, uno daba un puñetazo el otro se lo regresaba con una patada; puñetazos, llamando la atención de todos los alumnos y después llegando varios maestro que se les hizo difícil separarlos.
Llevándoselos a la enfermería entrando uno por uno para evitar otra pelea, primero fue Ichigo que cuando lo curaron lo llevaron directamente a la dirección para después pasar Renji junto con un preocupado Ishida.
—Uryuu, usted debería de estar en clases, yo me encargare de las heridas de Abarai —le dijo la enfermera no dejándolo pasar.
—Pero —no terminó de hablar cuando llego Inoue e interrumpió. —Sensei me mandó el director, que vaya a la dirección urgente —le dijo Inoue totalmente agitada.
La enfermera se fue rápidamente olvidando a Uryuu y Abarai, antes de irse Inoue le cerró el ojo a Ishida; al entrar vio a Renji con varios cortes en el labio y en las mejillas, agarró alcohol y algodón.
—A ver, acércate Abarai, déjame limpiarte esas heridas o se te pueden infectar —dijo Ishida mientras se acercaba en la silla de enfrente y se acercaba a este, pero se encontraba volteado y no le hacía caso.
—¿Qué hacías con el tarado zanahoria ese?, entonces ¿es a él a quien quieres? —le dijo molesto Renji sin voltear a verlo.
—Aaah... Mírame primero a los ojos y te responderé esa pregunta —suspiró Ishida, pues nunca pensó que su futuro romance se viera entorpecido por un simple enredo, pero él no lo iba a permitir; al ver que el otro no decidía verlo, lo tomó de la cara y lo obligó a verlo.
—Escucha bien esto Abarai Renji: Te amo, me di cuenta que al que amo es a ti y a nadie más —le dijo el Quincy para al final besarlo, disfrutando, saboreando los labios y pidiendo permiso para entrar, que fue concedido probando el sabor metálico de la sangre, cuando las lenguas se encontraron empezaron un pelea por ver quién dominaba a quien, batalla que fue ganada cuando Renji le mordió el labio inferior sacándole un gemido, y provocando que la temperatura de su cuerpo aumentara.
—Salgamos de aquí —le dijo Renji tomándolo de la mano y cargándolo para salir por la ventana provocando que Ishida se aferrara al pecho de este al sentir que bajaban de una gran altura.
Llegando al departamento del pelirrojo, al entrar lo acorralo a la pared, mientras empezaba a besar el cuello, y empezaba a desabrochar la camiseta y dejaba al descubierta el delgado pero firme pecho del Quincy, para bajar al cuello y después al hombro, mientras el también quedaba sin camiseta. Al llegar a la habitación entre besos y caricias, sólo traían los bóxer, Renji acostó a Ishida en la cama y empezó a besarlo salvajemente, mientras sus manos se encargaban de quitar los bóxer, y sintiendo como Ishida se los quitaba, quedando completamente desnudos.
Ishida sintió como la boca, de Renji besaba cada parte de su cuerpo desde el cuello, los hombros y los pezones donde se detuvo a chupar y morder, haciendo que se estremeciera de placer y el cuarto se inundara de gemidos, sintió un oleada de placer inundarlo cuando sintió la boca de Renji en su miembro, y empezaba con movimientos lentos, sus manos llegaron a su cabeza quitando la liga que sostenía el pelo dejando caer la cascada fuego que empezó a acariciar.
Renji nunca había visto tan sexy al Quincy como en esos momentos, con sus mejillas sonrojadas y produciendo gemiditos que para su placer eran producidos por él, haciendo que la excitación creciera, cuando sintió que iba al orgasmo paró, ganándose una mirada de reproche por parte de el otro. —todavía no, aún falta lo mejor —le dijo en el oído haciéndole que le lamiera tres dedos.
Lo hacía tan lentamente y sensualmente que se le hacía imposible controlarse, para después voltearlo y meterle un dedo, sintiendo como el otro se tensaba ante el intruso, mientras le acariciaba la espalda tratando de que se calmara y se acostumbrara Cuando sintió que ya se había acostumbrado, metió un segundo y después un tercero y cuando vio que su entrada ya estaba dilatada, lo volteó y le alzó los pies subiéndoselos en los hombros y así entrando lentamente en el otro, haciendo que cerrara los ojos ante el dolor, cuando estuvo completamente adentro, esperó un poco a que se acostumbrara, el otro empezó a moverse lentamente, Renji veía que a cada embestida la cara de Ishida se distorsionaba de placer, su mano se dirigió a su miembro y empezó a masturbarlo al ritmo de las embestidas, llegando al orgasmo juntos.
—Aaah, te amo Uryuu —le dijo Renji encima de este mientras lo besaba con ternura y mucho amor. —Yo también te amo —le dijo el de los lentes que en ese momento no los traía pues los dejaron en algún lugar en su travesía.
Renji se acostó aun lado de Ishida y lo abrazo posesivamente mientras lo acariciaba con su otra mano, poco a poco fueron cayendo en los brazos de Morfeo felices porque al fin estaban con la persona deseada.
A la mañana siguiente lo primero que hizo Renji fue abrazar a Ishida posesivamente enfrente de Ichigo restregándole que ahora era de él y que mantuviera sus manos alejadas de él, o si no le iba a ir muy mal para coraje de el último, Uryuu se fue dejándolos solos.
—Hey Ichigo ¿de que murieron los quemados?... de ardidos —le dijo en burla Renji.
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