Cada vez que siento que me miras, mi corazón se detiene.
Es por esto, que nunca quise enamorarme de ninguna chica ni chico, nunca pensé que terminaría enamorado de ti por una estúpida fiesta. Una fiesta donde te conocí, una fiesta donde te bebí, una fiesta donde te besé, una fiesta donde te ame.
Ahora, producto del alcohol no recuerdo nada más que la sensación de tus labios, aturdido pienso en tu sonrisa. Pero a pesar la felicidad que me desborda a tu lado, no puedo evitar sentir ese pequeño lado malo, porque toda cosa buena tiene su parte mala aunque eso puede ligarse a que la felicidad simplemente es momentánea, o simplemente el amor es así. Dulce pero amargo, ¿no?
Cierro los ojos mientras siento el sabor del ron en mi lengua, suspiro y suspiro. Siento que me ahogo, que me falta algo, y me deprimo pensando que en estos momentos estoy vació porque no te tengo, no te siento, no te toco… ¿Dónde estás? ¿Qué estarás haciendo? ¿Estarás pensando en mi? ¿Habrá alguien más? … tantas interrogante, sin ninguna respuesta en este instante, desdichado de mi, es increíble como el amor te puede convertir en un ser tan patético e dependiente.
Observo el reloj, creyendo que aparecerás frente mi puerta. Es divertido creer esa estupidez, lamerme las gotas de alcohol en mi boca no es divertido sin ti, ni tampoco sabroso sin tus labios. Por alguna razón mi pecho arde, y pequeñas lágrimas desbordan mi delgado rostro… ¿por qué me parece todo gris sin ti? Necesito de tú voz, necesito de tu mirada, de tus besos, de tus palabras, de tu risa….te necesito tanto. Te maldigo, por hacerme sentir importante y dependiente de ti, te odio por causarme este vació tan ardiente cuando no estás para colorear mi vida, y te aborrezco por hacerme sentir patético.
Más y más suspiros.
Sigo bebiendo este líquido llamado alcohol, aquel veneno, aquella herramienta utilizada por los patéticos humanos, aquella raza inferior que huye de sus problemas buscando más problemas a través de este veneno letal, que de a poco te mata sin que tú te des cuenta. Al igual que los cigarrillos, debería salir ‘Esto te mata’, es divertido ver aquellos gráficos, pero es más divertido es ver la estupidez de las personas al comprarla a pesar de que sale con letras gigantes que eso te eliminará. Los humanos son tan estúpidos…
Si se pudiera exterminar a algunas personas, o cambiar los pensamientos de las personas las cosas podrían ser un poco menos asquerosas, pero eso ya es utópico. Aunque tenga una sonrisa amarga en mi rostro, sigo esperando que él llegue. Soy tan ridículo, dios.
Soy igual que todos los humanos, pero yo soy peor…
Porque me doy cuenta de las cosas, y aún así las hago.
¿Inconsecuencia? Tal vez…
Me detesto, y más lo detesto a él por hacerme perderme en pensamientos sin fin.
-Estúpido Akira-lanzó el vaso al piso, descargando la rabia que provoca ese chico al no estar aquí conmigo. Observo como cada pedazo de vidrio que se esparramo en el piso, quedando hermosamente destruido, la transparencia y formas peligrosas de los vidrios son tan hermosas. Por un momento sentí ver tu sonrisa a través de aquellas piezas. Pero como todo efecto de alcohol, solo fue producto de mi mente.
Es ridículo, pero cierto. Dicen que las personas beben para olvidar, pero solamente aquel efecto es momentario al día siguiente volverá el recuerdo pero acompañado de un delicioso dolor de cabeza. Yo bebo para perderme en mis pensamientos, y tratar de sacarte de mi mente cuando no estás, porque me deprimo sin tenerte a mi lado, y se que en estos momentos tú no estas pensando en mí. Lo sé porque te conozco mejor que nadie…
Eso me deprime aún más.
Observo algo borroso, creo ver doble. Siento como todo me da vueltas, y una pequeña chispa de energía recorre mi sangre, sintiendo que algo sube y baja en mi abdomen. Conozco tan bien esta sensación, todas las noches siento esto. Todas las noches bebo, dicen que soy alcohólico, hasta mis fans. Supongo que tienen razón, pero soy alcohólico por amor, al menos eso es…menos patético.
Camino torpemente hasta mi cama, tirándome de espaldas. Cierro nuevamente los ojos, sintiéndome horriblemente mal. Pero ya estoy acostumbrando, el dolor físico no se compara con el dolor que siente mi corazón cuando no esta a mi lado. Lo maldigo, sí, nuevamente. ¿Qué estará haciendo? Si tan sólo pudiese llamarlo… pero no me contestará, lo conozco.
Argg…
Maldición, tengo miedo de soñar. Porque se que quizás no estarás en ellos, ¿por qué mierda tengo que estar noche y día pendiente de ti? Parece enfermizo.
Si la palabra ‘felicidad’ fuera menos compleja, podría hacerte menos desgraciado de lo que eres en este momento. Podría darte a cada momento, un pedacito de la mía. Si la felicidad se pudiera regalar, te regalaría todo lo que tengo simplemente para verte feliz.
Me lástima verte en ese estado, me hace sentir peor que las nauseas que siento en estos momentos. Créeme, si fuera cupido. Haría que ese imbecil se enamorará de ti. Solamente para ver tú sonrisa todos los días, en vez de las lágrimas que reflejan tus ojos.
Siento como todo lo que bebí, se revuelve en mi estomago sintiendo cada vez más cerca el liquido en mi interior queriendo ser expulsado. Respiro entre cortado para levantarme torpemente al baño, me agacho cerrando los ojos y botar el mal estar que esta en mi interior. Si pudiera botar de la misma manera que boto el vomito el amor, sería feliz.
Después de botar todo, más despierto sintiendo algo más de claridad en mi vista camino lentamente hacia mi cama, sintiendo mi cuerpo algo molido. Me lanzó, sintiéndome liviano como una pluma. Es una de las pocas sensaciones que reconforman mi cuerpo, estiro mi mano hacia el mueble que yace al lado de la cama para tomar mi célular, lo observo algo dudoso. ¿Debería llamarlo? Quizás no me conteste…
Pero quiero escuchar su voz, y decirle buenas noches. Quiero decirle que lo quiero mucho, necesito saber que esta vivo.
Apretó el número, sintiendo la inseguridad recorrer mi cuerpo. Y ahogo mi respiración por un momento mientras suena el teléfono, esperando a que atiendas. Mi corazón estaba algo alterado, y mi mente en blanco.
-¿Shima?-contestaste….
-A-Akira…-estoy sorprendido, tartamudeando estupidamente- No creí que contestaras…
-Estaba…bebiendo- dijiste con una risa algo quebrada, mentías, estabas llorando. Detesto que llores por ese idiota, si tan sólo pudiese hacerte feliz.
-Oh, yo también…y nació la necesidad de llamarte-sonreí aunque no pudieras verlo, con el simple hecho de escuchar tu voz grave y algo floja, mi corazón se siente tranquilo- ¿Cómo estás?
-Mm…ahora que llamaste, creo que dormiré tranquilo…-mi corazón late demasiado rápido, Si akira supiera lo que esas palabras provocan, no las diría nunca más- Gracias por preocuparte por mi, eres el mejor- y mi corazón no podía estallar más de felicidad, sonreí más, sintiéndome realmente el idiota más grande del mundo.
-Sabes que siempre puedes contar con migo, iguana- no sabía que decirte, mi corazón estaba aún palpitando rápidamente, no sabes la alegría que me causan tus palabras- Te quiero…-con esas palabras trato de transmitirte todo el amor , las sensaciones, el dolor, todo..lo que causas en mi, si pudieses entender la intensidad de esto. Me pregunto ¿Las cosas serían diferentes?
-Yo también-contestaste con ese tono cariñoso que a veces mejor dicho pocas veces sale de ti. Suspiro, sintiéndome tranquilo.
-Ahora creo que podré dormir tranquilo –mi corazón palpita más rápido- duerme harto, mañana en la tarde hay ensayo, te pasaré a buscar en mi moto- mi voz se baja un poco, después de aquel beso que nos dimos la tímidad surge de improvisto demasiadas veces.
-Yo igual, necesitaba escuchar algo para calmar algo estos sentimientos…-murmuraste algo cansado, me sentí contento, ¡demasiado! De a poco, quiero sanar tu corazón. De a poco quiero hacerte sonreír, de a poco cumpliré la promesa de regalarte pedacitos de felicidad, aunque tenga que sufrir todas las noches.
-Me alegra escuchar eso, descansa y piensa en mí-bromeo riéndome con él, ahora dormiré bien- Te quiero mucho..demasiado…demasiado…-digo casi susurrando- buenas noches- cortó rápidamente el teléfono, si mañana me dice algo le echaré la culpa al alcohol. Ahora, cerraré los ojos y ruego al cielo poder soñar contigo.
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